Falta homologación de protocolos en el manejo de cadáveres por Covid-19

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El Covid-19 no solo ha cambiado la forma de vida de las personas, sino también el tratamiento de los fallecimientos, ya que la posibilidad de contagio persiste aunque no haya evidencia de ello; por ello, el manejo debe realizarse respetando la dignidad de las personas como principio fundamental y las creencias religiosas y tradiciones culturales.

Así lo señala el documento de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), “Manejo de cadáveres en la pandemia del Covid-19”, donde se recogen las estrategias y protocolos que se llevan a cabo en algunos países, además del recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, enfatiza en la falta de homologación de los protocolos aplicados en el manejo de los cadáveres.

A finales de marzo, la OMS emitió el documento: “Prevención y control de infecciones para la gestión segura de cadáveres en el contexto de la COVID-19. Orientaciones provisionales”, el cual señala cuidados e instrucciones tales como la preparación y envolvimiento del cadáver, servicios funerarios, autopsia, limpieza y control ambiental, y entierro.

En caso de que los familiares decidan entierro o incineración, la OMS recomienda consultar las normativas nacionales, además de emitir recomendaciones que van desde instrucciones para los familiares, previo y durante los actos, así como el tratamiento a las pertenencias de los fallecidos pues no considera necesario incinerarlas, pero sí cuidados como el lavado y desinfectado profundos.

En el caso de México, la Secretaría de Salud actualizó la publicación de su Guía de manejo de cadáveres por COVID-19, y señala puntualmente que deben llevarse a cabo la identificación del cuerpo, la notificación al personal que llevará a cabo la preparación y transporte del cadáver, el acercamiento de los familiares antes del traslado, el manejo en la bolsa o el féretro, el entierro inmediato sí esa es la decisión de los familiares, o bien la cremación evitando, preferentemente, la velación.

En Brasil, el Ministerio de Salud ha puesto especial énfasis en la plena identificación de los cadáveres a través del número de registro médico; número de tarjeta del Servicio Nacional de Salud (SNC); o señas que puedan ser identificadas en el cuerpo, con la intención de evitar que sean enterrados o incinerados cuerpos sin identificar; de igual forma, se conmina a la no realización de funerales, pero en algunas ciudades están prácticamente prohibidos.

Uruguay, además de seguir las recomendaciones de la OMS, no prohíbe los velatorios pero sí da recomendaciones para que se lleven a cabo; adicionalmente, como un instrumento para asegurar números reales y la prevención de contagio a los familiares, se solicita que el certificado de defunción consigne si se trata de un diagnóstico de Covid-19, lo cual prevendrá a los mismos sobre las medidas que deben tomar en el velatorio.

En el caso de Estados Unidos o España, si bien se dictan medidas del tratamiento de los cadáveres que se apegan a las recomendadas por la OMS, no hay información suficiente para los familiares ni especificaciones respecto a la realización de funerales y las consecuentes precauciones.


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