Ivan Duque, presidente de Colombia: “Uribe merece defenderse en libertad”

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SEMANA: Presidente, a raíz de la detención de Uribe, ¿no le parece raro que su propio partido lo haya puesto contra la pared con la idea de imponer una constituyente que usted en varias ocasiones ha descartado?Iván duque:

 Ningún instrumento de reforma se puede descartar, mucho más si están en la Constitución. En el país hay un consenso sobre la necesidad de una reforma a la justicia y debemos buscar un mecanismo rápido y eficaz. Una constituyente tiene un principio de soberanía popular claro, pero es un proceso lento y complejo frente a una necesidad apremiante.

SEMANA: El Centro Democrático lo está criticando por haber dejado solo a Uribe, y sectores políticos y la rama judicial lo acusan de estar presionando a la Justicia con sus declaraciones de que él es inocente. ¿Usted qué les dice?

I.D.: Ni lo uno ni lo otro. Jamás he ejercido presión sobre la Justicia, pero creo que una persona que le ha servido con patriotismo y honorabilidad al país debería poder defenderse en libertad; aún más, cuando existen autores de crímenes atroces condenados que gozan de libertad, sin haber pagado penas. Y, por otro lado, lo he dicho y lo reitero: Álvaro Uribe Vélez es una persona honorable, que le ha servido a Colombia y que merece defenderse en libertad.

SEMANA: Algunos dicen que Uribe estaría molesto con usted porque ha tomado decisiones que no corresponden a lo que él desearía. ¿Qué responde?

I.D.: Hombre, yo no entiendo quiénes son los que puedan estar molestos. Yo he tenido con él una muy buena amistad y una muy buena relación a lo largo de la vida. Yo soy el presidente de Colombia, tengo con él una relación en lo gubernamental e institucional franca, buena. Y le puedo decir una cosa: en estos dos años de gobierno, si hay alguien que ha sido respetuoso de la institucionalidad y con quien he tenido conversaciones pensando en el país y no en tratar de influir en la acción de gobierno ha sido con él. Nos hemos puesto de acuerdo en temas, en otros hemos tenido desacuerdos. Pero una cosa que le quiero decir es que jamás de parte de él ha habido ninguna intención de influir en el gobierno. Él tiene preocupaciones, anhelos y proyectos de país. Y yo lo celebro, porque qué bueno que en Colombia tengamos personas que le han servido al país desde la Presidencia, queriendo servir desde otras trincheras, políticas o intelectuales.

SEMANA: ¿No cree que esa reiterada expresión pública de solidaridad con Uribe es injerencia indebida de la Casa de Nariño en el Poder Judicial?

I.D.: De ninguna manera. He sido respetuoso de decisiones judiciales, inclusive con las que no he estado de acuerdo. Pero, cuando a mí me preguntan como persona por Álvaro Uribe Vélez, yo he dicho lo que siento y lo que creo. Lo he conocido, he trabajado con él, en la política puede haber personas que generan tensiones, amores, desamores, todo lo que uno quiere. Pero Uribe ha sido quizás el político más esculcado y escrutado que haya visto este país. Y yo creo que en las circunstancias que vive Colombia es importante que queden claras las cosas para que no aparezcan carteles de la difamación contra las personas que le han servido bien al país. Yo veo personas que lo han acusado a él de paramilitarismo. Yo me pregunto: cuando el paramilitarismo creció en Colombia durante 20 años, en las narices del Estado, ¿quiénes acusaban a quiénes? Veo que a la persona que logra someterlos, desmovilizarlos, encarcelarlos y extraditarlos le dicen paramilitar. Es incoherente.

SEMANA: Presidente, en estos dos años, ¿cuál considera que ha sido su mayor acierto y su mayor fracaso?

I.D.: Dos años de gobierno traen muchas satisfacciones. Cerramos 2019 con una de las menores tasas de homicidio en más de 40 años. De seguir la tendencia, estaremos cerrando 2020 con la tasa más baja desde 1976. Cerramos 2019 con la menor tasa de secuestros, también en más de cuatro décadas. Logramos la mayor reducción de los cultivos ilícitos en siete años y las mayores incautaciones de droga. En la lucha contra la corrupción, sacamos adelante la ley de pliegos tipo, la ley que obliga a hacer públicas las declaraciones de renta y la eliminación de casa por cárcel para los corruptos. Sacamos adelante la cadena perpetua contra violadores y asesinos de niños, y la no conexidad entre el secuestro y el narcotráfico con el delito político. Hemos multiplicado por cinco la capacidad instalada de energías renovables. Logramos las mayores exportaciones agrícolas en la historia y esperamos que este año podamos mantener esa tendencia. Tuvimos el mejor año del turismo en 2019, y vamos a tener este año a 168.000 jóvenes que llegan gratuitamente a la universidad pública. Hemos entregado más subsidios de vivienda de lo que se hizo en los últimos casi seis años. Hay desafíos, por supuesto. Con la pandemia nos toca reactivar la economía y sortear esta circunstancia. Tenemos retos, por ejemplo, en seguridad. Me sigue preocupando la situación de los líderes sociales, porque narcotraficantes, personas que están en la extracción ilegal de minerales han venido cometiendo estos crímenes.

SEMANA: Un grupo de congresistas presentó una reforma que muchos han criticado y la han calificado de ser digna de Venezuela. El exvicepresidente Germán Vargas Lleras advierte que impactará gravemente al sector empresarial por aumentar la carga tributaria. ¿Qué piensa usted de esto?

I.D.: Hay que tener mucho cuidado con que en medio de una pandemia no aparezcan discursos populistas y demagógicos. Si se le aumenta la carga tributaria a la micro, la pequeña y la mediana y a la gran empresa, va a disminuir la inversión, se van a afectar empleos y se va a afectar la recuperación. El reto que tenemos ahora es crecer, como digo yo, en forma de V, en forma de victoria. Es decir, tenemos una caída en 2020 que es ineludible en el mundo, pero hay que tratar de empujar una rápida recuperación.

SEMANA: En medio de esta controversia política y jurídica sobre Uribe, ¿ha visto la serie Matarife?

I.D.: Yo soy muy malo para ver ciencia ficción.

SEMANA: Hablemos de la financiación de su campaña. Usted decía que un candidato debe responder penalmente si se comprueba el ingreso de dineros ilegales…

I.D.: Me parece importante volver a ser explícitos de lo que fueron las prácticas de nuestra campaña. Se hicieron varias cosas: cuenta única nacional, en sucursal única, y solamente se recibieron contribuciones en cheque, sometidas a 17 controles. Solamente una persona podía pedir recursos o tramitar recursos a nombre de la campaña y era el gerente, Luis Guillermo Echeverri, que hizo una gerencia honorable, pulcra. Confío en todas las demostraciones que él ha hecho de manera pormenorizada. Nuestras cuentas fueron fenecidas en el Consejo Nacional Electoral después de una revisión exhaustiva. Y, adicionalmente, se hicieron públicas, no una, sino varias veces a través de los medios de comunicación y de publicidad que pagó la campaña, en la que se decía claramente que la única persona que podía tramitar, solicitar o administrar recursos a nombre de la campaña era Luis Guillermo Echeverri. Confío en todas las demostraciones que él ha hecho de manera pormenorizada.

SEMANA: Usted ternó a su amigo Francisco Barbosa para la Fiscalía. ¿Cree que debería declararse impedido en el caso de la Ñeñepolítica?

I.D.: Yo no he visto al primer presidente que terne enemigos. Yo no lo terné por amigo, sino por competente, como terné a la doctora Clara María González y a Camilo Gómez. El doctor Barbosa no fue funcionario de mi campaña. Le conozco su disciplina, entrega, espíritu patriótico, vocación académica, capacidad de trabajo. Lo postulé ante la Corte Suprema de Justicia, que lo eligió por unanimidad. Pero, adicionalmente, él no es mi juez natural, sino la Comisión de Acusación. No tengo problema en contestar al llamado que se me haga, porque siempre le he hablado al país de frente y con claridad. Ustedes me hablan de la Ñeñepolítica. Cuando me preguntaron por el señor Hernández (…) mi padre fue amigo del papá de él en los años setenta. Él era un hombre reconocido políticamente, dirigente conservador. Mi padre tuvo una buena relación con él. El señor murió en el año 2000. Yo fui a Valledupar en el año 95 por primera vez y yo no conocía al señor José Hernández. Conocí a su papá, sí, conocí a su mamá y conocí a su hermano, a Gregorio, a quien traté esa vez. Después conocí al señor Hernández en la campaña, en eventos públicos, donde él se me acercaba, me invocaba la relación de nuestros padres; saludé a su mamá, nos tomamos unas fotos, fotos que son públicas en eventos públicos. Ustedes han entrevistado a su mamá y ha dicho que él no tenía una amistad con Duque y dijo que quizá era muy hablador. Ustedes entrevistaron a su esposa, María Mónica Urbina, y dijo lo mismo. Igual con la entrevista que le hicieron a su hermano. Él no tuvo ninguna labor administrativa o de gestión en la campaña ni tenía autorización. He dicho que es una persona que seguramente abusó del nombre mío por las fotos o cosas así. Nunca he eludido ningún tipo de llamado a quien es mi juez natural. Y el fiscal sí tiene la responsabilidad de hacer todas las investigaciones que le correspondan. Pero como él no es mi juez natural, no tiene que declararse impedido.

SEMANA: Presidente, ¿no siente que el programa diario en televisión se está desgastando? ¿Hasta cuándo irá?

I.D.:

 Mi profesión no es ser presentador de televisión ni animar las tardes de los colombianos. El programa Prevención y acción surgió al comienzo de la pandemia, en una conversación que tuve con el equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Una de las recomendaciones más importantes es unificar y transmitir información veraz en tiempo real. El programa se creó para eso y no es para la vanidad presidencial. Hace pocos días, la OMS y la OPS hicieron un reporte de buenas prácticas, tomaron a Colombia como referencia y destacaban ese espacio de comunicación en medio de una pandemia. Mientras sea necesario transmitir esa información, que estimule un cambio de comportamiento para enfrentar una situación tan grave, lo haremos.

SEMANA: Al comienzo de la cuarentena usted planteó en sus decretos un escenario de salud del coronavirus más difícil del que vivimos. ¿Cuál es el balance de la pandemia?

I.D.: Los escenarios que vimos en marzo eran dramáticos porque veíamos lo que estaba ocurriendo en otros lugares del mundo. Los sistemas de salud más robustos estaban colapsando en Italia, en Francia, en Reino Unido, en España. Si nosotros no hubiéramos hecho lo que hicimos oportunamente, hubiéramos tenido de pronto un pico en mayo, en el que hubiéramos podido llegar a un millón de casos en un día, como lo decía el ministro Fernando Ruiz, y hubiéramos podido tener a más de 70.000 personas buscando unidad de cuidados intensivos simultáneamente. Y eso hubiera sido la debacle del sistema de salud de Colombia. Tomamos decisiones graduales, responsables, drásticas y necesarias. No podemos ser triunfalistas, pero en términos de muertes por millón y de contagios por millón, comparados con otros países, hay luces de optimismo. Desde luego, a mí me estremece cada muerte. La sufro, me duele el alma, pero creo que hoy hemos logrado que Colombia tenga un manejo controlado.

SEMANA: ¿Qué tiene que pasar para que usted se sienta tranquilo de que sus tres niños vuelvan al colegio?

I.D.: Lo he vivido con ellos como padre. Los niños, por más que uno esté acompañándolos con cariño, se desesperan. Es normal, los niños tienen que estar con sus amigos. Los niños necesitan esparcimiento, luz, necesitan correr y hacer ejercicio. Pero también es cierto que hay muchos riesgos. Los municipios con baja y cero afectación se pueden empezar a mover en un modelo de alternancia con responsabilidad, es decir, unos días van al colegio, otros días no. Se podrán hacer pilotos y yo creo que el modelo de alternancia, que ha generado controversia, lo vamos a tener que explorar, sí o sí, por una sencilla razón: el virus no se va a ir o por lo menos no se va a ir en un año, y los niños no se pueden quedar un año sin tener vida escolar, académica, esa vida de compartir. Obviamente, con un gran control epidemiológico, porque no se trata ni de exponer a los niños ni que los niños sean un vector de contagio.

SEMANA: El Centro Democrático ha anunciado que en esta legislatura llevará un tercer proyecto para reformar la JEP. ¿Tiene su apoyo?

I.D.: Yo tengo que ser sincero. Cuando fui senador, fui crítico de la JEP, y lo fui después en la campaña del plebiscito. Como presidente de la república, ¿qué he hecho? Respetar las decisiones institucionales, lo que está en las normas. Pero también creo que para el bien de Colombia, de la justicia, de los principios de verdad, justicia, reparación y no repetición, y más allá de reformas, lo que el país quiere ver es que quienes han cometido esos crímenes deleznables históricamente respondan por ellos. Vamos a cumplir ya prácticamente tres años desde el funcionamiento de la JEP y la pregunta es dónde está toda la verdad sobre las rutas del narcotráfico, sobre el negocio del lavado de dinero. ¿Dónde está la información, la verdad, la reparación frente al reclutamiento de niños? ¿Cuántas personas no están desaparecidas y que fueron secuestradas por esa organización? Familias enteras quieren saber dónde están.

SEMANA: Pasemos a otro tema. Gustavo Petro viene diciendo con mucha insistencia que usted es un presidente ilegítimo. ¿Qué le responde?

I.D.: Hace mucho rato no tengo contendores políticos, no estoy en campaña y no estoy en contienda. Sacamos la votación más alta en una primera vuelta y después logramos la mayor votación que se haya registrado en la historia electoral de Colombia. Esa legitimidad no se cuestiona y nunca he hecho alarde de eso. A mí no me gusta ser pretencioso. Recibí con humildad el más grande respaldo popular que ha tenido un presidente en Colombia para sacar adelante mi programa. Yo no entro en esas controversias, no soy candidato a nada porque aquí no hay reelección.

SEMANA: A usted, presidente, ¿no le molestó que la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez no le hubiera contado en su momento el tema de la condena de su hermano por narcotráfico?

I.D.: Ese incidente ocurrió en el 98. De ese momento para acá, Marta Lucía Ramírez ha sido ministra de Comercio, embajadora en Francia, ministra de Defensa, senadora de la república, dos veces candidata presidencial. Ella me dijo que había sido el momento más doloroso de su vida por la mamá, que nunca quiso hacer eso público por su mamá. En esa conversación, para mí, prima lo que ha sido una carrera pública abierta al escrutinio del pueblo colombiano. Si me pregunta que si hubiera sido mejor que me contara, tal vez sí, seguramente es mejor. Pero ya no entremos en esos juicios. Creo que su explicación desde el lado humano y familiar la entiendo. Su carrera política habla mucho más que el comportamiento que tuvo su hermano, que ella misma lo lamenta y se siente avergonzada por esa situación.

SEMANA: Presidente, ¿qué le dice a Juan Manuel Santos?

I.D.: Dejémoslo ahí.

SEMANA: ¿A Petro?

I.D.: Dejémoslo ahí.

SEMANA: ¿A Germán Vargas Lleras?

I.D.: Es una persona que yo he visto tratando siempre de aportarle al país. Uno con él puede tener diferencias y puede tener coincidencias, pero es un hombre que yo lo veo siempre queriendo aportar, desde su posición de análisis y desde su posición política.

SEMANA: Una última pregunta. Hoy millones de colombianos la están pasando muy mal. Más de 11.000 familias han perdido un ser querido por la covid-19, otros miles tienen familiares en unidades de cuidados intensivos, y otros han perdido sus empleos y sus negocios. ¿Qué mensaje le envía a esa Colombia que está sufriendo?

I.D.: Lo digo del alma: aquí hay un sentimiento de solidaridad. Hemos tratado de responder con toda la capacidad. A esas personas que han perdido a sus seres queridos, desde el alma, mi solidaridad y también mis oraciones. Hemos tenido también compañeros en el Gobierno que han perdido seres queridos. Esto toca a todo el mundo, el coronavirus golpea a cualquier colombiano, a cualquier familia. Por eso tenemos que enfrentarlo unidos.

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