Sombrío panorama económico – El Día, Bolivia

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

América Latina se proyecta como la región más azotada por la pandemia del Coronavirus y, de acuerdo a los más recientes pronósticos del Banco Mundial, las consecuencias económicas también serán mayores que en el resto del mundo. El organismo internacional prevé una caída del Producto Interno Bruto (PIB) mundial del 5,2 por ciento en el 2020, mientras que la contracción en nuestro continente puede alcanzar el 7,2 por ciento.

Afortunadamente, el panorama para Bolivia no es tan dramático y se calcula que la contracción oscilará entre el 3,4 y el 5,9 por ciento. En el otro extremo se encuentran Brasil (-8%), México (-7,5%) y Argentina (-7,3). Los pronósticos más favorables corresponden a Chile y Colombia con reducciones del 4,1 % y el 4.9 %, respectivamente.

No existen conclusiones definitivas sobre la relación que ha tenido el manejo de la pandemia con el impacto económico resultante y previsto, pero si de algo sirve el dato, España será el país europeo más golpeado por la crisis y al mismo tiempo, es uno de los más criticados por la dirección de la emergencia sanitaria. Proporcionalmente, los españoles han inyectado tanto dinero en la economía como lo ha hecho Alemania, pero los resultados no son los mismos y la respuesta está en una vieja tradición cultural de gastar, derrochar y malversar incluso en situaciones tan dramáticas. Eso también vale para nosotros, por supuesto.

Otra explicación que tiene que ver con el mal desempeño latinoamericano es el arrastre de una situación que ya venía complicada desde el 2013 y 2014. No podemos echarle la culpa de todo al virus, pues las economías regionales pasaban grandes apuros producto de la caída de los precios de las materias primas, que lógicamente se ha agudizado en los últimos meses. Esto se debe a la debilidad estructural de nuestros sistemas productivos, altamente dependientes del extractivismo y de la economía primaria exportadora, fenómeno que lo pone a merced del comportamiento de las grandes potencias, especialmente Estados Unidos y China, donde el futuro inmediato se vislumbra muy complicado.

En este contexto tan supeditado en el que se encuentra Bolivia, las opciones son muy pocas, pero existen. En primer lugar, figura la capacidad de ahorro, la austeridad y la priorización que debe aplicar con extrema precisión el gobierno.

El Banco Mundial igualmente recomienda la aprobación de reformas laborales que puedan flexibilizar el mercado de trabajo, de tal manera de ofrecerles oportunidades tanto a las empresas como a los ciudadanos para enfrentar en mejores condiciones la denominada “nueva normalidad”.

En tercer lugar se encuentra la seguridad jurídica, una tarea pendiente en nuestro país, ya que todavía se encuentra vigente el modelo impuesto por el “proceso de cambio” que hizo inviable las inversiones en el país.

En este contexto tan supeditado en el que se encuentra Bolivia, las opciones son muy pocas, pero existen. En primer lugar, figura la capacidad de ahorro, la austeridad y la priorización que debe aplicar con extrema precisión el gobierno.

El Día


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