Pandemia del COVID-19 y educación superior en Argentina. El caso de la UNQ – Por Alejandro Villar
Pandemia del COVID-19 y educación superior en Argentina. El caso de la Universidad Nacional de Quilmes
Por Dr. Alejandro Villar, rector de la Universidad Nacional de Quilmes
La crisis generada por la pandemia del COVID-19 que asola al mundo colocó a las universidades públicas argentinas en una situación de alta tensión en la que setuvo que tomar decisiones en un marco de incertidumbre como nunca se había visto. A su vez, puso en evidencia su capacidad para afrontar sus propios desafíos educativos, como así también su fortaleza científico-tecnológica y vocación de servicio, articulando con los gobiernos locales y provinciales en donde están asentadas.
En el caso de la Universidad Nacional de Quilmes se acordaron cuatro objetivos. Primero, cuidar a la comunidad. Segundo, generar las condiciones para comenzar y mantener los procesos de enseñanza y aprendizaje. Tercero, colaborar en todo lo posible para enfrentar la pandemia y, cuarto, poner en funcionamiento los cuerpos colegiados para garantizar la democracia y dotar de legitimidad las decisiones a tomar.
Para el primero de estos objetivos, gracias al esfuerzo y capacidad de los equipos informáticos,se organizó el teletrabajo, permitiendo el acceso remoto a los escritorios y aplicativos de gestión a la vez que se proveyó de la protección necesaria a aquellos trabajadores que deben seguir concurriendo a la sede de la Universidad.
Para el segundo, se incorporaron los instrumentos de la educación virtual en una suerte de “educación remota de emergencia” que permitió que miles de alumnas y alumnos pudieran cursar y ser evaluadas y evaluados a lo largo del año.Asimismo, atendiendo a las dificultades de acceso a las tecnologías y la conectividad que tiene un importante número de estudiantes, se fortaleció el programa de becas y se creó un subsidio tecnológico por el que se entregaron 300 chips con 5 GB de capacidad de datos de navegación que aseguran el acceso a internet.
Para colaborar en la lucha para contener la pandemia se desarrollaron dos tipos de acciones. Por un lado, se colaboró con el Municipio de Quilmes en la política sanitaria y social. Así, se creó el Centro de Aislamiento Sanitario que ocupó dos pabellones de aulas donde se instalaron 130 camas destinadas a personas que resulten sospechosas y/o sean infectadas por el COVID-19 y que por cuestiones de espacio en sus hogares sea conveniente que transiten la cuarentena en un espacio aislado en el que puedan ser atendidas adecuadamente. La Escuela Secundaria de Educación Técnica (ESET) funcionó como punto solidario para las familias vecinas de la localidad de Ezpeleta Oeste donde está emplazada, convirtiéndose en un espacio destinado a la logística de la política social del Municipio. A su vez, se instaló un Centro de Telemedicina COVID Universidad (CeTeC-U) con el objetivo de aumentar la capacidad operativa y de apoyo a los seguimientos que se realizan en el que colaboran casi cincuenta estudiantes como voluntarias y voluntarios.
Por otro lado, se desplegaron las capacidades científico-tecnológicas de la universidad que permitieronmontar el Centro de Diagnóstico del COVID19 que se integró al sistema sanitario como parte de los 41 que posee de la Red de Diagnóstico Provincial.A su vez, a partir de la alianza estratégica con la Universidad de San Martín (UNSAM) y dos pymes tecnológicas, un equipo de investigadores desarrolló un test rápido para el diagnóstico molecular del virus denominado ELA CHEMSTRIP que está siendo utilizado por numerosas instituciones.
Para el último de los objetivos se logró que tanto los Consejos Departamentales como el Consejo Superior y las comisiones que los integran se reúnan y funcionen en una plataforma de video llamadas basada en software libre. Las sesiones también se transmiten por el canal de YouTube de la Universidad garantizando no solo el adecuado funcionamiento de los órganos de gobierno sino la mayor transparencia posible en el marco de la pandemia.
Como conclusión y a modo de prospectiva se puede augurar que las universidades no saldrán de esta pandemia de la misma manera en la que ingresaron. La extensión y el impacto de la utilización de las nuevas tecnologías permiten prever cambios sustanciales tanto en la gestión como en los procesos educativos que van a orientarse hacia un esquema bimodal o mixto que imbrique lo presencial y lo virtual. Por otro lado, la respuesta de las y los investigadores demostraron su alta formación y flexibilidad de respuesta a las necesidades sanitarias que pueden reorientarse hacia nuevas agendas públicas de tipo productivo, contribuyendo al desarrollo del país sobre la base del conocimiento y la innovación. Finalmente, la colaboración en la lucha por mitigar la pandemia pone a la universidad como un actor más del territorio, comprometida con su entorno.