Nicaragua: la Covid-19 arrasa en las filas del FSLN – Por Confidencial

926

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Ministros, asesores presidenciales, embajadores, diputados, alcaldes, comisionados de la Policía, y líderes territoriales del Frente Sandinista son parte de 60 altos funcionarios del Gobierno de Daniel Ortega y del partido, fallecidos en las últimas semanas, en el contexto de la pandemia de covid-19, una crisis sanitaria que el régimen insiste en minimizar, pese a más de cinco mil contagios y más de mil muertes a cuestas, según el último reporte independiente sobre el impacto del coronavirus en el país.

Un análisis de CONFIDENCIAL, revela que en las últimas semanas se ha registrado una inédita cantidad de muertos ligados al FSLN. Entre los sesenta fallecidos, hay al menos 15 relacionados directamente a la covid-19, aunque en general el Gobierno minimiza o atribuye las muertes por coronavirus a otras causas.

Sin embargo, aun con este “fuerte golpe” en las bases del partido e instituciones públicas, y a más de 80 días desde la confirmación del primer caso de covid-19 en el país, el régimen continúa sin decretar una emergencia, se niega a reconocer que el país está en la fase de transmisión comunitaria, desoye los llamados a la cuarentena, mantiene las clases presenciales y los empleados públicos continúan llegando a las oficinas.

Por otra parte, en contraste con el discurso oficial que insiste en minimizar el innegable avance de la covid-19, Daniel Ortega y Rosario Murillo —que controlan el Gobierno y el partido— permanecen en estricta cuarentena, sin ninguna salida registrada desde el pasado 30 de abril, cuando visitaron el mausoleo de Carlos Fonseca y Tomás Borge, en la antigua Plaza de la Revolución. Tampoco Ortega ha tenido alguna intervención pública desde el pasado 18 de mayo, cuando saludó el 125 aniversario del natalicio de Augusto C. Sandino en su residencia y despacho de El Carmen, y desde ese encierro reiteró su ataque a la campaña cívica #QuédateEnCasa. Murillo, además, continúa desde una línea telefónica, todos los mediodías, convocando a decenas de actividades, sin referirse a la mayoría de estas muertes.

Las muertes en el Frente Sandinista que el Gobierno calla

Entre el dos de mayo y el cinco de junio se han registrado al menos sesenta muertes en el Frente Sandinista. Entre los fallecidos hay siete ligados a las alcaldías como el alcalde de Masaya, Orlando Noguera, la vicealcaldesa de San Pedro del Norte, en Chinandega, y tres exalcaldes y dos exvicealcaldesas de municipios de Managua, Chontales, y la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur (RACCS).

También la Policía Nacional ha sufrido pérdidas de miembros activos y retirados, con seis muertes de las que, al menos dos, están asociadas a la covid-19, aunque oficialmente fueron declaradas por neumonía e infarto.

En la lista también se reportan cinco diputados, de los cuales dos fallecieron por covid-19 y uno por “problemas respiratorios”. Sin incluir al diputado y secretario de Relaciones Internacionales del FSLN, Jacinto Suárez, fallecido el dos de abril, y por tanto no incluido en este conteo que va del dos de mayo al cinco de junio.

En las instituciones públicas igualmente hay más fallecimientos ocurridos en el contexto de la crisis sanitaria. CONFIDENCIAL registró al menos doce, vinculadas también a enfermedades preexistentes, entre ellos el director del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), Orlando Castillo; el director por Nicaragua ante el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Armando Navarrete; el asesor presidencial para la Participación Ciudadana, Rodolfo Delgado Romero; el ambientalista y presidente del Foro Nacional de Reciclaje (Fonare), Kamilo Lara; el director general de Políticas y Estadísticas Fiscales en el Ministerio de Hacienda, Francisco Abea; la presidenta de la Asociación Nacional de Educadores de Nicaragua (ANDEN), Ninet Machado Escobar, y el presidente del Tribunal Aduanero, Tributario y Administrativo, Marlon Brenes Vivas.

Además, un juez suplente, el jefe de Seguridad de los Juzgados, un miembro de seguridad personal del Ministerio de Interior, un delegado del Ministerio Agropecuario (MAG), al menos cinco exmilitares del Ejército Popular Sandinista, y el exembajador de Nicaragua en Irán, Mario Barquero.

Sin embargo, en el grupo en el que más muertes en el Frente Sandinista se han reportado es entre los miembros de sus estructuras, que incluye a secretarios políticos, combatientes históricos, militantes activos, miembros de los Consejos del Poder Ciudadano (CPC) y personas señaladas como paramilitares del régimen.

En total hay 19 personas en los departamentos de Managua, Matagalpa, Masaya, Granada, Chinandega, Madriz y Carazo.

Son al menos nueve militantes de base, dos colaboradores o combatienes históricos en Matagalpa y Managua, cuatro secretarios políticos de Granada, Palacagüina, Somoto y el barrio Liberia, de Managua, y dos paramilitares en Masaya y la Isla de Ometepe, entre otros.

Muertes aumentan en despegue de la curva de contagios

Las muertes de estos colaboradores y aliados del Frente Sandinista han incrementado desde el 20 de mayo, coincidiendo con el inicio de la curva de covid-19, que según proyecciones de epidemiólogos y salubristas independientes ascenderá por cuatro o seis semanas si el Gobierno no actúa.

El exguerrillero sandinista Ricardo Baltodano, que fue preso político por su apoyo a las protestas de la Rebelión de Abril, en 2018, afirma que “nunca se ha dado en Nicaragua un fenómeno como este — por la cantidad de muertes en tampoco tiempo— por las razones que sean”.

Oficialmente, el Gobierno solo admite 1118 casos de covid-19 y 46 muertes. Sin embargo, los obituarios entre familiares y amigos de simpatizantes sandinistas van en aumento.

El exdiputado y exvicecanciller del FSLN, Víctor Hugo Tinoco, considera que “esto va a golpear el liderazgo de los Ortega Murillo en todos los segmentos de respaldo, porque quienes tienen un cargo o un puesto de trabajo se darán cuenta que no pueden seguir arriesgando su vida y la de su familia”.

El opositor que hoy milita en el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), afirma que “los combatientes históricos que han seguido fanáticamente (al Gobierno), empezarán a reflexionar si esto es parte del desprecio con que han sido tratados por doña Rosario Murillo”.

“Con todas las muertes de personajes conocidos o cuadros intermedios del Frente Sandinista, que desafortunadamente han fallecido a causa de covid, uno puede pensar y darse cuenta que efectivamente la membresía del FSLN que siguió ciegamente las direcciones y las recomendaciones del régimen son las primeras víctimas, las víctimas más numerosas”, advierte Tinoco.

“¿Y dónde está el comandante?”

La exministra de Salud en los años 80 y dirigente del MRS, Dora María Téllez, coincide en que “hay una importante cantidad de altos funcionarios del régimen de Ortega Murillo que han muerto” y afirma que “eso no es ninguna casualidad”, porque “obedece a que ellos han sido sobreexpuestos al contagio para satisfacer la voluntad de Ortega y Murillo”, denuncia.

“Hay mucho militante orteguista que se está preguntando qué pasa y la primera pregunta es por qué el comandante Ortega no hace nada, qué está esperando, por qué no mueve nada, por qué no toma una decisión, por qué no actúa, por qué ni siquiera aparece” — Dora María Téllez, exguerrillera sandinista e historiadora.

Si bien aún no hay una reacción visible entre las bases sandinistas que exijan o cuestionen el manejo oficial de la pandemia, a lo interno hay señales que reflejarían “malestar” y desconfianza a la seguridad que trata de vender el Gobierno a nivel nacional e internacional.

“Aún no hay acciones de rebelión significativas”, admite Ricardo Baltodano. “Lo que sí veo es una protesta silenciosa, ya no salen, no hacen nada, muchos (militantes) están en cuarentena, están tomando sus medidas y ese es un mensaje suficientemente claro para la pareja presidencial”, agrega.

Según Baltodano, las reacciones no son visibles porque los empleados públicos y miembros de las estructuras políticas no tienen permitido expresarse en un partido que se refiere a su disidencia como “traidores”.

Tinoco también reconoce que él no ha visto “casos concretos de malestar, pero la realidad es que la pandemia está comenzando”.

“Creo que buena parte de la militancia va a buscar cómo incidir o influir en las próximas semanas. Se van a dar cuenta que no pueden dejarse llevar por consignas, porque hay consignas que llevan al odio y al suicidio” — Víctor Hugo Tinoco, exvicecanciller del primer Gobierno sandinista.

En la militancia sandinista han ocurrido algunos cambios de opinión. El comerciante sandinista Juan Caldera, quien hace semanas menospreciaba el impacto de la covid-19, estuvo 14 días hospitalizado a causa del coronavirus y tras recuperarse le dijo a la periodista, Ana Cruz, de La Prensa: “Estuve a punto de morir por mi descuido, me burlé y sufrí en carne propia el virus. Ahora, solo les puedo decir que tenemos que evitar aglomeraciones, tenemos que evitar vivir la vida de antes, ya la vida cambió y no creo que vuelva a ser igual”.

Téllez también advierte que “en los hospitales hay militantes en fila de espera. Mientras en otros hay ventiladores para un grupo élite en hospitales de la Policía y de los militares. No todos los policías ni los militares tienen acceso. Hay un rango de prioridad de la gente. Esas son las realidades de esos hospitales. Hay un número reservado para la élite”, asegura.

Régimen acumula factura con muertes en el Frente Sandinista

La comandante guerrillera y autora de la serie “Memorias de la Lucha Sandinista”, Mónica Baltodano, considera que la crisis de credibilidad debido a la pandemia es visible. “Uno la puede percibir en las redes sociales. El problema es que no hay muchos cauces para expresarse, porque sigue pesando la represión brutal y el miedo”.

Baltodano afirma que “no podemos esperar que, de los empleados públicos, o funcionarios que dependen de un salario, vayan a salir masivas voces, al menos por ahora”. A su juicio, “la falta de empleo y la brutal crisis económica los mantendrá en silencio”.

“Pegados a su puesto, aunque repudien al régimen”, muchos seguirán “esperando un nuevo sobresalto que modifique la correlación actual y habrá los espacios para la ruptura definitiva”, estima.

Recordó que la adhesión “más suave”, ya fue impactada en abril de 2018, y se desprendió para sumarse a la oposición integrada a raíz de la Rebelión de Abril.

“Mientras no exista una nueva sublevación, o una propuesta alternativa, creíble y unitaria, que tenga un discurso atractivo para esta base, (a este parte) no la veremos expresarse” — Mónica Baltodano, comandante guerrillera y autora de “Memorias de la Lucha Sandinista”.

Tinoco destaca que el proceso de “reflexión” se va a ir profundizando. El exfuncionario no duda que, aunque aún no se exprese, “aquí se está produciendo un desgaste y un debilitamiento de la credibilidad de la pareja Ortega Murillo. Ya no en la sociedad nicaragüense ni en la comunidad internacional, sino que dentro de su propia base porque su propia base está sintiendo que son víctimas de las decisiones de sus dirigentes”.

“El Gobierno está haciendo como que no pasa nada”

A principios de mayo, la comandante guerrillera y exministra de Salud, Dora María Téllez, advirtió en una entrevista en el programa de televisión Esta Semana, que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha engañado a sus partidarios sobre la pandemia. Un mes más tarde, Téllez sostiene que el Gobierno ha mantenido una actitud “totalmente negligente” al no tomar medidas de prevención, y además promover una “estrategia clara, consistente, de propagación de contagio” en la que los principales sobreexpuestos han sido los militantes del Frente Sandinista.

“El resultado es que hay una importante cantidad de militantes y altos funcionarios del régimen de Ortega Murillo que han muerto“, valora la dirigente del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), quien contrasta que la respuesta de Rosario Murillo ha sido omitir la mención de la crisis.

“Calla sobre los muertos en el país y también de su militancia, sobreexpuesta a la pandemia… ni siquiera dan el pésame de sus propias filas“, dijo Téllez en una nueva entrevista con el periodista Carlos F. Chamorro, este siete de junio, que se transmite únicamente en línea debido a la censura televisiva impuesta desde enero de 2019.

Téllez considera que esta actitud negligente del régimen aumenta el desconcierto entre las bases del partido. “Lo que ya se está sucediendo es que la base orteguista se está preguntando: ¿por qué no está actuando el Gobierno de Daniel Ortega?”, afirma, convencida de que hay una “inquetud creciente” sobre lo qué hace y no hace el Gobierno y la verdadera capacidad de respuesta del sistema de Salud.

Sin embargo, Téllez admite que no hay “señales visibles” de este desconcierto, por el control partidario del régimen, pero sí –asegura– “hay comentarios en las familias, con los amigos, en las redes sociales, que muestras la inquietud, irritación, malestar”.

Y agrega: “No se ve aún una fractura, pero hay un caldo de cultivo importante” entre quienes ven a los Ortega Murillo “escondidos para no enfermarse”, pero deben exponer su salud y la de sus familiares por las presiones e irracionalidad del régimen.

Confidencial


VOLVER

Más notas sobre el tema