Sabino Vaca Narvaja, embajador argentino: «China fue clave para que no colapsara el sistema sanitario»

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Sabino Vaca Narvaja, sobre las represas: «Son muy importantes para China, es la hidroeléctrica más grande de América latina»

Un día después de que el Senado aprobara su pliego, el embajador argentino en China Sabino Vaca Narvaja ofreció una extensa entrevista en la que repasó en detalle la intensa relación comercial entre ambos países y la injerencia de la nación asiática en el manejo de la pandemia en territorio local.

En diálogo con Página12, el diplomático habló sobre los avances tecnológicos que colocaron a China entre las potencias mundiales y vaticinó que el estado gobernador por Xi Jinping se convertirá en uno de los principales productores de vacunas a nivel mundial. «A partir del mes que viene, nos vamos a asombrar de la cantidad de vacunas que China va a enviar al mundo y en unos meses va a ser el único proveedor global de vacunas».

En el mismo orden, destacó que que la de Sinopharm es la vacuna más probada del mundo. En el gigante asiático ya se vacunaron 50 millones de personas y de ese total el 80% recibió esa dosis.

«China fue clave para que no colapsara nuestro sistema sanitario», explicó Vaca Narvaja tras aclarar que Alberto Fernández fue invitado por Xi Jinping a realizar una visita de Estado que podría concretarse en poco tiempo.

«Desde la llegada de Xi Jinping, uno tras otro se fueron rompiendo records en el campo de la investigación y la ciencia. De hecho, hace dos años China pasó a EEUU en presentación de patentes tecnológicas. El lema de la actual etapa es ‘pasar del hecho en China al creado en China’. El eje es la innovación tecnológica y China ya es vanguardia en inteligencia artificial, en el campo aeroespacial, energías renovables, telecomunicaciones y electromovilidad», relata

«Hay hitos recientes. Por ejemplo, China logró alunizar en el lado oscuro de la luna, algo que no hizo ninguna potencia, y en 2019 ha conseguido muestras lunares, solo alcanzado por EE.UU y Rusia. China desarrolló su propio mapa de geonavegación satelital, el Beidou, a la altura del GPS de Estados Unidos, el Glonass de Rusia y el Galileo de la Unión Europea. También logró llegar al lugar más profundo de la Fosa de las Marianas. Eso es una política de Estado, planificación a largo plazo y un mercado interno de 1400 millones de personas y uno de clase media y alta de 400 millones de personas. Son mercados que permiten apalancar la producción al nivel de actor global», explica.

«El estándar de control sanitario no se puede creer. Acá prácticamente no existe más el billete físico, todo se paga con QR con el celular y las personas siempre están georeferenciadas. Entonces cuando aparece un contagio, a la persona le aparece en el celular alerta verde, naranja o roja, en función de qué tan cerca estuvo de la persona contagiada. Y en seguida hacen un millón de test para contener la situación. Si uno va en el tercer vagón de un tren y en el primero hubo un caso, desde el celular se recibe el aviso y testean a todo el vagón del contagiado», ejemplifica.

¿Cómo evalúa la dinámica de la relación bilateral en el aspecto sanitario?

–China fue clave para que no colapsara nuestro sistema sanitario. Argentina recibió mucha ayuda de parte de China, hubo 40 vuelos sanitarios. En un primer momento para nosotros era clave la seguridad de nuestros médicos, por lo cual pudimos traer de China trajes de bioseguridad, barbijos especiales y respiradores, los PCR y las máquinas para producir barbijos. Después una vez que contamos con ese capital, pudimos avanzar en los desarrollos propios. La mayoría de los insumos iniciales se trajeron de China, porque había un cuello de botella, igual que lo que pasa ahora con las vacunas, y China era el único país con suficiente capacidad de producción. Hubo países que tuvieron que elegir si vivía una persona de 70 y 50 a raíz del colapso sanitario. Eso en Argentina no pasó. Por otro lado, Argentina fue cuna de ensayo clínico de fase tres de dos vacunas chinas.

¿Cómo fue la negociación para el acuerdo por el millón de vacunas Sinopharm?

–Es un trabajo que venía haciendo el Ministerio de Salud hace tiempo, de hecho Sinopharm había realizado ensayos clínicos en el país. Surgieron diferencias a la hora de discutir el contrato de compra, pero el tema se pudo resolver luego de la carta del presidente Alberto Fernández a Xi Jinping, junto a la del canciller Felipe Solá a su par chino. El tema se puso al máximo nivel político y ahí se pudo descomprimir la negociación, que mejoró mucho en favor de la Argentina. El contrato comercial tiene temas confidenciales, pero a nivel clínico la vacuna tiene estándares sanitarios muy buenos, contó con ensayos en 14 países, por lo cual es muy segura. De hecho, acá en China ya fueron vacunadas unas 50 millones de personas, de las cuales un 80 por ciento corresponden a la vacuna que ahora llega a la Argentina.

–¿Cómo espera que continúe la provisión de vacunas chinas?

–El acuerdo por ahora es para la provisión de este millón de dosis, pero está también abierto para avanzar, en el marco de una buena estrategia del gobierno de diversificación en la negociación de las vacunas. China fue en un comienzo algo más lento en el tema de las vacunas, pero está creciendo de forma exponencial. A partir del mes que viene, nos vamos a asombrar de la cantidad de vacunas que China va a enviar al mundo y en unos meses va a ser el único proveedor global de vacunas. China tiene laboratorios con enorme capacidad de producción y cuenta con 16 vacunas en fase 2 y 4 en fase tres. Solamente a nivel interno, están pensando en tener vacunas para llegar a fin de año a 1000 millones de personas.

–Usted hace énfasis en la importancia de las relaciones entre líderes, lo cual a priori pareciera algo menor a la hora de hablar de la gran potencia China y su relación con un país emergente como la Argentina.

–Muchas veces la política resuelve temas técnicos. Otro caso interesante es el del swap de monedas, que en teoría se vencía al caer el acuerdo Stand-By con el FMI, según lo que había acordado, insólitamente, el expresidente del Banco Central, Guido Sandleris. Ese tramo significaba 8500 millones de dólares, en un momento muy clave para nosotros por la renegociación de la deuda. Técnicamente, eso estaba caído y hubiera sido un desastre que las reservas caigan en esa magnitud. Alberto Fernández le envió una carta dirigida a Xi Jinping y entonces la política resolvió un tema técnico que era totalmente desfavorable para nosotros. Por otro lado, la política tampoco resuelve todo: en el caso de las represas hidroeléctricas fue muy importante haber mejorado la robustez económica con la reestructuración de la deuda lograda el año pasado.

Economía

«Tenemos un mecanismo bilateral que es el diálogo estratégico de cooperación económica, por el cual se discuten las obras del Plan Quinquenal integral que se vence este año. Ahí se pone en discusión con la contraparte china cuales son las obras que Argentina considera como prioritarias y aquellas que China evalúa como importantes. Se llega a un consenso con un listado de obras de infraestructura con financiamiento chino, se trata de 15 a 25 proyectos. China tiene capacidad de financiar y nosotros tenemos que utilizarlo para apalancar sectores productivos y mejorar nuestra logística», revela Vaca Narvaja.

Existen varios proyectos de importantes magnitudes, pero entre ellos se destaca el gasoducto que uniría Vaca Muerta con el sur de Brasil que ayudaría al país competir con el gas boliviano. Otro de importantes proporciones es el corredor bioceánico que permitiría «ahorrar entre 15 y 20 días de flete y la carga podría triplicarse porque se trata de un puerto de aguas profundas».

Sobre las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, el embajador evaluó que «son obras muy importantes para China, ya que es la hidroeléctrica más grande de América latina».

«(las represas) son obras muy importantes para China, ya que es la hidroeléctrica más grande de América latina»

Programa Espacial

“Argentina es parte del programa espacial chino. La base de Neuquén es clave por cómo está posicionada en términos geoplanetarios, porque se utiliza para la comunicación con las misiones que están en el espacio, como el caso de la misión de exploración lunar, la de Marte y la Vía Láctea. La cooperación bilateral no solo implicó la construcción de una antena sino a nivel científico una relación con la Conae, que de hecho fue premiada recientemente por China. Por ejemplo, permitió que China haya socializado con la Argentina muestras lunares. En términos generales, la industria aeroespacial es un vector interesante de desarrollo en la relación con China. Un buen caso, proveniente del sector privado, es Satellogic, que fabrica satélites para la generación de datos para el agro”.

Carne e inflación

–La compra de carne vacuna de parte de China es una de las razones de la aceleración inflacionaria de los últimos meses ¿Cómo se explica ese aumento de los despachos?

–Desde 2018, Argentina creció en la venta de carne bovina a China de manera exponencial. Hoy somos el segundo proveedor mundial de carne bovina de China, después de Brasil, lo cual es muy impactante. Esto se explica porque en China se produjo la epidemia de la fiebre porcino africana, que obligó a sacrificar el 40 por ciento de su stock de cerdos, que es la carne más consumida. Es decir que China tiene un déficit del 40 por ciento en producción de proteína cárnica, y para reemplazarlo traen de todo, por eso hay buenas perspectivas de exportación en muchos rubros de la ganadería. Pero el problema con la carne bovina es que tiene mucho impacto en precios internos y además el ciclo de producción es largo. En cambio, la carne porcina nos interesa porque tiene un ciclo de producción corto, de seis meses, la capacidad productiva se puede ampliar rápidamente e implica un salto en la escala del valor agregado, ya que permite exportar alimentos en lugar de vender granos para que en otro lado se alimente al cerdo. Y Argentina tiene maíz barato, que es el principal alimento de los cerdos.

–¿Por qué se generó tanta polémica con el tema de la inversión en el sector porcino?

–Tal vez se relaciona a China con el tema de la pandemia, también hay prejuicios. Quizás si la inversión venía de Alemania no había problema. Además hay sectores que buscan otro tipo de vinculación con los alimentos, por el tema orgánico. Pero acá estamos hablando de desarrollo, esto es un tema que tenemos que trabajar y ser serios con el control sanitario. No son megagranjas de 100 mil madres como hay en Estados Unidos, son 10 mil madres, que es una granja grande, pero no es una megagranja. Hay una sofisticación técnica importante y con los desechos se genera biogás. Argentina tiene una relación de km2 por cerdo que no es ni un 5 por ciento de la que tiene Alemania u otros países en donde la producción porcina es más fuerte. Toda la discusión ambiental la vamos a ir despejando con profesionales y teniendo en cuenta que Argentina cuenta con estándares sanitarios muy buenos.

–¿En qué situación está el proyecto?

–Hay una mesa intersectorial de tres ministerios, Desarrollo Productivo, Agricultura y Cancillería, planificando la inversión de producción porcina con una mirada muy federal. Ya hay empresas chinas interesadas en la producción de cerdos en La Rioja a través de la empresa estatal Cerdos de los Llanos y Chaco también está avanzando. Cada granja podría dar empleo a unas 300 personas y además apalanca a otros sectores productivos. La idea es que China invierta en productores argentinos para que amplíen la cantidad de cerdos en producción y la devolución de los créditos se pagaría directamente en carne de cerdo. Y se va a buscar incorporar a pequeños productores rurales. Otra ventaja frente a los granos es que la carne no se puede stockear, no hay silobolsa posible, por lo cual genera un flujo de ingreso de divisas con una dinámica interesante.

La Opinión Austral


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