Bolivia | Más de 250 trabajadores y trabajadoras de la salud fallecieron por coronavirus

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Norma Alí no encuentra consuelo, no pude dejar de llorar la partida de su mamá, una destacada enfermera auxiliar del Instituto Nacional del Tórax de la ciudad de La Paz. El pasado 9 de julio, su mami, Betty Alí, murió por coronavirus.

“Mi mamá perdió la vida porque no recibió un equipo de protección de seguridad. Lastimosamente, las personas acudieron al hospital con el virus sin decir que tenían al menos síntomas de la enfermedad”, lamentó la joven.

Al igual que Norma, cientos de hijos lloran por la muerte de sus padres y madres que trabajaban en el sistema de salud público, entre auxiliares de enfermería, técnicos en laboratorio, técnicos de Rayos X, administrativos, manuales y de servicio. Los salubristas ofrendaron sus vidas en primera línea y durante el pico más alto de la presencia de la pandemia de la Covid-19.

La secretaria ejecutiva de la Confederación de Trabajadores de Salud de Bolivia, Jeny Arias, informó que en todo el país, más de “250 trabajadores de salud del sector público fallecieron por coronavirus”. Según la representante del sector, enfermeras auxiliares, camilleros, técnicos y trabajadores de limpieza fueron las principales víctimas fatales de la pandemia y se contagiaron en primera línea.

El secretario ejecutivo del Sindicato de Trabajadores de Salud de La Paz, Édgar Cabrera, dijo que de los más de 250 salubristas que perdieron la vida por el virus, 60 trabajaban en los hospitales públicos de La Paz. “Lastimosamente a nuestros compañeros nadie les hizo un homenaje o un reconocimiento. Al igual que los médicos, ellos lucharon en primera línea contra la pandemia”, sostuvo.

En Bolivia, según los representantes de los sectores, en total más de 140 médicos y 250 salubristas perdieron la vida por la Covid-19 en los más de seis de la pandemia.

Cabrera recordó que en el área rural, los salubristas atendían a los pacientes infectados y los enfermos no informaban la verdad sobre los síntomas del virus. “Por eso, en muchos casos, los trabajadores de salud dieron atención de forma desprotegida y se contagiaron el virus”, agregó.

Arias lamentó el actuar de las autoridades. “Ayer (el lunes) en el Día del Médico vimos reconocimientos en todo lado, pero a nosotros nadie nos envió ni un saludo en el Día del Trabajador de Salud que se recordó el pasado 6 de julio”, comentó.

Según Arias, todos sus compañeros -al igual que los médicos- cayeron en cumplimiento del deber. “Valoramos el trabajo de los médicos, pero también queremos que se valore la labor de nuestros compañeros”, agregó.

La secretaria ejecutiva de la Confederación de Trabajadores de Salud de Bolivia aseguró también que desde marzo -cuando llegó la Covid-19 a Bolivia- el sector denunció “la forma en la que las autoridades –municipales, departamentales y nacionales- los enviaron a trabajar”. “Era en el total abandono y sin las medidas de bioseguridad necesarias”, acotó.

Ambos dirigentes indicaron que pese a los bajos salarios que perciben, los salubristas se vieron obligados a costear la compra de Equipos de Protección Personal (EPP), lentes y máscaras, entre otros.

“No desmereceremos el trabajo de los médicos, pero todos somos un equipo. El mismo está compuesto por las enfermeras auxiliares, administrativos, trabajadores manuales, de servicio, biotecnólogos y los responsables de los equipos de Rayos X. Todos trabajamos poniendo empeño cada día”, sostuvo Arias.

Cabrera indicó que en un momento su sector se sintió relegado. “Siempre hubo discriminación, pero en el tiempo de la pandemia hasta nos dieron un equipo de protección inservible. Por eso, hasta llegamos a confeccionar esos insumos”, dijo.

Según los dirigentes, cuando muchos de los salubristas se enfermaron de la Covid-19, vivieron un calvario y se sintieron abandonados a su suerte. Debían acudir al seguro de salud, hacer filas desde las dos de la madrugada y esperar más de 15 días por los resultados de las pruebas.

Arias dijo que ahora su sector busca rendir un homenaje a los trabajadores con la presentación del proyecto de ley para que todos sus afiliados accedan a una jubilación justa.

“Hay muchos hijos que quedaron huérfanos por la pandemia”, dijo Cabrera e indicó que el sindicato apoya a algunos hijos para que puedan reemplazar a sus papás en sus fuentes laborales, de esa manera se busca garantizar el sustento de las familias.

“El sindicato me ayudó. Gracias a ellos, hoy trabajo en el Tórax como administrativa”, contó Norma, quien no encuentra consuelo por la muerte de su mami.

Página Siete


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