Brasil: murió Pedro Casaldáliga, el obispo de los pobres

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Pedro Casaldáliga, el obispo descalzo y el poeta de los que no cuentan

Ha muerto un referente religioso de nuestros días. El obispo emérito de São Félix do Araguaia ha fallecido a los 92 años. Aunque ya avisaba su larga enfermedad de Párkinson, con la que convivió durante muchos años el final llegó en el hospital de Batatais. A Pedro Casaldáliga le acompañan las causas que dieron sentido a su vida: Dios, los pobres, la tierra, los indígenas, los mártires… También su amplia obra poética y sus hermanos de la congregación a la que él pertenecía, los Misioneros Claretianos.

Era un religioso de una vida de oración muy profunda, de donde nace su ofrenda apostólica con la gente marginada. Un hombre insobornable, comprometido con el Evangelio. Y los suyos, su gente, han sido siempre los que nada pueden, los que no cuentan. Los que mueren-matados tantas veces antes de tiempo. Este obispo descalzo y sin mitra, con el corazón lleno de nombres, nunca dejó de apoyar a todos los que hoy más le cantan, y que no dejarán que sus versos sean un futuro imposible.

Pedro Casaldáliga nació a orillas del Llobregat, en una lechería de Balsanery en 1.928, en el seno de una familia católica. La Guerra Civil española le cogió en zona republicana, por lo que desde sus ocho años y hasta los once, el tiempo que duró la guerra, se confesaba en los establos y galerías, y ayudaba en misa a eucaristías de catacumba. Algunas veces tuvo que encubrir ante los milicianos el paradero de las monjitas de sus primeros años de escuela, o dar escondite a los desertores. Finalizada la guerra, le hizo saber a sus padres su deseo de ser sacerdote. Al año siguiente entró al seminario de Vic y entre conversaciones con sus superiores y visitas al sepulcro de San Antonio María Claret, llega a escribir en su diario que “se me despertó la vertiente última de mi vocación sacerdotal”. Sería misionero.

De sus años de formación, “podría decir lo que ya tantos otros han dicho”, pero el joven Pedro Casaldáliga ya sentía que el celo le abrasaba. Dicho con sus propias palabras “la definición que del Misionero Claretiano nos legara el Fundador pedía eso, un hombre que arde en caridad, que abrasa por donde pasa…”.

Sus primeros 16 años de claretiano en España

Sabadell, durante seis años y Barcelona durante los tres siguientes supusieron un contacto con la realidad social española que fue determinante a la hora de modelar su estilo y la esencia de su ministerio sacerdotal. Alternó el mundo obrero con los Cursillos de Cristiandad, con la vida en comunidad, con clases en la escuela y horas en el confesionario. También como director de la Juventud Claretiana, donde atendía a los ‘descartados’ -como hoy diría el papa Francisco- por culpa del vicio, del dolor, de las migraciones o de la falta de trabajo. Y en medio de todo esto, es llamado para implantar los Cursillos en Guinea, “en la parte que aún era española”. A su regreso, escribió: “Ya llevaba para siempre en el corazón, confusamente, como un feto, África, el Tercer Mundo, Los Pobres de la Tierra y esa nueva Iglesia –La Iglesia de los pobres– que diríamos a partir del Concilio”.

A los 33 años, coincidiendo con el inicio del Concilio Vaticano II, recibe destino para ir a Barbastro, para ser formador de los seminaristas claretianos –pasó allí tres años– “bajo las sombras aún presentes de los cincuenta y un mártires hermanos de 1.936”, anota en su diario. A estas alturas, le llegó un nuevo encargo: ir a Madrid, a dirigir la centenaria revista cordimariana El Iris de Paz, a la que cambió el nombre por Iris, Revista de Testimonio y Esperanza.

En torno a esta y otras actividades de Madrid se había fraguado un grupo de compañeros claretianos con quienes compartía la vida en total comunión –“compañeros del alma, compañeros de las horas decisivas, imprescindibles en el futuro: Fernando Sebastián, Teófilo Cabestrero, Maximino Cerezo, Santiago García, Rufino Velasco, etc…”–.

Seguidamente, hubo Capítulo General de renovación de la Congregación en 1.967 y Pedro fue elegido para participar en él como representante de la antigua Provincia de Aragón. De estos días, Pedro escribe: “El anuncio de la Palabra era nuestra misión en la Iglesia. Debíamos vivir el Vaticano II”. Y fue durante este Capítulo de renovación cuando fue enviado al Mato Grosso: “Yo –apunta Pedro en sus diarios– había conseguido, por fin, lo que había soñado y pedido y buscado, rabiosamente, durante todos los días de mi vida de vocación: las Misiones”.
América Latina será mi cruz definitiva

São Felix do Araguaia, pequeño municipio del Mato Grosso de Brasil. Llega en 1.968 desde España junto con Manuel Luzón, CMF a fundar una misión católica, cuyos 150.000 kilómetros cuadrados de pastizales, florestas, selvas y ríos habitados por indios, pobres campesinos emigrados y peones de acarreo de los interminables latifundios agropecuarios fueron hechos Prelatura Apostólica por la Santa Sede en 1.969.

A Brasil llegó, cuenta él, “sin saber muy bien a dónde ni cómo, pero sintiendo que veníamos en misión. Y llegamos en pleno recrudecimiento de la dictadura militar y nos encontramos con una Iglesia de catacumbas con sus espléndidas minorías proféticas y la sangre corriendo”.

Pronto le salpicaría en su misión esa sangre que corría, y pronto le consagrarían obispo, el 24 de octubre de 1.971, día de San Antonio María Claret. Y ese mismo día publicó la carta pastoral Una Iglesia en la Amazonía en conflicto con el latifundio y la marginación social. Junto a la Doctrina de la Iglesia que incluía denunciar las injusticias en la evangelización, daba 80 páginas de testimonios con nombres, apellidos, lugares, haciendas y firmas.

Y comenzó a ser misionero-obispo bajo amenazas de muerte, hasta el punto de ver cómo moría asesinado el P. João Bosco Penido, SJ, vicario de la Prelatura. Amenazado, pues, por su fidelidad a la misión profética de vivir y anunciar testimonialmente el evangelio liberador de los excluidos y esclavizados por el inhumano sistema de vida y de poder vigentes “bajo la Ley suprema del revólver del 38”.

Nunca volvió a España, ni siquiera para el entierro de su madre. No abandonó la Misión porque no podía correr el riesgo de salir de Brasil. Es más, a los pocos meses de ser ordenado obispo, ya escribía: “esta es mi tierra en la Tierra. Este es mi pueblo. Por ella, con él, caminaré hacia la Patria”. El Gobierno había intentado expulsarlo del país en diversas ocasiones; en concreto, le incoaron cinco procesos de expulsión, pero la intercesión directa del Papa Pablo VI lo impidió. “Quien toca a Pedro, toca a Pablo”, tuvo que subrayar el Pontífice. Años más tarde, tras la visita ad limina con el Papa Juan Pablo II, el 21 de junio de 1.988, Casaldáliga afirmó: “creo en Pedro y su primado y estoy dispuesto a dar la vida por él”. Hablaron, entre otras cosas, de la injusticia que se da en Brasil, y su problemática social.

El trabajo pastoral de Casaldáliga y de su equipo se centró en las siguientes áreas: catequesis y celebraciones de la fe; educación; atención a la salud; y las reivindicaciones mayores como la defensa de los derechos humanos, la lucha por la tierra y la causa indígena.

En torno a 1.984 se le diagnostica la Enfermedad de Párkinson –“el hermano Párkinson”, como él mismo se refiriera a ella–. Una enfermedad neurológica que afecta a los movimientos de la persona, causa lentitud de movimientos, rigidez muscular, y alteraciones en el habla y al escribir. Comienza a cumplir disciplinalmente los consejos médicos, lo que de alguna manera retarda, pero no detiene el avance de la enfermedad.

En el año 2.003 le llegó a Pedro el tiempo de renunciar al cargo de obispo. Su preocupación era la de la continuación de la caminhada pastoral. Esto le fue angustiando, sobre todo con la demora de la nunciatura, afectándole a su salud, cada vez más frágil. Finalmente, el 2 de febrero del 2.005 el Vaticano le aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la Prefectura por mayoría de edad, nombrando obispo de São Felix do Araguaia a monseñor Leonardo Ulrich Steiner, de la Orden Franciscana. Dom Pedro continuó viviendo en la prelatura a partir de entonces, ya jubilado. Ex-mérito, como le definió un periodista poco familiarizado con el lenguaje eclesiástico, y que él siempre citaba como una broma.

Al final de sus años, muchos medios de comunicación estuvieron interesados en acercarse a Pedro, pero él se resistía a conceder entrevistas que hablaran de sí mismo: “Olvídense de mí y ocúpense de las causas que dan sentido a mi vida. Ellas permanecen”, argumentaba. La gente pasa. Las causas continúan y los días siguen dando que pensar.
Algunos Títulos y Premios otorgados a Mons.Pedro Casaldáliga, CMF.

El escritor argentino, Adolfo Pérez Esquivel propuso para premio Nobel de la Paz de 1.989 al obispo claretiano Pedro Casaldáliga. “El motivo principal para lanzar la candidatura de Pedro –dice el escritor– es el trabajo realizado durante veinte años por este obispo en pro de la integración latinoamericana en defensa de los derechos de los indios pobres y de los trabajadores de la Amazonía brasileña”. Fue nuevamente propuesto en 1.991 y 1.992.

La fundación española Alfonso Comín le concedía el 28 de septiembre de 1.992 el Premio Internacional por “compartir desde 1.968 la vida de los indígenas y campesinos de esta parte del Amazonas defendiendo sus derechos y haciendo sentir su voz frente a la agresión que padecen contra su vida, su tierra y su cultura y por la solidaridad que mantiene con toda América Latina”.

En 1.993 fue propuesto candidato al Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Al año siguiente, el actual Rey de España, Felipe VI, mencionó uno de sus poemas en el discurso de estos galardones. En 1.995, repite candidatura al Premio Príncipe de Asturias, esta vez optando al área de Comunicación y Humanidades.

En 1.999 la Fundación León Felipe, de España, le otorga el “Premio por los derechos humanos” con la siguiente argumentación: “Ante la globalización económica, que gratifica siempre a los más ricos y acaudalados, Pedro Casaldáliga ha universalizado el grito de los pobres por su liberación. Con su palabra profética y su presencia permanente entre los indígenas del Mato Grosso, Casaldáliga está siendo un acicate insobornable contra la injusticia y una llamada a la conciencia humana y cristiana sobre el valor y dignidad de la persona humana”.

En 2.006 recibe el Premio Internacional de Cataluña. Los miembros del jurado y el Presidente de la Generalitat, Pascual Maragall, viajan a Brasil para entregárselo. Es nombrado Hijo Predilecto de su Ciudad Natal en 1.985 y Doctor Honoris Causa por la Universidad Federal del Mato Grosso en 2.003 y por la Universidad de São Felix do Araguaia en el 2.006.

Religión Digital


Morre Dom Pedro Casaldáliga, o bispo dos direitos humanos e dos mais pobres

Após uma longa internação, morreu na manhã deste sábado (8), Dom Pedro Casaldáliga, bispo emérito da Prelazia de São Félix do Araguaia (MT). Ele estava internado em um hospital de Batatais (SP) com insuficiência respiratória.

Dom Pedro Casaldáliga deu uma entrevista histórica para a Fórum, em 2011, onde relembra a chegada ao Brasil e sua trajetória de lutas e ainda afirmava, aos quase 80 anos na época, que ainda mantinha o otimismo em relação ao futuro.

A notícia da morte foi comunicada pela Prelazia de São Félix do Araguaia (Mato Grosso, Brasil). Veja abaixo:

A Prelazia de São Félix do Araguaia (Mato Grosso, Brasil), a Congregação dos Missionários Filhos do Imaculado Coração de Maria (Claretianos) e a Ordem de Santo Agostinho (Agostinianos) comunicam o falecimento Dom Pedro Casaldáliga Pla, CMF, Bispo Emérito da Prelazia de São Félix do Araguaia (Mato Grosso) e Missionário Claretiano, ocorrido neste dia 08 de agosto de 2020 às 9:40 horas (horário de Brasília), na cidade de Batatais, estado de São Paulo, Brasil.

O velório acontecerá em três locais:

1 – Em Batatais – SP

O corpo de Dom Pedro Casaldáliga, CMF, será velado, no dia 08 de agosto de 2020, a partir das 15 horas na capela do Claretiano – Centro Universitário de Batatais, unidade educativa dirigida pelos Missionários Claretianos, situada à rua Dom Bosco, 466, Castelo, Batatais, São Paulo, Brasil.

A missa de exéquias será celebrada, em Batatais, no dia 09 de agosto de 2020 às 15h, no endereço acima e será aberta ao público em geral, além de ser transmitida ao vivo pelo link https://youtu.be/spto8rbKye0. O link estará aberto para que outros veículos de comunicação possam retransmitir.

2 – Em Ribeirão Cascalheira – MT

O corpo de Dom Pedro Casaldáliga, CMF, será velado no Santuário dos Mártires, a partir do dia 10 de agosto, sem previsão de horário de chegada do corpo.

3 – Em São Félix do Araguaia – MT

O corpo de Dom Pedro Casaldáliga, CMF, será velado no Centro Comunitário Tia Irene. O sepultamento será em São Félix do Araguaia, sem previsão de dia, pois antes passará por Ribeirão Cascalheira.
O Bispo dos pobres e da floresta

Dom Pedro Casaldáliga, nascido Pere Casaldàliga i Pla, em Balsareny, província de Barcelona, em 16 de fevereiro de 1928. Foi um bispo católico radicado no Brasil desde 1968. Foi bispo emérito da Prelazia de São Félix.

Foi bastante conhecido por defender os direitos humanos, especialmente dos povos indígenas e marginalizados e também por suas posições políticas e religiosas a favor dos mais pobres.

Dom Pedro já foi alvo de inúmeras ameaças de morte. A mais grave, em 12 de outubro de 1976, ocorreu em Ribeirão Cascalheira (Mato Grosso). Ao ser informado que duas mulheres estavam sendo torturadas na delegacia local, dirigiu-se até lá acompanhado do padre jesuíta João Bosco Penido Burnier.

Após forte discussão com os policiais, o padre Burnier ameaçou denunciá-los às autoridades, sendo então agredido e, em seguida, alvejado com um tiro na nuca. Após a missa de sétimo dia, a população seguiu em procissão até a porta da delegacia, libertando os presos e destruindo o prédio. Naquele lugar foi erguida uma igreja.

Por cinco vezes, durante a ditadura militar, foi alvo de processos de expulsão do Brasil. Na ocasião, o arcebispo de São Paulo, Dom Paulo Evaristo Arns saiu em sua defesa.

Revista Forum


Entrevista histórica com Dom Pedro Casaldáliga: O nosso DNA mais profundo é a esperança

Por Ana Cristina d’Angelo

Aos quase 80 anos de idade – a serem completados em fevereiro próximo – e 40 de moradia fixa em São Félix do Araguaia, extremo norte do Mato Grosso, dom Pedro Casaldáliga não está cansado nem pessimista, ainda que tenha o cuidado de mencionar na entrevista o mal de Parkinson que lhe traz limitações para se locomover e falar. Uma das figuras exponenciais da Teologia da Libertação, o agora bispo emérito de São Félix recorda, nesta entrevista, a sua chegada ao Brasil e também fala de suas lutas pela redistribuição da terra e as causas indígenas no Brasil.

A conversa, que aconteceu na casa de chão batido onde mora, na avenida que leva seu nome na pequena São Félix, Casaldáliga faz uma espéciede balanço das transformações sociais brasileiras, problemas gerados pela globalização, violência e ausência da reforma agrária. Também comenta o pontificado do atual papa, Joseph Ratzinger, que o questionou, em Roma, na década de 1980, por ter inserido novos elementos numa liturgia que optou pelos pobres.

Fórum – Como foi a sua chegada ao país, há quase 40 anos?

Dom Pedro Casaldáliga – Havia 600 pessoas em São Félix naquela época. Era uma área nova, que tinha retirantes, imigrantes, em plena ditadura militar. O conflito do nosso trabalho se deu sempre envolvendo posseiros, peões, índios e os donos das fazendas. Sabíamos que a política oficial amparava o latifúndio, como agora o regime oficial ampara o agronegócio. Não havia preparo suficiente para saber o que íamos encontrar. Foi realizado um curso em Petrópolis para formar missionários do exterior. Eram quatro meses para saber a história do país, referências culturais, lemos Morte e Vida Severina, de João Cabral de Melo Neto. Lía¬mos as entrelinhas dos jornais. Nós víamos que não teríamos possibilidade de fazer nenhuma pastoral se não fosse contando com uma equipe. As comunicações eram difíceis. A estrada que levava para Barra do Garças estava começando, as pontes, as pinguelas. Precisávamos descobrir a realidade, ocupar a área com equipes e aí realizar um trabalho educacional, formar e informar.

Fórum – O senhor se sentia preparado para assumir sua missão no país?

Casaldáliga – O curso foi providencial para mim. A gente vinha sabendo que estava se expandindo o latifúndio, que as distâncias eram infinitas, que não havia possibilidade de denúncia, de constatação. Por isso, só lancei a Carta Pastoral no dia em que fui sagrado bispo. Se fosse um simples padre, leigo ou leiga, me cortavam o pescoço. A Carta Pastoral de 1971 foi impressa em uma gráfica clandestina comunista em São Paulo. Não havia outros editores para isso, e foi feito secretamente. Vieram vários exemplares em um avião da FAB, porque nesse avião tinha algumas irmãs e uma delas era parente de um oficial da FAB. Então vinha material de missa e, debaixo disso, a Carta Pastoral. Outros exemplares ficaram em São Paulo para serem espalhados.

Fórum – Como foi acolhido um estrangeiro que chegava ao Brasil em 1968, quando se iniciava o período mais duro do regime militar?

Casaldáliga – Cheguei no final de janeiro ao Brasil e a São Félix em julho. O povo é muito acessível, muito acolhedor. Eles viram nossa postura, que não tínhamos amizades com ricos, poderosos. Alguns davam depoimentos em condição de sigilo. Inclusive na própria Carta Pastoral está incluído um documento que eu escrevi em 1970 que, dizem, foi o primeiro sobre o trabalho escravo no Brasil. Quando escrevi isso, o núncio, representante do papa, a quem enviei uma cópia, pediu que não publicasse no exterior porque ia criar confusão.

Fórum – Como foi a decisão de se tornar padre?

Casaldáliga – Tornei-me padre em 1958, no estádio de Montjuic, onde ocorreram as Olimpíadas, em Barcelona. Vivi o período da Guerra Civil Espanhola. Um tio meu, irmão de minha mãe, tinha 33 anos e foi morto pelo regime. Ele e seus colegas estavam se escondendo quando estourou a revolução. Suspeitaram que era padre, avisaram a polícia e o mataram. Minha família era de direita. Ser católico e de direita era o normal, ser de esquerda era ser marxista.

Fórum – Viver durante a Guerra Civil Espanhola influenciou nessa decisão?

Casaldáliga – A Revolução Espanhola teve várias características. Era uma revolução ideológica, socialista contra a direita. Em algumas áreas, era também regional, técnica. Também anti-religiosa e religiosa, a religião era utilizada para atender interesses. Foi na minha juventude. Descobri que queria ser padre na morte do meu tio. Não sei dizer o momento. Minha avó falava que eu devia ser padre, eu dizia que não. Com a morte do meu tio, eu disse que queria. Trabalhei em Barcelona e cidades próximas logo que fui sagrado padre.

Fórum – Como foi o encontro com o então cardeal Joseph Ratzinger e como o senhor avalia seu pontificado?

Casaldáliga – A Congregação da Doutrina da Fé, que substitui de alguma forma a inquisição com o objetivo de regular – o que já não é uma coisa boa –, me questionou por duas vezes. Tive dois encontros com o atual papa quando ele presidia a Congregação. Questionava o uso da liturgia para causas políticas e lhe disse que nosso referencial era a fé. Fomos acusados de ser marxistas, mas lhe falei que nossas categorias eram universais, humanas. Ocorre que quem melhor falou da pobreza e das mazelas do capitalismo foi Marx. O papa tem cuidado de fortalecer os dogmas da Igreja, mas é preciso proximidade com o povo.

Fórum – O senhor vê perspectivas de mudança para a questão do latifúndio?

Casaldáliga – O problema do latifúndio é o problema do Brasil e da América Latina, a acumulação da terra nas mãos de uns poucos, no campo e na cidade. Às vezes nos esquecemos da terra na cidade. Mudaram algumas coisas com os governos recentes. Agora se pode falar, antes não podia. Você pode exigir, mostrar documentos, se será reconhecido não se sabe, mas alguns são. Nos últimos anos, a partir de denúncias, a Polícia Federal está trabalhando mais, mas pára.

Fórum – Como o senhor avalia o atual governo?

Casaldáliga – O Brasil continuará uma sociedade arcaica enquanto houver proteção ao latifúndio. E temos todas as possibilidades de organizar uma reforma agrária. Não vai ser fácil, não é de um dia para o outro, mas não se imaginava o MST na década de 1960, por exemplo. O governo Lula sempre reconheceu o movimento, apesar de não ter feito o que deveria em matéria de terra, porque é um governo de alianças, de concessões. Em nome da governabilidade se pode tudo.

Fórum – Mas hoje há um fortalecimento da sociedade civil.

Casaldáliga – Há fóruns, debates globais. Não podemos pedir de Lula que da noite para o dia transforme tudo, mas ele poderia ter avançado mais. Contudo, se vamos ver agora essa espécie de guinada para a esquerda no continente, apesar de não ser uma virada totalmente homogênea, é um outro mundo. Com quem podíamos contar dez anos atrás? Que governo podia falar mal do capitalismo? Como hoje tudo é mundializado, não posso sonhar com um país socialista nesse mundo em que nos intercomunicamos. Mas é bom que nos encontremos, nos respeitemos e acrescentemos mutuamente, preservando nossas identidades. O único modo de você ter um diálogo adulto com o outro é você ser adulto e ser adulto é viver a própria identidade, com segurança e liberdade. Isso também na religião, posso conviver com outras religiões, mas vivendo a minha. Cada religião, como cada regime e cada país, vai ter que se acrescentar.

Fórum – Em um cenário de globalização, como convivem o global e o local?

Casaldáliga – Estão sendo criados laços cooperativos, uns anos atrás só podíamos contar com a contestação, partido e sindicato. Agora que estes perderam hegemonia, podemos contar com vários atores, global e localmente. Quem quer aportar alguma coisa, deve agir global e localmente. Não posso me fechar para os problemas do meu bairro, se não me preocupo com água, saúde, escola, saneamento do meu bairro, como posso me preocupar com os problemas da África? Os territórios vão ser rachados, mesmo no Brasil. A igualdade é a maior pretensão de humanismo sincero. Se não ficarmos a favor de uma certa igualdade, não avançamos. Justiça exige não só distribuição, mas igualdade, é um processo. No entanto, não podemos pedir igualdade total.

Fórum – E a questão dos imigrantes?

Casaldáliga – É preciso trabalhar a situação dos imigrantes nos países de saída e de chegada. A Espanha se viu obrigada a editar algumas leis por exigência da União Européia. Se não pensamos em transformar os países de origem, com emprego, saúde, educação, moradia, a imensa maioria dos que migram não deixariam seus países. Na Europa, é preciso ter um processo de formação. Por outro lado, a Europa tem também muita generosidade, nós mesmos vivemos e trabalhamos graças à ajuda européia. A solidariedade é de ida e de volta, é uma inter-solidariedade. Eu tenho fé e posso apelar ao Deus da vida. Quem não tem fé, apela ao humanismo. Apelo aos dois.

Fórum – A violência hoje assusta o senhor?

Casaldáliga – Acredito que a humanidade não é suicida, comete suicídios, mas não é suicida. O nosso DNA mais profundo é a esperança. A partir daí, para que a minha esperança seja crível, preciso agir. Esperar e fazer, criar e acolher. Porque a esperança cristã é comprometida. O reino de Deus de que falamos é o reino de Deus já, aqui. O verdadeiro catolicismo, o cristianismo evangélico, tem como objetivo o projeto de Deus para a humanidade. Se não penso nesse objetivo máximo do próprio Jesus, não vou entender o cristianismo e cairei nesse pecado da passividade, acomodação. Você tem que viver sua identidade com dignidade. Se não viver isso, não vai reconhecer a dignidade do outro.

Fórum – A questão indígena ainda é uma dívida?

Casaldáliga – Durante muito tempo, índios e ecologistas pareciam entraves ao progresso. O ministro do Interior Cavalcante – o responsável pelo Incra na década de 70 – dizia que os índios não poderiam atrapalhar. Mas a teoria é outra. Não adianta apelar para o fato de que os índios são poucos e as terras são muitas, se se discute nesses termos, o índio vira somente um posseiro. Quando eu cheguei, havia no Brasil 150 mil índios. Quando chegaram os conquistadores havia 5 milhões, pelo menos. No continente, uns 70 milhões.

Nos últimos anos, têm-se criado vários debates sobre os povos indígenas. Fazer de um rio uma fronteira é um absurdo para os índios, o rio nunca é uma fronteira, um rio é uma estrada. Mas tudo é muito demorado. Um conflito que foi denunciado em 1971 entre a empresa Suiá Missu e os índios xavantes pela posse da terra teve um princípio de definição agora em 2007, maio passado, 36 anos depois. O juiz federal José Pires da Cunha decidiu que a fazenda Suiá Missu, no município de São Félix do Araguaia, pertence aos índios do povo xavante. A decisão judicial resulta de uma ação civil pública movida pelo Ministério Público Federal, mas isso foi denunciado em 1971. F

Projeto Tapirapé preserva a língua

Com o apoio da prelazia de São Félix do Araguaia, os índios tapirapés, da reserva Urubu Branco, a 30 km de Confresa, no Mato Grosso, têm conseguido preservar a língua da comunidade.

Os professores são os próprios tapirapés e o público-alvo são as crianças. Elas só aprendem português quando chegam à juventude. Antes disso, passam por aulas baseadas na pedagogia orientada pelo casal de estudiosos Luiz e Nice, que tem como base a junção de antigos vocábulos tapirapés com percepções do que interessa a eles – muitas vezes o que existe na natureza. Conversando com os mais velhos, eles acharam algumas raízes para formar palavras que poderiam substituir o português dominante.

Para criar palavras, foram usados os recursos da significação ou pela forma do objeto. Por exemplo, para criar a palavra yãkopy, que é bicicleta, fizeram assim: yã – tirada da palavra yãra, que significa meio de transporte –, e kopy, porque bicicleta tem dois pneus. Outros exemplos: lápis (paraxi), bola (kojapa’axiga), boné (xapewakwy), trator (tatoyãra). A cada palavra criada, os alunos começam a usar na escola e a difundir nas suas casas e na aldeia, onde foram bem recebidas.

Revista Forum


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