Elecciones en Bolivia | Julio Peñaloza Bretel, periodista: “Se ha trascendido al caudillo y triunfó un proyecto colectivo de las organizaciones sociales”

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Entrevista a Julio Peñaloza Bretel, periodista boliviano

Por Denise Godoy, de la redacción de NODAL

Este domingo 18 de octubre Bolivia celebró las elecciones presidenciales luego de haber sido pospuestas en tres ocasiones. Los conteos extraoficiales indican el contundente triunfo de Luis Arce con más del 51% de los votos derrotando a sus principales adversarios Carlos Mesa y Luis Camacho. A casi un año del golpe de Estado que terminó con la destitución de Evo Morales y su posterior exilio en Argentina, la fórmula del MAS Arce-Choquehuanca llega al poder luego de una fuerte campaña antimasista marcada por diversas acusaciones por parte de sus contrincantes, la persecución judicial contra varios de sus candidatos y el intento de proscribir la fórmula. En conferencia de prensa, Luis Arce agradeció al pueblo boliviano la victoria y aseguró: «hemos recuperado la democracia y la esperanza». Por su parte, Evo Morales celebró el triunfo desde Argentina y adelantó cambios en la política económica y exterior del nuevo gobierno. La presidenta de facto, Jeanine Áñez, y el segundo más votado, Carlos Mesa, reconocieron la victoria del candidato masista a quién además felicitaron.

Los resultados oficiales serán dados a conocer con días de demora luego de la polémica decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de eliminar el sistema de conteo rápido horas antes de celebrarse los comicios. En entrevista con NODAL, el periodista boliviano Julio Peñaloza Bretel analiza los resultados electorales y las principales razones del contundente triunfo de los movimientos sociales nucleados en el partido histórico de Evo Morales.

¿Por qué cree que el MAS ganó nuevamente las elecciones?

Principalmente, se debe a que se rearticuló la base del Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP. Los indios bolivianos hicieron un solo puño y hasta Felipe Quispe, opositor y detractor de Evo Morales, se pronunció por el voto en favor del MAS, porque “hay que votar por uno de nuestros hermanos, David Choquehuanca, candidato a la vicepresidencia, y porque el MAS ha enseñado como se construye la unidad frente a la fragmentación de la derecha que, por si fuera poco, estuvo carente de contenidos programáticos”. Siempre reactiva y antimasista, la derecha ha buscado el voto útil queriendo sacarle ventajas a las debilidades del MAS y no ha logrado construir potencialidades propias. Este es uno de los factores fundamentales para entender el resultado. Ellos nunca supieron unirse, ni siquiera sumando los votos de Carlos Mesa en el segundo lugar y Luis Camacho en el tercero, le podrían haber ganado la MAS. Por supuesto que Camacho mermo a Mesa una mejor votación pero ni sumando todas las votaciones de la oposición hubieran logrado su objetivo porque el MAS logró superar la barrera del 51%. La unidad primó frente a la fragmentación.

¿Cómo se explica un triunfo tan contundente?

Había un voto oculto en las encuestas que aparecía persistentemente en todos los estudios de opinión y era de aproximadamente entre el 5 y el 7 por ciento que no quería contestar que iba a votar por el MAS. Este es un proyecto político histórico con un sentido profundamente comunitario que trasciende al caudillo. Es decir, quienes creyeron que esto pasaba sí o sí porque Evo estuviera o no en la papeleta porque su presencia en la candidatura presidencial era de vida o muerte, comprobaron hoy que se ha trascendido al caudillo, al líder carismático y que esto es un proyecto colectivo de las organizaciones sociales, fundamentalmente expresadas a través de la confederación de campesinos, de las organizaciones indígenas, de las mujeres campesinas e indígenas bartolinas, los migrantes campesinos interculturales que van del occidente al oriente del país y de la Central Obrera Boliviana que nuclea a los trabajadores de las ciudades. Es un proyecto comunitario y colectivo, nacional y popular. Eso no lo vieron venir porque subestimaron a los indios, quienes constituyen la base fundamental de este país que se expresa a través las 36 nacionalidades y pueblos indígenas que hacen que hoy, desde el punto de vista jurídico, Bolivia no es una República sino un Estado Plurinacional.

¿Qué análisis hace del fracaso de la derecha boliviana a casi un año del golpe de Estado?

Pasa fundamentalmente por los desaciertos, la ineptitud y la corrupción, además de la ilegitimidad con la que llegó a la presidencia Jeanine Áñez. Pusieron un fuerte acento a la persecución política contra líderes del MAS, cometieron una serie de tropelías, incluso atrocidades que pasan por la violencia con las masacres de Senkata y Sacaba, dos poblaciones semirurales con un fuerte asedio represivo militar-policial. Creyeron que iban a poder controlar el coronavirus con la militarización de las calles en lugar de con médicos y enfermeras. Les fallaron los cálculos porque si las elecciones se celebraban en marzo probablemente podían haber peleado al menos la segunda vuelta. Ese dicho del adagio popular que nos señala que “en la tardanza está el peligro” se ha cumplido fielmente porque se pospuso la elección en tres oportunidades y esto le dio un aire al MAS para articularse. Además favorecieron algunas acusaciones, y esto es ajeno a la derecha pero tiene que ver con el contexto general, en contra de Evo Morales, que hicieron que el propio bajara un poco el tono y por lo tanto se lograra una campaña más autónoma en Bolivia, no tan dependiente de las instrucciones que llegaban o dejaban de llegar desde Buenos Aires. Creo que este conjunto de elementos ha hecho que se hayan equivocado. Los candidatos de la derecha no supieron leer esto y cuando Jeanine Áñez se bajó de la carrera presidencial ya era muy tarde. Creo que les falló el timing. Su derrota se debe a su obsesión antimasista, anti Evo Morales. Se preocuparon más de perseguir al MAS que pensar en un proyecto alternativo propio.

¿Cómo se espera que sea el proceso de transición?

El proceso de transición está previsto para el 4 de noviembre con la entrega de credenciales de diputados y senadores electos y a la siguiente semana se daría la toma de posesión del presidente y vicepresidente. Se espera que se organice una mesa de coordinación de transición entre el gobierno electo y el saliente. Ojalá que no haya mucho ruido o interferencias. Ello va a depender mucho de la prudencia con la que se maneje el MAS. Una cosa muy importante a tener en cuenta es que los resultados oficiales están previstos al 100% para salir el miércoles 21 de octubre. Esperemos que así sea y que se acabe este asunto para que tengamos consolidados los datos y esto sea oficial.


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