Eric Calcagno, exembajador y exlegislador argentino: “La integración de nuevos países al Mercosur está bien en tanto haya un proyecto político y la idea de una Patria Grande”

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Entrevista a Eric Calgano, exembajador y exlegislador argentino

Por Denise Godoy, de la redacción de NODAL

Recientemente, el gobierno argentino comunicó a sus socios de Mercosur la decisión de suspender su participación en las negociaciones de tratados comerciales dentro del organismo exceptuando los acuerdos con la Unión Europea y la EFTA (European Free Trade Agreement). En un comunicado, la Cancillería explicó que esta medida forma parte de una política dedicada a la protección del empleo y de las empresas en el contexto de la pandemia. En entrevista con NODAL, Eric Calcagno, exembajador y exlegislador argentino, analiza las principales razones de esta decisión y sus repercusiones dentro del bloque.

¿Qué opina sobre la suspensión de las negociaciones de tratados comerciales en el Mercosur por parte del gobierno argentino? ¿Cuáles son las principales razones de esta medida?

Es absolutamente razonable habida cuenta no sólo del estado en el cual estamos, que es el de la pandemia mundial y en el cual hay otros problemas que atender primero, sino que, yendo más estrictamente a lo que son los tratados comerciales, es ilógico y contraproducente tener acuerdos de libre comercio con economías, como las de Canadá o  Corea del Sur, cuya productividad es mucho más elevada que la de Argentina. Eso lo que va a significar es que vamos a ir a una súper reprimarización de la actividad económica y que el mecanismo de agregación de valor en la economía argentina más importante pasará a ser la fotosíntesis. Lo cual puede ser bueno para la biología pero es muy malo para los seres vivos.

¿Cómo afecta esta decisión al resto de los países del bloque en sus intentos por llevar adelante una mayor apertura económica pese a la pandemia?  

El problema está en que se encaran los acuerdos comerciales sobre la base de presupuestos de mediados del siglo XIX, que ya en su momento eran poco consistentes y que ahora ya han demostrado su total fracaso. Vamos a hacer acuerdos comerciales con países que están en otra etapa de desarrollo y van a ser desiguales. En un momento de pandemia les estamos regalando mercado. No parece a priori una buena idea. Por último, y a los hechos me remito, la Argentina ha firmado tratados bilaterales de inversión con más de 50 países y ninguno de ellos nos ha servido para industrializarnos, para mejorar nuestra productividad, para tener una sociedad más justa y una mejor distribución del ingreso. Por el contrario, sólo han servido para que nos hagan juicio en el CIADI y que los supuestos inversores extranjeros, sobre todo del área financiera, lo único que hagan es ganar cuando ponen la plata, ganar cuando la sacan y hacernos juicio que además ganan. Por lo tanto, es razonable que en este momento también nos interroguemos sobre la pertinencia de seguir perteneciendo a un club que nos tiene como esclavos.

Alberto Fernández ha manifestado su postura en favor de una ampliación del Mercosur. ¿Qué países podrían integrarse? ¿Qué implicancias tendría esta posibilidad?   

La cuestión de la integración de nuevos países en el Mercosur está bien en tanto haya un proyecto político. Si tomamos las mejores prácticas, como le gusta decir a los neoliberales de ahora, de lo que son las integraciones regionales, veremos que Europa fue un proyecto político socialdemócrata y socialcristiano, respondía a la realidad de su continente para sobrellevar y superar las atrocidades y las catástrofes de la Segunda Guerra Mundial. Luego hubo una instrumentación económica que se realizó acorde a parámetros políticos pero cuando lo económico y lo financiero primó sobre el proyecto político, tenemos claramente una Europa con varias velocidades distintas: Alemania y Holanda dicen una cosa, Italia y España dicen otra y el Reino Unido se ha ido. Hay que tener cuidado, las construcciones tecnocráticas piensan que los problemas económicos y sociales tienen soluciones técnicas cuando en realidad tienen respuestas políticas. Está muy bien la idea de integración que propone Alberto Fernández en tanto y en cuanto sea primero un proyecto político, la idea de una Patria Grande y luego una instrumentación económica donde podamos comerciar entre países por sectores (industria automotriz, transporte o infraestructura) y no por ramas: sector primario contra sector secundario y sector agrario versus sector industrial. Esas son cosas que ya se saben pero parece que desgraciadamente hay que volver a repetirlas.


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