¿Qué cambiará en América Latina si Trump es reelegido, o Biden gana la presidencia? – Por Antonio Belchi
La política exterior que se adopta desde la Casa Blanca tiene un impacto directo en América Latina. La situación económica, los programas migratorios, la seguridad y el desarrollo en el hemisferio son tres de los aspectos con mayor relevancia en la región. Pero, ¿Qué propuestas tienen los candidato para abordar estos temas?
Economía: Planes para Latinoamérica en una época post-pandemia
El Banco Mundial estimó en un informe publicado en el mes de abril, que el Producto Interior Bruto (PIB) de la región latinoamericana y el Caribe (excluyendo Venezuela) caerá un 4,6%.
El presidente Donald Trump ha implementado algunas políticas económicas que pueden servir de muros de contención en América Latina. Uno de los mayores proyectos fue la firma de un nuevo tratado comercial con Canadá y México (T-MEC), que fue suscrito por los tres países pocos meses antes de la pandemia.
El economista Iván Jiménez subrayó en una entrevista con la Voz de América que este nuevo pacto comercial aportará “más claridad” de cara al futuro y a la hora de consensuar las relaciones, a nivel económico, entre esos países.
El virtual candidato demócrata, Joe Biden, por su parte, todavía ve la “relación con la región latinoamericana como algo esencial para Estados Unidos”, según dice un informe del periodista Joao Paulo Pimental en Latin America Business Stories (LABS).
De acuerdo al texto, ante la situación económica que vive el país norteamericano, Joe Biden ha presentado un plan en el que prioriza los empleos de los estadounidenes, excluyendo incluso las relaciones comerciales con América Latina. Ese programa, que se dio a conocer hace un mes, proponía una inversión de 700.000 millones de dólares para estimular la economía principalmente en Estados Unidos con la creación de cinco millones de empleos en las industrias manufactureras y tecnológicas.
“Biden ha dejado de defender abiertamente el libre flujo de bienes y capital internacionales”, decía el artículo de LABS.
En esa línea, Michael Shifter, el presidente de Diálogo Interamericano, un organismo que se centra en temas de interés para la región, sostiene que las relaciones comerciales internacionales, especialmente con América Latina, no van a tener tanto impacto si Biden ocupa el sillón de presidente. “Básicamente, uno esperaría un gran esfuerzo para revivir el multilateralismo, pero creo que deberíamos tener expectativas más modestas para Biden”, remarcó al respecto.
Seguridad y desarrollo: El plan para lograr estabilidad en la región
El presidente Trump ha mostrado su intención de seguir creando programas que promuevan el desarrollo económico y la seguridad en la región a través de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés). Esta institución cuenta actualmente con 13 oficinas en varios países latinoamericanos, ha impulsado 4 programas regionales y ha diseñado planes específicos para Cuba, Ecuador y Venezuela, que se coordinan directamente desde Washington.
Además, Trump escogió al cubanoamericano Carlos Trujillo, que había liderado la USAID, para ocupar el puesto de subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental. Una decisión que puede entenderse como toda una declaración de intenciones para seguir brindando apoyo en América Latina. Especialmente cuando el mismo Trujillo, en su discurso de nominación ante el Senado, señaló que asumirá el papel de líder en esta subsecretaría de Estado con la esperanza de seguir desarrollando la agenda de la Casa Blanca en temas de seguridad y desarrollo en toda la región, haciendo un énfasis especial a la situación en Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Por su parte, Biden se ha mostrado convencido de que el “hemisferio occidental tiene el potencial de ser seguro, democrático y próspero desde el norte de Canadá hasta el extremo sur de Chile”. Uno de los planes que propone es el de incentivar programas específicos en Centroamérica, “sobre todo en El Salvador, Guatemala y Honduras” -los países del Triángulo Norte-, con el objetivo de crear “oportunidades futuras para su propia gente”.
En esa línea, aseguró que destinaría 750 millones de dólares para apoyar reformas en la región.
Venezuela: Mismo objetivo, distintos caminos
Ambos candidatos coinciden en reclamar un futuro democrático para el pueblo venezolano y respaldan al presidente interino Juan Guaidó, al considerar que Nicolás Maduro es un «dictador». Sin embargo, aunque Trump y Biden abogan por la necesidad de crear una coalición regional que sirva para forzar la salida del mandatario en disputa, discrepan en si es necesario aplicar una política de mano dura.
John Pence, asesor y portavoz de la campaña de reelección de Trump, destacó en una conversación con la VOA que a través del liderazgo del presidente estadounidense se creó una coalición mundial para apoyar a Guaidó como mandatario interino del país y para presionar a Maduro.
“América Latina merece cuatro años más, porque el presidente Trump está con los que quieren la libertad y la democracia. El partido republicano es el partido de la libertad”, subrayó Pence.
Por su parte, el presidente del Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés), Tom Pérez, reconoce la importancia de trabajar con «otros países», pero hace énfasis en la necesidad de escuchar «a la gente» de Venezuela. Además, destacó que Biden considera que el apoyo a los venezolanos debe empezar en casa, mediante la concesión del Estatus de Protección Temporal (TPS).
“Si Trump quiere ayudar a la comunidad de Venezuela aquí en Estados Unidos, él lo puede hacer hoy. Él tiene el poder para implementar el TPS para su gente de Venezuela”, afirmó Pérez en una entrevista concedida a la VOA.
Inmigración: Control de fronteras y DACA
En cuestión migratoria, el partido republicano, con Trump al frente, tiene previsto continuar con su línea de política dura contra la inmigración irregular que cruza por la frontera sur del país. El ahora presidente ya prometió, en la campaña de hace cuatro años, construir un muro en la frontera con México. Un proyecto al que le queda mucho camino por recorrer, pero que continúa en la lista de prioridades del mandatario.
Otra de las asignaturas pendientes es la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés). Aunque el Tribunal Supremo de Justicia falló en contra de la cancelación del programa, la administración Trump ha desafiado la justicia y anunció que ya no aceptará más solicitudes y que limitará las renovaciones.
Estas políticas contrastan con la opinión del partido demócrata y de Joe Biden. En su programa electoral, el exvicepresidente aboga por una reforma del sistema de inmigración. “La Administración Obama-Biden creó el programa de DACA para dar a los dreamers (soñadores) la oportunidad de continuar con sus vidas sin temor a ser deportados”, dice su programa electoral, al tiempo que señala que sus planes pasan por hacer una reforma integral para nacionalizar a estos jóvenes que llegaron al país a una edad muy temprana.
En cuanto al control fronterizo, Biden se desmarca de la construcción de un nuevo muro en la frontera sur y propone “asegurar” la frontera “de una manera que sea humana y establezca un conjunto racional de reglas para los aspirantes a inmigrantes”. “Invertirá en tecnología inteligente en nuestros puertos de entrada y agilizará el sistema de asilo, contratando más jueces de inmigración y oficiales de asilo”, agrega su programa electoral.
Asilo: Planes para los solicitantes
Anteriormente los solicitantes de asilo, muchos de ellos centroamericanos, podían esperar la decisión de un juez de inmigración en suelo estadounidense. Durante su mandato, Donald Trump ha cerrado acuerdos con países como México o Guatemala para impulsar el programa de ‘Tercer país seguro’, un término basado en los principios de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, que contempla que un país puede negarse a conceder asilo y remitir a una persona a un tercer país considerado seguro.
Los planes del actual mandatario estadounidense son continuar con estas políticas y cerrar acuerdos con otros países de la región latinoamericana con esa misma fórmula.
En su programa electoral, Biden se compromente a «poner fin a las perjudiciales políticas de asilo de Trump» y promete que, en caso de llegar a la Casa Blanca, “se asegurará de que los que buscan refugio en Estados Unidos sean tratados con dignidad y obtengan la audiencia justa que legalmente tienen derecho a recibir”.
Juan Sebastián González, que fue asesor del vicepresidente durante la administración de Barack Obama, en un artículo publicado en Americas Quarterly, sostiene que “la visión de Joe Biden para la región está basada en la creencia fundamental de que la promoción de un ‘hemisferio seguro, de clase media y democrático’ es de enorme interés para la economía y la seguridad nacional de Estados Unidos”.