El estado de digitalización de América Latina y el Caribe en el contexto COVID-19
Por Alfredo Moreno En materia de infraestructura de telecomunicaciones y conectividad digital, entre los indicadores más claros figuran el incremento exponencial del tráfico de Internet y la baja calidad de los servicios que prestan las operadoras privadas de los servicios de banda ancha
fija y móvil.
El contexto creado la irrupción de la Pandemia del COVID-19 plantea un desafío a los Estado Nación y al sistema socioeconómico mundial.
En la última semana de junio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que los casos de coronavirus en el mundo están próximos a los 9,5 millones a paso creciente. También precisó que la curva ascendente se debe en gran medida al nivel de contagios en Estados Unidos, India y Brasil. Una consulta a la base de datos de la OMS muestra 482.000 muertes causados por la covid-19, al memento del informe. En el mismo documento se puede leer que América Latina tendrá en breve 5 millones de casos, la mitad del total mundial y casi el doble de lo que acumuló Europa.
A partir de la aplicación de las primeras medidas sanitarias, algunas con responsabilidad social y buenos resultados y otras desconociendo el cuidado de la salud pública, llevaron a las poblaciones a quedarse en sus domicilios como estrategia central de cuidado. Situación que configuró una nueva vida familiar con evidencias que dan cuenta de la importancia del acceso a las tecnologías digitales como única forma de contrarrestar el aislamiento, mantener los estudios, el trabajo, la salud y las tramitaciones institucionales gubernamentales o privadas.
Es bastante generalizado que el éxito relativo que obtuvieron los gobiernos en el control y la mitigación de COVID-19 se debe en buena medida al uso de aplicaciones móviles y sistemas de información soportados en tecnologías digitales.
Aplicaciones (apps) basadas en software están siendo empleadas para controlar la pandemia y asistir a la población con ayudas económicas y sociales. Estos servicios de políticas públicas de base tecnologica han contribuido a asegurar una mayor transparencia y confiabilidad en la información para el pueblo como el cuidado en las operaciones presenciales.
Es importante resaltar la celeridad en el desarrollo de apps que miden la propagación del virus, actualizan constantemente la cantidad de personas afectadas, difunden información en línea con él avance epidemiológico y facilitan esquemas de diagnóstico, prevención y mitigación del COVID-19.
Este tipo de iniciativas pone en evidencia el enorme pendiente para América Latina y el Caribe respecto del acceso y uso de las TIC por parte de la ciudadanía. En cualquier caso, para los Estado/Nación persisten los desafíos estructurales sobre las infraestructuras de telecomunicaciones, la brecha digital y la disponibilidad de dispositivos personales que permitan a los pueblos avanzar decididamente en las necesidades de digitalización cotidiana.
América Latina y el Caribe
El desafío para los operadores privados del mercado de las telecomunicaciones para preservar niveles de calidad adecuados debe estar orientado por los reguladores de la región. El acceso a internet y la sostenibilidad de las conexiones es central ya que permite sostener la importancia del teletrabajo, y la necesidad de mantener activas cadenas de aprovisionamiento y distribución de bienes y alimentos.
El desarrollo respecto del ecosistema digital en América Latina y el Caribe se encuentra en un nivel de intermedio respecto a otras regiones del mundo en relación al desarrollo. Entendemos el concepto de ecosistema digital en la definición de los economistas Katz y Collarda. El ecosistema digital es un nuevo contexto industrial y de impacto económico y social, resultante de la adopción masiva de tecnologías digitales de información y comunicación. El estudio del ecosistema digital involucra tres dimensiones: nuevos modos de producción de información y contenidos, diferentes comportamientos sociales relativos al uso y consumo de bienes y un impacto económico y social más importante que el de tecnologías de información y comunicación consideradas de manera aislada.
En una escala de 0 a 100, la región se encuentra en una posición intermedia con un 49,9% respecto a África 35,05 y Asia Pacífico 49,16. Sin embargo, pesar de los avances significativos de los últimos quince años en el desarrollo de su ecosistema digital, América Latina y el Caribe todavía muestra un rezago respecto a Europa Occidental 71,06, América del Norte 80,85, Europa del Este 52,90 y los Estados Árabes 55,54. América Latina y el Caribe pertenece al grupo de países del mundo emergente que presenta una moderada tasa de crecimiento anual de su digitalización como se muestra en el gráfico 1.
En este contexto, ¿cuál es el grado de preparación de América Latina y el Caribe respecto de su infraestructura digital y el nivel de digitalización para afrontar los desafíos que plantea confinamiento hogareño y las responsabilidades sociales, laborales, educativas y económica que deben afrontas los pueblos y nuestros gobiernos? ¿El ecosistema digital de la región está preparado para afrontar el desafío de la pandemia?
La infraestructura digital y el grado de digitalización de las sociedades Latinoamericanas no están acorde a la demanda generada en relaciones a la calidad y el acceso de los servicios de telecomunicaciones para las acciones de Teletrabajo, Telesalud, Teleeducación y Teleentretenimiento.
La brecha y conectividad digitales beneficia a las personas y comunidades con acceso a soluciones de tramitaciones gubernamentales, aprovisionamiento de bienes, alimentos y la vinculación social a través del uso intensivo de plataformas de video conferencia y servicios de telecomunicaciones móviles o fija. Desde mediados de la década de los 90 el despliegue de servicios en telecomunicaciones fue guiado por políticas de mercado brindando servicios caros y malos solo en ciudades de alta concentración urbana o poblaciones con alto niveles de ingresos económicos.
La conectividad, uso pre pandemia, en los países de la región se enfoca más a un consumo recreacional que se traduce en redes sociales, audio y video streaming. Desde marzo 2020, esa realidad tuvo un cambio disruptivo; la necesidad del acceso a servicios de interés educativo, de salud, social y productivo/laboral.
El CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) junto a CEPAL, DPL y Telecom Advisory Services, desarrollaron un estudio titulado “Las oportunidades de la Digitalización en América Latina frente al COVID-19” i. El trabajo presentado, realiza un recorrido de la situación de América Latina y las oportunidades que tiene la región de actuar en el ámbito digital.
La región tiene un 67% de la población conectada a internet. La mayoría de los países registran una penetración superior al 60% en áreas urbanas. En los países con mayor conectividad, la penetración en el área rural llega al 40% de la población, mientras que en los de menor desarrollo digital la penetración es del 10% de la población.
La penetración del servicio no es equivalente a la calidad de conexión. Las empresas operadoras de telecomunicación cuando venden servicios de internet domiciliaria o internet móvil no especifican nivel de calidad del servicio. El acuerdo de nivel de servicio, (SLA Service Level Agreement), establece un compromiso por parte del proveedor sobre el servicio que prestará a su cliente con objeto de fijar indicadores que regulan la calidad del servicio comprometida.
Los reguladores de cada país de la región deben establecer SLA que los proveedores de Telecomunicaciones deban cumplir, a fin de garantizar a la sociedad servicios de telecomunicaciones acorde a las políticas públicas en contexto de pandemia y post pandemia.
En el documento referido, se puede ver que el acceso a internet en el caso de mayores de 70 años, se observa que el número de personas alcanza a un 15 o 20 % de la población. Esto muestra una de las condiciones limitantes que tienen los adultos mayores para acceder a servicios en línea que en las circunstancias actuales pasan a ser de la mayor relevancia. Por otro lado, en el rango 5 a 15 años el porcentaje de personas es muy variable entre países, pero en varios está por debajo del 50%, lo que limita también las iniciativas de educación en línea. El nivel de ingresos es otro factor condicionante del acceso a Internet.
La implementación masiva del teletrabajo está saturando la capacidad de enrutadores Wi-Fi en los hogares, motivado por un aumento de trabajo en la nube (incremento del 80% del tráfico) y las videoconferencias. En particular, se identifica una disminución de velocidad de banda ancha fija en Chile (-3%) y Ecuador (-19,6%), combinando esto con un incremento de la latencia en la misma tecnología en Brasil (11,7%), Chile (19,0%), Ecuador (11,8%) y México (7,4%), según cifras de Ookla/Speedtestii.
La latencia es el tiempo que tarda en transmitirse un paquete dentro de la red, y es un factor clave en las conexiones a Internet. En función de la conexión que tengamos, esta latencia será mayor o menor. La latencia influye, por ejemplo, en el tiempo que tarda en cargar una web. Para conocer la latencia del servicio domiciliario que contratamos a un prestador de servicios de comunicaciones podemos utilizar https://www.testdevelocidad.es/ y saber si nuestra conexión es vía ADSL o Fibra. Debemos exigir la garantía de calidad de servicios (SLA) al cual se compromete la empresa prestadora.
Los valores de la tabla 1, la velocidad y latencia de banda ancha en el mes de marzo demuestra alta volatilidad, probablemente reflejando picos en acceso a Internet, combinados con cambios en comportamiento y flujo de tráfico (del lugar de trabajo o estudio a la casa).
El análisis desde febrero a la última semana de marzo muestra una latencia de banda ancha fija: gradual incremento y por lo tanto erosión de calidad de servicio. En Brasil (11,7%), Chile (1,0%), Ecuador (11,8%) y México (7,4%).
La disminución de velocidad de banda ancha fija en Chile y Ecuador y el incremento de la latencia en los cuatro países se produce como resultado del aumento inusitado de tráfico por el uso de aplicaciones de videoconferencia como Zoom, Webex, Jitsi y Google Meet para Teletrabajo y Teleeducación.
El caso Argentina
FUENTE: DATOS.ABIERTOS.GOB.AR ENACOM
El mapa de despliegue de servicios en telecomunicaciones acompaña las características sobre el acceso y la brecha digital de toda la región. Estos servicios y centralmente internet ocupan el centro de las demandas que permite el buen uso de otros servicios como el educativo, el de salud, el laboral, el esparcimiento y las relaciones sociales. Todos basados en tecnologías en informática y comunicaciones (TIC).
El consumo de internet a 30 días de iniciada la cuarentena COVID-19 creció un 35% según estimaciones iniciales de CABASE (Cámara Argentina de Internet). Porcentajes similares informaron desde Telecom (Fibertel, Arnet y Personal) integrante de Cablevisión Holding. El teletrabajo aumento en un 35% el tráfico de las VPMn (redes privadas virtuales). Este tipo de conexión, es utilizada por los trabajadores que realizan teletrabajo para conectarse a los sistemas de gestión de las empresas. Además, aumento el consumo de aplicaciones de video conferencia corporativas y licenciadas como Skype, Webex y Zoom son las grandes ganadoras en el contexto de aislamiento.
Plataformas de comercio electrónico como Mercado Libre creció un 30% en sus transacciones de compra/venta de productos durante abril y mayo.
Las redes sociales de mayor consumo tuvieron un crecimiento notable Instagram 20%, Facebook 95% y Whatapps 150%. El uso de streaming de video duplico el consumo en Netflix y Youtube.
Movistar también ofreció datos de consumo, obtenidos a través de LUCA, la unidad de negocios de Big Data de la compañía. Notaron que se duplico el uso de VoIP (Voice over IP), o llamadas por Internet caso WhatApp.
FUENTE: DATOS.ABIERTOS.GOB.AR ENACOM
Las facturas de los clientes/consumidores de sus servicios de telefonía móvil legaron con aumentos del 9 al 15% en el mes de abril. En este contexto de cuarentena, es un hecho repudiable que muestra la sensibilidad de las políticas basadas en el mercado.
La infraestructura de telecomunicaciones es fundamental a la hora de definir factores que van desde la igualdad de oportunidades para el acceso a los servicios basados en TIC, hasta el nivel de desarrollo de iniciativas innovadoras y emprendedoras en las áreas de las políticas públicas y la participación ciudadana.
Nos encontramos en un momento histórico en la evolución de la infraestructura de telecomunicaciones, en el que uno de los mayores desafíos es resolver adecuadamente la ampliación de la cobertura de la red troncal de trasporte y de distribución de fibra óptica para llegar a todos los rincones y localidades del país y el reemplazo de las redes urbanas de acceso domiciliario de cables de cobre por fibra óptica, lo cual involucra cuantiosas inversiones.
FUENTE: DATOS.ABIERTOS.GOB.AR ENACOM
En este contexto, la ineficiencia de origen que registra el régimen regulatorio basado en el mercado con gestión privada de operadores de red en competencia, que obliga a una superposición de infraestructura, ha profundizado su crisis en todo el mundo. En un escenario en el que los incentivos a la inversión son cada vez menores donde el papel del regulador se ha convertido en una misión imposible: si no impone control al incumbente, este anula toda posibilidad de competencia.
El caso de Argentina muestra que tanto Telefónica como Telecom tienen su inversión demorada hace años, con tecnologías de redes fuera de norma, con cableados de tendido aéreo en plena ciudades, con contaminación ambiental, degradación técnica y laboral, con servicios de baja calidad que llenan demandas de sus clientes en los organismos de defensa al consumidor y con un regulador que ha estado muy predispuestos a escuchar y satisfacer sus demandas de mercado.
Las funciones del regulador son determinantes a la hora de asegurar la universalidad del servicio y garantizar la interconexión de las redes. De no ser así, esto mantendría una cobertura restringida, como la actual, a lugares en los que por nivel de población y actividad resultase rentable hacerlo.
El proyecto de ley sobre «Acceso a Internet como derecho humano- Fijación de precios y tarifas de servicios TIC justas y razonables» presentado por el Diputado del Frente de Todos Pablo Carro, es un buen comienzo ya que la lista de faltantes es extensa. Busca restablecer y actualizar el carácter de servicio público esencial y estratégico de las TIC, dispuesto por la Ley 27.078 Argentina Digital, que fue derogado por el Decreto de Necesidad y Urgencia 267/15 del presidente Macri. Asigna al Estado un rol regulador de las asimetrías que surgen de las posiciones dominantes y abusos de mercado. Se estipula la creación una tarifa social de internet y la creación de un abono social para televisión por cable o satélite.
El contexto actual motorizado por el desarrollo tecnológico nuestra región necesita de Estados con políticas públicas que promuevan un modelo de desarrollo soberano con integración regional, para la operación de las infraestructuras de telecomunicaciones sobre las que se asienta el pasaje de la Sociedad de la Información a la Sociedad del Conocimiento.
Es la hora de los pueblos. Es la hora de la patria grande.