El voto latino en la elección presidencial de EEUU – Por David Brooks

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

De pronto las campañas hablan en español, ofrecen música que creen puede seducir a caribeños o mexicanos o centroamericanos, colombianos y venezolanos, y los candidatos hablan de cómo respetan a los “hispanos”, o “latinos” o “hispanoamericanos” y su cultura y cocina, todo parte de la coreografía de cada cuatro años para conquistar lo que llaman “el voto latino”.

Este año, los latinos son el sector minoritario más grande del electorado estadunidense, con 32 millones con derecho al voto (la mitad de la población latina) -un 13.3 por ciento del total del electorado, según el Pew Research Center.

El voto latino está concentrado en varios estados considerados claves para determinar el resultado nacional de la eleccion presidencial, y en la recta final de esta contienda de repente podrían ser las estrellas del festejo democrático (o igual acusados de derrotas) por ambos candidatos nacionales.

Florida, Nevada, Arizona y por primera vez en 40 años, Texas podrían definir quién gana o pierde la eleccion nacional. Más aún, comunidades latinas en otros estados claves, aun con menos presencia como en Georgia y Carolina del Norte podrían influir en las tendencias ahí.

Pero “los latinos” no son una comunidad homogénea ni votan en bloque. Aunque una mayoría de los latinos que ejerce su voto históricamente favorece al Partido Demócrata, vale recordar que aproximadamente un tercio se han inclinado hacia el republicano durante las últimas elecciones. En 2016, aproximadamente un 28 por ciento votó por Donald Trump, a pesar de su campaña racista y antimigrante.

Florida ofrece tal vez el mejor mosaico sobre las diferencias dentro del electorado latino, con el voto de la diáspora cubana y más recientemente la venezolana concentrada en el sur de Florida que apoya de manera abrumadora a los republicanos, mientras que una creciente comunidad puertorriqueña en el centro del estado favorece a los demócratas, junto con una más pequeña pero creciente comunidad mexicana.

Con el poder político y económico de los cubanoestadunidenses, ahora acompañados por venezolanos y exiliados ricos de otros países del hemisferio, Donald Trump y su contrincante Joe Biden compitieron por ver quién era más anti castrista y anti chavista.

Trump no ha cesado de declararse el gran campeón de la causa antisocialista tanto en esos países como en Estados Unidos. Ha repetido incesantemente su mensaje de que Biden “traicionó” al pueblo cubano-estadunidense y lo acusa de ser títere socialista, y aseguró en una entrevista reciente: “no permitiré que Estados Unidos proceda por el camino de Cuba y Venezuela, que es a lo que la agenda radical de Joe Biden nos llevaría”.

De hecho, Fidel Castro, Hugo Chávez, Nicolás Maduro y otros han tenido enorme presencia en la pugna electoral en Florida. Un nuevo comercial, a través de “Latinos con Trump”, acusa a Biden de ser “camarada” de Nicolás Maduro.

A la vez, Trump también invita a otros latinos a sumarse a su causa, incluso un sector significativo de mexicoestadunidenses conservadores, y hoy les ofreció un spot celebrando el Día de los Muertos y hasta ofrece a sus inmigrantes “el sueño americano”.

Por su parte, Biden ha respondido comparando a Trump con Maduro, pero también ofrece mensajes más liberales para otros sectores latinos. Ayer emitió un mensaje en español afirmando “que desde sus actos atroces con la separación de familias en nuestra frontera hasta su ignorancia con el pueblo puertorriqueño después del huracán María, el presidente Trump ha atacado la dignidad de las familias latinas una y otra vez. Esto terminará cuando yo sea presidente”.

Pero las campañas más efectivas para el voto latino sobre todo contra Trump y sus políticas son realizadas por un vasto mosaico de organizaciones latinas en varias partes del país, que están enfrentando la ofensiva derechista en todas partes de la unión.

El voto latino es una expresión del futuro cada vez más multiracial y multicultural de este país, pero también podría ser clave en frenar este martes la propuesta para retornar a un pasado mucho más blanco inventado por Trump donde seguramente no se habla, ni se sueña, en español.

La Jornada


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