UNAJ | La solidaridad como bandera, por una universidad de territorio y no de escritorios

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Por Rafael Ruffo *

La Universidad Nacional Arturo Jauretche está situada en un vértice que une tres distritos del segundo y tercer cordón del Conurbano de la Provincia de Buenos Aires: Florencio Varela, Quilmes y Berazategui. A su alrededor se despliega un verdadero archipiélago social en el que pequeñas islas de riqueza opulenta navegan inseguras en un mar de masivas barriadas populares en las que las oportunidades de estudiar y progresar resultan unos bienes escasos.

Es una de las llamadas “Universidades del Bicentenario”, creadas durante el segundo mandato de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En la actualidad y luego de apenas 10 años de su puesta en marcha ofrece una veintena de carreras y varios posgrados agrupados en las áreas de la Salud, la Ingeniería y las Ciencias Sociales a las que asisten más 30 mil alumnos.

La UNAJ se ha convertido, junto al Hospital El Cruce Dr. Néstor Carlos Kirchner y el Club Defensa y Justicia, en una institución que le ha dado una relevancia antes desconocida a una porción del territorio del Conurbano Sur por décadas postergada y, lamentablemente,  poco y mal conocida por el público general.

Sin embargo, a partir del comienzo de la profunda y velocísima crisis que generó la pandemia global del COVID 19, la UNAJ no solamente reformó su oferta académica, que había establecido la educación presencial como uno de los pilares de su estrategia pedagógica a la modalidad virtual (o a distancia), sino que también encendió los motores de una tarea solidaria que involucra a todos los estamentos de la comunidad universitaria y ha sido bien recibida por la comunidad y está generando una interesante dosis de visibilidad.

“La solidaridad está en el ADN de nuestra universidad; en todos y cada uno de los integrantes de esta comunidad universitaria”, afirma el Rector Ernesto Villanueva.  Ello es así porque la UNAJ es una universidad de territorio y no de escritorios. Estudiantes, directivos, docentes y nodocentes se han transformado en emprendedores, voluntarios y extensionistas que en función de sus saberes y aprendizajes se han volcado a las diferentes tareas a las que se los convoca.  Muchas, vale decirlo, surgieron de iniciativas espontáneas que la institución luego organizó.

Esta vocación de solidaridad comunitaria se vio pronto plasmada en un importante conjunto de actividades orientadas y planificadas en función las capacidades de la estructura de gestión y de la oferta académica. A modo de ejemplo;  desde la carrera de Bioingeniería se están imprimiendo en 3D las piezas para fabricar máscaras protectoras para los trabajadores de la salud del Hospital El Cruce. Docentes de la carrera de Gestión Ambiental confeccionaron los protocolos necesarios para que los horticultores periurbanos pudieran seguir adelante con la producción y venta. Los estudiantes de Trabajo Social han puesto en marcha un programa de atención, contención y ayuda a los adultos mayores de nuestra comunidad. El área de vinculación territorial está produciendo materiales audiovisuales destinados a la capacitación en línea para la atención de la emergencia de médicos, enfermeros y kinesiólogos del Hospital El Cruce y del Ministerio de Salud de la Nación y que circulan a nivel nacional. También produce cursos destinados a la prevención del contagio de Covid-19 en oficios,en coordinación con el Campus Virtual de Universidad Nacional de Córdoba.

La radio de la universidad ha incorporado 7 horas de programación diarias con los contenidos educativos preparados por el Ministerio de Educación de la Nación. Mestiza TV, el canal web de la UNAJ, sube a su plataforma los contenidos que se emiten diariamente por Canal 7, PakaPaka y Encuentro para facilitar a los docentes y las familias de la región el acceso a esos contenidos.

La oferta cultural, una herramienta fundamental en la creación de vínculos sólidos con la comunidad, se ha digitalizado en su totalidad e incrementado en volumen y calidad; se producen dos emisiones diarias de músicos y artistas plásticos locales  —en vivo por las redes sociales— para público infantil y adulto. Estas piezas musicales y obras plásticas especiales se producen gracias a la generosidad de los artistas locales y circulan con buena repercusión en las redes.

El listado de acciones solidarias podría extenderse más. Pero es, sin lugar a dudas, el Programa de Voluntariado Universitario Covid 19, dirigido por el Dr. Martín Silberman, la acción focalizada más robusta y eficaz que se está desarrollando en este tiempo de emergencias y compromisos. Para él “La universidad debía estar allí donde la realidad la llama como respuesta a una necesidad pedagógica, como parte de su misión social y como instrumento de las políticas públicas.”

El 17 de marzo, apenas el Estado Nacional daba los primeros pasos en la gestión de la crisis, la UNAJ desarrolló una plataformapara que los estudiantes pudieran inscribirse como voluntarios para colaborar en la mitigación del daño. El mismo día de su publicación en las redes sociales el Programa ya había inscripto 450 estudiantes. A la fecha, a 70 días de la convocatoria, esa cifra se ha elevado a casi  3000. En su mayoría pertenecen a las carreras de Enfermería, Quirófano, Kinesiología, Medicina, Trabajo Social y la Tecnicatura en Emergencias y Desastres.

Paralelamente se convocó a los Secretarios de Salud de Florencio Varela, Berazategui, Quilmes y Almirante Brown para ponerlos en conocimiento de la posibilidad de contar con estudiantes avanzados de las carreras de salud y ya  capacitados parabrindar ayuda técnica específicas en forma coordinada.

Los voluntarios han realizado un repertorio de capacitaciones, de manera virtual y en algunos casos presencial, en las que se les transmitió las particularidades del nuevo virus, una tarea desafiante que hubo que realizar antes y también en paralelo con el movimiento que derivó en la actual situación  de saturación informativa sobre el COVID-19, una verdadera “atoxia informativa”, al decir de Paul Lazarsfeld, el célebre  sociólogo de la comunicación de la Universidad de Columbia.

Diferentes jurisdicciones del AMBA solicitaron la acción de este cuerpo de voluntarios de la UNAJ.  Los hemos visto en los medios nacionales participando de los testeos masivos en lugares de alto tránsito de personas como las estaciones de ferrocarril Constitución,Retiro y Once. Trabajando en las tareas de hisopado en los barrios más humildes del Conurbano con alta circulación del virus, como la Villa Itatí y Barrio Azul.

En tanto, los municipios de la región han puesto en marcha mesas de ayuda y orientación para sus vecinos en las que se brinda información sobre el sistema de salud, se resuelven dudas sobre el avance la enfermedad, el tratamiento a posibles contagiados y la oferta de actividades del los centros asistenciales. Allí también están nuestros voluntarios colaborando en la atención y en la capacitación de los nuevos estudiantes en estas para tareas de orientación telefónica, muchas veces la única línea hacia el exterior del mundo doméstico que funciona en medio del aislamiento social obligatorio.

También colaboran junto a la Dirección Nacional de Emergencias del Ministerio de Salud en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza en la recepción de argentinos repatriados y, previo screening de temperatura y chequeo de síntomas, facilitan su posterior traslado al hospedaje temporario en el que pasarán laCuarentena obligatoria.

En la sede del Hospital El Cruce trabajan en el Centro de Comunicación Inteligente, un novedoso sistema de comunicación por teleconsulta en línea, con pacientes infectados con COVID 19.

En diversos centros de salud y hospitales de la región participan en la realización del triage. Se trata de conformar en cada institución un equipo entrenado para detectar posibles casos positivos internos y direccionarlos de manera rápida y segura, evitando la propagación y el contagio.

Varios municipios han puesto en marcha equipos móviles de vacunación antigripal domiciliaria para que los adultos mayores puedan permanecer aislados en sus casas; en ellos los voluntarios de la UNAJ también están presentes.

Se organizaron en equipos de acompañamiento en centros de convalecientes, allí los estudiantes de diversas carreras realizan controles diarios y tareas de orientación a pacientes y familiares ante la posibilidad que no puedan aislarse en sus hogares y no requieran internación hospitalaria.

Cabe anotar que Programa contempla el seguimiento, acompañamiento y ajuste permanente de estas tareas a través de un sistema de monitoreo e investigación gestionado por sus autoridades y que huelga decirlo, los voluntarios salen a realizar estas tareas de campo debidamente cubiertos por un seguro que eroga la Universidad.

En la emergencia, la respuesta solidaria de la Universidad enlaza con su visión propiamente política, aquella que la ubica claramente como promotora de un conjunto de valores que están pugnando por dejar su marca en el nuevo tiempo político que se inauguró hace menos de siete meses con la llegada a la Presidencia de la Nación Alberto Fernández.

En su discurso de asunción pronunciado ante la Asamblea Legislativa propuso un nuevo contrato social, cuyo marco moral reside en tres elementos; la recuperación del valor de la palabra  dada en la esfera pública, la solidaridad y la justicia entendida como reparación.

En aquella ocasión dijo “(…) Frente a esta dramática situación de destrucción hemos elegido a la solidaridad como viga maestra de la reconstrucción nacional”. Así expresado, la solidaridad  aparece como adhesión a un conjunto de valores que permite la colaboración mutua entre distintos para superar situaciones de desastre, el heredado por la gestión de la administración anterior y el que se asoma amenazante como resultado de la expansión global de los contagios. Este sentido dado al concepto solidaridad es el llamado “comunitario” y es uno de los tres sentidos que le dio Durkheim, distinto a la solidaridad “mecánica” y a la “orgánica”.

La solidaridad es el valor que vertebra todo el programa de gobierno, tanto el imaginado al comienzo de la gestión como el que se organizó al calor de la llegada de la pandemia a nuestra país.

La solidaridad enlaza con el valor de la justicia entendida como reparación.  La frase del Presidente, repetida como un mantra por los funcionarios del gobierno en cada acción de política sanitaria, “Comencemos por los últimos para llegar a los primeros”, ilustra este enlace.

Cuando la Universidad Nacional Arturo Jauretche realiza las  tareas solidarias que hemos sintetizado, no está haciendo más que proyectar hacia el territorio que la rodea y abraza estos valores centrales de la nueva coyuntura política. Lo hace con la naturalidad que le otorga su ADN solidario.

 * Profesor de Historia (UBA). Licenciado en Ciencias Políticas (UBA). Cursó Maestrías de Opinión Pública (UNSAM) y Políticas Públicas (UNSAM – Georgetown U.) Es docente titular ordinario e interino en las Universidades Nacionales Arturo Jauretche, Almirante Brown y de La Matanza. Director del Centro de Política y Territorio de la UNAJ.


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