El racismo colonial del Comité Cívico de Santa Cruz – Por Esteban Ticona Alejo
Por Esteban Ticona Alejo *
La madrugada del lunes 3 de agosto se inició la huelga general indefinida y el bloqueo de caminos en todo el territorio boliviano, a convocatoria de la Central Obrera Boliviana (COB) y de los movimientos sociales que conforman el Pacto de Unidad, exigiendo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) el respeto a la fecha de elecciones establecida mediante ley para el 6 de septiembre del presente año.
Una multitudinaria marcha en la Ceja, donde dirigentes de la COB, de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia “Bartolina Sisa”, de la Federación Única de Trabajadores de La Paz “Tupaj Katari” y otras organizaciones juveniles y vecinales anunciaron las medidas de presión, aprobadas en un cabildo realizado el 28 de julio, en la ciudad de El Alto.
Por su parte, el histórico líder aymara Felipe Quispe “el Mallku”, apostó por el bloqueo de caminos total declarando que “las movilizaciones serán más contundentes y revolucionarias porque el gobierno se hizo la burla. Las elecciones debieron ser el 6 de septiembre, ya se está haciendo la burla con la población. Muy tarde quieren trancar el corral porque el burro ya está muerto dentro. Las cosas eran desde el primer día que estaba llegando el covid 19”.
En medio de este conflicto que se agravaba días tras día, apareció a la palestra el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Rómulo Calvo. Haciendo gala de su total ignorancia descalificó a los actores de los bloqueos de manera despectiva y racista. ¿Qué expresó textualmente Calvo, entre aplausos en la asamblea del Comité, el 11 de agosto? “Este Comité no descansará hasta ver tras las rejas a estas bestias humanas, indignas de ser llamados ciudadanos. Colonos que muerden la mano a la tierra que les abre los brazos para que salgan de la pobreza, y pagarán esta tamaña afrenta”, dijo amenazante.
No es extraño que personas vinculadas a los comités cívicos del país y particularmente de Santa Cruz, tengan esta visión retrograda de los diferentes ciudadanos/as de nuestro país. ¿Cómo explicar esta mirada racista y xenófoba hacia nuestros coterráneos? La fusión de la mentalidad de patrón-empresario, que aún piensa como al inicio de la colonización española que los indios eran bestias y no tenían alma es una explicación; pero también la continuidad de ese pensamiento colonialista, alimentada día tras día desde sus bisabuelos, abuelos y padres gamonales de que son mejores invasores y dueños absolutos de estas tierras.
El señor Calvo se siente totalmente un colonizador nato al denominar colonos a los collas o indios campesinos del Occidente del país, que bloqueaban las carreteras. Además de pensar que estos sitiadores son mal pagadores porque los patrones/empresarios les dieron trabajo en sus tierras y estas no son del país. El grupo de choque neofacista del Comité Cívico, la Unión Juvenil Cruceñista (UJC), salió a algunas carreteras a desbloquear “su territorio”, en una expresión clara de cómo actuaron a nombre de la vida y la democracia, humillando vilmente a nuestros coterráneos.
Lo que me causó estupor es que Calvo se reafirme y cite en varias declaraciones públicas que el término de “bestias humanas” estaría mencionado en el diccionario de la Real Academia Española (RAE). En el diccionario de la RAE están los términos de “bestia” y “humano”, pero por separado y no juntos, como nos quería hacer creer.
Calvo pensó que citando a la RAE tendría elegancia su afirmación y justificaría su uso, cuando en el fondo es una expresión altamente racista y xenófoba. El racismo elegante e incluso académico y científico no se justifica en estos tiempos y hay que combatirlo en cualquier escenario. El Ministerio Público debería enjuiciar de oficio y aplicar la Ley 045 de 2010 de lucha contra el racismo y toda forma de discriminación.
* Sociólogo y antropólogo aymara boliviano
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