Uruguay | Pablo Oribe, dirigente del Partido Socialista: “El gobierno deberá enfrentar el desgaste por las políticas económicas que está implementando”
Entrevista a Pablo Oribe, dirigente del Partido Socialista de Uruguay
Por Denise Godoy, de la redacción de NODAL
El domingo pasado Uruguay celebró las elecciones municipales en las que se eligieron los nuevos representantes de 19 distritos y 125 alcaldías. Pese a obtener la victoria en 15 departamentos, el oficialista Partido Nacional (PN) perdió en dos de los distritos más importantes, Montevideo y Canelones. De este modo, el Frente Amplio (FA) logró su séptimo gobierno consecutivo en la capital del país y Carolina Cosse fue electa intendenta con más del 50% de los votos. El FA también triunfó en Salto pero no logró retener las intendencias de Rocha, Paysandú y Río Negro, que ahora serán gobernadas por el partido del presidente Luis Lacalle Pou. En diálogo con NODAL, Pablo Oribe, dirigente del Partido Socialista, que integra el Frente Amplio, analiza el resultado de las elecciones y los desafíos que deberán enfrentar el gobierno y la oposición.
¿Por qué cree que el Frente Amplio logró un nuevo triunfo en Montevideo y cuál es la importancia histórica?
El Frente Amplio logra ganar el gobierno de Montevideo por séptima vez consecutiva pero lo hace en un contexto distinto y luego de haber perdido en noviembre de 2019 el gobierno tras 15 años de una gestión que tuvo más luces que sombras. Tuvimos que hacer frente a esta elección departamental con un gobierno asumido hace seis meses y en el apogeo de su popularidad. En un contexto adverso para el FA es que enfrenta a todos los partidos de oposición juntos en Montevideo y les gana de manera exitosa por más de 50% de los votos contra el 39,6% de todos ellos juntos. Porque además, tanto el plan de ajuste estructural que el gobierno propone, expresado en algunos artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC), como la ley de presupuesto que se está votando ahora en el Parlamento, todavía no llegan del todo a la gente y no son tan visibles para la población como lo van a ser en algún meses.
También, como ha tenido una gestión relativamente exitosa de la pandemia en materia sanitaria y, ante lo que se empieza a ver de desgaste, ha tratado de decir que no es por su gestión. Otro elemento que hace más importante la victoria es que el FA además lo logra en un contexto de relevos generacionales ya que llega a esta elección con tres liderazgos longevos importantísimos agotados, como lo son Tabaré Vázquez, Pepe Mujica y Danilo Astori. Lograr sustituir esos liderazgos tan significativos es sumamente complejo y el FA lo ha hecho muy bien. En la elección fueron tres candidatos por Montevideo y no hubo ataques entre ellos, los tres expresaban diversidades distintas dentro de la izquierda y lograron trabajar de manera armónica, fraterna y unida por un programa único. No es una elección más porque se dio con un gobierno de una coalición de derecha muy fuerte que está en su máximo apogeo y además compadecemos con cambios generacionales muy fuertes dentro del frente.
¿Qué representa para el gobierno de coalición haber perdido en los distritos más importantes?
El gobierno perdió en Montevideo, en Canelones y en Salto. Esos departamentos representan dos tercios del electorado. Yo estaría muy preocupado si fuera ellos porque ganaron las intendencias de Paysandú, Río Negro y Rocha pero son intendencias que nosotros hemos ganado en 2014 por poquito margen y que el oficialismo ahora ganó por un mínimo margen también. Era relativamente esperable que ganaran pero son distritos con baja densidad poblacional, no representan un cambio significativo de votos. Resultaron más o menos igual a las elecciones generales de octubre de 2019 y eso que el gobierno tiene hoy una alta popularidad. El gobierno de derecha tiene un desafío muy fuerte que es mantener la popularidad y evitar un desgaste que naturalmente va a tener, propio de su gestión y de las políticas económicas que está implementando.
El presupuesto marca un ajuste muy fuerte que el gobierno va a hacer y eso va a traer un ciclo económico regresivo que va a afectar los intereses de la mayoría de la población. Va a haber una disputa y van a tratar de construir un relato responsabilizando del ajuste a la “herencia maldita” recibida del FA y a la pandemia. Veremos qué mirada se podrá imponer, si el relato de que el gobierno construye apuntalando una subjetividad de derecha, individualista y neoliberal, un sentido común que está en disputa permanente, o el de culpabilizar de los efectos de sus políticas económicas tanto al frente como a la pandemia.
Nosotros tendremos que trabajar para mostrar que las consecuencias negativas en los ingresos de la población, porque ellos vienen a bajar salarios, se deben principalmente a la política económica que el gobierno ya está instrumentando, y no a la pandemia o a la gestión del frente que fue exitosa. Habrá que hacer autocrítica, trabajar con la sociedad y ponerse al lado de los que más van a sufrir este plan de ajuste para que nuestro relato vuelva a ser hegemónico en el Uruguay y podamos disputar ese sentido. Va a ser una puja de relatos que se van a instalar y ahí estará la política, para desenmascarar esos relatos.
¿Cómo queda configurada la política de Uruguay luego de este resultado electoral?
Queda configurada en un escenario de disputa donde hay fuerzas parejas. El gobierno tendrá que demostrar que el desgaste en las condiciones de vida de la población no es su responsabilidad sino de otros y nosotros tendremos que hacer el ejercicio en esa pedagogía política y ponernos al lado de los que van a sufrir para mostrar que hay otra alternativa y otra forma de gestionarla. Queda configurado con Montevideo Canelones y Salto en manos del Frente Amplio y con el resto del país gobernados por el Partido Nacional (sacando Rivera donde triunfó el Partido Colorado), que es una coalición multicolor que va de una centroderecha a una extrema derecha económica neoliberal que representa a Lacalle y a Sanguinetti, e incluso en lo social una extrema derecha un poco más fascista que representa a Cabildo Abierto como un partido militar.
En esta disputa pareja la acumulación política que debemos hacer en adelante es clave. El frente va a apelar a seguir acumulando con su base histórica, con los movimientos sociales, con el movimiento cooperativo, con los sindicatos y tratará de disputar la sensibilidad, el sentido común y la subjetividad de la población. Para esto es clave mostrar que se puede, que hay otros valores alternativos a los del mercado y nuestro esfuerzo va a estar en mostrar eso tanto en la gestión desde los departamentos que tenemos como en la vida cotidiana.
Creemos que tenemos que disputarle a la subjetividad neoliberal con una alternativa, no tanto desde el lugar del mercado y sí para otras formas de relacionarnos basada más en la solidaridad y la cooperación y no en la competencia meritocrática y demás cuestiones.