La oposición y la reinserción de Venezuela en el dispositivo geoestratégico de Washington – Por Leopoldo Puchi

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región. Por Leopoldo Puchi

Continúan los movimientos sobre el tablero de las piezas que representan los vectores de fuerza de la política de cambio de gobierno iniciada en enero de 2019. Los tres vectores utilizados han sido: las sanciones, el poder dual y la amenaza de intervención militar. El contexto en el que se aplican estas políticas es el del pulso entre dos Estados, el venezolano y el estadounidense. Y el objetivo principal es la reinserción de Venezuela en el dispositivo geoestratégico de Washington.

En este marco, el anuncio de recurrir a la responsabilidad de proteger (R2P) corresponde al vector “amenaza de intervención militar”; la decisión de no participación en las elecciones de Henrique Capriles apunta a la preservación del vector del “poder dual” y la decisión de la empresa de refinación india Reliance de no comprar crudo a Pdvsa es parte del esquema de bloqueo por medio de las llamadas sanciones secundarias.

Tres movimientos en la búsqueda de un jaque, es decir, una explosión social, golpe palaciego o levantamiento militar.

El esfuerzo realizado para mover a Capriles hacia la política de abstención se explica por la necesidad de mantener la imagen de un poder dual, ya que esta imagen cumple la importante función de debilitamiento del Estado venezolano. Para preservar esa imagen, se considera que no deben realizarse elecciones en diciembre.

Capriles, inicialmente, planteó que se podía participar en las elecciones independientemente del asunto de las condiciones, y dio como argumento para hacerlo el modelo de los cambios en Polonia, en los que no hubo observación internacional. Posteriormente, modificó el planteamiento y adoptó la línea de no participación.

El vector central de la estrategia es el de las sanciones. Obviamente, no es un bloqueo absoluto, ya que nunca lo es y siempre hay agujeros, pero sí lo suficientemente fuerte para causar, por su acción específica, un daño inmenso que se expresa en la enorme caída de ingresos en divisas.

Para blindar el bloqueo y cerrar las rendijas, Estados Unidos ha decidido aplicar sanciones secundarias, que penalizarán a países como Italia, España y la India por comerciar con Venezuela. Y desde el Gobierno, como respuesta se ha elaborado una Ley antibloqueo que facilitaría las inversiones privadas de capital internacional, probablemente de China, Rusia y Turquía.

El tercer vector que se ha utilizado es el de la amenaza de intervención. Hasta ahora, se ha blandido para intimidar al estamento militar, pues se calculaba que tendría dudas en cuanto a estar dispuesto a librar combate ante una amenaza real. Sin embargo, la reacción ha sido distinta y, al contrario, se ha incrementado la preparación para esa eventualidad. Con la invocación de la responsabilidad de proteger (P2P) se aspira a mantener vivo el vector de guerra, para que no pase al olvido como simple pensamiento mágico.

(*) Politólogo venezolano, dirigente del Movimiento al Socialismo, exministro de Trabajo.


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