Ecuador | Andrés Arauz, candidato presidencial: «Buscan impedir que participemos de las elecciones»
Por Mercedes López San Miguel
El 6 de febrero de 2021 Andrés Arauz cumplirá 36 años. Si gana las elecciones del día siguiente, se convertirá en el segundo presidente más joven de Ecuador después de Juan José Flores, el primer mandatario de su país, que asumió en 1830 con 30 años de edad. Pero antes, la fórmula que lidera Arauz junto a Carlos Rabascall debe superar el embate del gobierno de Lenín Moreno. “Tenemos una amenaza de proscripción política. Hay una intentona de golpe a la democracia al no permitir que participemos en las elecciones. Inclusive existe el riesgo de que quieran posponerlas para que Lenín Moreno acabe de vender el país con negociados de última hora.” dijo Arauz en diálogo con Página/12, a dos meses de la cita electoral.
El candidato del frente Unión por la Esperanza (UNES) llegó a la Sala de la Juventud Néstor Kirchner del tercer piso del Congreso tras mantener sendas entrevistas con Cristina Fernández y Máximo Kirchner. Los sonidos de una marcha en favor de la legalización del aborto se alcanzaban a oír en este espacio enmarcado por fotos de Kirchner junto a Fidel Castro, Evo Morales, Lula da Silva, Hugo Chávez y Juan Manuel Santos, entre otras.
Arauz, exministro en el gobierno de Rafael Correa, fue escueto al contar su conversación con la vicepresidenta argentina. “Hablamos sobre la integración, la política, la vida humana cuando uno ejerce la política; el futuro de nuestros países y de la región”. Con Máximo Kirchner la charla giró en torno a “las relaciones de nuestras fuerzas políticas y de los movimientos populares, las distintas formas de entender a la sociedad movilizada y la urgencia de que eso sea una dinámica permanente para nuestros países”, dijo el también exdirector general del Banco Central de Ecuador.
Al economista doctorado en la Universidad Nacional Autónoma de México lo iba a acompañar Correa en la boleta electoral, pero la Justicia inhabilitó al exmandatario, quien hoy vive en Bélgica y denuncia ser víctima del lawfare. Las trabas no quedaron ahí. “Hemos recibido nuevas apelaciones a la inscripción del binomio Arauz -Rabascall y los argumentos son ridículos. Plantean que nuestro partido no existía en su momento, que la alianza no estaba firme, que debíamos responder a una impugnación en un informe distinto al de la inscripción. Son elementos formales que buscan trabar y demorar nuestra inscripción, y ubicarnos en desigualdad de condiciones”, afirmó Arauz, quien llegó a la Argentina en una visita organizada por el presidente del Parlasur, Oscar Laborde. El candidato correísta lidera los sondeos sobre el banquero Guillermo Lasso y el dirigente de Pachakutik Yaku Pérez, entre una quincena de postulantes.
– Las elecciones son el 7 de febrero, faltan tan solo dos meses…
– Desde hace dos meses, quince candidatos ya están firmes, pero nosotros no, a pesar de que lideramos todas las encuestas. En 2017 aprobamos en un referéndum la prohibición de que candidatos y funcionarios tengan bienes en paraísos fiscales, y sin embargo, a Guillermo Lasso no lo inhabilitaron. Lasso tiene un banco en Panamá, apareció en los Panamá Papers y Paradise Papers.
– La protesta del 2019 contra el llamado «paquetazo» de Moreno la protagonizó el sector indígena. Ese sector de la sociedad mostró críticas hacia Correa también. ¿Cuál es el acercamiento que hacen desde su espacio, teniendo en cuenta que Yaku Pérez puede capitalizar ese descontento?
–Lo de octubre fue específicamente una reacción ciudadana en contra de las medidas de Lenín Moreno y del FMI, ahí no había una expresión anticorreísta. De hecho, Moreno aprovechó ese momento para encarcelar a parte de nuestros líderes so pretexto de las protestas de octubre. Nosotros hemos dicho que es momento de la unidad del pueblo ecuatoriano, también con los pueblos y nacionalidades indígenas. Por eso, en Bolivia, gracias a una invitación de Evo Morales, dijimos que necesitamos tener claridad histórica ante lo que enfrentamos; en un mundo pospandemia tiene que haber unidad e invitamos a un diálogo sincero y honesto que pueda relanzar una relación que tuvo conflictos en el pasado y que hay que saldar porque nos interesa un proyecto de largo plazo.
– ¿El objetivo sería un Estado plurinacional como en Bolivia?
– En Ecuador nuestra Constitución ya ordena que debemos tener un Estado plurinacional e intercultural, el reto está ponerlo en práctica, convertirlo en hechos, y para eso hemos entablado una apertura de conversaciones con la dirigencia del movimiento indígena, que es muy diverso, y que incluye a distintas orientaciones políticas, religiosas e ideológicas.
-¿En esa discusión incluyen el cuestionado modelo extractivista?
-Nosotros planteamos que Ecuador tiene que tener una apropiación científica, tecnológica, industrial y ecológica de los recursos naturales. No podemos esconder la realidad de que tenemos riqueza natural, el tema es que esos recursos no deben ser explotados en beneficio de unos pocos, o de otros de afuera, sino que debe repercutir en el desarrollo de nuestras comunidades y del país. Hemos planteado una transformación del modelo extractivista heredado de 500 años de globalización en ese sentido hacia un modelo basado en la economía del conocimiento y en la biodiversidad. Por ejemplo, hemos planteado y está en marcha la universidad de la biodiversidad, que tiene a su cargo 90 mil hectáreas de reserva biológica para que esa riqueza natural,junto con los conocimientos ancestrales,se vuelvan una alternativa de generación de renta para las comunidades y para la sociedad.
«Queremos evitar la hambruna»
– Lenín Moreno anuló el decreto tras las protestas, pero ¿ hubo un aumento del IVA y un recorte del gasto social?
-Hubo un compromiso de aumentar el IVA y el gasto sí se redujo con despidos y reducciones salariales, recortes, cierre de instituciones y privatizaciones que han afectado la solvencia de la economía y la situación de las familias. Tenemos índices alarmantes: empieza a haber desnutrición aguda en la población ecuatoriana, subas en los indicadores de pobreza y de desigualdad, y ahora tenemos la triste cifra de que 60 por ciento de las familias declaran que no pueden cumplir con las necesidades básicas. Nuestra prioridad de forma excluyente es evitar un problema de hambruna en Ecuador, y tenemos que realizar transferencias directas a las familias, sobre todo a las madres de familia, para poder retomar el consumo y reactivar la economía familiar.
– A eso se suma el efecto de la pandemia de coronavirus
– La crisis se fraguó antes. La pandemia fue aprovechada como la doctrina del shock, en donde los primeros meses mientras la gente se estaba muriendo aprobaron dos leyes: una de precarización laboral, que facilitó despidos y reducciones salariales, y otra de finanzas publicas, que impide aumentar el gasto público.
– ¿Cuáles serían sus primeras medidas de llegar al gobierno en mayo?
-Poner dinero en los bolsillos de las familias ecuatorianas e implementar la vacuna en los sectores críticos y esenciales de la sociedad, como salud y educación, para que la gente pueda retomar la actividad económica y social.
– ¿Plantearían un aumento de impuestos a los ricos?
– Es uno de los temas que planteamos debatir en la sociedad. En Ecuador, 70 por ciento de la población está de acuerdo con un impuesto a los millonarios, que a todos los que tengan en su patrimonio de más de un millón de dólares se les pueda exigir una contribución del 2 por ciento.
– ¿ Impulsará el debate por la legalización del aborto en Ecuador?
-Creo que es un debate que justamente debe ser impulsado desde la sociedad, desde la movilización, de las mujeres sobre todo. Acá en Argentina tuvimos a millones de mujeres en las calles, en Ecuador eso no ocurrió todavía.
– ¿Y cuál es su posición?
-Yo tengo mi posición que responde a una experiencia de vida, pero en Ecuador mi posición es respetar la Constitución de la República. Yo creo que en ciertos casos debe ser permisible pero el debate lo tiene que dar la sociedad.
Rumbo auspicioso para América latina
– El octubre del año pasado hubo protestas en Ecuador, en Colombia, en Chile, estaba por suceder el golpe de Estado en Bolivia. ¿Cómo ve hoy a Sudamérica?
–La vemos realmente motivados con el triunfo contundente en Bolivia, en Chile con la Constituyente; marca claramente el rumbo que está retomando América latina. Lo de Chile es trascendental porque pasa de ser paradigma del neoliberalismo a encarar un proceso que busca poner los derechos sociales en el centro del debate. A eso se suma una coyuntura muy favorable para que el pueblo ecuatoriano tenga una victoria democrática contundente el 7 de febrero.
– ¿Imagina el regreso de Correa a Ecuador como sucedió con Evo Morales?
– Si, será un regreso próximo, una vez que garanticemos con nuestra victoria que vuelve la independencia judicial, los mismos jueces se encargarán de desmontar las patrañas y mentiras con las que se quiso perseguir a Correa.
–El cambio de signo político en Estados Unidos, ¿qué expectativa le genera?
— Hay relaciones estructurales con EE.UU. que van más allá de la administración republicana o demócrata. Dicho esto, existen matices, por ejemplo, la posibilidad de que los países del sur accedan a los derechos especiales de giro, que es una moneda mundial que se emite en el marco del FMI y que permitirá a los países tener más liquidez para enfrentar la crisis de la pandemia. Nuestra aspiración es que no suenen los tambores de guerra en nuestra región, que la solución de las controversias se mantenga en el ámbito de discusión y el diálogo.
-¿Está pensando en Venezuela?
–Sí, en Venezuela y en otros países que son permanentemente señalados por el establishment norteamericano y que se refleja en la presencia de bases militares en nuestra América, eso tiene que irse desmontando paulativamente. Nosotros dimos por liquidada la presencia de militares estadounidenses en la base de Manta pero tristemente Lenín Moreno permitió presencia militar en las Islas Galápagos.
–El gobierno de Moreno desmanteló la sede de la Unasur..
— Primero renunció al tratado y luego la sede fue removida, incluyendo la estatua de Néstor Kirchner. Consideramos imperdonable que un presidente ecuatoriano haya renunciado a que Quito sea la capital de Sudamérica.