Plasma, hidroxicloroquina, ivermectina: un panorama de los tratamientos contra el coronavirus en la región
A más de cuatro meses de declarada la pandemia, distintos países latinoamericanos avanzan con pruebas de tratamientos para combatir la covid-19. El uso de plasma de recuperados parece ser el caso más exitoso. Brasil, con Bolsonaro a la cabeza, insiste con la hidroxicloroquina.
Los casos globales de coronavirus superaron ya la barrera de los 14 millones, mientras que los fallecidos en la pandemia se acercan a los 600 mil, de acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). América es el continente más golpeado: acumula 7,3 millones de casos y más de 300.000 muertes.
Con este panorama, los países alternan entre cuarentenas estrictas y flexibles, mientras intentan encontrar tratamientos efectivos que permitan disminuir la mortalidad de la enfermedad hasta que se encuentre una vacuna.
El plasma de recuperados de coronavirus
Uno de los tratamientos que parece mostrar mejores resultados hasta el momento es el realizado con plasma donado por pacientes recuperados de covid-19.
El plasma es la parte líquida de la sangre y se obtiene a través de un procedimiento especial, que permite la separación de los diferentes componentes de la sangre: glóbulos rojos, plaquetas y plasma. Quienes superaron la enfermedad generan anticuerpos en el plasma sanguíneo que ayuda a protegerse contra infecciones en el futuro.
En la Argentina, cientos de pacientes fueron tratados con transfusiones de plasma y en el Congreso avanza un proyecto de ley que busca promover la donación voluntaria de plasma por parte de personas recuperadas de coronavirus . Se calcula que por cada donación es posible salvar la vida de hasta cuatro personas con covid-19
La iniciativa incorpora una licencia especial para los donantes bajo relación de dependencia de dos días por cada donación de plasma que realicen y propone reconocerlos como «ciudadanos/as solidarios/as destacados/as de la República Argentina». Además, procura garantizar el traslado de aquellos pacientes recuperados de coronavirus aptos para ser donantes de plasma y que no tengan los medios para realizarlo.
«Me lo colocaron y al rato ya tenía ganas de vivir, era como si nunca hubiera tenido la enfermedad», contó en una entrevista Cristina Domínguez, una mujer oruinda de la ciudad bonaerense de Salto que contrajo coronavirus junto a sus dos hermanos y otros 12 familiares.
Algo similar ocurre en Paraguay, donde la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley para fomentar la donación de plasma sanguíneo de pacientes recuperados con fines terapéuticos y de investigación. La iniciativa crea un Registro Único de Pacientes Recuperados de coronavirus al que ingresarán los pacientes elegibles para la donación de plasma.
En Centroamérica, países como Costa Rica, Panamá, Guatemala y El Salvador han implementado la terapia con plasma para la atención a sus pacientes positivos del coronavirus.
El hospital Roosevelt, uno de los dos más grandes de Guatemala y ubicado en la capital del país, confirmó este lunes mediante sus canales de comunicación que atiende con plasma a algunos de sus pacientes de coronavirus e instó a la población que ya ha superado el virus a donar sangre. De acuerdo con el hospital, al menos 12 personas que se contagiaron de la COVID-19 y se encuentran en cuidados intensivos han recibido atención médica mediante el plasma.
La hidroxicloroquina, el fetiche de Bolsonaro y Trump
La hidroxicloroquina es un derivado de la cloroquina que suele aplicarse a enfermos de malaria y que es defendida para su uso en pacientes de coronavirus por los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y Brasil, Jair Bolsonaro.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya anunció el abandono definitivo de sus ensayos con ese medicamento, luego de que diferentes estudios determinaron que no aporta beneficio clínico en los enfermos de covid-19.
Sin embargo, Bolsonaro es un abanderado del uso de hidroxicloroquina. El líder ultraderechista fue diagnosticado con coronavirus el 7 de julio y anunció de inmediato que estaba tomando el medicamento a pesar de las recomendaciones médicas para evitar su uso.
Esta semana el presidente brasileño informó que resultó nuevamente positivo en una nueva prueba de coronavirus y volvió a elogiar el fármaco, que según algunos estudios podría provocar arritmias cardíacas.
Mientras tanto, la Sociedad Brasileña de Infectología (SBI) instó a que hidroxicloroquina sea abandonada como tratamiento para la covid-19. En un informe orientado a profesionales de salud en el que desaconseja el uso de la hidroxicloroquina ante la publicación de nuevos «estudios robustos» que no encontraron eficacia del fármaco ante el coronavirus.
También Nicaragua anunció que los enfermos de coronavirus serán tratados con hidroxicloroquina donada por India. “El Gobierno de Nicaragua, a través del Ministerio de Salud, recibió de parte de la República de la India el primer cargamento de tratamiento y contención de Covid-19, que consistente en 170.000 tabletas de Hydroxychloroquine”, señalaron las autoridades en Radio Nicaragua, emisora oficial.
Ivermectina y dexametazona
En Colombia, algunas ciudades avanzaron con el uso de ivermectina, un medicamento antiparasitario, en pacientes con coronavirus. Sin embargo, desde el gobierno nacional afirmaron que “no hay hasta el momento ninguna prueba científica de un efecto sobre la covid-19” de la droga.
La Organización Panamericana de la Salud expresó que hasta el momento los estudios con ivermectina «tenían un alto riesgo de sesgo, muy poca certeza de la evidencia y que las pruebas existentes son insuficientes para llegar a una conclusión sobre los beneficios y los daños».
La dexametasona, en tanto, comenzó a ser producida prioritariamente en Brasil tras estudios preliminares que afirman que permite reducir considerablemente la mortalidad en casos graves de covid-19. Se trata de un esteroide de bajo coste y de fácil acceso.
«Hemos aumentado los turnos de producción y dado prioridad a la producción de este medicamento en nuestra planificación, además de anticipar las compras de suplementos para abastecer la producción», destacó Márcio Freitas, director industrial del laboratorio Aché, el mayor productor de dexametasona de Brasil. Freitas detalló que, desde mediados de junio, hubo un aumento de la demanda de aproximadamente «4 veces más que nuestro promedio mensual», que es de unas 485.000 unidades.
El aumento de la demanda se dio luego de que un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford divulgara un estudio en el que hallaron que el tratamiento a base de dosis bajas de dexametasona podría reducir el riesgo de muerte en un tercio de pacientes graves con coronavirus y que se encuentran conectados a ventiladores.
El peligroso dióxido de cloro
El Ministerio de Salud de Bolivia anunció que enjuiciará a los promotores de tratamientos con base a dióxido de cloro como cura contra la covid-19, por los perjuicios que esa solución desinfectante ocasiona a la salud.
«Los promotores de estos irregulares procedimientos experimentales (no científicos) serán procesados con todo el rigor de la ley por atentar a la salud pública de la población», menciona un comunicado de la cartera de sanidad boliviana.
Hace varios días han circulado por redes sociales y por medios de comunicación testimonios de gente que ha señalado que la ingesta de dosis de dióxido de cloro, una sustancia desinfectante, les ha servido para superar la enfermedad.
A los testimonios de algunos periodistas y figuras públicas, como deportistas y varios médicos, se sumó la publicación de algunos protocolos que dan cuenta de las supuestas dosis que deben aplicarse.
Las expectativas sobre los supuestos efectos positivos del dióxido de cloro como antídoto a la enfermedad producida por el nuevo coronavirus ha generado que algunos servicios departamentales de Salud tomen la decisión de producirlo. No obstante, también han sido varios los reportes en hospitales y centros de salud que han dado cuenta sobre los casos de intoxicación a causa del consumo de esta sustancia.