Colombia | La Farc se reúne con Duque para exigirle “garantizar la vida de los firmantes de la paz”
Las tres peticiones que llevarán los excombatientes de Farc al presidente Duque
Por Katherine Leal
El representante del partido Farc ante el Consejo Nacional de Reincorporación y vocero de la peregrinación de excombatientes, Pastor Alape, dio a conocer una serie de peticiones que serán presentadas al presidente Iván Duque, en la reunión que se realizará este viernes 6 de noviembre.
En diálogo con RCN Radio, el exguerrillero aseguró que en el encuentro participarían el alto consejero Emilio Archila, voceros de la peregrinación y el presidente Iván Duque.
Por su parte, el Partido Farc planteará también una agenda para la discusión de preocupaciones y propuestas, con el fin de ajustar la implementación del Acuerdo de Paz.
«Le estamos pidiendo el Gobierno que se establezcan unos lineamientos y acciones para garantizar la vida de los firmantes del Acuerdo de Paz y también de los líderes sociales y defensores de Derechos Humanos. En este sentido, lo que estamos recogiendo es lo que se plantea en el acuerdo para poder implementar esas acciones», explicó Alape.
Señaló quedurante el encuentro también se tratarán temas de tierra, «para garantizar la reincorporación efectiva de los firmantes del Acuerdo, para los proyectos productivos de tierra y para vivienda. El tercer punto es el Sistema Nacional de Reincorporación y la creación de una política pública como el que se tuvo con el M-19 y organizaciones paramilitares, que creemos garantice con efectividad la sostenibilidad del proceso».
Pastor Alape se refirió al asesinato de excombatientes y dijo que «lo que hemos querido es que podamos llegar a crear un documento donde podamos mirar las causas estructurales de esas violencias que el Estado no asumió. Los gobiernos en representación del Estado no asumieron las medidas pertinentes que quedaron planteadas en el Acuerdo, para ocupar institucionalmente los territorios que nosotros abandonamos en el proceso de dejación de armas».
Dijo que la peregrinación «es el movimiento social de los firmantes del Acuerdo de Paz, quienes decidimos desarrollar una serie de acciones para asumir responsabilidades, solicitar perdón, dialogar con sectores sobre las perspectivas de paz y la construcción de paz. Por eso hicimos esta peregrinación como un proceso para desandar los pasos de la guerra».
Alape señaló que los firmantes del acuerdo están «en un proceso de poder entender al país, de poder entender todos los prejuicios que tiene la gente… se nos cuestiona porque no decimos la verdad y después se nos cuestiona porque decimos la verdad».
Concluyó que «ya veremos si otros tienen la capacidad de reconocer la verdad o quieren seguir ocultándola para mantener los privilegios que han obtenido durante años. Todo esto lo vamos a decir por encima de quienes han armado otras verdades para su propio beneficio y hoy se sienten afectados».
“Nos están matando”, afirman excombatientes de las Farc
El grito de “Nos están matando” se convirtió en el pedido de auxilio de líderes sociales, exguerrilleros de las FARC y miembros de la oposición en Colombia para denunciar la violencia de que son víctimas, a semejanza del movimiento “Black Lives Matter” de EE.UU.
En los muros callejeros, en las redes sociales y en las manifestaciones en todo el país se han vuelto habituales las pancartas con esa advertencia sobre unos crímenes que afectan también a las comunidades indígenas, a militantes de la izquierda e incluso a estudiantes.
El asesinato del defensor de derechos humanos Jorge Solano Vega, perpetrado el martes en Ocaña, en el departamento de Norte de Santander, y el homicidio del exguerrillero de las FARC Jainer Córdoba, en el Valle del Cauca, elevaron ese clamor ciudadano para detener el desangre.
La esperanza que millones de colombianos pusieron en el acuerdo de paz firmado en 2016 entre el Gobierno y las FARC se desvaneció pronto por la reconfiguración del conflicto que este año deja al menos 42 masacres, según el último informe del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ante el Consejo de Seguridad sobre la Misión de Verificación de la ONU en Colombia.
“Aquí no están haciendo trizas los acuerdos, en Colombia están haciendo trizas a los seres humanos, a los defensores de derechos humanos, a los reclamantes de tierras, a la gente que está en los programas de sustitución (de cultivos ilícitos), a plomo corrido y esto es muy grave”, dijo a Efe la presidenta de la Unión Patriótica (UP), la senadora Aida Avella.
FUEGO CONTRA FIRMANTES DE LA PAZ
El partido político FARC denunció el miércoles el asesinato de Córdoba, el número 237 de esa larga lista, ocurrido justo cuando centenares de desmovilizados terminaban en Bogotá una peregrinación por la vida que comenzaron en distintas partes del país para protestar contra la violencia.
Según la ONU, en Colombia “la violencia incesante contra excombatientes sigue afectando la consolidación de la paz”.
“Parecería que los desarmaron para matarlos, por lo menos esa es la lectura que uno hace”, agregó Avella.
Por esa ola de violencia contra exguerrilleros de las FARC han sido capturadas 141 personas, 257 han sido vinculadas a las investigaciones y se han dictado 53 órdenes de captura, según informó días atrás el consejero Presidencial para la Estabilización y la Consolidación, Emilio José Archila.
ASESINATO DE LÍDERES
Los líderes sociales también viven una de sus épocas más sombrías y los ataques les llegan de todos los frentes, principalmente de autores desconocidos, grupos paramilitares y disidencias de las FARC.
Los asesinatos contra ellos se incrementaron en un 61 % durante el primer semestre de 2020 respecto al año anterior, según un informe publicado el martes por la organización no gubernamental Somos Defensores que documentó 463 agresiones contra los líderes, entre ellas 95 homicidios.
“La respuesta (del Gobierno) es que están haciendo las investigaciones, pero estamos cansados de las investigaciones exhaustivas porque no sirven para devolver la vida. Lo que queremos es la defensa de la vida y un plan para desmovilizar a quienes tienen las armas”, dijo Avella al denunciar que “así comenzó el genocidio contra la UP”.
La Unión Patriótica, creada en 1985 producto de una negociación de paz celebrada un año antes entre el Gobierno del presidente Belisario Betancur (1982-1986) y las FARC, obtuvo más de 320.000 votos en las elecciones de 1986 que le permitieron llegar al Congreso y a numerosas administraciones municipales.
Sin embargo, los resultados también generaron una persecución sin cuartel y el exterminio sistemático de unos 5.000 líderes y seguidores de la formación, así como de dos de sus candidatos presidenciales: Jaime Pardo Leal, en 1987, y Bernardo Jaramillo Ossa, en 1990.
La senadora recordó esos asesinatos al referirse a los recientes homicidios de tres miembros del movimiento de izquierdas Colombia Humana, liderado por el senador y ex candidato presidencial Gustavo Petro.