Uruguay | Salen a la luz aquellas aberraciones de la dictadura – Por Mauricio Pérez

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Por Mauricio Pérez *

La Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad solicitó el procesamiento con prisión de cinco militares por el homicidio muy especialmente agravado de Gerardo Alter, en 1973. Entre los imputados está Armando Méndez, exdirector de Aduana en democracia, durante el gobierno de Luis Lacalle Herrera, padre del actual presidente,.

Dos meses después del golpe de Estado de 1973, efectivos del Ejército –apostados en el Batallón Florida­– trabajaban para desbaratar a la estructura del MLN que aún pervivía. Esto incluyó el interrogatorio, bajo torturas, de decenas de militantes de esa organización política; allí se obtuvo información sobre un contacto entre integrantes del MLN y del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), de Argentina.

El operativo permitió la detención de dos militantes tupamaros, Walter Arteche y Jorge Selves, y del integrante del Partido Revolucionrio de los Trabajadores (PRT) Gerardo Alter. Los tres fueron trasladados al Batallón, encapuchados, desnudados e interrogados. Los interrogatorios eran intercalados con tormentos de diverso tenor, golpes de puño y con objetos contundentes; también se les aplicó corriente eléctrica a través de magneto. Para que la tortura fuera más efectiva, fueron estaqueados y rociados con agua. Sólo uno de los tres, Selves, salió con vida.

Alter falleció durante el interrogatorio. La autopsia efectuada en 1973 por el médico militar José Mautone estableció que murió a causa de un edema agudo pulmonar, pero reveló la existencia de diversas lesiones en su cuerpo. Una autopsia histórica efectuada por una junta médica, con base en ese informe primario, confirmó la existencia de torturas.

Según este informe, el militante argentino «sufrió múltiples lesiones traumáticas, en distintas etapas evolutivas, lo que permite deducir que fueron producidas por agresiones que se reiteraron en el tiempo. Las lesiones comprobadas revelan, por su traducción en el examen interno, que fueron producidas por contusiones desarrolladas con intensa energía». La autopsia también constató contusiones pulmonares de origen traumático y una quemadura negruzca de origen eléctrico. Alter fue «golpeado hasta morir», concluyó el informe.

Una pieza clave de la indagatoria penal fue la aparición del expediente 77/973 de la justicia militar, que investigó la muerte de Alter en la dictadura. Ese expediente permitió identificar a los efectivos partícipes del operativo; todos los investigados, salvo uno, admitieron ante el juez militar su participación en el interrogatorio de Alter, pero el caso fue arvhivado.

Cuarenta años después, ante la justicia penal, los militares cambiaron su versión y negaron los hechos. Sin embargo, tras analizar las pruebas, el fiscal Ricardo Perciballe consideró probado que estos militares «se encontraban en dicho lugar (el Batallón Florida) el día en que ocurriera la muerte de Alter y que formaban parte del equipo de interrogadores».

En este marco, el fiscal solicitó el procesamiento con prisión de los militares Armando Méndez, Pedro Buzo, Nestor Silveira, Diego Cardozo y Antranig Ohanessian como coautores de un delito de homicidio muy especialmente agravado. Méndez –exdirector nacional de Aduanas durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle– está imputado en otras causas, entre ellas las torturas contra ex-presos políticos en el Batallón Florida, entonces ubicado en el barrio Buceo, en 1972.

Se trata de la segunda imputación de militares por la muerte de Alter. En octubre de 2011, el juez Eduardo Pereyra dispuso el procesamiento con prisión de los coroneles Alberto Gómez Graña y Arturo Aguirre. Gómez Graña falleció en prisión antes del fin del proceso penal.

El operativo efectuado por efectivos del Batallón Florida en agosto de 1973 también derivó en la muerte del militante tupamaro Walter Arteche. En 2016, la fiscal Ana María Tellechea solicitó el procesamiento de varios militares por este crimen, bajo la hipótesis de que Arteche falleció junto a Alter en la sesión de torturas. Esta hipótesis –en principio– quedó descartada, por lo que el fiscal Perciballe decidió profundizar la indagatoria, dijeron fuentes judiciales a Brecha.

La partida de defunción –anexada al expediente penal– establece que Arteche falleció a causa de un disparo de arma de fuego. La hipótesis indica que tras ser interrogado, fue retirado del Florida y trasladado a un operativo para identificar locales de la organización; al llegar al lugar, Arteche recibió un disparo. Por qué se le disparó y quiénes participaron del operativo es parte de la nueva investigación de la Fiscalía.

* Periodista de Tv Ciudad, semanario Brecha y revista Túnel. Estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad de la República (Udelar).

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