Cuba inica un nuevo período escolar de forma presencial y con cuidados sanitarios
Nuevo curso escolar, señal esperanzadora
Hoy es un día significativo para la Educación cubana. Cuando el 1ro. de septiembre último abrió la mayoría de las escuelas, las reservas eran lógicas. Estrictas medidas higiénicas y de distanciamiento se imponían para retomar, en parte del país, el curso escolar 2019-2020, interrumpido por la pandemia.
Luego de meses de clases televisadas, las familias y el claustro de profesores asumieron el reto de consolidar y evaluar conocimientos, en un contexto marcado por nasobucos, desinfección de manos… y estricta vigilancia epidemiológica.
Según han declarado en espacios informativos las autoridades del sector, el esfuerzo valió la pena. Lo que fue preocupación principal, preservar el bienestar de estudiantes, maestros y trabajadores, se logró sin casos de transmisión en esos centros. Gracias a ello y al cumplimiento del cronograma, este 2 de noviembre se inicia el curso 2020-2021 en casi toda la Isla, excepto en La Habana, Ciego de Ávila, Pinar del Río y Sancti Spíritus.
La capital, luego de un complejo rebrote de la COVID-19, finalmente puede hoy reabrir sus centros de enseñanza; pero durante cinco semanas se sistematizarán los contenidos del curso anterior, y no será hasta el 7 de diciembre que comience el actual.
Los municipios de San Cristóbal, en Artemisa, y Cárdenas, de Matanzas, que comenzaron las actividades lectivas en fechas posteriores, inaugurarán el nuevo curso los días 9 y 23 de noviembre, respectivamente. Pinar del Río, Ciego de Ávila y Sancti Spíritus dependen de la evolución de sus situaciones epidemiológicas.
El escenario de peligro e incertidumbre impuesto por la enfermedad ha sacado a flote fortalezas del sistema educativo cubano, capaz de reaccionar de forma flexible, y adaptarse –con celeridad- no solo a la situación general, sino también a las particularidades de cada territorio.
Para vencer los objetivos correspondientes, se adapta el tiempo de algunos contenidos, se diagnostican las necesidades específicas de los alumnos, usan otros medios de enseñanza e implementan nuevos métodos de evaluación como los trabajos integradores, bajo directrices metodológicas definidas. También se han reacondicionado espacios y redistribuido horarios.
Las autoridades de la nación acompañan a la familia en sus inquietudes por la salud del estudiantado y, por eso, retomar el ritmo de la enseñanza ha sido un proceso paulatino y contextualizado.
Pese a todos los cuidados que impone la situación actual, cuando se retoma la cotidianidad y la amenaza del SARS-COV-2 está vigente, pocos resultados ofrecen tanta esperanza como el de las escuelas que abren cada mañana y logran brindar al alumnado educación, instrucción y seguridad.
Claves para un curso escolar protegido
No es poca la preocupación ni infundados los temores. Cuando se anunció la decisión de que los estudiantes volvieran a las aulas para terminar el curso escolar 2019-2020 en la mayor parte del país, sucedió igual. Ahora la familia capitalina ajusta uniformes y prepara todo cuanto hace falta para que sus muchachos regresen a las escuelas, luego de siete meses de ausencias, y es lógico que exista preocupación en esta etapa en la que seguimos cuidándonos para esquivar el contagio por la COVID-19.
Entendiendo las preocupaciones, pero convencida también de la necesidad de que los alumnos retomen el aprendizaje bajo estrictas normas de protección, Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra de Educación, conversó en días recientes en exclusiva con Juventud Rebelde acerca del comienzo de un nuevo período lectivo en aquellas provincias que culminaron el anterior y presentan una situación epidemiológica favorable, de la reanudación del curso escolar 2019-2020 en La Habana, así como de las medidas para evitar contagios en sus instituciones.
Reconoció el papel de la familia durante los siete meses que han transcurrido desde los primeros casos de la COVID-19 en el país, cuando fue necesario detener el curso escolar, el 24 de marzo último. Asimismo, destacó su papel activo para lograr que los alumnos visualizaran las actividades televisivas de abril, mayo y hasta el 30 de junio último.
«En el caso de los territorios que no pudieron empezar en septiembre, como La Habana y en varios municipios del país, hay que destacar el esfuerzo de nuestros metodólogos, investigadores y de los teleprofesores, quienes tuvieron que prepararse para desarrollar esa actividad», reconoció Velázquez Cobiella, e hizo énfasis en la importancia de los correctos hábitos de higiene desde el hogar.
Con respecto al desarrollo del curso escolar que recién culminó en varias provincias del país, Velázquez Cobiella detalló que «hasta ahora no hemos tenido transmisión de la enfermedad en ninguna institución educacional. Hay provincias en las que se han producido casos en alguna comunidad donde residen los estudiantes y ha existido algún caso positivo en la familia o de alguna persona cercana; pero gracias a la alianza conjunta entre diversos factores rápidamente se ha tomado la decisión de aislar al estudiante o a un grupo.
«Hay instituciones educativas que han tenido que detener el curso durante algunos días y al final, cuando han llegado los resultados de PCR, no hemos tenido casos de algún niño que haya contagiado a otro en una escuela. Puedo asegurar que eso no se ha producido en ningún centro», afirmó.
Asimismo, puso como ejemplo el alto porciento de asistencia que tuvo el curso que recién culminó y en las pruebas de ingreso de las nueve provincias y el municipio especial de Isla de la Juventud, que se desarrollaron sin ninguna dificultad. Más del 98 por ciento de los estudiantes se presentaron y hubo territorios que lograron el ciento por ciento de asistencia.
Hacer las cosas bien
Con respecto a la reanudación del curso escolar en La Habana, dijo que «todavía hay comentarios, muchas dudas y temores sobre las garantías de que los niños no se enfermen», y aseguró que aunque la preocupación es normal en esta situación, «también debemos trabajar para que estos interioricen la necesidad de cuidarse, usar el nasobuco y mantener el distanciamiento.
«Es un modo de actuación que debemos incorporar en nuestros educandos de manera conjunta entre la escuela y la familia. En eso influye mucho la conducta de los adultos, porque a veces los pequeños ven que son ellos quienes no usan el nasobuco o incumplen las medidas establecidas», señaló.
La Ministra indicó que en la capital hay que hacer las cosas de la misma manera que en el resto de las provincias que desarrollaron sin complicaciones el anterior período lectivo, y expresó que «en La Habana tenemos cerca de 200 círculos infantiles que no han dejado de funcionar durante este tiempo, que se han mantenido atendiendo a nuestros niños.
«Tampoco hemos tenido ninguna situación porque se han tomado las medidas, Salud Pública ha desplegado un trabajo muy coordinado con el Ministerio de Educación y sistemáticamente hacen inspecciones en las cuales han puesto alguna multa, pero eso también es una acción preventiva para que no se viole lo establecido y el curso haya transcurrido bien.
«En los círculos infantiles están los más pequeños, de quienes a veces pensamos que no usan bien el nasobuco y que es difícil lograr que no mantengan el contacto con otros. Por eso, hay que tomar las medidas, hay que preocuparse, pero también hay que ocuparse de que todos cumplamos con las medidas higiénico-sanitarias que han sido indicadas», expresó.
La Titular del ramo explicó que La Habana comenzará este 2 de noviembre con una cantidad de semanas de atraso, y afirmó que se ha trabajado en las adaptaciones curriculares con el objetivo de que esta provincia pueda ponerse al día en correspondencia con el resto.
En cuanto al criterio de algunos progenitores de no enviar a sus hijos a las escuelas por temor al contagio, Velázquez Cobiella aseguró: «Estaremos atentos para recibir a nuestros alumnos, los maestros están siendo capacitados, se ha insistido en todas las medidas que hay que tomar, están los recursos necesarios para la desinfección de superficies, la pesquisa diaria, el paso podálico, el nasobuco, todas esas condiciones están creadas.
«En la capital se está haciendo un gran esfuerzo para que las escuelas cumplan con las condiciones sanitarias para que los educandos puedan lavarse las manos. Y no es adecuado que haya familias que estén incitando a las demás para que los niños no asistan. Lo que tenemos que hacer es trabajar bien, y sobre todo desde lo educativo en la casa, ser ejemplo en el hogar y en la calle para que nuestros infantes sigan esa conducta y no tengan dificultades».
Finalmente, explicó que los contenidos se impartirán teniendo en cuenta los que los educandos recibieron a través de las teleclases durante estos meses y haciendo énfasis en los que son decisivos en cada grado:
«Tenemos que lograr el aprendizaje de los estudiantes y siempre lo vamos a hacer sobre la base del diagnóstico, para saber, a partir de las actividades televisivas, en qué condiciones entraron a las escuelas. Hay que prestar especial atención a los niños de primer y segundo grados, para que puedan ir transitando hacia los grados superiores en mejores condiciones en cuanto a la lectura, la escritura y el cálculo», concluyó.