Brasil se convirtió en el segundo país con más muertes por COVID-19 y hubo marchas a favor y contra Bolsonaro

Fotos: Sebastiao Moreira y Joédson Alves / EFE
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Brasil sobrepasa las 43.300 muertes por COVID-19 con cerca de 870.000 casos

Brasil, segundo país más castigado por la pandemia, reportó un total de 43.332 muertes causadas por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, con 612 nuevos fallecidos en el último día, mientras que el número de casos confirmados ascendió hasta los 867.624, informó el Gobierno.

El Ministerio de Salud señaló en su boletín diario que en las últimas 24 horas fueron notificados 17.110 nuevos contagios de la enfermedad, que continúa su propagación por este país de 210 millones de habitantes que ha empezado a relajar las medidas de aislamiento, pese a que la curva aún está en fase creciente.

Este domingo, varias ciudades del país, como Sao Paulo, Brasilia o Porto Alegre, registraron manifestaciones de seguidores y detractores del presidente Jair Bolsonaro, en las que no se mantuvo el distanciamiento social recomendado por las autoridades sanitarias.

El número de pacientes curados subió hasta los 388.492, lo que representa casi el 45 % del total de infectados.

Brasil, epicentro latinoamericano de la pandemia, es el segundo país del mundo con más fallecimientos y contagios después de Estados Unidos, aunque la comunidad científica estima que las cifras son mayores debido al enorme subregistro que hay en el país suramericano.

Desde el 26 de febrero, cuando se registró en Sao Paulo el primer caso, el patógeno se ha expandido por todas las regiones del país y ya afecta al 82 % de sus 5.570 municipios, según datos de las Secretarías regionales de Salud.

El principal foco sigue siendo el estado de Sao Paulo, con 10.694 decesos y 178.202 contagios, seguido de Río de Janeiro, que registra 7.672 muertes y 79.572 casos.

También preocupa la situación en las empobrecidas regiones noreste y norte del país, especialmente en los estados de Ceará, Pará, Maranhao, Amazonas y Pernambuco.

Sin haber llegado aún al pico de la curva epidemiológica, muchos estados y municipios iniciaron este mes un plan de desescalada por fases, el cual ha sido criticado por especialistas sanitarios que alertan del peligro de un nuevo repunte.

Desde el inicio de la crisis, la reapertura de la economía es uno de los principales reclamos del ultraderechista Bolsonaro, que desdeña el peligro de la enfermedad, a la que califica de «gripecita», y considera un «crimen» las cuarentenas.

Sin embargo, algunas ciudades también se han visto obligadas en los últimos días a dar marcha atrás en sus planes de desescalada ante el rápido crecimiento de las hospitalizaciones.

Por otro lado, la Fiscalía brasileña anunció hoy que investigará las invasiones a hospitales para pacientes con la COVID-19 y las agresiones a profesionales sanitarios registradas recientemente.

El jueves, Bolsonaro, que ha insinuado que los datos del coronavirus están manipulados, animó a sus seguidores «a buscar una manera de entrar» en los hospitales públicos y grabar dentro con sus móviles para saber si están saturados o no.

Esa polémica se suma otra en torno a la divulgación de los balances que se originó después de que el Gobierno de Bolsonaro decidiera omitir las cifras consolidadas y pasase a informar apenas el número diario de decesos y contagios.

El Ministerio de Salud, comandado de forma interina desde mediados de mayo por el general del Ejército Eduardo Pazuello, después de que sus dos antecesores cayeran en un mes, volvió a publicar todas las estadísticas días después, obligado por un juez de la Corte Suprema.

Radio Monte Carlo


Nueva protesta en Brasil a favor y en contra de Bolsonaro caldea el ambiente durante la pandemia

Simpatizantes y detractores del presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, protestaron por tercer domingo consecutivo en varias ciudades del país, en plena escalada de tensión entre los tres poderes y con la pandemia del coronavirus descontrolada.

Esta nueva jornada de manifestaciones llega en un momento en el que Brasil es el segundo país con más muertes (43.332) y contagios (867.624) por la COVID-19 después de Estados Unidos, y con la mayoría de estados y municipios centrados en una arriesgada reapertura.

Los contrarios a Bolsonaro, reunidos en torno a movimientos sociales, antifascistas y antirracistas, marcharon en Sao Paulo contra la “política genocida” del mandatario durante la emergencia sanitaria y su retórica “autoritaria”.

Los seguidores del líder ultraderechista, quien califica la COVID-19 de “gripecita” y asegura tener de su lado al “pueblo” y las Fuerzas Armadas, volvieron a pedir en Brasilia el “cierre” del Parlamento y el Congreso, y una “intervención militar”.

Aunque estas protestas están lejos de ser masivas como las de 2013 y 2014, sí elevan la polarización en este país de 210 millones de habitantes que lidia al mismo tiempo con una crisis sanitaria, otra política y una económica de efectos aún inconmensurables.

El Bolsonarismo golpea la puerta de los cuarteles

Unos pocos centenares de simpatizantes del jefe de Estado se congregaron en la sede del Comando General del Ejército, en Brasilia, con pancartas como “SOS Fuerzas Armadas”, “Intervención militar con Bolsonaro en el poder” y “Nueva alianza anticomunista”.

El bolsonarismo se concentró frente al cuartel general del Ejército después de que el Gobierno de Brasilia cerrase la Explanada de los Ministerios con el objetivo de evitar aglomeraciones.

Esa amplia avenida donde se concentran los edificios del poder público ha sido el escenario en las últimas semanas de protestas similares que han contado en muchas ocasiones con la participación de Bolsonaro.

Esta vez el capitán de la reserva del Ejército no compareció, pero sí lo hizo, sin mascarilla, el ministro de Educación, Abraham Weintraub, investigado en el Supremo por la difusión de noticias falsas en Internet y por racismo contra el pueblo chino.

Tildados de “antidemocráticos” por la oposición, estos actos pro Bolsonaro son objeto de otra investigación que supervisa el Supremo y que intenta esclarecer la identidad de sus promotores y su fuente de financiación.

Por otro lado, un grupo autodenominado “300 por Brasil”, formado por una treintena de activistas ultras, ocupó el sábado la cúpula del Congreso durante unos minutos y, por la noche, lanzó fuegos artificiales contra la sede del Supremo, en una nueva acción intimidatoria que contó con la connivencia de los policías que patrullaban el lugar.

Algunos jueces del Supremo, entre ellos su presidente, José Antonio Dias Toffoli, condenaron el ataque, mientras que la Fiscalía anunció la apertura de otra investigación.

Hace dos semanas, ese colectivo ultra protagonizó un acto de sesgo neonazi al marchar con antorchas contra el Supremo y que evocó al Ku-Klux-Klan de Estados Unidos.

Bolsonaro, cuyo Gobierno tiene un marcado acento militar y es un nostálgico de la última dictadura militar (1964-1985), mantiene un pulso con los poderes Legislativo y Judiciario, que han suspendido o matizado algunas de sus más polémicas medidas, como la liberación de armas a la población civil.

El mandatario recordó el viernes en una nota oficial que las Fuerzas Armadas están bajo “su autoridad suprema”, según dicta la Constitución, y que éstas “no cumplen órdenes absurdas”, como “la toma del poder”, ni tampoco aceptan “tentativas” por parte de otros poderes basadas en “juicios políticos”.

La declaración se produjo poco después de que un juez del Supremo delimitase las funciones de los militares.

Bolsonaro es investigado en el Supremo por supuestas injerencias ilegales en la Policía Federal y afronta otro caso en la Justicia Electoral que podría anular su triunfo en las elecciones de 2018 por la diseminación de noticias falsas durante su campaña.

Protestas pro y contra Bolsonaro en Sao Paulo

En la ciudad de Sao Paulo, la mayor de Brasil, hubo actos en contra y a favor de Bolsonaro, si bien los primeros contaron con una asistencia mayor, aunque igualmente discreta, debido a la bajada de las temperaturas.

Los detractores del presidente, entre los que también se encontraban aficionados antifascistas del Corinthians y el Palmeiras, el equipo de fútbol de Bolsonaro, se reunieron en la Avenida Paulista y desplegaron una enorme pancarta con la frase “Fora Bolsonaro” (Fuera Bolsonaro).

“Vivimos una amenaza constante contra la democracia en este país. Es importante estar organizados, en la calle, porque solo así impediremos una nueva dictadura en el país”, dijo a Efe Anderson D’Alecio, uno de los coordinadores de la protesta.

Los participantes, escoltados por un fuerte dispositivo policial, también clamaron contra «el exterminio de la población negra», el mismo fin de semana en que ocurrieron dos nuevos episodios de brutalidad policial en Sao Paulo.

En las manifestaciones de este domingo, que también ocurrieron en Porto Alegre y Fortaleza, entre otras urbes, no fue posible mantener el distanciamiento social recomendado por las autoridades sanitarias y transcurrieron de forma pacífica.

El Comercio


Supremo Tribunal brasileño repudia amenazas contra sus integrantes por fanáticos seguidores de Bolsonaro

El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil repudió las amenazas que preconizan y protagonizan hoy partidarios del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro en continuas manifestaciones y actos antidemocráticos.

‘Infelizmente, el sábado por la noche, Brasil experimentó otro ataque contra el Supremo Tribunal Federal, que también simboliza un ataque contra todas las instituciones constituidas democráticamente’, señala el presidente de la corte superior, Antonio Dias Toffoli, en un comunicado.

En esa jornada nocturna provocadores de ultraderecha, seguidores de Bolsonaro, utilizaron pirotecnia y corearon cánticos hostiles contra los ministros frente a la sede del STF, en el centro de Brasilia.

Toffoli alerta que ‘financiadas ilegalmente, esas actitudes han sido reiteradas y alentadas por una minoría y miembros del propio Estado, pese al intento de diálogo que el Supremo Tribunal trata de establecer con todos los poderes, instituciones y sociedad civil, para el progreso de la nación brasileña’.

El STF ‘nunca se someterá, como no lo ha hecho en toda su historia, a ningún tipo de amenaza, ya sea velada, indirecta o directa, y seguirá cumpliendo su misión’, remarca la nota.

Guardián de la Constitución, prosigue el texto, la corte ‘repudia tales conductas y hará uso de todos los recursos, constitucionales y legales, para su defensa, la de sus ministros y la de la democracia brasileña’.

También el domingo, grupos pro Bolsonaro se movilizaron en esta capital y entre los protestantes estuvo el ministro de Educación Abraham Weintraub, quien recientemente pidió enjaular a los 11 magistrados del STF.

Asimismo hubo un acto de adictos del exmilitar presidente frente al capitalino Cuartel General del Ejército, donde portaron carteles con frases como ‘Intervención militar con Bolsonaro en el poder’ y ‘S.O.S Fuerzas Armadas’.

El fiscal general Augusto Aras pidió una investigación sobre incursiones violentas en hospitales del país que, posiblemente, afectaron a profesionales del sector.

‘Si tiene un hospital de campaña cerca de usted, si tiene un hospital público, encuentre una manera de entrar allí y filme’, estimuló Bolsonaro, sin llamar directamente a sus simpatizantes, a través de redes sociales.

De acuerdo con Aras, ‘indudablemente, estas conductas colocan en riesgo la integridad física de los valerosos profesionales que se dedican de forma obstinada a revertir esta crisis sanitaria’ por la pandemia de Covid-19.

Radio Habana Cuba


Brasil: desentierran muertos para hacer lugar en los cementerios

A medida que Brasil se acerca a los 43.000 fallecidos por coronavirus, las autoridades de la metrópolis más grande del país sudamericano han presentado un plan poco ortodoxo para hacer espacio en sus cementerios para las víctimas de la pandemia, desenterrando los huesos de personas sepultadas en el pasado, informa AP.

El servicio funerario municipal de Sao Paulo señaló el viernes en un comunicado que los restos de las personas que murieron hace al menos tres años serán exhumados y colocados en bolsas numeradas, luego almacenadas temporalmente en 12 contenedores que han sido adquiridos para este propósito.

Está previsto que los grandes contenedores metálicos sean entregados a varios cementerios de la urbe en los próximos 15 días. Los restos almacenados en los contenedores eventualmente serán trasladados a un osario público. El superintendente de la oficina funeraria de la ciudad, Thiago Dias da Silva, comentó que los contenedores se han usado en ocasiones anteriores y que son más prácticos y asequibles que construir nuevos osarios.

La ciudad de Sao Paulo es uno de los puntos críticos de la pandemia en la nación más afectada de América Latina, con 5.480 muertes registradas hasta el jueves. Algunos expertos en salud han mostrado su preocupación por una nueva oleada de contagios después de que el alcalde Bruno Covas autorizara una reapertura parcial del comercio esta semana. Una decisión que ha causado aglomeraciones en centros comerciales y el transporte público.

Una situación «preocupante»

El jefe del programa de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Michael Ryan, alertó este viernes que la situación en Brasil sigue siendo «preocupante», aunque reconoció que las tasas de ocupación en unidades de cuidados intensivos se encuentran por debajo del 80 % en la mayoría del país.

Asimismo, expertos sostienen que el pico de la pandemia en Brasil llegará posiblemente en agosto, habiéndose expandido desde las grandes ciudades, donde apareció por primera vez, hacia el interior de la nación.

Los sepultureros que prestan servicios en los camposantos de Sao Paulo también han mostrado su preocupación. Adenilson Costa, quien trabaja en el cementerio más grande de la ciudad, conocido como Vila Formosa, aseguró que su tarea se ha vuelto más ardua durante la pandemia. «Esto no ha terminado, ahora es el momento preocupante y todavía hay gente afuera», señaló Costa haciendo referencia a la reapertura de negocios.

Diario Panorama


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