La economía en República Dominicana en tiempos de pandemia – Por Dolores Gandulfo

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Por Dolores Gandulfo *

En los últimos treinta años República Dominicana ha logrado mantener un crecimiento económico estable, promedio del 5%, reduciendo el desempleo y logrando el crecimiento de las clases medias, convirtiéndose así, en el país mejor posicionado económicamente en la región del Caribe. Sin embargo, sigue siendo un país sumamente desigual, con altos niveles de pobreza y económicamente vulnerable a los shocks económicos y las crisis mundiales. A esto se suma la crisis causada por la emergencia sanitaria a nivel mundial que impactó de lleno en todas las áreas de actividad económica, y en especial en el turismo, una de las actividades centrales del país caribeño.La pandemia generada por el COVID-19 ha impactado en todo el mundo y en todas las esferas: sanitaria, económica, política y social. Teniendo su origen en China, su epicentro se trasladó a Europa y luego a Estados Unidos para, en el mes de junio, ubicarse en Latinoamérica. Si bien los países de nuestro continente muestran distintos escenarios a raíz de las medidas estatales tomadas para contener al virus, ninguno pudo escapar de sus impactos y puede decirse que la pandemia puso en evidencia déficits estructurales compartidos y profundizó brechas ya existentes.

De acuerdo con el Banco Mundial, “debido a las diversas perturbaciones internas y externas derivadas de la pandemia, en 2020 la actividad económica regional sufrirá una contracción de un 7,2 %, lo que constituirá una recesión mucho más profunda que las causadas por la crisis financiera mundial de 2008-09 y la crisis de la deuda latinoamericana de la década de 1980”. En cuanto al año próximo, señalan que la normalización de las condiciones internas y mundiales permitirá una recuperación del 2,8%.

Además de la reducción de la actividad económica como consecuencia de la adopción de modalidades de aislamiento para frenar la circulación del virus, la pandemia impacta mediante otras vías. Por un lado, resalta la caída de las exportaciones, como consecuencia de la interrupción de cadenas de suministro y la reducción demanda agregada a nivel global. Por otro, también golpea mediante el derrumbe en los precios de las materias primas, cuyo ejemplo más claro son los países exportadores de petróleo. Otro de los canales es el freno a la actividad turística, uno de los sectores más importantes de la economía en muchos países latinoamericanos.

República Dominicana no queda ajena a esos impactos, viéndose, por ejemplo tasas de desempleo de entre el 13 y el 15% en los meses de abril y mayo.

Según el Banco Central de ese país, se registró una contracción económica de 29,8% en abril sobre igual mes de 2019. En el período enero-abril la caída en términos interanuales ha sido de 7,5%. Relacionan esta caída con las medidas de confinamiento ante la pandemia como las medidas de distanciamiento social, la suspensión de operaciones en actividades económicas no esenciales, el cierre de las fronteras del país, toque de queda durante la noche y limitaciones en el transporte público. Asimismo, el Banco considera que se ha llegado al punto más crítico de la crisis, y se proyecta que en lo sucesivo la economía tenga una recuperación en el corto y mediano plazo.

Las actividades que se han visto más afectadas durante los primeros meses del año fueron hoteles, bares y restaurantes (-34,1%), construcción (-24,5%) y minería (-11,4%), como así también otros servicios, transportes y almacenamiento, zonas francas y manufactura local. A pesar de la contracción económica, algunos sectores tuvieron un desempeño positivo como ser el sector de salud (12,4%), servicios financieros (9,8%), agropecuario (5,2%) actividades inmobiliarias (4,9%), comunicaciones (4,8%), y energía y agua (3,5%).

El flujo de divisas de la economía ha comenzado a dar indicios de mejoría con el aumento de las remesas de dominicanos en el extranjero. Durante el mes de mayo, estas remesas reflejaron un incremento del 17,9% con respecto al mismo mes del año 2019 – se enviaron en dicho mes US$ 638.7 millones, casi el doble de las remesas recibidas en abril. Esto se explica por la reapertura parcial de las economías estadounidense y española, países de donde proviene más del 85% de las remesas de República Dominicana. Asimismo, se han reiniciado las actividades en más de 500 empresas de zonas francas, y se han reactivado proyectos de inversión extranjera directa, y el sector de la construcción, favoreciendo así la entrada de recursos a la economía.

A partir del 1 de julio, las autoridades dominicanas han establecido un protocolo de actividades turísticas con la apertura de los hoteles, limitando la ocupación, y el reinicio de los vuelos internacionales desde y hacia el país. El sector turístico es de gran relevancia para la recuperación económica, siendo la fuente primordial de generación de divisas, y responsable de la alta proporción de exportaciones totales de bienes y servicios y de la inversión extranjera directa; incidiendo a su vez en la generación de empleos directos e indirectos, y en la demanda de insumos de otros rubros.

Según informes del Banco Mundial, el mencionado crecimiento de los últimos años se vio acompañado de una reducción de la pobreza que pasó del 34,4 % en el 2008 a un 19,9% en el 2016; y una disminución de 2,5 puntos según el coeficiente de Gini en cuanto al nivel de desigualdad en el mismo período. No obstante, la situación sanitaria actual y las mencionadas consecuencias económicas desafían esta tendencia, cuyo peor impacto los sufre la población más vulnerable, agudizando la pobreza.

El 5 de julio se celebrarán las elecciones generales en las que se elegirá el presidente y los representantes al Congreso, para los próximos cuatro años. Las elecciones estaban previstas para el 17 de mayo, pero debido a la pandemia, la Junta Central Electoral (JCE), en consulta con los partidos políticos, decidió postergarlas. Las elecciones se llevarán a cabo en el medio de la crisis sanitaria, con más de 30 mil casos positivos. La JCE ha establecido protocolos sanitarios para el día de la elección. De acuerdo a sondeos, se espera una participación del 70%, a pesar de la preocupación de los electores por la pandemia y los cuidados necesarios.

En este contexto de crisis sanitaria y económica, el candidato del principal partido opositor, Luis Abinader del Partido Revolucionario Moderno (PRM) encabeza las encuestas en intención de voto, partido el cual no ocupa el gobierno desde el año 2004. Mientras que Gonzalo Castillo es el candidato representante del oficialismo por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).  En caso de que ningún candidato presidencial lograra obtener más del 50% de los votos, la segunda vuelta electoral se llevará a cabo el 26 de julio entre las dos principales fuerzas.

* Directora del Observatorio Electoral de la Conferencia Permanente de América Latina y el Caribe (COPPPAL) y miembro de la Asociación de Estudios de Relaciones Internacionales Argentina (AERIA).


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