Violencia machista: el “Ni una menos” se escuchó fuerte en las calles y en las redes de Argentina y Uruguay

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Argentina | El grito de NiUnaMenos estalló en las redes

Por Santiago Brunetto

Desde hace 5 años, cada 3 de junio el colectivo Ni Una Menos organiza movilizaciones y actividades contra la violencia machista en todo el país. Sin embargo, en plena cuarentena por la pandemia de covid-19, este año los reclamos debieron trasladarse a las redes sociales. Bajo la consigna «Nos sostienen las redes feministas. Vivas, libres y desendeudadas nos queremos», Ni Una Menos realizó diversas actividades en la web, que tuvieron como eje el documento colectivo leído en vivo a las 18 horas, y que incluyeron charlas, entrevistas y un «ruidazo federal». Además, se realizaron concentraciones en las calles en las jurisdicciones del país donde la cuarentena ya se encuentra flexibilizada.

Por primera vez desde aquella histórica primera concentración del año 2015 , la Avenida de Mayo se mostró vacía en un 3 de junio. La ya tradicional y siempre multitudinaria marcha que cada año conecta el Congreso de la Nación con la Plaza de Mayo, este año no pudo ser organizada por las restricciones impuestas por el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Sin embargo, las voces que reclaman el fin de la violencia machista se hicieron sentir igual.

A las 19 horas, desde balcones, puertas y ventanas de los barrios de todo el país se oyeron gritos, canciones, aplausos y cacerolazos en el marco del «ruidazo federal» organizado por el colectivo Ni Una Menos. Acompañado por los hashtags #5añosNiUnaMenos #VivxsLibresyDesendeudadesNosQueremos y #NosSostienenRedesFeministas, el ruidazo también estuvo presente en las redes sociales, donde se publicaron fotos y videos que mantuvieron a las consignas entre las primeras tendencias durante toda la jornada.

Por su parte, el hashtag #EmergenciaEnViolenciaYa, acompañado de la consigna de publicar imágenes con pañuelos violetas o rosas, fue utilizado especialmente para visibilizar la Campaña Nacional por Emergencia en Violencia contra las Mujeres.

Una hora antes del ruidazo, a través de sus redes sociales, Ni Una Menos dio lectura a un documento colectivo titulado «Nos sostienen las redes feministas. Vivas, libres y desendeudadas nos queremos». El texto fue leído por representantes de algunas de las más de 150 organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos que firmaron el documento. La lectura se abrió con el reclamo de justicia por «la muerte evitable de Ramona Medina , compañera militante de la villa 31, por las niñas que en Santiago del Estero y Corrientes necesitan aborto legal, por las violaciones de niñas y jóvenes y por la violencia institucional que sufrieron compañerxs Qom del Barrio Bandera Argentina de la provincia de Chaco».

Además, el documento incorporó reclamos vinculados a la política económica nacional: «La deuda es con nosotras y nosotres, queremos que la crisis la paguen los responsables del saqueo de los últimos años de políticas neoliberales», expresó el colectivo y exigió que «se apruebe de manera urgente el impuesto a las grandes fortunas, que se investigue la deuda externa, fraudulenta e ilegítima».

Por su parte, el reclamo por la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) también estuvo presente: «La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito ha cumplido quince años de militar su proyecto de IVE y exigimos su aprobación ya», sostuvieron. Esta consigna estuvo acompañada por los pedidos de la ley de cupo laboral trans a nivel nacional, que este año fue presentada por tercera vez en el Congreso, y la implementación de una «Educación Sexual Integral que tenga perspectiva feminista y no se frene por el lobby de las Iglesias y los dogmas fundamentalistas».

Desde las 17 hasta las 21, entre la lectura del documento y el ruidazo, en las redes sociales del colectivo se llevaron a cabo los «Diálogos de la revuelta feminista», cinco charlas que tuvieron como temas el aborto legal, la deuda externa, la situación de las mujeres en los barrios populares y en sus distintos lugares de trabajo, y la organización internacional del movimiento feminista. De las charlas participaron activistas de diversas organizaciones sociales, sindicatos, referentes de los barrios, economistas, militantes trans y representantes de agrupaciones internacionales.

Además de las actividades realizadas por el colectivo, otras organizaciones estuvieron activas durante la jornada. Dora Barrancos, Diana Maffía y Rita Segato formaron parte de un «Conversatorio feminista en vivo», transmitido por el Centro Aralma, que se dedica a la asistencia, formación e investigación en infancia y adolescencia con perspectiva de género.

Por otro lado, el Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires emitió en vivo, a través de su canal de Youtube, el «Conversatorio, género y comunicación ¿Como hablar de femicidios en los medios?». Además de la ministra Estela Díaz, de la charla participaron las periodistas Mariana Carbajal, Luciana Peker y Julia Mengolini, y la ministra de Comunicación Pública provincial Jésica Rey.

Más temprano en la jornada, en horas del mediodía y con los recaudos de distanciamiento social necesarios, algunas actividades también se llevaron a cabo en las calles. Representantes de los partidos que componen el Frente de Izquierda, agrupadas en la Asamblea de Mujeres y Disidencias, concentraron en la Plaza de Mayo, donde sostuvieron: «Continuamos reivindicando que las vidas de las mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans, no binares y de todes les trabajadores valen, por eso seguimos organizadas y en las calles diciendo que vivas nos queremos, ni una menos».

Por otro lado, en algunas capitales provinciales donde la cuarentena ya se encuentra flexibilizada, otras agrupaciones también llevaron a cabo movilizaciones en las calles. En Salta, organizaciones de mujeres y sectores LGBT se movilizaron en el microcentro capitalino para realizar un pañuelazo por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, mientras que en San Salvador de Jujuy se llevó a cabo una intervención frente a la Casa de Gobierno, donde se expusieron gigantografías con nombres y rostros de víctimas de femicidios.

La Plaza San Martín de Santa Rosa, La Pampa, fue escenario de disertaciones organizadas por la Universidad Nacional de La Pampa, bajo la consigna «Basta de Matarnos, Basta de Femicidios». Por su parte, en Río Negro se realizó una concentración a las 14 horas en la Plaza San Martín de la ciudad de Viedma. Algo similar sucedió en Paraná, Entre Ríos, donde la Asamblea de Mujeres Lesbianas Travestis y Trans convocó a una movilización a la plaza Mansilla, con la consigna «No nos callamos más, juntas y organizadas».

Finalmente, con el lema «Ni una menos en los barrios. Nuestros derechos no están en cuarentena», el colectivo Ni Una Menos realizó acciones en algunos barrios populares del Gran Buenos Aires. En los barrios Sol y Verde y Obligado de la zona oeste del conurbano, se realizaron ollas populares donde, además de cocinar, las militantes entregaron información contra las violencias y por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

Página 12´


Argentina | El colectivo Ni Una Menos se manifestó en todo el país

Con activismo en las redes sociales, un ruidazo federal, movilizaciones en al menos diez ciudades del país, y respetando las consignas de distanciamento social, los colectivos se manifestaron este miércoles contra de los femicidos, la violencia machista y el aborto clandestino en el quinto aniversario del movimiento «Ni Una Menos».

Referentes tucumanas del Ni Una Menos y las organizaciones que la conforman llevaron adelante una presentación en la casa de Gobierno de Tucumán, donde solicitaron información sobre los casos de violencia de género. En la puerta del edificio leyeron un documento que señalaba: «Este 3 de junio, por quinto año consecutivo, volvemos a gritar Ni Una Menos».

Tucumán es la segunda provincia con más femicidios del país y la última en aplicar la Ley Micaela (la capacitación, a cargo de la académica Dora Barrancos, fue realizada la semana pasada).

Agustina Vilte, referente del NUM en la provincia, dijo a la agencia Télam: «Seguimos presentes en la calle, nuestras exigencias siguen siendo las mismas; sin embargo, creemos que en el contexto de pandemia se han agudizado las violencias y necesitamos respuestas por parte del Estado».

En tanto, en Santa Fe las actividades se desarrollaron a través de las redes sociales y fueron innumerables los mensajes de mujeres referentes de la política, como la vicegobernadora Alejandra Rodenas; la ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación, María Eugenia Bielsa; la diputada provincial Lucila De Ponti; y la diputada nacional Alejandra Obeid, entre otras, que compartieron videos y reflexiones.

En Rosario, distintas agrupaciones sociales y políticas se reunieron desde las 11 frente a la sede del Gobierno provincial para hacer escuchar su reclamo a través de una radio abierta.

Carla Deiana, integrante de la Asamblea de Mujeres y Diversidades de Rosario, dijo: «Bajo la pandemia se recrudecieron las situaciones de violencia, contamos al día de hoy 57 femicidios en todo el país. Hoy exigimos presupuesto para la asistencia integral para las mujeres y niñez en situación de violencia».

«Salimos a reclamar que se trate el proyecto de Aborto Legal de la Campaña Nacional y se deje de dilatar el tema permitiendo así el avance del lobby clerical que somete a las niñas a situaciones de tortura, como vimos recientemente en Santiago del Estero, antes en Tucumán y Jujuy», agregó.

También la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, valoró y reivindicó el trabajo que cada día cumplen las mujeres, a cinco años de la primera marcha contra la violencia machista Ni Una Menos con el hashtag #LasMujeresPodemos.

«Hace 5 años que esta fecha nos recuerda que las mujeres podemos trabajar por la igualdad y, entre todas, tomar cada día más fuerza e impulso colectivo, lo demostramos a diario en todos los ámbitos de nuestra vida», escribió Carreras en su perfil de Twitter.

La mandataria señaló: «Como la primera gobernadora electa de la Provincia, mantengo mi firme compromiso con las rionegrinas y rionegrinos para trabajar por una sociedad más igualitaria, libre de violencia por cuestiones de género».

En Jujuy, hubo movilizaciones por la mañana frente a las escalinatas de ingreso a Casa de Gobierno, como parte de una jornada de gran actividad. Los colectivos feministas organizaron intervenciones y desplegarán gigantografías con los nombres y rostros de las víctimas de femicidios.

Algunas de las consignas expresaban «Que el barbijo no te deje callada, grita por las que ya no están», «Vivas nos queremos», e incluyó el reclamo «por la emergencia ya contra la violencia de género», «porque con ajuste y sin aborto legal no hay ni una menos» y por «la separación de las Iglesias y el Estado».

En San Luis, un grupo de más de 50 mujeres decidieron convocarse, respetando el distanciamiento social, para hacer oír su voz y seguir reclamando por sus derechos en una movilización que pasó frente a Tribunales para exigir que se esclarezcan casos de femicidios ocurridos en la provincia.

También pidieron justicia por la muerte de Magalí Morales, quien fue hallada sin vida en una celda de una comisaría de la localidad puntana de Santa Rosa, después de haber sido detenida durante la cuarentena por circular sin el permiso correspondiente. La causa se encuentra sin avances hace dos meses.

En Córdoba, el colectivo Ni Una Menos y organizaciones de Derechos Humanos realizaron diferentes acciones en la ciudad y marcharon en reclamo para frenar los femicidios, travesticidios y transfemicidios.

Realizaron un recorrido por las calles de la ciudad con altoparlantes en vehículos llamando a la concientización contra la violencia de género, y repartieron material informativo en las viviendas.

Luego, cerraron la movilización con la lectura de un documento en el que expresaban las reivindicaciones de la fecha: «Basta de femicidios, y travesticidios. Presupuesto para mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales y no binaries. Con el proyecto de la Campaña, Aborto legal, seguro y gratuito. Educación Sexual Integral ya. Separación de la Iglesia y el Estado. Salud es, también, tener agua, trabajo y alimentos».

Debido a la emergencia sanitaria, en Corrientes no se realizaron actividades para conmemorar el quinto aniversario de la marcha Ni una Menos. Sin embargo, en las redes sociales se recordó a víctimas de femicidio con fotos de Eli Verón, Sandra Silguero, Irina López y Tamara Salazar, algunas de las mujeres asesinadas en Corrientes.

En Salta, también se sumaron a la movilización diferentes agrupaciones feministas y políticas.

En Capital Federal, el Congreso de la Nación se iluminó en contra de la violencia machista.

Cadena 3


Uruguay | Masiva movilización en reclamo por los femicidios y mujeres desaparecidas

Este miércoles se registró, por el centro capitalino, una masiva movilización en reclamo por los recientes femicidios, las mujeres desaparecidas (algunas de ellas llevadas a redes de explotación sexual) y se recordó la Operación Océano, por la que varias personas ya fueron formalizadas, hombres en su mayoría.

Cada 3 de junio, desde hace algunos años, se lleva a cabo la movilización bajo el lema «Ni una menos», en protesta por los femicidios y en rechazo a la explotación sexual.

Operación Océano

Este año se dio en el marco de una investigación fiscal por una red de explotación sexual que hasta ahora involucra a 15 personas que ya fueron formalizadas, entre ellas un diputado suplente y un exjuez, aunque, desde las manifestantes se lamentó que los implicados, «personas que tienen poder», «estén con prisión preventiva domiciliaria», ya que «es un delito muy grave, con pruebas contundentes».

A pesar de la pandemia, afirman que se decidió salir a la calle «para visibilizar una y otra vez que estamos en alerta y que la violencia sigue recayendo sobre nuestros cuerpos».

La concentración inició a las 17:00 en Plaza Independencia y a las 18:00 comenzó la movilización hacia la Plaza Libertad. De la movilización participaron tres madres de jóvenes desaparecidas: Florencia Barrales, vista por última vez en marzo de 2019; Milagros Cuello, desaparecida desde diciembre de 2016; y Sandra Cortazzo, desaparecida en abril de 2008.

Uy Press


Argentina | Abuso en Chubut: un ataque grupal no tendrá encarcelados porque para el fiscal fue un «desahogo sexual»

Cinco jóvenes de Chubut, que habían sido acusados de violación grupal de una chica de 16 años en 2012 en Playa Unión, no tendrán pena de prisión ya que el fiscal de Rawson, Fernando Rivarola, disminuyó la calificación de «abuso con acceso carnal» a «abuso sexual simple» y consideró que se trató de un «accionar doloso de desahogo sexual».

Rivarola aceptó el pedido de la defensa de los cinco imputados y ninguno de ellos, con la nueva calificación, será encarcelado. La medida judicial que trascendió en medios chubutenses fue confirmada a Télam por los penalistas que intervinieron, aunque pidieron estricta reserva por otro fallo que con anterioridad estableció la restricción de brindar los nombres de los imputados, todos de conocidas familias de Trelew y Puerto Madryn, algunos menores al momento de los hechos.

Dos de los imputados habían sido sobreseídos porque eran menores de edad y los tres restantes admitieron haber cometido «abuso sexual simple», es decir «manoseos y tocamientos pero sin acceso carnal» por lo que irán a juicio abreviado en el que se aseguran una pena menor a tres años, es decir de prisión en suspenso.

Uno de los abogados defensores explicó que «el episodio fue denunciado 6 años después de ocurrido y la chica asegura que no se acuerda de nada, con lo que no hay forma de acreditar el supuesto delito y todo queda en la palabra de uno contra la del otro».

Colectivos feministas expresaron su repudio a través de las redes sociales al trascender el fallo y la expresión que empleó el fiscal al fundamentar su medida y establecer que no se trató de un abuso agravado sino de un «accionar doloso de desahogo sexual».

En un comunicado institucional que emitió hoy la fiscalía justificó la expresión y aclaró que «el abuso sexual es justamente una conducta que busca el desahogo sexual del autor sabiendo que lo hace sin el consentimiento de la víctima, que va a cometer una ataque sexual, que se trata de un delito, y consciente de ellos avanza sin consideración del daño que va a provocar en esta».

«Eso es dolo», aclara el pronunciamiento del ministerio público y «por eso, en el contexto de una exposición, el uso de la frase ‘desahogo sexual doloso’, resume lo que escribimos en varios renglones fundamentalmente si se hubiera utilizado en el contexto de audiencias o escritos reservados a los que solo debieran acceder profesionales del derecho».

El caso transcurrió en estricto hermetismo hasta ahora porque a las características de reservas del caso que impone la presencia de menores se sumó el aislamiento por la pandemia que redujo la actividad judicial y desvió la atención pública hacia otros temas.

Si bien los hechos ocurrieron en 2012, la causa se inició recién hace un año cuando la joven identificada como SAVD aceptó radicar formalmente la denuncia que hasta ese momento había descrito solamente a través de su cuenta en Facebook.

Según lo que la joven describió en su momento «habíamos ido una fiesta a la casa de RV y a poco tiempo de llegar perdí la conciencia y es ahí cuando una de mis amigas me encontró en una habitación siendo abusada por un grupo de cuatro varones (EQ, LDV, LM, RV) mientras JP era testigo y TS sostenía la puerta evitando que entre alguien o que pueda salir», contó.

La joven -hoy mayor- asegura que cuando reaccionó «estaba en estado de shock y como estaba desnuda» buscaron su ropa, «que estaba desparramada en la habitación oscura y llena de camas donde sucedió la violación».

«En ese momento -prosigue- el dueño de la casa echó a todo el mundo de la fiesta al grito de que no cuentan nada. Al volver a (Puerto) Madryn tuve un intento de suicidio, me encontraron mi mamá y mi papá y les conté lo que pasó, me llevaron al médico e hicieron el protocolo para la atención integral de la víctima de violencia sexual».

La primera audiencia se realizó el 1 de agosto del año pasado y a poco de comenzar la investigación uno de los señalados (JP) fue desvinculado por haber sido ajeno al episodio, aunque estuvo en la escena.

Tiempo Argentino


Ni Una Menos: un plan quinquenal para el futuro

En estos cinco años no quedó zona sin ser alcanzada por los feminismos, incluso para rechazarlo. Ni Una Menos hizo eso que antes no había pasado, saltó el cerco, desbordó, se hizo masivo e hizo visible un sistema de opresión para decirle nunca más, un nuevo Nunca Más en la historia política Argentina. Un grupo de escritoras, poetas, periodistas y comunicadoras feministas provocó, sin intuirlo ni planificarlo, un acontecimiento político que dio inicio a un lema, un colectivo y un movimiento social transnacional que hoy tiene muchísimas expresiones, y que fortaleció las zonas que antes estaban relegadas como “temas de mujeres” dentro de sindicatos, partidos, organizaciones sociales, instituciones escolares, clubes, y hasta la configuración de las cámaras de representantes marcadas hoy por la ley de paridad. Alcanzó zonas de la vida afectiva: no somos las mismas. Y en términos históricos, cinco años es apenas un suspiro.

El desborde se ve en las fotos multicolores de los últimos años de las populosas asambleas feministas, las marchas, las concentraciones, las vigilias de la marea verde por el aborto legal y los encuentros plurinacionales cada vez más grandes donde conviven radicales con chinas, troscas con viejas y nuevas peronistas, oenegeistas con anarcas, indígenas y aborteras, sindicalistas y trabajadoras de la economía popular, putas, campesinas, madres organizadas, estudiantes secundarias, mujeres con bastón, gordas, no binaries, piqueteras. Y esto en distintos puntos del país y en diversos lugares dentro de cada provincia.

Los feminismos son el movimiento social más dinámico de los últimos años, después de décadas de subestimación. Por eso mismo, su agenda se mueve entre la memoria épica, las deudas en términos de derechos y de acceso, los desafíos de pensar siempre un futuro y la obligación de no resignar la crítica. En este recorrido planteamos algunos puntos de esa agenda.

-Ni Una Menos como movimiento social transnacional: qué ganamos para los feminismos
El 3 de junio de 2015 fue, en buena medida, la recuperación de una memoria social feminista ligada a la subalternidad y que se rompiera el silencio intergeneracional.
Hacer de la vida personal algo político, politizar la intimidad significó que por primera vez muchas mujeres, personas trans, maricas y lesbianas actualizaran experiencias que no habían podido caracterizar en el pasado y las repusieron con palabras nuevas. Decir Ni Una Menos fue construir un nuevo lenguaje y habilitar dos movimientos: la palabra y la escucha. #YaNoNosCallamosMás, #MiráCómoNosPonemos fueron movimientos posibles tras nuevos escenarios posibles. Ahora que sí nos ven y que no estamos solas nunca más.
Les pibis que hoy forman la marea verde pertenecen a la generación que se sumó a la política de la mano del feminismo, son la generación Ni Una Menos. También se reconocieron y recuperaron las prácticas colectivas del feminismo popular y se agudizaron los esfuerzos interpretativos de la trama heterocispatriarcal. Se activó mucho para que los feminismos interpelaran y se instalaran en cada organización, sindicato y lugar de trabajo.
Ganamos saber que no estamos solas y que nunca más vamos a estar solas después de Ni Una Menos.

-Hubo más de 1500 menos: los femicidios no bajaron
“En 2008 mataron una mujer cada 40 horas; en 2014, cada 30. En esos 7 años, los medios publicaron noticias sobre 1.808 femicidios. ¿Cuántas mujeres murieron asesinadas sólo por ser mujeres en 2015? No lo sabemos. Pero sí sabemos que tenemos que decir basta”. Así empezaba el documento que se leyó en la plaza del Congreso aquel 3 de junio de 2015. En ese entonces no teníamos registros oficiales para pensar políticas públicas. Hoy tenemos varios que siguen teniendo sus propias limitaciones estadísticas, por eso las organizaciones de la sociedad civil persisten en la dolorosa tarea de contar muertas.
Según números del relevamiento de la Corte Suprema de Justicia de Nación, durante 2019 hubo, al menos, 268 femicidios y feminicidios vinculados 5 travesticidios y transfemicidios en Argentina, crímenes que convirtieron en huérfanes a 222 niñas, niñes y adolescentes. 4 de las víctimas del año pasado eran mujeres de pueblos originarios, 9 eran migrantes internacionales, 2 eran migrantes interprovinciales. Año a año este registro va profundizando y complejizando su mirada sobre la problemática. Una constante: la casa sigue siendo un lugar peligroso para nosotras. El 73% de los femicidios del año pasado fueron en los hogares. El 90% por ciento de las víctimas tenía vínculo con sus asesinos: nos siguen matando personas conocidas.
El número registrado durante 2019 es apenas algo más bajo que el de 2018, cuando la Corte relevó 255 femicidios cometidos contra mujeres cis, 4 travesticidios y 23 femicidios vinculados.
Las estadísticas se mantienen. Los femicidios no bajan.

-La violencia como significante flotante 
¿Cómo usamos la palabra violencia? Para muchas de nosotras, cuando el feminismo llegó a nuestras vidas, la palabra violencia ya había desplazado a otra que tenía un carácter  político: opresión. Por eso los cuestionamientos al uso elástico, tipo comodín, paraguas para muchas experiencias, llegan con los efectos de su uso en marcha. La herramienta que tiene el Estado liberal para dar respuestas a las demandas contra la violencia es el Código Penal. Es decir, participamos del lenguaje y terminamos hablando el idioma punitivista: “si todo es violencia, nada es violencia”. Y lo que sabemos desde hace más de cinco años es que cuando decimos violencias machistas, hablamos de una estructura social de opresión: no se resuelve con políticas de seguridad ni en un juzgado. Cada vez que hay una captura de nuestras demandas, parte del movimiento feminista sale a decir: no en nuestro nombre. El grito por Ni Una Menos no fue un pedido por más castigos ni penas más duras. Sin embargo, en la ancha avenida de los feminismos hay diversas posiciones. Tenemos una responsabilidad enorme con la construcción de una ética feminista.

-La subjetivación en clave víctima
La idea de víctima está ligada a la justicia penal y el binario víctima/agresor supone un maniqueísmo que le resta complejidad al sistema de poder y desigualdad que sostiene el patriarcado. La víctima también está esencializada como tal, sin margen político discursivo para salir de esa nueva trampa. Además, como dice la investigadora  Catalina Trebisacce, el efecto de ese esquema se ve en que “hay jóvenes feministes que se sienten amenazades por múltiples violencias… Es un aire de época, pero no puedo dejar de tener mi deseo político de que esos sujetos trasciendan esas experiencias de padecimiento radical”. La voz de las que padecen ahora es escuchada, pero parece ser una de las pocas posibilidades de escucha que la sociedad le permitiría: podés hablar si sos víctima. El desafío es que nuestras voces sean escuchadas y jerarquizadas aún cuando no lo somos. Tenemos algo para decir en tanto sujetas políticas.

-Pedir políticas públicas y construir sobre las violencias
El 3 de junio de 2015 denunciamos violencias alojadas y naturalizadas. La violencia física y el femicidio eran el último eslabón y el más visible de una cadena de opresiones y la vía como la masculinidad hegemónica -cis y hetero- se validaba de manera brutal. La complejidad que es el Estado buscó dar respuestas a “casos” que, en general, fueron de tipo penal, los femicidios se comenzaron a caracterizar de ese modo y la perspectiva de género para explicar esa violencia estuvo presente; también hubo cuotas de demagogia punitiva y recorte de derechos. Un tema nada menor en ese esquema es la pregunta sobre si esa respuesta repara. Esto se hizo en nuestro nombre, por más que hayamos pedido que no. En otro plano también hubo políticas de empoderamiento, tendientes a la autonomía económica de mujeres que habían sufrido violencias machistas, y un trabajo cuyo impacto no se puede mensurar de prevención social.

-Un ministerio para un movimiento 
¿El Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad es al feminismo lo que el Ministerio de Desarrollo Social es a las organizaciones sociales? Parece ser la propuesta del Estado, un ministerio que haga las mediaciones. Esto, aunque nadie haya pedido un ministerio o no la mayoría del feminismo que, al ser un movimiento, navega en la diversidad y desconfía un poco de las promesas del Estado toda vez que aún no tenemos aborto legal, nos agradecen las tareas de cuidado pero no las pagan y la brecha, bien gracias. Pero un ministerio tal vez permita que al transversalizar las políticas haya acciones afirmativas sobre el entramado complejo de la desigualdad y sobre modos de repararla. Políticas que no refuercen la atomización, que habiliten la experiencia colectiva, la reflexión sobre cómo se sostiene un sistema de precarización de existencias, el valor social de sacarle el cuerpo a la complicidad con lo que somete y la identificación de las herramientas para hacerlo. De hecho, la ESI y la Ley Micaela son dos de esas herramientas, con foco en la prevención y que jerarquizan la experiencia feminista como capacitadoras.

-El feminismo en el Estado
Desde los años ‘70 y luego con los comienzos de la democracia se renueva una discusión dentro de los feminismos y es sobre qué relación tener con el Estado, entre la autonomía y la política. El vínculo está sujeto a una relación pendular que, debido a la heterogeneidad del movimiento, por momentos involucra a más o menos organizaciones. Una pregunta que recorre esa tensión es  qué parte de la agenda feminista entraría en una negociación política. Con el macrismo en el Estado, no había grietas y las asambleas feministas eran multitudinarias y con consensos. Desde que buena parte de las compañeras están ahora en el Estado, tienen a cargo el desarrollo de políticas públicas no solo en el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, sino en todos los ministerios y en otras instituciones públicas, surgen nuevas dificultades u oportunidades, pero sobre todo: cómo mantener la capacidad crítica y no resignar demandas; cómo dialogar con las feministas políticas desde el campo social.

-Una inclusión simbólica
El tema anterior nos trae a este. Aunque este Ministerio no haya aparecido en ninguna demanda, su aparición generó expectativas y es leído como una logro de los feminismos y su capacidad de movilización. La preocupación es que no se reduzca a una función ornamental. La abogada Ileana Arduino escribió hace unas semanas sobre el tokenismo: el uso demagógico de nuestras demandas y de algunas mujeres en ámbitos donde están excluidas y donde institucionalmente no se mueve una ficha para cambiar la dinámica estructural. Poner una mujer para la foto, nombrar a una mujer sin recorrido en la defensa de les subalternxs por razones de género en un cargo con visibilidad “por los aires de época”. Y dice “el Estado y las grandes corporaciones públicas y privadas son un campo propicio para este uso fraudulento de nuestras demandas”. En una asamblea la frase “No nos conformamos con tener un ministerio” va a tener consenso.

-El género como tema de mujeres
Continúa siendo un desafío, aún para quienes dieron respuestas a nuestras demandas y en distintos ámbitos, desterrar los enfoques binarios y mujeriles. Les sujetes de los feminismos se van definiendo por sus luchas y reivindicaciones, también por su capacidad de cuidarse y de empatizar con les otres como si fueran une misme, por su deseo de no imponer, de disolver poderes, de inventar convivencias y comunidades políticas. Les sujetes de los feminismos somos quienes decimos que no a las opresiones racistas, económicas, afectivas, de posición social, capacitistas y tratamos de inventar en el camino formas de vivir en donde ese no se transforme en decisiones éticas. Pero suele pasar que en las instituciones estatales y en las organizaciones sociales, políticas y sindicales nos siguen encorsetando en una supuesta “agenda de género”, como si el feminismo -al igual que el antirracismo, por ejemplo- no fuera además una perspectiva. Que les compañeres digan “de eso yo no sé nada, es de ustedes”, es un problema. Que se siga pensando en términos de identidades y no relacionales es otro problema.

-Jerarquía de opresiones
Si NUM tuvo que ver con esto o no, está para ser definido. Lo cierto es que la interseccionalidad nos dio herramientas para pensar cómo se anudan y nos determinan distintas opresiones como raza, género, clase, edad, entre otras, pero en el último tiempo pareciera que la opresión de género es la más importante. No hay Ministerio de los Pueblos Indígenas, por ejemplo. También pareciera haber legitimidad social para que una referente proponga que las garantías del proceso penal sean distintas para delitos por razones de género. Hace pocas semanas vimos cómo se desarrollaba en medios y redes sociales una operación política contra el otorgamiento de prisiones domiciliarias para detenides que estuvieran dentro de los grupos de riesgo si eran contagiades de covid-19 y para quienes tuvieran penas por delitos leves. El objetivo era aliviar el hacinamiento en las cárceles. Lo que pasó es que se usó el feminismo para hacerla, al hacer correr la noticia falsa de liberación masiva de detenidos por femicidio y por abuso sexual. En un mismo escenario se unió el afán carcelario y la preponderancia del vector género por sobre capacidad/discapacidad, encierro o pobreza.

Un plan quinquenal del próximo lustro puede proponerse tomar y actualizar las críticas y recrear nuevas narrativas que salgan de las violencias y las estrategias defensivas, para ir hacia el futuro que deseamos vivir, múltiple, heterogéneo, diverso, libre, todavía por construir.

LatFem

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