Una multitud recibió a Evo Morales en Bolivia:«El golpe de Estado fue propulsado por EEUU”

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Evo Morales es recibido en Atocha y dice que pensó que iba a quedarse seis o siete años fuera de Bolivia

Por Miguel Angel Melendres Galvis

El expresidente Evo Morales llegó pasada las 22:00 de este lunes a la localidad de Atocha, ubicada en la provincia de Sud Chichas, en el departamento de Potosí (suroeste del país), donde se concentraron miles de personas de comunidades aledañas y trabajadores mineros para darle la bienvenida la país.

Allí, dijo que «el golpe de Estado fue propulsado por Estados Unidos, para instaurar el Gobierno de facto de Jeanine Áñez» y también confesó que pensaba que iba a quedarse seis o siete años fuera del país.

“El golpe de Estado no solo fue de la derecha boliviana, sino de EEUU, del capitalismo. El golpe de Estado ha sido a nuestro modelo económico, ha sido al litio. Por primera vez empezamos a industrializar el litio con nuestra plata, con nuestras Reservas Internacionales. Tenemos proyectado 41 industrias. Pero los países industrializados no quieren que nosotros garanticemos la industrialización, no quieren que demos valor agregado a nuestros recursos naturales. No quieren que usemos la tecnología. Pero se equivocaron, porque pensaban que este golpe del gobierno de la derecha les iba a durar”, dijo en su alocución.

Morales dijo estar sorprendido aún por lo rápido que fue recuperar la democracia”. “Nosotros, en un año recuperamos la democracia. Impresionante. Pensé que iba a quedarme seis o siete años fuera de Bolivia”, expresó durante el acto especial organizado, tras su paso por estas tierras del sur.

Morales pasó un año fuera del país, refugiado primero en México y luego en Argentina, donde estuvo la mayor parte de este tiempo. En la mañana, como se había comprometido, cruzó la frontera de La Quiaca (Argentina) a Villazón (Potosí), con el acompañamiento del presidente argentino, Alberto Fernández, quien lo cobijó durante los últimos meses.

Morales pasó la frontera acompañado de una caravana de afines al Movimiento Al Socialismo (MAS) y también con el exvicepresidente, Álvaro García Linera y el excanciller Fernando Huanacuni.

La gente que lo recibió y le dio la bienvenida a su país esperó por largas horas la llegada de la exautoridad y le regaló un guardatojo minero. En la concentración, la gente lo llamó “nuestro líder mundial” y le gritó: “Evo, no estás solo, c…..”. Sin embargo, se observó que la muchedumbre no respetó ninguna medida de bioseguridad durante la concentración, para evitar el contagio del Covid-19.

En las próximas horas, los pobladores de Uyuni también recibirán al expresidente, durante su recorrido terrestre, que terminará el miércoles 11 de noviembre en el Chapare Cochabambino, a una distancia de unos 524 kilómetros de Uyuni. En el lugar, se concentrarán personas de diferentes puntos del país. Morales también aseguró la presencia de personalidades internacionales.

El Deber


Morales avanza al Chapare con discursos triunfalistas

Por Yolanda Mamani Cayo

Arropado por una masiva concentración y por un poncho que colgaba sobre sus hombros, el expresidente Evo Morales volvió a pisar ayer suelo boliviano, después de un año, y pronunció su primer discurso en Villazón, Potosí, después de ingresar a pie desde Argentina por el paso internacional de La Quiaca.

Sus primeras palabras fueron para destacar el triunfo de su partido con el 55,1% de apoyo en las últimas elecciones generales y acusar “a la derecha” y Estados Unidos de pretender frenar en 2019 el proceso de cambio con un “golpe de Estado” sustentado en el argumento de un fraude que, para él, no existe.

Afirmó que volvió siendo “millones” en tan sólo un año y llamó a celebrar tres victorias: la de Luis Arce en las urnas, la suya al retornar al país y “el golpe” que ahora se dio a Estados Unidos.

“Cuál era la meta del imperio norteamericano: eliminar, proscribir al MAS. No pudieron y cuando el MAS participa, qué dijeron: el MAS no puede volver al Gobierno ni Evo a Bolivia. ¡Ayer el MAS ha vuelto al Gobierno, ahora Evo está en Bolivia! Fracasaron”, afirmó el expresidente y líder del MAS.

Poco después de las 10:00 ingresó a pie a territorio nacional. Fue despedido en el paso fronterizo por el presidente de Argentina Alberto Fernández y recibido en Bolivia por dos dirigentes de la Federación de Cooperativas Mineras (Fencomin). No estuvo ningún representante del Gobierno.

Al despedirlo en La Quiaca, Fernández explicó que quería “garantizar” personalmente el retorno del expresidente a su país y Morales pronunció un discurso similar al que dio minutos después en territorio nacional. “No dudaba que iba a volver, pero no estaba seguro que iba a ser tan pronto, algo histórico y algo inédito, gracias a la unidad del pueblo boliviano”, afirmó.

El retorno de Morales fue coordinado por el presidente de la Federación de Asociaciones Municipales de Bolivia Álvaro Ruiz y por el excanciller Fernando Huanacuni, quienes, junto con los dirigentes de Fencomin, escoltaron su ingreso a Bolivia.

El jefe del MAS no llegó solo, ingresó al país acompañado del exvicepresidente Álvaro García y el exembajador de Bolivia en la ONU Sacha Llorenti, quienes también estuvieron asilados en Argentina desde principios de año.

Ya en Bolivia, fue recibido por una masiva concentración en la plaza principal de Villazón, hasta donde llegaron representaciones del MAS.

Mientras discursaba, en medio de la plaza un grupo de yatiris hacía un ritual y daban vueltas en círculo alrededor de una ofrenda a la Pachamama que ardía en pleno sol.

Después de dejar Villazón, la caravana no pudo pasar por Tupiza debido a un bloqueo. El expresidente y su comitiva tomaron una ruta alterna para llegar hasta Atocha y en el trayecto se agotó la gasolina de los motorizados, por lo que fueron auxiliados por funcionarios de la Alcaldía de Uyuni, informó a Página Siete el alcalde Moisés Cruz.

En Atocha recibieron a Morales los mineros con un acto de bienvenida y, en Uyuni, la Alcaldía preparó un recibimiento con el grupo Sabor Sabor.

Morales, después de dormir en el hotel Palacio de Sal, en el Salar de Uyuni, partirá hoy a primera hora hacia Riomulatos, Challapata y Orinoca, su tierra natal, para después seguir hacia su destino final en el Chapare, a donde llegará este miércoles.

Oposición teme un escenario de confrontación

Miembros de la oposición política temen que el retorno de Evo Morales a Bolivia genere nuevamente un escenario de confrontación. Consideran además que el despliegue para el recibimiento del líder cocalero es un acto de “soberbia y vanidad”.

Andrea Barrientos, jefa de bancada de Comunidad Ciudadana (CC) en el Senado, advirtió que su arribo puede ocasionar descontento en algunos sectores de la sociedad.

“Evo Morales no es la cara de la reconciliación en Bolivia, es la cara del autoritarismo, es la cara del abuso de poder y del despilfarro”, afirmó.

Para Gonzalo Barrientos, vocero del Movimiento Social Demócrata, la parafernalia que se armó para el retorno de Morales sólo refleja que el exmandatario es ajeno a la realidad de su país.

“Cuando vemos que se gasta tanto en conjuntos electrónicos, en caravanas innecesarias, nos muestra que mantiene esa soberbia, vanidad y petulancia que siempre le ha caracterizado”.

El senador Rodrigo Paz, en cambio, restó importancia al arribo del expresidente. Dijo que se trata de una exautoridad y que ahora lo importante es que el gobierno de Luis Arce y David Choquebuanca trabaje en beneficio del país.

Para Virginia Velasco, senadora del Movimiento Al Socialismo (MAS), el retorno de Morales es destacable, porque se trata del presidente que dio estabilidad económica a Bolivia por 14 años consecutivos. “Eso reconoce el pueblo”, dijo. Recordó además que, como cualquier ciudadano, tiene derecho a volver al país y defenderse en la justicia en los casos que correspondan.

Página Siete


«Mi regreso ha sido gracias a la unidad latinoamericana»

Por Karina Micheletto

El puente internacional «Horacio Guzmán», que une La Quiaca con la ciudad boliviana de Villazón, está cruzado por un enorme cartel que dice en letras negras: «VOLVIMOS». Detrás, las banderas coloridas ya flamean, la música alegre y estridente suena como en un festival, hay mucha pero mucha gente reunida. Esperan a Evo Morales que regresa de su exilio y que se despide de la Argentina. El encargado de dársela fue el presidente Alberto Fernández, que en el mediodía del lunes compartió un acto con el líder boliviano, en el que estuvieron presentes varios de sus ministros.

«El compañero Evo Morales está regresando a su Patria, de la que nunca debió haberse ido, nunca debió haber sufrido este maltrato», aseguró el Presidente durante su discurso, en pleno puente, del lado argentino. Una gran cantidad de gente se reunió tras las vallas cercanas y aprovecharon para sacarse fotos con los invitados que se acercaban donde el más entusiasta fue el senador Jorge Taiana.

En las sillas también estuvieron el ministro del Interior, Wado de Pedro, la de Mujeres, Diversidad y Género, Elizabeth Gómez Alcorta (la más visiblemente emocionada durante todo el acto), el de Cultura, Tristán Bauer, el canciller Felipe Solá, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, la diputada jujeña Carolina Moises, el diputado Eduardo Valdés y el secretario de Comunicación Juan Pablo Biondi, entre otros.

«Esta es una experiencia que tiene que enseñarnos a todos. En estos últimos cuatro años América Latina fue desintegrándose en sus individualidades. No queremos países para algunos, queremos países para todos», definió el Presidente y aseguró que «es el deber de cada uno de nosotros salir en socorro de aquellos pueblos que se ven lastimados». Y ponderó: «Si hay un lugar en América Latina donde las estructuras sociales y económicas han cambiado, ese lugar se llama Bolivia».

«Hoy recordaba con el hermano presidente que hace cincuenta años yo pasaba por acá, siendo un niño, rumbo a Ledesma, rumbo a la zafra», comenzó repasando Evo Morales lo que significa este puente como vaso comunicante entre dos pueblos. «En poco tiempo hemos demostrado que Bolivia tenía mucho futuro. La hemos transformado, ese ha sido nuestro delito», aseguró.

«Yo no dudaba que iba a volver, pero no creí que sería tan pronto. Y eso ha sido gracias a la unidad del pueblo boliviano», contó también. Y dijo que se sentía «sorprendido por el acompañamiento del pueblo argentino, en especial del hermano presidente Alberto Fernández». «Parte de mi vida se queda en la Argentina, después de estos once meses. No me faltaba comida, hermano Alberto: hermanos bolivianos con fruta y verdura, hermanos argentinos con carne», dijo sonriente, en lo que fue un ejemplo muy práctico de cómo «los pueblos trabajamos en solidaridad y complementariedad». A su turno, Fernández prometió enviarle carne para que no extrañe tanto la Argentina.

Morales recordó a Néstor Kirchner y volvió a decir que «el hermano Alberto » le salvó la vida. El pequeño acto se vivió con gran emoción, así como el cierre: Fernández acompañando a Morales el último trayecto del puente, para que finalmente vuelva a pisar su tierra. En el límite se encontraron con dos mineros que le entregaron cascos. Luego llegó el momento y Fernández no pudo contenerse (tampoco Evo) y ambos se estrecharon en un largo y profundo abrazo.

La noche anterior Fernández y Morales compartieron una cena en el Hotel de Turismo de La Quiaca, donde ambos se alojaron. Fernández venía de la asunción del presidente Luis Arce; Morales, de visitar a Milagro Sala en su casa de San Salvador de Jujuy, donde al día de hoy permanece detenida, tras casi cinco años en los que cumplió cárcel efectiva y domiciliaria. «La justicia en algún momento llega. Apoyamos tu lucha, Milagro», le dijo entonces Evo.

Luego de eso, Morales llegó directo para la cena. Gran cantidad de gente se agolpó en los alrededores del hotel, en una escena que se repetiría cientos de veces, ya del lado boliviano, a lo largo del primer día de la «caravana de regreso a la Patria» de Evo Morales: familias con niños, cholas con sus trajes típicos, jóvenes con wiphalas, banderas bolivianas, sikuris, trompetas y bombos, demostrando festivamente su amor «al Evo».

La cena tuvo un momento especialmente emotivo, narrado a Página/12 por tristán Bauer:»En el brindis, Evo tomó la copa de vino en su mano, lo miró a los ojos a Alberto, habían quedado justo uno frente al otro. Y de golpe bajó el murmullo, se hizo una pausa y un silencio casi absoluto. Y así, sosteniendole la mirada, le dijo con voz firme: Gracias por salvarme la vida. Levantó su copa en alto y todos aplaudimos.Fue un momento único e irrepetible».

Página 12


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