América Latina y las cuarentenas: entre el aislamiento y la flexibilización

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Por Jesús Mesa

A casi cuatro meses de que la mayoría de los países de América Latina decretaran medidas de aislamiento para prevenir el contagio del COVID-19, el debate sobre abrir las puertas a la flexibilización de las cuarentenas ha aumentado en las últimas semanas. Varios países que fueron aplicados al introducir medidas de cuarentena en un primer momento están abriendo sus puertas a pesar de que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la región es hoy el nuevo epicentro de la pandemia.

Después de meses de encierro, países como Perú, México, Ecuador y Brasil han anunciado distintas medidas de desescalamiento de las cuarentenas. Y si bien cada país ha manejado el impacto de la pandemia de forma distinta, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha leído la premura de estos países por reabrir sus economías, altamente golpeadas, y las invitó a hacerlo de manera “cuidadosa”.

“La suavidad o la eliminación de las medidas de restricción puede acelerar la propagación del virus y abrir la puerta a un resurgimiento dramático y a la propagación a otras áreas adyacentes”, advirtió Etienne, quien invitó a los gobernantes que “se lo piensen dos veces antes de levantar las medidas de distanciamiento social”.

En este momento la región es el foco de contagios en el mundo. Cuatro de los 10 países con mayor número de infecciones diarias son latinoamericanos: Brasil, Perú, Chile y México. Apenas la semana pasada hubo 732 mil casos nuevos en todo el mundo, y de estos, más de 250 mil nuevos ocurrieron en países latinoamericanos.

“Es una preocupación seria que debería servir como una llamada de atención para redoblar nuestros esfuerzos”, aseguró la titular de la OPS.

Los gobernantes de todo el mundo, no solo en América Latina, han tenido que enfrentarse al difícil dilema de reactivar sus economías o alargar por más tiempo las cuarentenas. En España, no hace poco, a pesar del progresivo desescalamiento de las medidas, el presidente Pedro Sánchez tuvo que soportar una gigantesca manifestación en contra del aislamiento por parte de la extrema derecha.

Y mientras aumentan las voces que argumentan que América Latina debería seguir el ejemplo de Europa, expertos aseveran que esto no es tan sencillo. Dicen que primero se debe tener la certeza de que se controle la transmisión y contar con un plan de transición claro y estructurado. La OPS ha dicho que cada nación tendrá que decidir sobre sus propias medidas con base en un “equilibrio” entre la recuperación económica y el número de muertes que esté dispuesta a asumir.

Sin embargo, América Latina, a diferencia de otras regiones del mundo, se sostiene con una economía altamente informal. De acuerdo con cifras recientes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 53 % de los trabajadores de la región trabajan en condición de informalidad. Más grave aún es que, de ellos, el 90 % estarían viviendo en situación de pobreza por cuenta de la pandemia del coronavirus. Ejemplo de ello es que países como México, Colombia, Chile y Brasil hicieron públicos sus balances financieros y de empleo, todos con resultados alarmantes.

“Muchos afrontan un dilema irresoluble, el de morir de hambre o morir por el virus”, subrayaron los expertos de la OIT en la presentación de su más reciente informe sobre el impacto del COVID-19 en el sector laboral.

Este debate es el que también han tenido que enfrentar los gobernantes de la región, a menudo enfrentados con empresarios y líderes políticos por el tema del aislamiento. Las presiones para que los países reabran sus cuarentenas se han intensificado conforme pasan los meses en todos los países de la región, sin excepción. Un debate que no tiene ideología política, de acuerdo con el investigador español Jorge Galindo.

“La tradicional división entre izquierda y derecha con esta pandemia es más bien difusa, algo que ha quedado más evidente en América Latina. No se pueden clasificar las decisiones de los gobernantes en un espectro ideológico determinado, porque este es un problema nuevo, poco explorado por cualquier político occidental en el pasado reciente y que no tiene una división fácil entre coaliciones preconcebidas”, explica Galindo a El Espectador.

Gobernantes como Iván Duque en Colombia o Andrés Manuel López Obrador en México, por citar ejemplos opuestos, han recibido críticas dentro de sus propios movimientos políticos por la forma en que han enfrentado la pandemia. Mientras en Colombia Duque ha optado por un enfoque de prevención por encima del bienestar económico, similar a la aproximación argentina del peronista Alberto Fernández, en México el izquierdista López Obrador ha apostado por una reactivación rápida de la marcha productiva, más cercana a la posición del ultraderechista Jair Bolsonaro en Brasil.

“Más que las preferencias ideológicas, parece que la postura de cada uno de los países depende del carácter de sus líderes”, explica Jorge Galindo. “Incluso dentro de los países, por ejemplo en Colombia, se da la circunstancia de que una alcaldía socioliberal, como la de Bogotá, coincide con la visión de un gobierno conservador”, añade.

Protestas a favor y en contra de la cuarentena

En Argentina, que vive en un aislamiento obligatorio por la pandemia del coronavirus desde el pasado 20 de marzo, en los últimos días se intensificó el debate sobre la cuarentena a raíz de una carta publicadas por académicos que denuncian la existencia de una «infectadura”, pues afirman en el país el «equilibrio entre los poderes ha sido desmantelado» por cuenta de la pandemia.

“No sé quién puede militar a favor de la cuarentena, que es una forma de organización social que destruye la sociedad tal cual la conocemos. Creo que lo que hay es un hartazgo de gente que entiende que la vida tiene que seguir adelante después de tanto tiempo”, afirmó Franco Rinaldi, consultor aeronáutico, quien «creó» el término al diario Perfil.

Horas después de que se diera a conocer el documento, integrantes del Gobierno argentino salieron al paso, como hizo el ministro de Salud, Ginés González García, quien aseguró que esta postura falta al respeto «al esfuerzo de una sociedad».

«Nosotros no somos fanáticos de la cuarentena, a todos nos complicó la vida, nadie es pro-cuarentena, en todo caso somos anti-muerte, no queremos que la gente se enferme, padezca, tan sencillo como eso «, agregó en radio Mitre.

Mientras que, en Panamá, en un momento en el que el gobierno decretó el fin de la cuarentena y ha explorado opciones para reabrir la economía, organizaciones sindicales se han manifestado en contra de esta medida por el temor a un repunte de contagios y muertos por el COVID-19.

«Todos sabemos que el número se va a disparar, tanto de contagios como de muertos, es como tirar todo lo que el pueblo ha sufrido a la basura», dijo a la AFP Saúl Méndez, secretario general del poderoso sindicato de la construcción, Suntracs, el mayor del país.

La cuarentena se levantó por «presiones de carácter económico y por encima de la vida de la gente», añadió.

Hasta el momento solo las medidas de aislamiento social y de cuidado personal han dado resultados positivos en la lucha contra el contagio del coronavirus, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, este mismo organismo ha reiterado en varias ocasiones que esto no es suficiente para controlar la enfermedad, pues debe venir acompañada de pruebas exhaustivas, rastreo de contactos (cuando se verifican contagios) y aislamiento de casos.

El Espectador


Centroamérica, con récords diarios de contagios por COVID-19 ante reapertura económica

La pandemia de COVID-19 se acelera en Centroamérica. Los últimos reportes de Panamá, Costa Rica y Guatemala muestran récords diarios de contagios o muertes, precisamente cuando varios de los países del istmo han reiniciado actividades productivas camino a la “nueva normalidad“.

Los contagios confirmados de la enfermedad suman al menos 29 mil 802 y las muertes 846, de acuerdo con las cifras oficiales de seis países centroamericanos.

Panamá

Con 357 defunciones y 14 mil 609 contagios confirmados, Panamá reportó el miércoles cinco muertos y 514 infectados, la cifra más alta de nuevos enfermos en un día desde que el COVID-19 fue detectado el pasado 9 de marzo en el país, el más afectado en el istmo.

Los expertos dijeron que el 43 por ciento de los 514 casos nuevos corresponde a unos conglomerados identificados en la Ciudad de Panamá, y que también han incidido en el alza de la última semana los 702 contagios confirmados en cuatro cárceles del país, donde se registró ya un fallecido por esa causa.

La subida del miércoles se registró tres semanas después de la apertura del primero de los seis bloques en que ha sido dividida la reactivación productiva del país -parada desde mediados de marzo- y que incluye las ventas minoristas por internet y con entrega a domicilio, los servicios técnicos y la pesca.

La ministra de Salud, Rosario Turner, dijo este jueves que ante el alza de casos concentrados en ciertas áreas se anunciarán en las próximas horas medidas para garantizar el distanciamiento social, aunque descartó que se vuelva a restringir la movilidad por género y a dos horas diarias, como rigió a nivel nacional desde el 25 de marzo y hasta el pasado 1 de junio.

Desde el lunes anterior está vigente un toque de queda nocturno en Panamá, donde el comercio no esencial sigue cerrado, y se abrió el segundo bloque de actividades productivas, que incluye al sector industrial y la construcción de obras públicas, aunque no está claro el número de empresas que ya está trabajando y la Cámara de la Construcción ha pedido al Gobierno que aclare cuáles obras se pueden reiniciar.

Costa Rica

Reconocido internacionalmente por el buen manejo de la crisis sanitaria y el país centroamericano menos impactado por la enfermedad con 10 muertos y mil 157 contagios confirmados, Costa Rica reportó el miércoles 52 nuevos casos, una cifra récord para un solo día.

“Vamos a establecer medidas dirigidas a tratar de impedir que haya más casos en zonas específicas y que se conviertan en transmisión comunitaria“, dijo el ministro de Salud, Daniel Salas.

Costa Rica comenzó el 16 de mayo un programa de reapertura de actividades económicas que se amplió el 1 de junio con una segunda fase, y que incluye gimnasios, restaurantes, cines, museos, cafeterías, tiendas, salones de belleza y otros locales comerciales, pero con protocolos sanitarios y límites de aforo.

Guatemala

El tercer país centroamericano con más muertes por coronavirus, con un acumulado de 143, pero el miércoles registró la cifra récord de 20 decesos en un solo día por esta enfermedad, que ha contagiado a un total de 5 mil 760 personas.

El 33 por ciento de los 20 fallecidos reportados llegaron a los hospitales “ya en un estado en el que era imposible recuperarlos”, además de que la mayoría presentaba enfermedades previas, explicó el presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei.

Giammattei presentó al doctor Edwin Asturias como el director de Comisión Nacional Contra el COVID-19, encargada de organizar el desconfinamiento del país en cuatro fases, que comenzará en una fecha aún no precisada.

Guatemala está en “un momento crítico” por la alta cantidad de contagios en las últimas semanas, ha dicho Asturias.

Honduras, El Salvador y Nicaragua

Honduras, que es el segundo país centroamericano con más muertes por COVID-19 con 239, acumuló al menos 5 mil 690 contagiados hasta el miércoles, cuando hubo 163 casos nuevos y nueve decesos.

Los departamentos de Cortes (norte) y Francisco Morazán (centro) siguen concentrando la mayor cantidad de contagios en Honduras, que inició esta semana la primera fase para la “reactivación económica inteligente”.

Por su parte, El Salvador, que cuenta mil 468 contagios confirmados y 51 muertos, extendió este miércoles hasta el 15 de junio la cuarentena “absoluta”, que limita la salida por su número de identidad para compras esenciales, con lo se prevé también un retraso del proceso de reactivación de la economía sobre el que aún no hay un acuerdo entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Nicaragua, cuyo Gobierno no ha aplicado medidas de confinamiento y aislamiento como recomienda la OMS, lo que tiene preocupados a políticos y autoridades sanitarias nacionales e internacionales, registra oficialmente mil 118 contagios y 46 fallecidos por COVID-19, unas cifras que se elevan hasta 4 mil 217 y 980, respectivamente, según el independiente Observatorio Ciudadano.

López Doriga

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