Honduras | Se registraron más de 470 protestas en 190 días de confinamiento

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La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Humanos en Honduras (OACNUDH) reporta a la fecha 477 manifestaciones realizadas en 76 municipios del país a lo largo de 190 días de confinamiento.

A mediados de junio, la OACNUDH compartió desde su perfil en Twitter su herramienta de monitoreo de manifestaciones realizadas en el contexto de la crisis por Covid-19 en Honduras, observando que las manifestaciones y la protesta social se incrementaron.

De acuerdo a la herramienta de monitoreo, las principales expresiones de descontento ciudadano se han realizado en los municipios del Distrito Central con 145 y San Pedro Sula con 43. Seguido por El Progreso con 24, Choloma con 22, en Villanueva 14, Choluteca 11 y Comayagua 9, entre otros municipios.

Entre las principales motivaciones de las manifestaciones se encuentran: el acceso a la alimentación, el incumplimiento en el pago de bonos estatales, el retorno al trabajo y el temor al contagio por Covid-19, entre otros.

Criterio.hn entrevistó al director ejecutivo del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (Ciprodeh), Carlos Leiva, para hablar sobre el incrementó en las expresiones de descontento a lo largo de estos seis meses.

Leiva señala que incluso en un estado de sitio, pese a las restricciones y al miedo, hay un claro incremento de manifestaciones, lo que indica que las condiciones en las que se encuentran las y los hondureños es frágil y pese a esto, no están siendo escuchados y atendidos. En cambio, se están “distribuyendo fondos del erario público en empréstitos a una camarilla que le está dando un mal uso y un mal servicio”.

El director de Ciprodeh indica que “mientras las cosas sigan así, donde la balanza se inclina más a la injusticia pues la gente […] se va movilizar porque llega un momento en que el miedo deja de ser esencial para evitar que la gente se mueva” en busca de mejorar su condición de vida.

Igualmente, indica que estas movilizaciones están ligadas a una lucha de clases y que el descontento continuará y no se detendrá mientras derechos básicos como el acceso a salud, educación, alimentación y trabajo digno, no sean solventados.

Leiva explica que el modelo neoliberal se basa en la explotación de las y los trabajadores. Sus salarios disminuyen cada vez que el precio del dólar se incrementa en relación al lempira. Esto ejerce presión sobre los trabajadores y esto les impulsa a reaccionar. Históricamente, esta es la forma en que los pueblos avanzan.

“Desde el 2009, la gente se ha estado movilizando y no ha dejado de movilizarse porque la reconciliación no se ha dado. El régimen para poder mantener el control lo hace a través del miedo, del temor y las armas”. Mientras existe un grupo minoritario que tiene todos los privilegios, se violentan los derechos de niños, jóvenes, mujeres y adultos mayores, expresa.

En el ínterin, pese a que se exigen reformas, desde el poder se reacciona en detrimento de derechos como la libertad de expresión, como se hizo con el nuevo Código Penal. “No hacen, ni atienden el llamado de la población”, por lo que la gente sale a las calles a exigir sus derechos y está bien porque “derecho que no se reclama, derecho que no se exige, derecho que no se vive, deja de ser un derecho”, reflexiona.

“Estamos en un estado de excepción que prácticamente, el régimen lo ha utilizado para reprimir al pueblo. No para asegurar su alimento, no para asegurar su trabajo, no para asegurar su salud, no para escuchar su voz o cuestiones culturales”, declara.

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