Aborto legal: el oficialismo analiza aceptar cambios en el proyecto para su aprobación en el Senado

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Legalización del aborto: el oficialismo analiza aceptar modificaciones para garantizar la aprobación en el Senado

A tan sólo una semana de que el proyecto que legaliza la interrupción voluntaria del embarazo se vote en el Senado, el escenario sigue siendo incierto. La sola posibilidad de que el oficialismo sufra una derrota en el recinto abrió el camino a nuevas negociaciones y a posibles cambios en el texto para intentar garantizar el visto bueno de la Cámara alta. Esa alternativa, demoraría la sanción del proyecto que, tras sufrir cambios, debería volver a ser tratado en Diputados para convertirse en ley.

El panorama que mostraba un final con una votación ajustada a favor del proyecto enviado por el Ejecutivo comenzó a cambiar. La primera piedra, en este caso, la tiró el senador por Río Negro, Alberto Weretilneck. Si bien el exgobernador es un habitual aliado del oficialismo a la hora de votar leyes enviadas desde el Ejecutivo y manifestó su posición a favor de legalizar el aborto, en este caso supeditó su apoyo al proyecto a la posibilidad de que sea modificado en el tratamiento en el recinto. La posición de Weretilneck envalentonó a Juntos por el Cambio que, en su mayoría, sean verdes o celestes, reniegan de otorgarle el triunfo político al Gobierno.

El panorama que mostraba un final con una votación ajustada a favor del proyecto enviado por el Ejecutivo comenzó a cambiar. La primera piedra, en este caso, la tiró el senador por Río Negro, Alberto Weretilneck. Si bien el exgobernador es un habitual aliado del oficialismo a la hora de votar leyes enviadas desde el Ejecutivo y manifestó su posición a favor de legalizar el aborto, en este caso supeditó su apoyo al proyecto a la posibilidad de que sea modificado en el tratamiento en el recinto. La posición de Weretilneck envalentonó a Juntos por el Cambio que, en su mayoría, sean verdes o celestes, reniegan de otorgarle el triunfo político al Gobierno

Según pudo saber Página/12 el senador rionegrino fue contactado por al menos dos referentes del oficialismo para avanzar en la negociación. Por ahora no hay definición, pero desde el Frente de Todos aún no descartan que los pedidos de Weretilneck puedan resolverse a la hora de reglamentar la norma.

En ese marco, una de las senadoras verdes del Frente de Todos explicó ante la consulta de Página/12 que la concesión de las modificaciones pedidas por Weretilneck terminaría “por cerrar algunos votos de senadores de Juntos por el Cambio y también del bloque propio, que aún están en duda”. Sin embargo, la misma senadora detalló que se trabajará hasta el final para que el proyecto se convierta en ley el próximo 29 de diciembre. La cautela tiene que ver con la falta de cohesión que se nota dentro de Juntos por el Cambio. Si bien el ala dura trabaja a destajo para hacer fracasar la iniciativa, hay senadoras dispuestas a acompañar en la votación en general y plantear sus disidencias durante el tratamiento del articulado.

Página 12


¿Qué dicen los que sí qué dicen los que no?

El proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo está en el Congreso argentino por segunda vez. Desde 2018 hasta ahora, los cambios que surgieron a nivel ideológico no tienen tanto que ver con el porcentaje de la población que hoy adhiere o rechaza. La transformación es más profunda y tiene que ver con los argumentos esgrimidos para defender una u otra posición.

Los resultados de un sondeo de opinión realizado por nuestro equipo en noviembre de 2020 (1) muestran que persiste cierta correspondencia entre la adscripción política al Frente de Todos y un posicionamiento mayoritario favorable a la ley, así como un apoyo minoritario entre los votantes de Cambiemos, como arrojó un estudio cuantitativo realizado por nuestro equipo en 2018 (ver cuadro del final). También persiste un sesgo etario que se expresa como un mayor apoyo a la legalización entre los jóvenes que entre los adultos. Lo más notorio esta vez es que se desplazaron los argumentos de una u otra posición. Esto se observa en las transformaciones que el debate está teniendo en el Congreso Nacional. Pero, en este caso, analizaremos cómo esos argumentos circulan socialmente fuera del recinto y del escenario mediático. Y delinearemos los perfiles de estas argumentaciones.

Tipificación de las posiciones a favor

Los posicionamientos a favor de la aprobación de la ley parecieran un poco más informados respecto de cuáles son los artículos en debate que aquellos que se manifiestan en contra. Más allá de esto, pueden identificarse por lo menos tres argumentos principales que dan legitimidad al proyecto de ley.

1) El slogan “Mi cuerpo es mío” sirve como fundamentación desde una inscripción de la demanda del aborto esgrimida desde el marco de un cierto liberalismo cultural. Este argumento puede combinarse fácilmente con el señalamiento de otro tópico recurrente, que lo vincula a una problematización de los modos de la maternidad -poder elegir cómo ser madre y no tener que ser madre- y que se entrelaza a veces al interior de un cuestionamiento de las relaciones asimétricas de género. Cuando esto pasa, la justificación de la necesidad de la legalización del aborto excede un marco de inscripción en tanto derecho individual de las mujeres sobre su cuerpo para pasar a ser una reivindicación de la igualdad de género, junto con un concomitante reconocimiento de la culpabilización y excesiva responsabilización de la crianza de los hijos sólo en las mujeres.

“Me parece que son decisiones muy personales y bueno, en un país también que hemos pasado por tantas cosas y que una mujer eh… está bien que decida tener o no un hijo si quiere hacerse responsable, porque después ella es la única, por experiencia, ¿no? Que se va a hacer cargo de los hijos” (Adultos mayores).

En este sentido, es interesante la acuñación de la figura de los “padres aborteros” como un modo de -en contra de la penalización y exclusiva responsabilización hacia la figura de la mujer en torno a los hijos- retrazar la trama vincular con la cual un niñe viene al mundo.

“[El padre] puede opinar, pero no definir. Porque también hay muchos padres aborteros que se borran, ¿viste? No abortan normal pero se van cuando el nene nació y no lo ven más y eso no se critica. Es una sociedad machista, ¿viste? Que hasta que nos podamos librar de todo…” (Adultos mayores).

2) Otro tópico recurrente en las posiciones a favor de la legalización supone la visibilización del espacio social desigual en el que se inscribe la demanda, comprendiéndose al aborto como un derecho y como un tema concerniente a la “justicia social”, a veces también aludida como una cuestión de “salud pública”.

Estos argumentos remarcan las diferencias en el acceso a un aborto seguro entre quienes pueden pagar y acceder a cuidados médicos adecuados, independientemente de la clandestinidad, y quienes están más expuestos a prácticas médicas peligrosas por la precariedad a la que obliga la clandestinidad y por la falta de condiciones sanitarias seguras.

“Porque todo esto que pasa, las que más sufren son las pobres. Porque como dijo recién la compañera: cuando tenés plata te lo pagás en una clínica y zafás y nadie se entera. Y cuando no tenés, terminás con la aguja de tejer y ahí están todas las pobres mujeres que terminan muertas. Así que, totalmente de acuerdo. Totalmente de acuerdo” (Adultos mayores).

En esta línea argumentativa aparecen también ciertas vetas victimizantes hacia las mujeres, poniéndose en primer plano el riesgo de muerte, desdibujando el carácter de posibilidad de ejercer con autonomía un derecho en la justificación de la legalidad. Esta inflexión de los motivos que abogan por la legalización también encuentra voces que la contestan, de un modo minoritario pero firme, cuando la demanda por la legalización queda justificada como una cuestión que concierne al deseo de maternidad.

“Yo lo veo perfecto. Estoy totalmente de acuerdo con la legalización del aborto. ¿Por qué? Te explico. He estado en la misma organización, por eso puedo hablar. Si vos no legalizás, la gente igual se va a seguir muriendo. Si legalizás dicen que estás matando… pero si no legalizás, la que se quiere ir a hacer un aborto clandestino se lo va a seguir haciendo, y van a seguir
muriendo”. (Adultos mayores)

3) Por último, emergió otro modo recurrente de estar a favor de la legalización cuyas justificaciones permitirían hablar, por lo menos, de un triunfo pírrico de la demanda. Nos referimos a aquellos argumentos que, tomando a la educación como la solución de todas las desigualdades sociales, jerarquizan a ciudadanos que tienen poder de decisión y quienes, careciendo de educación, necesitan de un tutelaje moral. Sin él sus decisiones no son calificadas de tales sino comprendidas como una simple extensión de lo que ordena la necesidad y la carencia (de recursos, de educación, en fin, de criterio). No exclusivamente estos argumentos son más recurrentes entre quienes apoyan fórmulas políticas de centro y de derecha, que parecieran inscribir el derecho al aborto como si se tratase de una (necesaria) instancia de tutelaje de clase -de la poseedora y educada que vela por quienes carecen de criterio: los ignorantes y desposeídos-.

“Lo que más escuché, que me definió por estar de acuerdo, es que más que nada es una ley sanitaria que viene a resolver eso de, bueno, un montón montón, gran cantidad de… que el comentario lo escuchamos y para gente de pocos recursos ‘¿para qué tienen tantos hijos?’, bueno, eso viene a resolver esa necesidad de esas personas que… es como uno ve a esos noticieros que van a hacer entrevistas y preguntan ‘¿por qué tenés tantos hijos?’, ‘y porque no me doy cuenta, porque me olvidé de cuidarme’ y bueno, damos una solución a esas personas que no tuvieron herramientas o les faltó información y sucedió que trajo un hijo que no lo puede cuidar y nos afecta a todos como sociedad… porque no le damos una contención a ese chico y termina en los resultados, bueno, lo que vemos, las consecuencias…” (Jóvenes).

Tipificación de las posiciones en contra

Entre las posiciones en contra apareció la objeción religiosa, pero no fue la versión predominante.

“Para mí es terrorífico porque nadie puede matar a un bebé dentro del vientre, nadie. Que les enseñen a cuidarse, que les den los medios, que los instruyan, pero a las mujeres, más que nada. Pero hacer eso, no. No, no, no. Me aterroriza” (Adultos mayores).

Se repitió en grupos de diversas edades y perfiles políticos un argumento moral, pero no asociado al valor de la vida sino a la sexualidad. En esta posición el aborto aparece asociado al libertinaje y provoca una reacción moralista que reclama responsabilidad allí donde imagina una juventud con una sexualidad desenfrenada. La ética de la responsabilidad que se reclama implicaría que el individuo tiene que hacerse cargo de sus actos sexuales y de sus efectos de manera que lo que se objeta no es el desenfreno sexual en sí (como se podría sostener desde una perspectiva religiosa) sino la pretensión de desresponsabilización que se lee en el reclamo por el aborto libre. En los grupos de adultos mayores la desresponsabilización es vista como un problema generacional pero se trata de un argumento que no sólo aparece en estos grupos sino también en algunos jóvenes.

“Yo así como está planteado estoy en contra, no me parece que sea libre para todos, por ejemplo, si yo con mi novia un día no me cuido mañana abortar… no es así de fácil. Me parece que tiene que estar para la gente que sufrió una violación… todos esos temas familiares que se dan en algunas provincias… pero así como está planteado me parece que no estoy de acuerdo con el aborto” (Jóvenes).

Lo que se repite en todos los casos es un llamado a la responsabilización individualizante que se anuda sin fricciones con la ideología neoliberal de “el que quiere puede” (usar anticonceptivos). Esa misma ideología es también la que está detrás de la posición contraria a la legalización del aborto que se fundamenta en la experiencia individual: “si yo pude, otros tienen que poder”.

“Yo con el asunto del aborto no estoy de acuerdo, será porque tuve todos mis hijos, y que estaba en mala situación, eh. Que podría haberlo hecho y todo, pero no, yo a pesar de todo seguí para adelante. Será que en eso nunca voy a estar de acuerdo, ¿viste? Mis hijas también son madres solteras, los han tenido y por eso, en ese sentido, es una vida, ¿viste?” (Adultos mayores).

Esta objeción responsabilizante se articula en muchos casos con la oposición a la gratuidad, no porque se trate de un gasto excesivo sino por una cuestión ética: el Estado estaría pagando el libertinaje sexual, responsabilizándose por algo sobre lo que cada individuo debería responder. En este argumento pagar por el aborto sería un modo de pagar las culpas por los actos realizados de modo que la libertad sexual aparece como una falta moral a la que habría que responder éticamente, exculpándose mediante el pago de un aborto con dinero. En este argumento se enlaza también la imagen del aborto como método anticonceptivo: si el aborto fuese libre y gratuito podría ser usado como como método anticonceptivo y eso sería costoso para el Estado y favorecería así ese imaginario libertinaje desresponsabilizado. El cuerpo de la mujer no aparece en ningún momento de esta argumentación, ni como sujeto de deseo ni de padecimiento.

Ese tipo de argumentos responsabilizantes, “contra el libertinaje”, están enlazados con otra de las cuestiones que están en el centro de muchas objeciones: la cuestión económica. En una situación de escasez en la que hay que distribuir acorde a prioridades, el aborto no aparece como un gasto justificable para el Estado argentino en este momento. Aquí la cuestión moral queda camuflada detrás de una cuenta que debe realizarse de modo eficiente y condicionada por las urgencias de la sociedad argentina en cada coyuntura. Así la pandemia y la amenaza de la crisis sanitaria aparecen como la prioridad más lógica que justificaría relegar la cuestión del aborto.

La objeción económica, que tiene su posición extrema en la formulación “no estoy en contra del aborto, sino de que sea gratis”, podría implicar que se apela a un argumento económico como coartada, porque la objeción moral-religiosa se sabe no suficiente en el presente del debate público argentino.

“No me parece bien porque para mí… algo libre y gratuito debería ser que tantos estudios que tiene que hacerse cualquier persona mayor y lo tiene que pagar. Y si no… y cuestan dinerales.”

En esa posición se expresa una distribución subterránea de la circulación de las ideologías en la sociedad argentina: la moral se asume como siempre partisana, los conflictos valorativos son indecidibles ya que no habría en ese terreno argumentos ganadores posibles, mientras que la distribución económica aparece como un problema técnico, neutral, sobre el que no se puede discutir. Es esa división entre el terreno moral y el económico la que habilita que la economía funcione como coartada.

En el mismo sentido la presión sobre el sistema de salud generada por el COVID apareció como otro factor que entra en esa cuenta distributiva entre prioridades, una operación matemática en la que la legalización del aborto se imagina como una suma excesiva. Pero el costo imaginado no es el único fantasma que aparece en este tipo de argumentos. También se proyecta la fantasía de embarazos masivos (que explicarían los costos excesivos para el Estado) que se anudan con la objeción del aborto como libertinaje. La insistencia de estas fantasías sobre el exceso sexual sugiere que hay una economía libidinal en juego en estas objeciones: el aborto aparece como concomitante a una energía sexual que está fuera de su lugar (la clandestinidad, la conciencia o el bolsillo individual), fuera de sus límites. Y la oposición a la legalización es el llamado a la represión de ese exceso.

Clivaje sociológico de las posiciones

Aunque este tipo de estudios cualitativos no sirvan para hacer un análisis sobre la representatividad de los argumentos, se puede reconocer que detrás de las posiciones polares ante el aborto aparecen los perfiles políticos de un modo bastante claro: en los grupos de votantes del Frente de Todos, la posición mayoritaria es a favor, y lo contrario sucede en los grupos de votantes de Cambiemos. Asimismo, puede leerse una leve inclinación a comprender la efectividad del derecho al aborto si la gratuidad lo acompaña en las argumentaciones de los sectores populares. También puede observarse un sesgo etario en el acompañamiento mayoritario hacia la aprobación por parte de los jóvenes.

Cabe remarcar cómo se expresan las diferencias de género en relación con las posiciones esgrimidas. Entre quienes están en contra, apareció cierta incomprensión de los hombres de las demandas de las mujeres (e incluso del término “patriarcado”), pero también algunos hombres mayores mostraron cierto pudor en hablar en nombre de las mujeres.

“Creo que la chica se expresa como… con el tema este que tiene muy planteado: el tema del patriarcado, ¿entendés? Como que da la expresión de que tiene ese gesto desafiante hacia la autoridad…Fundamentan mucho el pensamiento de que ellas se sienten inferiores… y no es así… mira yo tengo hermanas y yo como hermano siempre traté de darles una patadita en el culo, por decir, para que ellas salgan afuera y no se dejen manipular por un hombre, que nunca dependan de un hombre, que sean… O sea, a mí, yo… vos me pones a la par una mujer… Yo trabajo en la fuerza… y yo veo a mis compañeras y yo me siento orgulloso de que una se recibió de abogada, que estaba estudiando por afuera… y yo la verdad… a mí, pero… me siento orgulloso de que una mujer esté a la par mío, ¿me entendés?… no sé si va en sí a la opinión general pero es que luchar por un patriarcado es una… es un pensamiento muy… de la edad media… creo que tendrías que pelear por otro lado porque hoy la mujer tiene muchos más recursos para ponerse a la par del hombre” (Jóvenes).

“Bueno, mirá, yo te digo la verdad, yo pienso que es un tema que no puedo opinar porque es el derecho de la mujer de opinar sobre su propio cuerpo. Ellas tienen que (inaudible) cuál es la idea y la necesidad que tienen. Porque tienen necesidades que yo de acá afuera puedo opinar de una manera y puede haber productos de diferentes cosas, ¿no? Y entonces yo creo que la mujer tiene el derecho de opinar y decidir sobre su cuerpo. El hombre opina desde afuera, a mí por lo menos no me gusta opinar. Yo te diría que sea una decisión de la mujer” (Adultos mayores).

Entre las mujeres, las que están a favor lo celebran y las que están muy en contra lo relacionan incluso a posiciones que ponen en peligro qué significa ser mujer, anudando casi sin resquicios esa identidad a la maternidad.

“No estoy a favor y no estaría nunca a favor porque tuve hijos y sé lo maravilloso que es sentir el movimiento de un hijo en la panza de uno. Y yo lo tomé así, como algo maravilloso para mí, ¿entendés? Entonces no puedo entender que chicas tan jovencitas, que muchas veces ni siquiera experimentaron eso, este… lo puedan pedir. Si no saben lo que es ser mamá” (Adultos mayores).

El feminismo y las formas

Si la advertencia insidiosa sobre (el cuidado de) la forma del cuerpo femenino fue uno de los pilares del control patriarcal del cuerpo de las mujeres, una versión contemporánea del imperativo de “cuidar las formas” pesa sobre el feminismo y la aceptación de la legitimidad de sus reclamos. Superando toda “grieta” entre quienes apoyan y quienes objetan la legalización, encontramos un rechazo transversal hacia las formas de protesta del feminismo como la representada en la foto, que atraviesa a la polarización política.

Quienes estaban en contra del aborto manifestaban una incomprensión intraspasable frente al mensaje que la chica de la foto pretendía expresar.

“Se desnudó, eso veo. Es lo primero que sale, otra cosa no hay. Se desnudó para mostrarles las tetas a ellos. Me da vergüenza de género, digamos. Porque no, no, no le encuentro, yo no le encuentro razón. No le encuentro razón (Adultos mayores).

La “vergüenza de género” era una sensación que se repetía junto con la insistencia en “cuidar las formas”.

“Sí, también he participado de marchas así. Estuve en La Plata hace unos años, creo que fue el año pasado, acompañando a varias compañeras y… sí me gusta la lucha que tienen. Pero no me gusta esa exageración de mostrar el cuerpo y de provocar al personal que está al frente. Eso sí no me gusta. Ahora, sí que uno acompañe la lucha que tienen, que algunas chicas se luchan por liberarse, otras por el aborto, por el sí o por el no, no hay ningún problema. Lo que sí, lo veo muy… exagerado, eso de sacarse la ropa delante del policía. Porque lo está provocando, para mí lo está provocando. No en forma sexual, sino para ver si hay algún movimiento de parte de ellos, ¿entendés?” (Adultos mayores).

La demanda de represión del exceso detrás del argumento contra la IVE, aquel que asociaba el aborto al libertinaje, aparecía de modo manifiesto frente a esta foto en la que la mujer se describía como “fuera de su lugar”. La interpretación del mensaje de la mujer como una “provocación” no sólo insiste sobre la dimensión libidinal de aquello que tendría que ser reprimido del feminismo sino que incluso habilitaba una identificación con el policía.

A contrapelo de este rechazo afectado en torno a “las formas” de algunas expresiones del feminismo, encontramos una veta minoritaria al interior de las posiciones que apoyan la legalización que tienden a comprender de manera más integral la radicalidad de la política feminista: supone una apropiación del cuerpo que se subleva ante la división patriarcal de lo sensible y lo que se espera que un cuerpo generizado femenino muestre.

“Indudablemente es una cosa que hizo en una manifestación por el aborto, con el cual estoy absolutamente de acuerdo, porque tiene el pañuelo en la cintura la chica. Me parece espectacular la actitud, porque es lo mismo que cuando se te dan vuelta y te muestran el culo. Es lo mismo. Yo si fuera la edad de la chica lo haría, ahora no lo hago porque tengo las tetas caídas. Pero yo la aplaudo a la piba, me parece espectacular. Es una actitud corporal de desafío: ‘acá estoy yo y quiero hacer valer mi derecho: tomá’. El brazo… son actitudes corporales muy características de una rebeldía contra el sistema” (Adultos mayores).

En estos argumentos también suele aparecer una suerte de alianza entre generaciones, donde las hijas relevan y actúan las sublevaciones acalladas de las abuelas.

Activismo feminista

En esta nueva presentación del proyecto de ley incluso quienes están en contra tienen que justificarse, buscando argumentos más allá de la moral religiosa. Esto habla de una correlación de fuerzas, y de que los dos años que pasaron no fueron en vano en torno al crecimiento de la visibilización de la demanda, producto de un activismo feminista fortalecido y pujante.

Entre los contenidos argumentales analizados es notorio el retroceso de los argumentos religiosos. En el presente, la oposición se marca desde un argumento económico, que se enlaza a un argumento moral que reza: la máxima injusticia sería financiar desde el Estado el desenfreno sexual irresponsable, sobre todo, de los jóvenes. Por el contrario, en las posiciones a favor del aborto, se oscila entre leer la legalización como un derecho liberal individual o como una cuestión de justicia social.

En relación a las opiniones sobre las formas de protesta del feminismo lo que se tolera que entre a la escena de la discusión pública es la legitimidad y responsabilidad por los derechos, pero no así la política corporizada del feminismo: allí parecen estar las mayores reticencias ante la revolución total de la distribución entre lo público y lo privado que acarrea el feminismo.

El derecho al aborto será ley, y será el escalón para las luchas que restan.

Los datos analizados en esta serie de trabajos surgen de un estudio cualitativo realizado por el equipo del GECID (http://gecidiigg.sociales.uba.ar/) en el marco del lanzamiento en el ámbito de Lectura Mundi/UNSAM de un observatorio y programa de investigación sobre los dilemas actuales de la democracia frente a la emergencia de neoautoritarismos. Entre el 6 y el 16 de noviembre se realizaron 16 grupos focales a través de una plataforma de videollamadas grupales (zoom) con participantes del AMBA distribuidos en 4 grupos etarios y diferentes perfiles político-ideológicos. En paralelo, se está implementando una encuesta nacional referida a la misma problemática a cargo del programa PASCAL/UNSAM.

Télam


Las personas con discapacidad no somos argumento para oponerse a la Interrupción Voluntaria del Embarazo

Así lo expresaron desde la Red por los Derechos de las personas con Discapacidad (REDI) en un comunicado que cuenta con un buen número de adhesiones.

Transcribimos completo

LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD NO SOMOS ARGUMENTO PARA OPONERSE A LA INTERRUPCION VOLUNTARIA DEL EMBARAZO

Desde la Red por los Derechos de las personas con Discapacidad (REDI) vemos necesario aclarar que el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo que obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados/as no implica de ninguna manera el aborto por motivos de discapacidad. Lamentablemente, durante esta semana de tratamiento del proyecto en el Senado hemos escuchado mensajes falaces, que hoy hemos visto en carteles en algunas calles respecto de que la interrupción voluntaria del embarazo, en caso de convertirse en ley, permitiría a las mujeres abortar si se constatara que ese hijo/a podría nacer con una discapacidad.

Tal como expresamos en 2018, si el proyecto implicara el aborto eugenésico, es decir, por motivos de discapacidad, desde REDI, como organización de derechos humanos integrada por personas con discapacidad, no podríamos apoyarlo, ya que estamos en contra de toda práctica que contemple la eliminación del colectivo de personas con discapacidad.

La legalización y despenalización del aborto, de ninguna manera plantea la posibilidad del aborto eugenésico, ni va en contra del nacimiento de personas con discapacidad.

Favorece el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos como personas gestantes. Estamos convencidos/as de que resulta necesario que exista una política de salud pública que frene tantas muertes de mujeres por abortos clandestinos. Además, destacamos que el proyecto cuenta con perspectiva de discapacidad, en tanto incluye la posibilidad de que las mujeres y personas gestantes con discapacidad que lo requieran reciban apoyos para brindar el consentimiento y para acceder a toda la información necesaria sobre la práctica.

Desde REDI exigimos a la opinión pública que no utilice a nuestro colectivo de manera falaz para manifestar su oposición a la despenalización del aborto. Estos discursos sólo generan confusión en quienes los reciben, ya que apelan a un golpe bajo e intentan convencer desde la sensibilidad, pero al momento de acompañar nuestras propuestas y reclamos no están.

Seguimos pidiendo educación sexual para decidir, que incluya recursos didácticos para personas con discapacidad; anticonceptivos para no abortar, con información accesible para nuestro colectivo; y aborto legal para no morir.

A continuación, copiamos el link a un video realizado por REDI en 2018, en el que diversas mujeres con discapacidad explican por qué apoyan la legalización del aborto.

Discapacidad, aborto y el derecho a decidir

ORGANIZACIONES DE PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Observatorio de Salud Mental y Derechos Humanos de Córdoba Movida Rosario
Movimiento Santafesino Mirame Bien de Personas con Discapacidad Visual
Federación Argentina de Instituciones de Ciegos y Ambliopes (FAICA)
Federación de Talleres Protegidos de la Provincia de Buenos Aires (FETAP)
Asociación Civil El Brote de Bariloche, Rio Negro
Asociación Civil Andar
Fundación Rumbos
Mesa de Trabajo en Discapacidad y Derechos Humanos de Córdoba
Fundación Tomar Acción Salta
NACE UN DERECHO
Periodismo Femidisca
FM DESATE
La Red Argentina de Arte y Salud Mental
Asamblea de Usuarios de Salud Mental por sus Derechos – Rosario
Libertate empresa social de inclusión
UNIVERSIDADES NACIONALES

Programa Discapacidad y Accesibilidad de la Facultad de Filosofía y Letras de UBA
Dirección de Inclusión, Discapacidad y DDHH de la UNLA PLATA
Comisión Asesora de Discapacidad de UNLanús
Comisión de Inclusión de Personas con Discapacidad (CIPeD) de la UN de Salta
Red de Docentes por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito de La Pampa.
ORGANIZACIONES FEMINISTAS Y DE DERECHOS HUMANOS

Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH)
Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ)
Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)
Amnistía Internacional
Instituto de Derecho de la Discapacidad del Colegio de Abogados de Mar del Plata
CLADEM Argentina
Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ela)
FUSA A. C.
Espacio de Género Micaela García
Mujeres por Mujeres
MUMALA
Libres y Diverses
Asociación Civil La Casa del Encuentro
Colectiva Feminista La Revuelta de Neuquén
Socorristas en Red
Socorro Rosa Comarca Andina (SenRed feministas que abortamos)
Colectiva Bravas-Socorristas La Plata
Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir
Red de psicólogxs Feministas de Rosario
Actrices Argentinas
Mujeres y Diversidad
#Escritoras Argentinas
REDES AC. Bariloche, Río Negro
Liberarte, Empresa Social de Inclusión
ADHESIONES PARTICULARES

Horacio Pietragalla Corti Secretario de Derechos Humanos de la Nación
Malena Galmarini Presidenta de AySA
Mabel Remón directora del programa Nacional de Asistencia para las Personas con Discapacidad en sus Relaciones con la Administración de Justicia (ADAJUS)
Diputada Nacional Mónica Macha Nuevo Encuentro
Diputado Nacional Pablo RaulYedlin Frente de Todos
Diputada Nacional Silvia Lospennato Propuesta Republicana
Diputada Nacional Jimena Lopez Frente de Todos
Diputada Nacional Claudia Bernazza Frente de Todos
Diputada Nacional Alcira Figueroa Frente de Todos
Diputada Nacional Lucila Masín Frente de Todos
Diputada Nacional Claudia Ormaechea Frente de Todos
Diputada Nacional María Carolina Moisés Frente de Todos
Diputada Nacional Gabriela Estevez Frente de Todos
Diputada Nacional Patricia Mounier Frente de Todos
Diputada Nacional Laura Russo Frente de Todos
Diputada nacional Hilda Aguirre Frente de Todos
Diputada Nacional Maria Rosa Martínez Frente de Todos
Diputada Provincial (Bs.As.) Micaela Morán Frente de Todos
Diputada Nacional María Soledad Durand
Diputada Nacional (MC) Gabriela Troiano
Diputada nacional (MC) Marcela Durrieu
Legislador porteño Juan Manuel Valdés
Sofía Vanelli Concejala por Vicente López Frente Renovador
Concejala por San Isidro Celia Sarmiento Nuevo Encuentro
Concejala María Soledad Durand Frente de Todos
Martha Rosemberg DNI 3331590
Elsa Schvartzman DNI 6497022
AgostinaConte-Grand DNI 36172484
Micaela Gentile DNI 31939578
Maria de los Angeles Justo DNI 34318517
Romina Corvalán DNI 35602329
Florencia Tiseyra DNI 38049522
Nancy Bolaño DNI 26967443
Flavia Vitale DNI 26687323
Rocío Messina DNI 44597640
Magdalena Vercelli DNI 35941953
Patricia Ponce DNI 16388317
MailenMaradei DNI 36.532.362
Eduardo Schmunis DNI 4371448
Inti Nahuel Costanzo Navarro DNI 38452936
Daniel Vicente Giménez DNI 12.639.480
Soledad Gelvez: DNI 3513201
Gabriela Fernández: DNI 25275967.
Nadia Barneche: DNI 31784519.
Tamara Mena: DNI 40316879.
Camila Acánfora Greco: DNI 39252929.
Graciela Seneca DNI 10128378
Viviana Norman DNI 17863006
María Alicia Gutiérrez DNI 11233044
ADHESIONES DE PARTIDOS POLITICOS

Nuevo Encuentro Mujeres y Disidencias

Diario Femenino

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