EEUU-Venezuela y la variable contexto mundial – Por Leopoldo Puchi

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.Por Leopoldo Puchi(*)

No por casualidad varios puntos calientes de la geopolítica mundial aparecen de pronto empalmados de alguna manera con el Caribe: las tensiones del Báltico entre la OTAN y Rusia se expresan en un pronunciamiento de Letonia, Lituania y Estonia sobre la transición en Venezuela; en relación a Corea del Norte, se revisan posibles acuerdos de Pyongyang y Caracas y desde Israel se firman acuerdos con la oposición, que incluyen la postura de Trump sobre Jerusalén.

La razón de que todo esto tenga relevancia, más allá de lo anecdótico, es que el conflicto entre Venezuela y Estados Unidos se agudiza y se enmarca en un nuevo contexto mundial, distinto al de los primeros años de la década del 2000, cuando Venezuela comenzó a separarse del dispositivo geoestratégico estadounidense, lo que ha constituido el motivo esencial del pulso entre los dos países.

Beijing, Moscú

Para ese entonces, las relaciones de Washington con Beijing y Moscú eran fluidas, relativamente amistosas y de cooperación, en un mundo que todavía era unipolar. Estaciones espaciales internacionales, con astronautas y cosmonautas, y votos consensuales en el Consejo de Seguridad marcaban la pauta de una globalización de la producción mundial Made in China. Un tiempo cuando la dirigencia china era elogiada por los medios, así como el carácter capitalista del modelo “un país dos sistemas”.

En esa primera década del siglo, Venezuela se distanció de Estados Unidos sobre todo en lo político y en la adopción de una nueva doctrina militar, acción que fue aguijoneada por la negativa a venderle aviones a la Fuerza Aérea Venezolana, hecho que justificó inicialmente las compras a Rusia, país que para entonces no estaba en malos términos con EEUU y no tenía un interés visible de competir en el Caribe. Varios viajes tuvo que realizar el presidente venezolano a Moscú para que la mirada de Vladimir Putin se volteara hacia la región. Y de China, ya se sabe, solo una meta, la expansión comercial sin mayores ambiciones geopolíticas.

Diálogo bilateral

Ahora, ya cercanos a la tercera década del siglo, existe un claro enfrentamiento de Washington con Beijing y Moscú, lo que cambia completamente el panorama en el que se insertan los conflictos de las distintas regiones del planeta, y en particular las tensiones Washington-Caracas. China, siempre prudente, tal vez tenga ahora más razones para acercarse a Venezuela, al margen de los desencuentros por la mala gestión venezolana de la economía y de los recursos.

Es en este cuadro geopolítico mundial en el que deben buscarse soluciones y, si de verdad se quieren, es necesario contemplar acuerdos negociados, que solo se alcanzan a través del diálogo, por lo que el inicio de conversaciones sin condiciones previas entre Venezuela y EEUU es ineludible. Nadie debe negarse a enviar mensajes. Entre más pronto, mejor.

(*) Politólogo venezolano, dirigente del Movimiento al Socialismo, exministro de Trabajo.


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