Gobiernos centroamericanos acuerdan política común para afrontar el impacto de huracanes

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Gobiernos Centroamericanos suscriben una política social regional tras impacto de los huracanes

Después de veinticinco años de la suscripción del Tratado de la Integración Social Centroamericana (TISCA), por primera vez, las y los Ministros de los diferentes gabinetes sociales de la región suscribieron la Política Social Integral Regional del SICA 2020-2040: Integrando mediante la Inclusión Social (PSIR-SICA).

También aprobaron los Indicadores de seguimiento para las metas estratégicas de esta política, como un insumo de apoyo a la implementación del Mecanismo de Seguimiento y Monitoreo Regional de este instrumento.

Los acuerdos fueron tomados por los representantes de los gobiernos de Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y República Dominicana, en sesión virtual organizada por la Secretaría del Sistema de Integración de Centroamérica (SICA).

Con visión de mediano y largo plazo, la PSIR-SICA busca contribuir a la cohesión de la región mediante un proceso sostenido de inclusión social enfocado en la reducción de la desigualdad en todas sus formas, en la erradicación del hambre y la disminución sostenida de la pobreza, y en la reducción de las brechas sociales, territoriales y de género entre los países y al interior de cada uno de ellos.

El ministro costarricense de Desarrollo Humano e Inclusión Social, Juan Luis Bermúdez, dijo ante el Consejo que “la región centroamericana apuesta por abordar en conjunto, y con un enfoque de derechos, los riesgos compartidos de la desigualdad, la desprotección social y también de los impactos sociales de la pandemia”.

“Estos instrumentos definen una hoja ruta con acciones estratégicas para el fortalecimiento de los sistemas e instituciones de protección social entre otros compromisos de gran calado político y -principalmente- de un urgente impacto en el desarrollo humano, asumidos por los Ministerios de Desarrollo Social de la región en esta crítica coyuntura determinante para el bienestar y la inclusión social”, subrayó Bermúdez.

Plan para enfrentar crisis sanitaria, económica y social. Se aprobó también el Plan de Recuperación, Reconstrucción Social y Resiliencia para la Región SICA, que tiene como objetivo contribuir a contrarrestar los efectos sociales negativos de la crisis sanitaria, económica y social desatada por la pandemia por COVID-19 en la región SICA, particularmente el aumento del hambre, de la pobreza, de la desigualdad y de la vulnerabilidad social y ambiental.

El Plan, más allá de representar una ruta de primera respuesta, se definió como una serie de proyectos estratégicos en tres ejes de trabajo: Protección Social, Empleabilidad y Empleo, y Vivienda y Asentamientos Humanos pensando en la etapa de reconstrucción social, considerando la necesidad de generar resiliencia en la región ante diferentes fenómenos adversos.

“En este Plan, se destaca el rol de la política social costarricense al considerar la Estrategia Nacional de Lucha Contra la Pobreza Puente al Desarrollo como un referente exitoso, particularmente en los proyectos del Eje 1 sobre Protección Social y las intervenciones en el Eje 3 sobre asentamientos humanos. Esto, sin duda, representa una oportunidad para proyectar el trabajo de Costa Rica en la Región”, comentó Francisco Delgado, viceministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social.

“Como Secretaría, expresamos compromiso en el cumplimiento de las instrucciones proporcionadas por el Consejo, para la difusión del instrumento con instancias regionales y socios del desarrollo, la suma de esfuerzos y la creación de sinergias que contribuyan a la implementación y al logro de las metas planteadas”, comentó Alfredo Suárez, representante de la SISCA.

Además, el Consejo reconoció el apoyo brindado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en la formulación de este instrumento, instancia que ha acompañado el accionar de este Consejo en materia de protección social y ha favorecido el abordaje intersectorial de los temas sociales.

Igualmente, agradeció el aporte del Programa de la Unión Europea para la Cohesión Social de América Latina EUROsociAL+, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos ONU Hábitat; e invitó a continuar apoyando la implementación de ambos instrumentos.

Informa – tico


Ciclones Eta y Iota dejaron unos 200 muertos y millonaria destrucción en Centroamérica

Los huracanes Eta e Iota, que azotaron Centroamérica este mes, dejaron al menos 200 muertos confirmados y otros tantos desaparecidos, así como millones de dólares en pérdidas en infraestructura productiva y social de Guatemala a Panamá, según balances de los países afectados.

Eta y Iota tocaron tierra como potentes huracanes en el Caribe norte de Nicaragua, descargando intensas lluvias que que dejaron un rastro de muerte y destrucción en Centroamérica y las islas colombianas del Caribe.

Eta llegó a Centroamérica el 3 noviembre como un potente huracán categoría 4, y fue superado dos semanas después por Iota, que alcanzó la máxima categoría, de cinco, al tocar tierra en la misma zona nicaragüense el 16 de ese mes.

Las inundaciones y deslaves que cayeron sobre viviendas dejaron el mayor luto en Honduras con 94 muertos y ocho desaparecidos, según el registro oficial, aunque vecinos del norteño valle de Sula aseguraron a medios locales que numerosos cadáveres no han sido rescatados.

El organismo hondureño de protección civil, Copeco, informó que 3,9 millones de personas resultaron afectadas por deslaves e inundaciones, 154.000 albergadas por los daños en casi 70.000 viviendas.

Cerca de 300 carreteras resultaron afectadas, se destruyeron 48 puentes y 32 resultaron dañados por derrumbes, desbordamientos de ríos y quebradas.

Los mayores daños se produjeron en el valle Sula, la columna vertebral de la economía de Honduras, por el desbordamientos de los ríos Ulúa y Chamelecón, que obligaron a miles de personas a subirse a árboles o techos de las casas de donde fueron rescatados en lanchas y helicópteros.

Ciclones mortales

En tanto, Guatemala registró oficialmente 60 muertos, 100 desaparecidos y 2,1 millones de afectados, aunque el gobierno reconoció que podrían ser más de un centenar de fallecidos por un delizamiento de tierra provocado por Eta que sepultó decenas de casas en la aldea indígena de Quejá.

La Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred), a cargo de la protección civil, dijo que los ciclones también provocaron la evacuación de 274.829 personas.

Según la Conred, 211 carreteras y casi un centenar de puentes fueron dañados.

En Nicaragua murieron 21 personas por deslizamientos de tierra e inundaciones, que afectaron a más de tres millones de personas y dejaron pérdidas por 742 millones de dólares, según el gobierno.

El ministro nicaragüense de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, precisó que Eta causó daños calculados en 178 millones de dólares en el noreste del país, mientras que Iota «tuvo un impacto nacional» y provocó pérdidas por 564 millones de dólares.

También causó más de 361 millones de dólares en daños a la infraestructura vial de Nicaragua. Casi 2.000 km de carreteras y caminos y 106 puentes quedaron dañados total o parcialmente, así como escuelas, centros de salud y el hospital regional de Bilwi, principal ciudad del Caribe Norte nicaragüense.

En Panamá los dos ciclones dejaron más de 20 muertos y una decena de desaparecidos, además de millonarias pérdidas, especialmente en la provincia occidental de Chiriquí y en la comarca indígena Näbe-Buglé.

Costa Rica sufrió los peores daños por Eta, que dejó dos muertos en el cantón sureño de Coto Brus, fronterizo con Panamá, cuando un deslave sepultó la casa en la que vivía una pareja conformada por un estadounidense y una costarricense.

Los dos ciclones causaron crecidas de ríos y derrumbes sobre carreteras que dejaron a 29 comunidades aisladas, según la Comisión Nacional de Emergencias.

Precisó que 2.056 personas debieron ser trasladadas a albergues por inundaciones y daños en sus viviendas, siendo el litoral Pacífico y el sur de Costa Rica los más afectados.

El Consejo Nacional de Vialidad de Costa Rica reportó daños en 264 carreteras, 11 puentes y 21 alcantarillas, cuya reparación requirió una inversión de 15 millones de dólares.

En El Salvador ambos huracanes dejaron dos muertos y daños en agricultura, aunque no han sido cuantificados.

Otras dos personas murieron en el archipiélago colombiano de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

El Heraldo


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