Costa Rica: del Estado de derecho al Estado de derecha – Por Rafael Cuevas Molina

908

Por Rafael Cuevas Molina *

En Costa Rica, a diferencia de las noticias que nos llegan de Alemania y otros países europeos, en el contexto de la pandemia se ha posicionado fuertemente un proyecto reaccionario de derecha, muy agresivo, que ejerce una influencia desmesurada sobre el joven presidente de la República, Carlos Alvarado.

Se trata de empresarios e ideólogos neoliberales estratégicamente posicionados en medios de comunicación influyentes, en las juntas directivas de cámaras empresariales y en el mismo entorno más cercano al presidente que, como nunca en este país, han sacado a relucir un ánimo agresivo y pendenciero contra la institucionalidad y los logros del Estado de derecho que han permitido que el país sea lo que es.

A esta gente, que impulsa a capa y espada su repudio a todo lo que consideran un obstáculo para su inagotable ánimo de lucro, se une una voz que no es nueva, pero cuya novedad consiste en su mayor visibilidad en el espectro de la política nacional: los diputados neopentecostales quienes, como por doquier en América Latina, impulsan una agenda retrógrada salpicada de las ocurrencias que dicta la ignorancia supina.

Las propuestas de unos y otros no son originales. Si hacemos un repaso de las que hacen sus congéneres en otros lares veremos que no se trata más que de refritos, es decir, una copia con las necesarias aclimataciones para que parezca que se han pasado muchas horas meditando y están haciendo propuestas inteligentes.

Pero no es así, más bien es todo lo contrario. Llama poderosamente la atención que esa agenda se impulse casi sin variaciones en Uruguay, en Costa Rica, en Perú o en Colombia. ¿Será que se copian entre ellos? -se pregunta el inocente lector-. ¿Será que hay una agenda común impulsada desde un lugar invisible? -inquiere el analista propenso a dejarse llevar por las teorías de la conspiración-.

No aventuraremos respuesta, pero no hay duda de que parecen hermanos gemelos idénticos. En Costa Rica, el señor que preside la unión de las cámaras empresariales sale a dar declaraciones a los medios de comunicación un día sí y otro también para hacer este tipo de propuestas. Cada vez que aparece, son más atrevidas, parciales e insensibles.

Aunque el país ha mostrado que, precisamente por contar con una institucionalidad sólida ha podido hacer frente con bastante solvencia a la pandemia, este señor se atreve a formular propuestas que buscan debilitar precisamente esa institucionalidad. Por ejemplo, sus ingeniosas ideas apuntan a debilitar la Caja del Seguro Social a través de la privatización, la mengua de las aportaciones patronales y el no reconocimiento de una deuda histórica que el Estado tiene con ella.

Él, y el grupo de empresarios inescrupulosos que lo acompañan en la dirección de las cámaras patronales, no se dan por enterados de los golpes en el pecho que se están dando españoles e italianos, precisamente por haber seguido en décadas pasadas tales derroteros que les han dejado una sanidad mermada, que los ha puesto en serios aprietos en estas circunstancias.

Impermeables al sufrimiento de miles de sus compatriotas que se han quedado sin empleo, o han visto menguar sus salarios hasta en un 75%, siguen impulsando con desparpajo leyes que apuntan a incrementar la explotación de la fuerza de trabajo: jornadas extenuantes de hasta 12 horas sin paga de horas extra, salario único para empleados públicos, reducción o eliminación de conquistas laborales.

En medio de una situación económicamente apremiante, acorde con las más rancias recetas neoliberales no vacilan en exigir la reducción del aparato del Estado, lo que llevaría al desempleo a cientos de trabajadores y no haría más que agudizar un problema social que ya compite en devastación con la pandemia.

En fin, enumerar punto por punto las propuestas que con tono crecientemente prepotente hacen estos señores sería la de nunca acabar. Se están aprovechando de las condiciones imperantes, pero no toman en cuenta que de tanto torcerle la cola al chancho las cosas se les pueden revertir.

* Historiador, escritor y artista plástico. Licenciado en filosofía y magíster en Historia por la Universidad de La Habana. Catedrático, investigador y profesor en el Instituto de Estudios Latinoamericanos (IDELA), adscrito a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional (UNA), Costa Rica. Presidente de AUNA-Costa Rica.


VOLVER

Más notas sobre el tema