Pandemia un resaltador de inequidades para América Latina y el mundo; un análisis posicionado – Por Mario Rovere
Por Mario Rovere *A modo de introducción
Aunque un fin de año siempre invite a hacerlo, resulta difícil hacer un balance de lo sucedido con una pandemia que se encuentra muy lejos de concluir. En un año pasamos por todos los estados de ánimo desde el “aquí no va a ocurrir” a “la vacuna es la única esperanza”, pasando por la cuarentena estricta, el aislamiento., el distanciamiento, o por el “esto ya terminó”
Para quien tenga una mirada alerta, esta enfermedad que ya nos resulta tan familiar y que alcanza a todos los países y regiones del planeta fue capaz de cubrir epidemiológica y mediáticamente el año completo e incluso como el nombre de su agente lo indica _-SARS-Covid 19- el momento cuando fue realmente detectado en seres humanos ocurrió a fines del 2019.
El equipo de Gestión de Salud de la Provincia de Buenos Aires que asume en diciembre del 2019 traía como aporte además de su experiencia en el Gobierno Nacional, cuatro años de reflexión centradas en la construcción de soberanía sanitaria, es decir con la atención puesta tanto en las condiciones internas del debilitamiento de las capacidades nacionales -13 hospitales terminados sin abrir, importantes lotes de vacunas sin aplicar degradación del Ministerio de Salud de la Nación-, un fuerte énfasis en la salud internacional.
Por ello tan precozmente como la tercera semana de enero y a pesar de estar obligadamente enfrascados en bloquear un brote de Sarampión y uno de Dengue heredados por acción pero sobre todo por las omisiones del gobierno anterior ya compartíamos que aunque era muy probable que en Argentina pocos hubieran oído nombrarla WUHAN es una Mega Ciudad moderna de 12 millones de habitantes ubicada a apenas 300 kms. de Shangai.
Allí los casos índices (familiares entre sí) de una enfermedad producida por un nuevo virus permitían ubicar el origen común en una feria de animales de consumo que en parte se comercializaban vivos.
El virus perteneciente a la familia de los Corona es pariente de otros que ya habían protagonizado episodios similares de salud internacional: el SARS que en muy poco tiempo pasó por tráfico aéreo de ciudades chinas a canadienses (Toronto) y el MERS detectado en Arabia Saudita en el 2012 y a diferencia de ellos es menos letal pero mucho más contagioso.
Los síntomas para ese entonces, se consideraban muy similares y pueden evolucionar hacia una neumonía con mediana letalidad.
Su rápida expansión con casos en Tailandia y Corea del Sur habían confirmado la peor hipótesis: que había dejado de ser una zoonosis (pasaje de animal a ser humano como huésped accidental, por definición una enfermedad más controlable) para comprobar que podíacontagiarse entre personas predominantemente por vía respiratoria.
La OMS se encontraba evaluando el brote que ganó rápidamente espacio en las tapas de los diarios del mundo y obligaba a tomar precauciones en todos los aeropuertos internacionales.
La coincidencia del brote con el año nuevo chino era también una mala noticia ya que en el país más poblado del mundo (hasta que India lo supere en el próximo censo) la mayor dinámica de viajes por motivos familiares ocurre justamente en ocasión del año nuevo, que este año se festejaba el 25 de enero.
Resulta ahora increíble encontrar para esa época que, probablemente sin darse cuenta el presidente de los Estados Unidos dejaba una frase en el Foro Económico de Davos que a la par de develar su ideología, preanunciaba los fundamentos de su derrota en un país en el que es muy infrecuente que un presidente no sea reelegido.
El 20 de enero denunciaba a sus rivales demócratas como catastrofistas
«Predijeron una crisis de sobrepoblación en los años sesenta, una hambruna masiva en los años setenta y el fin del petróleo en la década de 1990. Estos alarmistas siempre exigen lo mismo: poder absoluto para dominar, transformar y controlar cada aspecto de nuestras vidas. Nunca dejaremos a los socialistas radicales destruir nuestra economía, destrozar nuestro país o acabar con nuestra libertad», afirmó el líder estadounidense; en una abierta referencia que alcanza a sus rivales demócratas en las elecciones del próximo mes de noviembre”[1]
Mientras tanto el Gobierno de China había decidido cuarentenar a millones de ciudadanos y alertábamos que aun estudiando diferentes vías y combinaciones de vuelo Argentina, Ezeiza mas precisamente se encuentra en promedio tan lejos como a 35 horas de vuelo desde Wuhan, desde Bangkok o desde Seul y que la inteligencia epidemiológica de los episodios mundialesera nuevamente la respuesta y especulábamos,como hasta hoy, que quizás el mismísimo «dolar solidario» había jugado a favor del país al facilitarpor disminución de viajeros el control sanitario, contribuyendo a la detección precoz de febriles en aeropuertos de quienes habían circulado o permanecido en el sudeste asiático la semana anterior.
Durante el primer trimestre nadie sabía si asustarse o no.
Comprendimos que China estaba haciendo un descomunal trabajo,por ellos mismos, pero que también redundaba en beneficio de toda la humanidad por i. haber tenido una gran velocidad en detectar la amenaza el virus responsable y los mecanismos clínicos que permiten detección precoz (no siempre fiebre), ii. Haber realizado la hasta entonces cuarentena más grande de la historia de la humanidad que afectaba a más de 40 millones de personas (era como cuarentenar a toda la Argentina), iii. Haber construido un hospital de 1000 camas en 10 días para la ciudad de Wuhan (una ciudad del tamaño de Londres) epicentro de la epidemia, mostrando que inevitablemente se iba a necesitar de esta complejidad de recursosiv. la suspensión de las festividades de año nuevo una de las dos fiestas más importantes de su calendario, v. la suspensión de licencias de todo el personal de salud. vi. el cierre de los principales puntos de turismo internacional (incluyendo la gran muralla). Vii. Compartir muy precozmente información y el material biológico necesario para que diversos países y centros mundiales pudieran desarrollar kits diagnósticos y vacunas en una carrera que aún no termina.
Para ese momento se abría el que sería un clásico del año la página web de la Universidad de John Hopkins que luego de 11 meses cierra el año 2020 documentando 83,5 millones de casos y 1,8 millones de fallecidos.
Al comenzar febrero nuevamente el gobierno de Estados Unidos daba muestra de no comprender lo que estaba pasando: “A pesar de los impactos, hay quienes estiman que el coronavirus podría ser una oportunidad económica para Estados Unidos. El secretario de Comercio, Wilbur Ross, afirmó que la dificultad sanitaria que enfrenta China, donde se presentan el 99% de los casos y todas las muertes (258) que ha habido hasta ahora, puede generar que las empresas que tienen las cadenas de suministro en ese país reconsideren su ubicación.
“Creo que ayudará a acelerar el regreso de los empleos a América del Norte, algunos a Estados Unidos, probablemente también a México”, sostuvo el funcionario en una entrevista con ‘Fox Business’. [2]
Para la segunda semana de febrero ya sabíamos que aunque la tasa de letalidad (cuanto riesgo de fallecer tiene quien se enferma) era considerablemente menor que el SARS (cinco veces menos) los observatorios epidemiológicos esperaban la superación del número 811, para informar que ya la neumonía de Wuhan ha superado en fallecidos al SARS (otro Coronavirus que saltó de especie a principios de siglo XXI y generó 800 víctimas fatales.
¿Como se explicaba esta aparente contradicción entre menos letal y más víctimas? Al haber comenzado en una megaciudad de 13 millones de habitantes y haberse desatendido los primeros signos de alarma el virus hasta donde se sabe de transmisión respiratoria, no se detuvo y ya había afectado en territorio Chino (el país más poblado del planeta) a 37.000 personas superando holgadamente los alrededor de 8000 casos de SARS. Hasta ese momento las medidas planificadas y/o dictadas por el temor y por los medios mantenían confinada la enfermedad y el alerta mundial parecía aun mostrar una respuesta rápida y adecuada para aislar los casos «importados» en aquellos países que estaban preparados y lo tomaban en serio. Pero, ¿que pasaría si el caso importado llega a un país no preparado?; rápidamente el virus se «nacionaliza» y aparecerían los casos autóctonos.
Para la semana siguiente se produce una suerte de epidemiología de laboratorio. una ciudad flotante con 3711 habitantes constituido por alrededor de dos tercios de pasajeros y un tercio de tripulantes está ofreciendo al mismo tiempo las condiciones para estudiar la circulación de un virus respiratorio que al parecer es nuevo en su circulación humana.
a partir de un caso índice detectado en Hong Kong el crucero DiamondPrincess fue derivado al puerto de Yokohama y cuarentenado, lo que permitió detectar 130 personas positivas para el virus. el solo dato de ningún fallecido muestra que la letalidad del 2 % en la población general no se aplica a este colectivo de personas con una edad promedio y un nivel de ingresos obviamente diferente a la de la población general de Wuhan.
las normas de seguridad planteadas en la cuarentena que se extendió hasta el 19 de febrero pondría a prueba la utilidad de las medidas cuarentenarias aplicadas a bordo en enfermedades respiratorias -por definición las mas difíciles de cuarentenar- aislamiento en camarotes, salidas de no mas de 90 minutos por día, y distancias entre pasajeros de dos metros o mas. un experimento costoso y doloroso que nadie planificó pero que cuidadosamente monitoreado podía producir conocimiento útil para el control de pandemias respiratorias.
La salud internacional incrementaba el alerta: nuevas incógnitas, la velocidad de difusión mucho mayor que la de sus primos el SARS y el MERS (aunque su letalidad sea menor).
observando sus patrones de difusión ¿es solo de transmisión respiratorio? al menos se han encontrado pistas en algunas localidades que se comporta también como de transmisión digestiva (además se comienzan a encontrar virus vivos y activos en materia fecal). ¿explicaría eso el patrón de difusión atípico dentro del barco laboratorio cuarentenado en el puerto de Yokohama?.
Mientras tanto ver pueblos cuarentenados en Italia con medidas similares a las de china o la forma de difusión que comenzaba en Estados Unidos diluyen cualquier argumento de exotismo, de que «eso pasa en el otro lado del mundo». la OMS comienza a reorganizarse frente a la pandemia y moviliza la experiencia de expertos internacionales.
A fines de febrero parecía que China ya había hecho lo suyo ¿y ahora?
En el mundo sanitario puede ser controversial definir cuanto uno debería preocuparse por una enfermedad potencial cuando existen amenazas «reales» que ya están golpeando la puerta. y allí como siempre las preguntas son más importantes que las respuestas. ¿porque mirar entonces a lo que estaba pasando en China? no solo por lo excepcional de la epidemia o por ser la fuente de una nueva amenaza sino también porque China había realizado investigaciones clínicas y epidemiológicas de utilidad mundial y exhibía la movilización de recursos sanitarios más importante de la historia de la humanidad. 33.000 trabajadores sanitarios en 220 equipos de salud, internados en los hospitales junto con sus pacientes, tres laboratorios móviles de punta montados sobre camiones apoyando las tareas era el balance cuando la curva epidémica comenzaba a declinar en ese país, pero comenzaba a generar focos secundarios en países tan diferentes como Corea del Sur, Irán o Italia.
Pero, estaban los países centrales preparados para una enfermedad como esta luego de haber atacado a sus propios sistemas de salud por mas de una década
En realidad, lo supieron todo el tiempo, los políticos, ideólogos y economistas neoliberales sabían que estaban destruyendo la capacidad del estado para enfrentar una crisis como esta.
El New Statesman lo ponía en estos términos.
¿Por qué el Reino Unido no está preparado para el peor escenario que el coronavirus podría causar?
En la era del libre mercado, «las funciones de protección y promoción de la salud del estado se han atrofiado”.
«China arrestó a los blogueros que informaron el brote del coronavirus. Irán culpó a los Estados Unidos. Donald Trump afirmó que la enfermedad era un «engaño demócrata». La televisión rusa afirmó que había sido diseñada por Trump. El italiano Matteo Salvini culpó a los migrantes africanos».
«Cualquiera que sea la ciencia biológica que finalmente concluya sobre el coronavirus, la ciencia política es concluyente: en un país tras otro, los defectos fundamentales del gobierno, de la ideología y de la organización de la sociedad civil están siendo puestas al descubierto por la epidemia de Covid-19, incluso en lugares donde ni siquiera empezado».
Si el coronavirus golpeara fuertemente al Reino Unido, con decenas de miles de personas infectadas, no hay duda de que los defectos en nuestra propia cultura política estarán expuestos. Estos incluyen la xenofobia casual y una indiferencia burocrática de rutina, vinculada a la privatización, en la que, por malas que sean las cosas, nunca es responsabilidad de nadie.
El peor escenario para el virus, dicen los epidemiólogos, es «muy malo». Quienes elaboraron el plan de acción se mostraron reacios a poner cifras sobre lo que significa «muy malo». Pero si ahora estamos planeando contingencias para que el 20 por ciento de la fuerza laboral esté ausente en el pico de un brote, serían seis millones de personas.[3]
Lo más difícil de medir es lo que no ocurre. Todas las epidemias hacen su curso y son seguidas por los medios como la sombra sigue al cuerpo a veces esta se encoge, a veces se estira pero siempre o casi siempre deforma. Aun sabiendo esto los medios son hoy la forma mas rápida de conocer lo que está pasando, mucho mas rápida que la información técnica especializada que en ocasiones llega semanas después, mucho mas precisa, pero en ocasiones fuera de oportunidad para tomar decisiones. Por eso los medios con todos sus sesgos ayudan porque
siempre se puede estar a tiempo de tomar medidas dictadas por la mas ajustada evaluación de lo que ocurre en el día a día. En contextos turbulentos los resultados parecían mas sencillos leyendo el diario de ayer. Para eso está la salud internacional para leer el diario de hoy para comparar, para estudiar medidas y evaluar efectos -los que ocurren y los que dejan de ocurrir- en todo el mundo por cercano o lejano que parezca.
Los economistas neoliberales comienzan a quejarse amargamente porque una enfermedad está arruinando la economía, no soportan salir del centro de la escena mediática, les costó siquiera escuchar que fueron las políticas económicas las que arruinaron la salud y la capacidad de respuesta de los países y no al revés.
los sistemas de seguridad europeos han estado bajo ataque del complejo médico industrial por dos décadas para «reperfilarlo» hacia el sistema norteamericano, es decir hacia sus propios intereses. Ese sistema norteamericano que ahora queda en evidencia, al desnudo y aparece no solo como el más costoso sino como el menos eficaz para manejar una pandemia en su propio territorio , quizás ahora -al menos por un tiempo- se comience a entender mejor para que sirve tener un sólido sistema de salud.
«la propia forma en la que está diseñado el sistema de salud estadounidense -el más caro del mundo- puede contribuir de forma indirecta a una mayor expansión del covid-19.[4]
el doctor Anthony Fauci, jefe del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU., admitía en marzo de este año que el sistema de salud del país «está fracasando» en la forma en la que detecta nuevos casos de coronavirus.
«El sistema (para confirmar nuevos casos) no está realmente orientado a lo que necesitamos en este momento, a lo que se está requiriendo. Eso es un fracaso. Admitámoslo», dijo la principal autoridad en infectología del país en una audiencia ante el Congreso.
Uno de los hechos que mayor desconcierto causa entre la comunidad científica estadounidense es el número de casos reportados oficialmente por las autoridades de salud.
«Lo que pasa ahora es que, a ciencia cierta, no sabemos cuántos casos hay realmente en el país», le comenta a BBC Mundo el doctor William Schaffner, profesor de Medicina Preventiva y Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville.
Al finalizar el primer trimestre de año el 2020 se había convertido en un año y un escenario didáctico para entender que somos un solo planeta. Una extraña coloración del cielo había traído a principio de año a SurAmérica las cenizas del megaincendio de la lejana Australia, justo cuando una noticia perdida indicaba que una nueva enfermedad comenzaba a circular a partir de un mercado que comercializaba animales vivos en Wuhan.
Para la misma época nos llegaba una solicitud de compañeros de Andalucía porque el gobierno de dicha Autonomía no tenía mejor idea que cerrar la Escuela de Salud Pública inspirado en los mismos principios de «austeridad» que al igual que en nuestro país se sustentaban en la curiosa idea que las epidemias y la salud pública eran cosas del pasado y que no ameritaba contar para ello con un Ministerio.
Cuando China puso 45 millones de personas en Cuarentena ya no había mucho que especular pero cuando Italia comenzó su carrera desenfrenada por superarla en el número de víctimas fatales …» a las barbas en remojo».
Y allí un nuevo recuerdo cuando en una reunión en Amberes los expertos de toda Europa nos compartían sus reflexiones. «Están destruyendo en una década el Estado de Bienestar y la Seguridad Social que laboriosamente se construyó luego de la segunda Guerra». Los sistemas de salud continúan pero tercerizados, privatizados, desmantelados en sus tramos menos rentables. Inglaterra, Francia, Italia, España, Bélgica, Alemania, hasta Suecia y apenas unas pocas resistencias como la «marea blanca» de Madrid para oponerse o resistir con éxito a las medidas de privatización mas extremas.
Con cuatro años de pausa en la laboriosa reconstrucción de la Salud Pública el 20 de marzo se tomaron las mismas medidas que tardíamente se tomaron en Europa con 2000 veces menos casos y 1000 veces menos fallecidos que Italia.
¿que sentido tenía? ¿que podíamos esperar? ¿que podíamos aprender?.
El sentido era transparente «el virus no tiene alas» luego solo nosotros podemos transportarlo. Viaja como polizón en nuestras manos, en nuestras secreciones y logra transportarse solo a fuerza de contactos, de toses y de estornudos). El aislamiento, el codo que corta el dispersor de un estornudo, el lavado de manos, la limpieza de superficies y de utensillos de uso común (celulares, teclados) cortan, interrumpen su circulación.
¿que podíamos esperar? el indicador de resultados no era que deje de haber más casos. Las medidas extremas y extremables que estabamos tomando juntos no soñaban con eliminar la circulación pero sí atenuar la inclinación de la curva ascendente, reducir o amesetar el pico de casos. Es muy difícil medir lo que «no ocurre» pero utilizábamos primero a Asia y luego a Europa como los casos testigos para compararnos.
¿Para que sirve atenuar y como se mide? permite organizar mejor los servicios de salud que no se saturan, permite proteger selectivamente a los grupos de riesgo y tomar medidas proporcionales. Se puede medir por el llamado tiempo de duplicación de casos.
Como a fines de marzo todos nos habíamos vuelto epidemiólogos podíamos comparar Brasil Chile o Colombia tuvieron sus primeros casos casi al mismo tiempo queArgentina y venían duplicando cada dos días y nosotros casi cada tres y medio.
La cuarentena no es solo epidemiológica trae aparejada mil repercusiones y condiciones sociales difíciles de resolver, pero con el espejo de España e Italia, entendiendo el sentido, se hacíamás llevadera y nos permitía encontrar o recuperar nuevas o renovadas formas de aprender que somos un solo planeta.
El contraste con Brasil no podía ser mas intenso. A fin de marzo Bolsonaro busca su propio golpe de efecto «los brasileros son tan fuertes que pueden bucear en una alcantarilla».
El 3 de abril la Fundación Soberanía Sanitaria publica un dossier completo con el sugerente título “Coronavirus, Crisis y Estado” [5] con el sugestivo epígrafe de comienzo “Ante una pandemia que expone las desigualdades de un orden mundial en crisis, es posible y necesario refundar el sistema de salud argentino”.
Como un acto casi natural, que pasó desapercibido a nivel mundial Argentina y muchos otros países de América Latina cerraron fronteras y sus vuelos aerocomerciales por meses cosa que no ocurrió nunca en Estados Unidos (aunque muchos pasajeros decidieran por su cuenta dejar de viajar y ocurrió por escasas semanas en Europa. Si costaba entender como un virus pudo circular tan rápido, como pasó de ser un problema chino en enero, para ser un devastador visitante de Italia y España en febrero, como en marzo creció hasta haber contagiado a un millón de personas en el mundo y como a principios de abril había llegado a 350.000 personas en estados unidos, superando 4 veces los valores de China, las páginas web que permiten observar el tráfico aéreo a tiempo real resultaron mas que elocuentes..
Luego de un primer trimestre de dudas sobre su intensidad y la magnitud en que podía afectarnos, debutando a mitad de marzo la pandemia de Covid 19 marcó el calendario político, económico, cultural, deportivo y por supuesto sanitario de America Latina y el mundo.
La verdadera magnitud de este drama se podrá verificar en tiempo diferido ya que la calidad de los registros, de los indicadores, la magnitud de los testeos forman parte también de las diferenciales entre países y entre regiones dentro de los propios países.
Como un verdadero resaltador la pandemia vino a poner de manifiesto las enormes diferencias en la calidad de vida, en la disponibilidad de recursos, en la accesibilidad y cobertura de los servicios de salud.
La ya clásica afirmación sobre que América Latina no es la región mas pobre pero sí la mas injusta del planeta tenía que expresarse con esta pandemia a veces en forma de cifras pero las mas de las veces en forma de noticias emergentes que a grandes pincelazos describieron la dramática situación que se vivió y que una simple vuelta de página anual o la esperanza de una vacuna que llegará muy tarde para cientos de miles de latinoamericanos no puede ocultar.
Formas de medir en Sur América
Según las estadísticas mundiales sur américa cerró el año 2020 con 13,1 millones de casos (un
La debilidad de los sistemas de salud en América Latina incluye a sus sistemas de información por lo que hizo falta acercarse a la información por vías indirectas.
La prensa oral y escrita se concentra en los números absolutos, ¿cuántos casos?, ¿Cuántos fallecidos? ¿Cuántas camas ocupadas o disponibles?.
Esta forma de describir produce distorsiones a la hora de comparar: Brasil comenzaba a tener muchos más casos, pero también tiene mucha mas población, ¿entonces?
El uso de los números absolutos da idea de la magnitud de un hecho, los números relativos dan idea de los riesgos reales y permiten comparar realidades.
Del mismo modo ocurre con el uso del tiempo. A medida que el tiempo transcurre el número de casos acumulados pierde valor y son mas bien las curvas y la distribución de ellas (aplanar, amesetar) las que comienzan a inundar el vocabulario político y sanitario.
Los indicadores disponibles y mas útiles entonces lo han constituido la incidencia medida en períodos cortos (casos diarios/habitantes), la mortalidad (fallecidos/población) o la letalidad (fallecidos/casos) y finalmente la denominada sobremortalidad por cualquier causa que expresa cuantas mas muertes se produjeron en el año 2020 respecto a un promedio de los años anteriores. Este último dato resulta especialmente útil en plazos cortos para verificar saturación de servicios de salud (no hay camas para nadie ni para nada) o para verificar en plazos maslargos incluso anual, la calidad de los diagnósticos, la calidad de los registros e incluso la posibilidad que las medidas de protección hayan servido para reducir la presencia de otras enfermedades respiratorias o de transmisión aérea.
El año 2020 se despide dejando 82 millones de casos detectados y 1.794.000 fallecidos en el mundo. Sur América a pesar de contar apenas con un 5,6 % de la población mundial con 13,1 millones de casos aporta el 15,8 % de los casos totales y aporta con 363.000 víctimas el 20,2 % de los fallecidos en el planeta
La información periodística nuevamente podía ayudar, sin embargo, no eran los números absolutos ni relativos los que construían la noticia sino la súbita carencia de servicios de salud, generalmente camas de servicios críticos, de recursos sanitarios paradigmáticos como oxígeno, y hasta de servicios fúnebres para la disposición final de los cuerpos de las víctimas.
Comparemos los casos más extremos de América del Sur en el 2020 y veremos que no dependen del número absoluto de casos, sino de su concentración en el tiempo, de la inequidad territorial en la distribución de recursos sanitarios, de las políticas de financiamiento y privatización que asolaron a la región en las últimas tres décadas.
Así mientras Ecuador, mas precisamente el Guayas estallaba entre el 23 de abril y el 8 de mayo con un número de casos inferior a 1,2 casos diarios por 10.000 habitantes, entre el 15 de mayo y el 15 de julio Chile duplicaba y hasta triplicaba esa carga diaria de casos por habitante. Una marca que ningún otro país en la región igualó. Argentina retrasa su curva hasta fines de agosto y aunque no alcanza los valores extremos de Chile sostiene entre el 28 de agosto y el 20 de noviembre una carga superior a 2 casos cada 10.000 habs diarios. Brasil por su parte, a pesar de las grandes diferencias regionales mantuvo una presión promedio de entre 1,5 y 2,2 casos diarios cada 10.000 habitantes desde el 1 de junio por 30 semanas consecutivas. Colombia registra un pico sostenido de casi 2,2 casos diarios cada mil habitantes durante todo el mes de agosto y repunta sobre el final del año superando una carga de 2,6 casos cada 10.000 a fin de año. Perú muestra tantas oscilaciones a lo largo del año que alimentan las dudas sobre su sistema de información,pero muestra dos picos que superan los 2 casos cada 10.000 a principio de junio y luego en la tercera semana de agosto. Paraguay ingresa tardíamente al lote a partir de agosto y Uruguay que parecía el país que mejor se había protegido expone un empuje sobre el final del año que supera la marca de 1,5.
La letalidad (cantidad de fallecidos sobre la totalidad de casos) puede expresarse como un indicador disponible y razonablemente sensible de resultados sanitarios. Aunque puede verse alterada por un escaso número de casos detectados (en ese caso la letalidad sube) o un subregistro de fallecidos por esta causa (en este caso la letalidad baja) puede considerarse que el promedio mundial y sudamericano se estabilizó a partir de mayo en alrededor de un 3 %que podría considerarse (aunque varía según el grado de envejecimiento de la población) como el estándar de letalisdad esperable teniendo una población adecuadamente atendida.
De los países de América del Sur Ecuador se mantuvo por casi 40 semanas por encima de un 6 % con picos de 9, 6 % a principio de setiembre con una curva los que hace suponer un marcado subregistro de casos, territorios con muy escasos servicios de salud y algún cambio en su sistema de registro. Bolivia sigue un patrón parecido con un pico en abril superior a 8 y un sostenido 6% en las últimas 18 semanas. Perú se estabiliza en un 4 % de letalidad a partir de julio mientras que Argentina, Chile Colombia y Brasil se mantienen estabilizados por debajo de un 3 %desde octubre a la fecha.
Noticias de Manaos
Para el 23 de abril tomábamos noticia que Manaos: la ciudad más importante de la amazonia era de las primeras en pagar las facturas de la dictadura solapada de Brasil.
No era un fenómeno que comenzaba entonces. Fue desde el comienzo del golpe de estado a Dilma Roussef con el congelamiento perpetuo de las partidas públicas de salud por parte del Golpista Temer y luego con la asunción de Bolsonaro que ocurrió. El desmantelamiento del programa “Mais Médicos” uno de cuyos principales beneficiarios era el Estado de Amazonas tenía ahora efectos catastróficos.
Lejos de la época dorada en que la explotación del caucho la revistió de un prestigio internacional, la orgullosa ciudad de Manaos intentaba mantener una actividad económica vigorosa incluyendo sus múltiples atractivos turísticos. Al conocer sus centros de salud, y sus nacientes carreras de salud universitarias apenas dos años atrás se notaba su pujanza, cuando seguramente nadie ni en la peor pesadilla pensaba en tener que abrir fosas comunes.
El 24 de abril el Deutsche Welle mencionaba: “»Amazonas hace unos 20 años era uno de los estados con la mayor inversión en salud, y hoy la mayoría de los municipios ni siquiera tienen un hospital. El sistema es caótico, funcionarios de salud fueron procesados por corrupción, y a todo esto se suma el colapso por la pandemia, resume el diputado estatal SerafimCorrêa, exalcalde de Manaos”.
“Fuera de Manaos, ninguno de los hospitales en los otros 61 municipios amazónicos tiene camas en la unidad de terapia intensiva. En la capital, con aproximadamente 2 millones de habitantes, solo hay 293 camas (privadas y públicas) y ocho ambulancias, ahora frenéticamente activas. Según la Secretaría de Salud del Estado, todas las camas de terapia intensiva estaban ocupadas el jueves”.[6]
Noticias alarmantes llegan de Guayaquil
Entre el 24 de abril y el 5 de mayo Ecuador anuncia la contagiosidad extrema y lo poco preparado de los servicios. Con epicentro en Guayaquil supera una carga de más de 1,15 casos diarios cada mil habitantes.
A fines de marzo y durante el mes de abril las noticias de los diarios muestran un panorama desolador. La ciudad está desbordada de fallecidos y se desborda hasta la capacidad de recoger los cadáveres que comienzan a ser dejados en las veredas por las familias a la espera que alguien los recoja.
“El periódico” de Barcelona[7] lo explicaba así: “La muerte anda suelta y se queda en las calles de Guayaquil, la capital de la provincia ecuatoriana de Guayas donde se concentra el 70% de los 3.163 contagios por coronavirus en el país y la gran mayoría de los 120 decesos. Las imágenes de cadáveres en el espacio público retratan hasta qué punto el Gobierno del presidente Lenin Moreno ha sido desbordado por la pandemia.
Ecuador es el segundo país con más decesos por la crisis del coronavirus, solo superado por Brasil. Pero su territorio es 30 veces más pequeño que el brasileño, y su población 12 veces menor.
“Pero lo de Guayaquil supera todas las previsiones. Esa ciudad portuaria acumula más casos letales que los reportados en Perú, Argentina, Colombia, Uruguay, Venezuela, Bolivia y Paraguay. Su tasa de mortalidad por el covid-19 es de 1,35 por 100.0000 habitantes, por encima de la de San Pablo (0,92), la gran megalópolis sudamericana. Y todo puede ser peor. Jorge Wated, designado por el impopular Moreno al frente de la Fuerza de Tarea Conjunta, reconoció que «los fallecidos en estos meses serán entre 2.500 y 3.000 solo en Guayas». Por lo pronto, anunció que el Gobierno ya se ha garantizado 2.000 espacios en los cementerios de Guayaquil”.
En Chile mientras tanto la Celag informaba[8]
A julio de 2020, Chile lidera el trágico ranking de muertos por habitantes por causa de la pandemia Covid-2019 en América del Sur. Este resultado está vinculado, sin dudas, con la velocidad con la que se adoptaron las medidas de aislamiento social y las capacidades efectivas de la sociedad de cumplirlas.
Sin embargo, estos no son los únicos elementos; también es necesario considerar las capacidades del sistema de salud, en particular del público, para dar respuesta en una emergencia generalizada. Como han puesto de manifiesto las revueltas populares desde octubre de año pasado, el modelo neoliberal chileno tiene dos caras y cruje por dentro. En esta nota mostraremos algunos números de las dos caras y cómo el Estado subsidiario en salud ha segmentado a la ciudadanía chilena y hoy pone en riesgo la capacidad de respuesta a la pandemia.
A inicios de julio, los informes indican que la capacidad hospitalaria en Santiago opera prácticamente al tope, mientras que los fallecidos continúan en aumento[2]. La respuesta del Estado subsidiario ha sido decepcionante y peligrosa. Por un lado, no se presentan modificaciones presupuestarias para otorgar fondos adicionales al sistema de salud, al menos, hasta el 30 de abril, cuando el país ya registraba alrededor de 19 mil casos y 227 muertos (Goyenechea, 2020). Por otro lado, los anuncios del Gobierno solo se han enfocado en flexibilizar las condiciones para el acceso al crédito como “protección a la clase media”, alimentando la perversidad de endeudarse para cubrir gastos básicos. Por otro lado, se ha dedicado a proteger a los “ganadores del modelo”, evitando que se cobre el impuesto a los super ricos y, hasta su fracaso legislativo, militó rabiosamente por el veto a la extracción del 10% de las cuentas individuales de las AFP.
El espíritu neoliberal de la Constitución ha alimentado la tendencia general a endeudarse para cubrir los servicios básicos de la vida moderna, lo que ha llevado a altos indicadores de endeudamiento familiar. La desigualdad no solo ha sido evidente en las diferencias de ingresos y riqueza, sino también en el papel ausente del Estado para garantizar condiciones de vida dignas y proteger a los chilenos de la pandemia.
En Perú el emergente fue no solo la escasez de camas sino la de tubos de oxígeno
La BBC en español del 12 de junio lo informaba así:[9]
«Tuvimos que vender casi todas nuestras cosas porque mi mamá comenzó a necesitar oxígeno todo el tiempo. No le podíamos quitar el oxígeno y aquí era casi imposible conseguirlo».
Fiorella Sorroza no ha tenido tiempo de hacer el duelo por la muerte de su madre, Edda Merchán, el pasado sábado en la ciudad de Tumbes, en el norte de Perú.
Ella murió después de varios días de agonía en los que conseguir el oxígeno para que sobreviviera a la enfermedad se convirtió en una odisea.
«Todos los días teníamos que hacer horas de fila para conseguir una botella, dos botellas, y así rellenar el cilindro que ella tenía en la casa», le dice Sorroza a BBC Mundo desde su casa en Tumbes.
El caso de Sorroza pone en evidencia un problema que aqueja a Perú a causa de la pandemia del covid-19, que ya se ha cobrado la vida de más de 5.000 personas en el país: la escasez de oxígeno.
De acuerdo al ministerio de Defensa, el país necesita 173 toneladas de oxígeno diarias para cubrir la actual demanda y, según datos revelados por el Colegio de Medicina de Perú a la prensa, el país apenas produce el 20% de ese volumen.
Por esa razón, hay una nueva postal de la crisis del coronavirus que se ha repetido en distintas ciudades de Perú durante los últimos días: las largas filas de personas en los locales de venta de oxígeno medicinal, que esperan por horas para llenar sus pipetas o balones. la demanda también creó un mercado clandestino de rápido crecimiento.
De acuerdo con varias denuncias, el precio de los cilindros de oxígeno de 10 metros cúbicos en el circuito ilegal ha llegado hasta los 6.000 soles (unos US$1.750).
La policía peruana informó esta semana el cierre de una empresa por la venta no autorizada de oxígeno medicinal en la capital peruana y la captura de dos personas presuntamente involucradas en la especulación de precios.
«Hemos llegado a intervenir esta empresa que tiene dos locales, simultáneamente, porque teníamos conocimiento que acá estaban envasando el oxígeno industrial en balones de oxígeno medicinal», señaló Edgardo Emilio Garrido López, general de la Policía Nacional del Perú.
A modo de conclusión
Sin una pretensión de universalidad ni de recorridos exhaustivos intentamos concluir esta breve semblanza de Salud Internacional construida desde la mirada de un equipo de conducción sanitaria de una Provincia como la de Buenos Aires, -que si fuera un país sería el sexto de América del sur con casi 18 millones de habitantes-, y que a pesar que la cotidianeidad le impuso concentrarse fuertemente en poner de pie una infraestructura de servicios de salud deteriorada y una fuerza laboral subdimensionada y desmotivada no dejó ni por un momento en pensar simultáneamente lo local y lo global.
Para promover medidas de equipamiento y de respuesta sanitaria en magnitudes tales que no se tienen registros similares en la historia sanitaria argentina resultó imprescindible comprender y sobreponerse a los cuellos de botella en el comercio internacional de insumos sanitarios, comprender los juegos de los diversos actores que dominan el mundo de la ciencia y la tecnología en salud, comprender la dinámica de los organismos internacionales, apoyar medidas sanitarias no siempre inicialmente comprendidas y sobre todo el comprender que el orden mediático mundial no se limita a reflejar lo que ocurre, no documenta noticias, las construye, y las inclina generalmente en función de intereses siempre convergentes con los intereses económicos..
La inclusión en la información estratégica de las noticias internacionales de diferentes fuentes (INFOPAN) entre los insumos de la Sala de Situación del Ministerio, entresacando en fuentes no tradicionales o poco utilizadas la información mas pertinente constituye un hito y un nuevo recurso para la inacabable tarea de construir Soberanía Sanitaria.
Al comenzar el 2021 un nuevo panorama sembrado por una lucha cruzada entre productores de vacunas a nivel mundial promete cambiar el eje de las discusiones sanitarias, nuevamente la política definirá en el orden internacional, en cada país, en cada región a quienes llegue y a quienes no una nueva prueba para la difícil construcción del derecho a la salud de nuestros pueblos.
Notas
[1]https://elpais.com/internacional/2020/01/21/actualidad/1579609594_861770.html
[2]https://www.entornointeligente.com/secretario-de-comercio-wilbur-ross-el-coronavirus-podra-ser-una-oportunidad-econmica-para-eeuu/?fbclid=IwAR0RcwikLfv6ekUeJVq3GMmZNj22WNtZfPA0x9fa-l6UJ4ZOU5kfz4vbROk
[3]https://www.newstatesman.com/politics/uk/2020/03/why-uk-unprepared-worst-coronavirus-could-inflict
[4]https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-51840157
[5]https://soberaniasanitaria.org.ar/coronavirus-crisis-y-estado/
[6]https://www.dw.com/es/manaos-una-ciudad-azotada-por-el-nuevo-coronavirus/a-53230844
[7]https://www.elperiodico.com/es/internacional/20200402/muertos-en-las-calles-la-imagen-que-resume-la-crisis-sanitaria-en-ecuador-7914370
[8]https://www.celag.org/chile-estado-subsidiario-y-colapso-del-sistema-sanitario/
[9]https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-53025355
* Médico Sanitarista. Director de la Escuela de Gobierno en Salud Floreal Ferrara del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.