Luis Arce, candidato presidencial del MAS: «La derecha boliviana no quiere elecciones porque será derrotada»

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El economista Luis Arce Catacora es el candidato presidencial del MAS para las elecciones presidenciales fijadas para el próximo 6 de septiembre. En la siguiente entrevista el hombre que estuvo a cargo del ministerio de Economía, casi de forma ininterrumpida, durante los 14 años de gestión del presidente derrocado Evo Morales, cuenta con detalles el desafío político de liderar en los sondeos y en la calle un proceso electoral atípico, organizado por un gobierno ilegítimo que, ante su caída en las encuestas, amenaza con volver a suspender las elecciones.

Por Emiliano Guido

-¿Cuál es el panorama del proceso electoral teniendo en cuenta que es organizado por un gobierno surgido de un golpe político? 

-El panorama electoral está muy complicado. No solo políticamente hablando, los problemas sanitarios y económicos han profundizado la crisis social en el país. Entonces, se hace imperiosa que la solución política a esas dos crisis, la sanitaria -precipitada por el mal manejo de la pandemia- y la económica surjan desde un proceso democrático legítimo.

En lo, estrictamente, electoral es evidente que el gobierno está intentando instaurar un clima de proscripción. Primero, han exacerbado los ataques mediáticos y persecuciones judiciales a los principales candidatos del MAS. Todas las semanas, de forma sistemática, la Justicia y la prensa adicta al gobierno, que es la gran mayoría, generan un acto difamatorio contrario a los principales referentes de nuestra fuerza.

Incluso con el propio compañero Evo (Morales) ha salido semanas atrás una dura acusación (donde la Fiscalía General le adjudica organizar actos de sedición desde su temprano exilio en México) sin ningún tipo de pruebas ciertas.

El gobierno está intentando instaurar un clima de proscripción.

-¿Verían con buenos ojos un compromiso del gobierno argentino en el monitoreo del proceso electoral? ¿Qué otros organismos internacionales deberían participar en dicho control teniendo en cuenta el papel cómplice de la OEA con el golpe?

-Al margen de las delegaciones de la región que puedan venir estamos interesados en que participe una delegación de la propia Unión Europea, sería bienvenida también una participación de la Fundación Carter, lo mismo pensamos sobre la Fundación del Papa Francisco; es decir, son bienvenidas todas las organizaciones que puedan ayudar a la transparencia del proceso electoral.

-¿La fecha del 6 septiembre sigue firme? ¿Considera que, ante el primer puesto del MAS en los sondeos, la derecha buscará articular un frente electoral unido?

-Hay dos tendencias visibles en la derecha boliviana. Un sector entiende en que van a salir derrotados si concurren a elecciones durante el presente año;ese sector percibe que cuanto más lejos sea la convocatoria electoral mejor para ellos. Esa lectura es liderada por el líder golpista Luis Camacho. Otro sector, sin embargo, confía en ganar las elecciones y quieren realizarlas este año.

-Es probable que el MAS gane la elección, pero la instancia de ballotage es igualmente cierta. ¿Qué estrategia electoral se dan para triunfar en un escenario de segunda vuelta?

-Para nosotros, no sería nada extraño que toda la derecha se una en el ballotage. Porque defienden el mismo proyecto, ya han estado implicados todos en el golpe político militar de octubre. Nosotros, por supuesto, lo que estamos haciendo es diseñar una propuesta económica fundamentalmente para resolver los problemas de los más humildes de Bolivia. La estrategia que tenemos, en principio, es recordar nuestra gestión económica.

Hoy Bolivia padece una crisis económica, la desocupación ha aumentado, la pobreza ha aumentado. Datos que nos preocupan porque implican un retroceso al camino que hicimos durante 14 años siendo gobierno. La propuesta es generar una Bolivia industrializada, dar valor agregado a los recursos naturales que tenemos, queremos que el Estado se ponga al frente de los recursos naturales en Bolivia.

Todo lo que pueda aportar Evo es bienvenido, pero el que va a tomar las decisiones seré yo.

-¿Por dónde pasaría la agenda de cambios en un nuevo gobierno del MAS? ¿La defensa del recurso del litio  ocuparía un lugar relevante?

-La industrialización de nuestros naturales será un capítulo central en un nuevo gobierno del MAS. El gobierno de Áñez paralizó todo lo que habíamos hecho en el proceso de nacionalización del litio, buscó en todo momento dejar sin efectos contratos de exploración suscriptos por nosotros, una cuestión que no les compete porque un gobierno en transición no puede tomar esas decisiones. Ahora, evidentemente, cuando seamos gobierno nos tenemos que dar una política de más largo plazo para la explotación de este recurso.

-La conducción de la derecha es un poliedro. La presidenta interina Jeanine Áñez, el dirigente Carlos Mesa, el líder cívico Luis Camacho, cada uno de perfil e influencia disimiles. ¿Quién lidera el bloque conservador?

-En realidad no existe un liderazgo nítido de la derecha entre las siete u ocho organizaciones que, además del MAS, participarán del proceso electoral. Cada sector está jalando para su propia cuenta, cada referente está divorciado de los intereses del otro. Yo creo que están esperando ver quién obtiene el segundo lugar en los comicios porque ese resultado le dará a ese candidato el mérito suficiente para liderar al conjunto de los partidos en la instancia del ballotage. Sin embargo, lo dicho es una especulación, hay que esperar qué tipo de respuesta articula la derecha, sus pasos aún son confusos.

-¿Es probable que Añez renuncie a su candidatura para dar su apoyo a Mesa?

-Es una posibilidad. Pero hay que ver, el gobierno aparece cada vez más envuelto en casos de corrupción, y a la vez han tomado deuda internacional para demostrar capacidad de gestión, entonces a la vez no veo tan claro que Áñez tenga la voluntad de renunciar a su candidatura.

Vemos una presencia y una influencia muy notoria del embajador estadounidense.

-¿Hasta dónde llega la injerencia de EEUU en la orientación del gobierno golpista?

-La injerencia es notoria, tanto como se daba previo a la llegada de Evo Morales al gobierno. La injerencia se evidencia a partir de la reinstalación operativa de la DEA en el territorio nacional, pero también a través del tutelaje de cooperación internacional, además vemos una presencia y una influencia muy notoria del embajador estadounidense.

-¿Qué rol juega, y jugará en un hipotético nuevo gobierno del MAS, el ex presidente Evo Morales? ¿Hubo autocrítica sobre lo sucedido en octubre?

-El compañero es el presidente partidario del MAS por designio de un ampliado nacional del partido constituido en Cochabamba, en dicho ampliado además se lo facultó como el jefe de campaña del partido para el actual proceso electoral. Sobre la autocrítica sobre no haber previsto el golpe, y el haber insistido en la repostulación presidencial, fue el propio Evo quién reconoció no haber hecho un buen cálculo político en una entrevista reciente dada en Argentina. Todo lo que pueda aportar Evo en la campaña es bienvenido por la experiencia política que tiene, pero también queda claro que cuando mañana nos toque dirigir el país quien va a tomar las decisiones de gobierno soy yo.

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