Pandemia: salud, libertad y cinismo – Por Abel Bohoslavsky, especial para NODAL
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.Por Abel Bohoslavsky(*), especial para NODAL
Un grupo de organismos y “personalidades” de todo el mundo acaba de emitir una declaración donde vinculan directamente el abordaje de la pandemia por el nuevo virus corona con ataques a la libertad y peligros para la democracia que ellos definen como liberal. Los firmantes alertan sobre la concentración de poder, persecución de opositores, censura de prensa y otros desmanes represivos. Hechos ciertos que ocurrían en muchos lugares del mundo antes de la pandemia y en muchos países se acrecientan con la puesta en marcha de diversas formas de cuarentenas.
No dicen, sin embargo, que muchas de esas acciones son verdaderos ensayos contrainsurgentes similares a los que conocemos trágicamente en la historia de Nuestra América. Ahora mismo ocurren en Chile y Colombia y yendo un poco más atrás, el Plan Cóndor.
En Argentina, no nos deja de llamar la atención que el ex presidente Mauricio Macri que gobernaba hasta hace apenas 6 meses y medio, suscriba una proclama en defensa de la libertad y la salud, cuando bajo su gobierno electo democráticamente, desató una sistemática labor de represión a manifestaciones de protesta a sus políticas, espionaje a opositores, partidarios propios y hasta su familia, o asesinatos selectivos (Santiago Maldonado, Rafael Nahuel). Quizás fuera de Argentina no se sepa que, cuando fue jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Macri ordenó atacar con tropas y armas policíacas al personal del hospital psiquiátrico Borda dentro del propio nosocomio. Y que lo mismo ocurrió en su presidencia en el Hospital Posadas, en Haedo, provincia de Bs. As., uno de los muy pocos que quedan en la estructura estatal nacional, luego de las masivas desafectaciones y traspasos a otras jurisdicciones desde la década del 90, nunca revertidas por ninguno de los gobiernos posteriores. La policía de Macri Intervino con tropas contra el personal de salud que resistía despidos en masa ejecutados por su administración. Quizás no sepan que muy poco tiempo, este ex presidente eliminó el Ministerio de Salud de la Nación, rebajándolo al secundario rol de Secretaría, y que redujo drásticamente las remuneraciones del personal de salud. Tampoco quizás sepan del desabastecimiento de vacunas que causó la reaparición del sarampión.
Cuando la pandemia llegó a Argentina en marzo 2020, encontró al subsistema de Salud Pública en la ruina. Y a esa ruina contribuyó activamente el entonces presidente Macri, aunque las responsabilidades deben extenderse a otras administraciones nacionales y provinciales anteriores. También estaban en la ruina casi todos los sistemas de seguridad social, debido a que sus recursos son un porcentaje del salario de los trabajadores registrados. Y esos salarios perdieron un 50% del poder adquisitivo durante los efímeros 4 años destructivos de la gestión del presidente Macri. Mientras, el empleo no registrado durante su gobierno, creció a más del 35% de la población laboral. Y esta parte del pueblo trabajador solo puede recurrir a atenderse en la Salud Pública, que el ex mandatario Macri redujo a su mínima expresión. Al mismo tiempo que Macri desfinanció toda la Salud Pública, provocó un endeudamiento estatal escandaloso en tiempo récord, por 80 mil millones de dólares, que es una verdadera estafa, cuyo pago pretenden hoy acreedores tan estafadores como el gobierno con quien se asociaron para sustraer recursos a la Salud Pública y muchos otros rubros de asistencia social. Y esa estafa está siendo convalidada por quienes pretenden hacérnosla pagar hoy (¡y durante un siglo!), quitando esos fondos que así no se podrán destinar a la Salud Pública.
¿Puede un personaje de esta trayectoria – represión física a trabajadores de salud, desmantelamiento de la Salud Pública, estafa económica, espionaje y otros delitos – suscribir una declaración por la salud, la libertad y contra la represión? Sí. El cinismo no tiene límites. Como el de otra de las firmantes, Madeleine Albright, ex secretaria de Estado de Estados Unidos que al admitir la muerte de 500 mil niños en Irak como resultado del bloqueo de alimentos impuesto a ese país por su gobierno, dijo que era «un precio que vale la pena pagar».
¿Puede una ex gobernanta norteamericana invocar preocupación por la pandemia actual, cuando el gobierno de su país mantiene un laboratorio de guerra biológica en Fort Detrick? Sí, puede, porque muchos ni saben que Estados Unidos empleó esas armas para introducir virus del dengue en Cuba (1981), Nicaragua (1983) o inyectar de sífilis a humanos para hacer experimentos en Guatemala (1946).
Aunque aún no conocemos el origen del coronavirus – si fue mutación espontánea o diseñada en laboratorios de armas biológicas – si vemos el uso de la pandemia para ensayos contrainsurgentes en gran escala. Y algunos de los firmantes de esa declaración, no son promotores de la salud y la libertad, sino promotores de miseria y represión planificadas. ¿Conocen ese antiguo dicho popular que relata cómo un ladrón grita ¡al ladrón, al ladrón! para distraer al público mientras él puede ocultar su condición de delincuente?
(*) Médico, editor de Para evitar la meningitis y otros males y autor de “Los Cheguevaristas”.