Solsticio de invierno: pueblos originarios celebran el retorno del sol

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La pandemia condiciona las ceremonias indígenas por el solsticio, pero no anula sus objetivos

Por Alba Silva

El Inti Raymi para los andinos y el Wiñoy Xipantv de los mapuche, una fiesta milenaria que cada solsticio de invierno celebra el retorno del sol y encierra un profundo sentido de descolonización cultural y resistencia también estará condicionada por la pandemia que envuelve al mundo.

Simplificado como «año nuevo indígena» –aunque no lo es– entre el 21 y 24 de junio, indígenas del Hermisferio Sur no podrán este año esperar juntos y en ceremonia tras la noche más larga para recibir los primeros rayos del sol que marcan un nuevo comienzo.

«Wiñoy Xipantv no es año nuevo, que implica acumulación del tiempo sino que es repetición de un ciclo. Es un cambio que nos muestra que la naturaleza se prepara para un renacimiento, pasó el otoño y la tierra descansó, recibe los nutrientes de las lluvias, el sol regresa y todo recomienza», explicó a Télam desde el Puelmapu, ubicado en Neuquén, Jorge Nahuel, logko (autoridad política) de la significativa Confederación Mapuche Neuquina.

En Bolivia, cuyo pueblo entronizó a un aymara –Evo Morales entre el 2006 y 2019– en la presidencia de la república y creó un Estado Plurinacional, la celebración del Inti Raymi (fiesta del sol) se recuperó en los 80 cuando el racismo y la desigualdad oprimían a una mayoría indígena.

«Celebrar el Inti Raymi es, básicamente, un evento descolonizador al que recuperamos desde una resistencia consciente. Todos nuestros usos y costumbres fueron destruidos pero, decimos, ‘las piedras hablan’, creemos que nuestra sabiduría y conocimiento están en las piedras», dijo a Télam desde Cochabamba Efraín Gutiérrez Mamani, aymara.

Contó, en línea con la reverencia a las piedras y montañas habitadas por espíritus, que es allí dónde están los sitios sagrados a los que acuden los seres humanos a esperar la salida del sol.

«El guía espiritual tiene que pedir permiso al cerro antes de iniciar la ceremonia, eso es lo más importante. No podemos ingresar a un sitio sin pedir permiso Hay que esperar la salida de sol, con las manos en alto. No es una espera individual sino en familia y se realiza la ‘coa’ –el gran sahumerio– con ofrendas de llamas, frutas y comida para la Pachamama y al Tata Inti», detalló el entrevistado.

Toda ceremonia reclama que quienes la realizan se entreguen por completo a ese acto: por eso, explica Gutiérrez Mamani, «no es solo pedir y esperar, sino que agradecemos por el año que pasó y con la coa pedimos para este nuevo año. Sembramos fe y esperanza porque no es solo es pedir y esperar, hay que contribuir, compartir, vivir en reciprocidad con la pacha y los que están cerca nuestro».

«La palabra ‘k’oa’ significa ‘lo que se transforma en otra cosa’, y se cree que esta es una entidad capaz de encarnar en distintos cuerpos, incluyendo animales. En la cosmovisión andina, el humo de la coa tiene la capacidad de permitir la comunicación entre los diferentes mundos, así que puede llevar pedidos y agradecimientos a ancestros y divinidades», añade Ypadu desde su muro en Facebook.

Pero si celebrar el Inti Raymi es un acto político para los indígenas, cuya mayoría vive en las ciudades, la recuperación de lugares arqueológicos y por lo tanto sitios sagrados, en Buenos Aires es un proceso de lucha y de marchas y contramarchas en el que se pone a prueba la tenacidad de quienes quieren honrar y vivir en una cultura originaria.

Tres ombúes

«Más allá de la pandemia no podemos celebrar acá, en el sitio arqueológico Tres Ombúes, ubicado en Ciudad Evita, La Matanza, porque usurpadores nos impiden entrar. Eso nos duele porque están destruyendo el lugar al que desde hace unos 10 años indígenas urbanos queremos convertir en un sitio de memoria larga», indicó a Télam Valentín Callamullo, quechua.

El joven indígena destacó que piden al Estado «preservar Querandí para ejercer derechos espirituales y conservar lo arqueológico pero hay gente loteando», añadió al destacar que hay una cautelar favorable al reclamo del Juzgado de Morón Nº1 que no se está cumpliendo.

Patricia Yallico, del pueblo waranka que integra la nación kichwa en Ecuador, destacó para Télam que este año el Inti Raymi no será masivo sino que se festejará en la intimidad de las familias «para no olvidar, revitalizar y sostener esta celebración. Hay que entender que es agrofestivo que tiene que ver con la crianza de la vida, con la convivencia con la chacra y con los diferentes seres que cohabitamos en este planeta. El orden mundial excluye a la diversidad, al diferente y al Inti Raymi quisieron limitarlo a expresiones culturales y étnicas».

La cineasta y documentalista definió que en realidad «estas prácticas y saberes trascienden el ámbito cultural y étnico, se trata más bien de un acto político que fortalece a la organización social y económica y revitaliza la lengua. Es todo un conglomerado de saberes el Inti Raymi con una espiritualidad muy fuerte a la que invitamos a otros pueblos y a los mestizos quienes pueden sumarse a nuestra ritualidad que siempre es incluyente. Así caminamos nosotros».

Algo por el estilo dijo también Nahuel, el logko mapuche, al señalar que la ceremonia del Wiñoy Xipantv es «un acto de compromiso, de resguardo, de protección mutua para nuestra supervivencia. Estamos en medio de una pandemia que no es un castigo divino ni un accidente sino consecuencia directa del maltrato que el sistema capitalista, neoliberal y depredador da al mundo».

Télam


Pueblos originarios celebran el Año Nuevo o el retorno del Sol

La celebración más importante de los pueblos originarios de América del Sur tiene lugar este 21 de junio y es conocida como el «We Tripantu» o «Nquillatún», término mapuche que significa «salida del nuevo Sol».

Los pueblos indígenas identificaron los momentos del año en que el Sol se alineaba con el ecuador de la Tierra (equinoccios) y los momentos en que el astro rey alcanzaba su mayor altura aparente en el cielo (solsticios).

El 21 de junio se produce el solsticio de invierno en el hemisferio sur, este fenómeno es considerado por los indígenas como un renacer porque la época de cosecha culmina y la tierra se prepara para su nuevo tiempo de fertilidad.

La víspera del solsticio es la noche más larga del año, luego de ese momento clave y durante los seis meses siguientes, las noches se acortan y los días se alargan. En el ambiente hay más luz disponible y con ello hay mayor abundancia.

¿Quiénes celebran el solsticio?

Los pueblos de la cultura andina: Aymara, Quechua y Atacameños realizan rituales del Año Nuevo, los indígenas celebran a la Pachamama o madre tierra y a Tata Inti o padre sol y le solicitan les traiga un año productivo y rico en animales y cosechas para la comunidad.

We Tripantu

Es la celebración del año nuevo mapuche, pueblo indígena ubicado en Chile, la festividad se celebra en las zonas chilenas de la comuna de Lautaro en la Araucanía o en Temuco. La comunidades mapuches preparan su propia celebración en las grandes ciudades chilenas de Concepción y Santiago (capital).

La base de la sabiduría y ciencia mapuche es la observación permanente y sistemática de la naturaleza, su metodología de aprendizaje se conoce como «inarrumen», «utilizaban el mismo método socrático utilizado en la ciencia occidental: observación e inducción.

«En la naturaleza está todo dado, sólo se debe observar», explicó el historiador mapuche encargado del Programa Patrimonio Indígena de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), Juan  Ñanculef Huiaquinao.

Ñanculef precisó que los conocimientos astronómicos de los mapuches los llevaron a distinguir los movimientos de la Tierra. La rotación fue llamada chünküz mapu (redondez de la Tierra) y la traslación tüway mapu (giros de la Tierra).

Como el resto de los pueblos precolombinos, el conocimiento de estos fenómenos sirvió para la creación de su calendario, que indica un año de 364 días exactos, distribuidos en 13 meses (küyen) y 28 días (antü).

Tierra de fuego

La Fiesta Nacional de la Noche Más Larga se celebra cada 21 de junio en Ushuaia o Tierra del Fuego en Argentina. En esta fecha se conmemora la llegada del invierno y muchas culturas reconocen el inicio de las estaciones en provecho de las actividades relacionadas con la agricultura.

Desde la noche del 20 de junio y hasta la víspera de la salida de los primeros rayos del Sol el 21 de junio se hace la velación al fuego esperando su energía.

Los asistentes a la ceremonia se sientan de manera circular a compartir el calor del fuego en la primera noche del invierno y los más sabios y ancianos se suman a compartir sus saberes en toda la noche, explican cómo el fuego es dador de vida y por qué agradecemos su compañía porque los seres humanos también son fuego porque contienen la energía que los moviliza a luchar por la justicia.

Los indígenas ofrecen al padre Sol inciensos, coca, tabaco, plantas aromáticas, panes, dulces y bebidas, comparten sus alegrías, anhelos y le solicitan al Tata inti (Sol) que les dé fuerza y los sane.

Bolivia y el «retorno del Sol»

Los indígenas que habitan algunas zonas de Bolivia celebran el «Willkakuti» también conocido como «retorno del Sol» o «Año Nuevo Andino», la celebración se caracteriza por los rituales ancestrales que realizan los sacerdotes indígenas en la madrugada del 21.

La «apthapi» o merienda indígena comunitaria en la que la comunidad de Oruro comparte los alimentos suele ser visitadas por centenares de personas.

Los indígenas aguardan en Tiahuanaco con ofrendas y fogatas en altares dedicados al Willkakuti, celebración que en 2009 fue bautizada por el entonces presidente Evo Morales como «Año Nuevo Andino Amazónico».

TeleSUR


 

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