El desempleo, la otra pandemia planetaria – El Comercio, Ecuador
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Algunos países han sorteado de mejor modo que otros la pérdida de empleo; el mercado mundial y la economía se han reducido.
El problema demanda respuestas colectivas y solidarias. A tres meses de la ruptura de las fronteras desde Wuhan, China, el virus ha traído aparejada una crisis profunda. Los primeros impactos llegaron por el cierre de aeropuertos, puertos y una estrepitosa caída de las bolsas. Para países como el nuestro, la dependencia del comercio exterior es crucial.
Petróleo, banano, camarones, flores y frutas generan dólares. Pero aunque es complicado establecer parámetros mensurables, puesto que la fecha de los distintos estudios señala resultados diversos, cabe poner en perspectiva las cifras. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que para el segundo trimestre de este año se perderían 305 millones de empleos.
En América Latina, de acuerdo al Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, los datos pesimistas anotaban que 24 millones de latinoamericanos perderían su trabajo. En España se perderían 900 000 empleos. Italia paró los despidos. Reino Unido dio un espaldarazo a los trabajos estables con un fuerte subsidio y lo mismo proyectó la próspera Alemania con 156 millones de euros.
Los datos recientes muestran a Estados Unidos con cifras en verdad alarmantes. 36 millones de desempleados y con tendencia al alza. Chile, con USD 40 000 millones de reservas y capaz de afrontar el impacto pese a la explosión social de octubre pasado, muestra un músculo financiero poderoso. En Perú la pandemia ha causado estragos pero tienen fondos de reserva y sobre todo pueden obtener ayuda de la comunidad internacional. Igual cosa sucede con Colombia.
Ahora bien, el problema no es solo el causado por los empleos destruidos por efectos de la pandemia y los millones de desempleados y subempleados que han crecido. El gran tema es cómo restaurar la economía en todo el globo, las cadenas de producción y de pago.
Habrá empresas que no volverán nunca más, otras se reinventan achicándose, alguna tiene oportunidad. El mercado mundial se ha reducido y la economía también. El problema trae incertidumbre y demanda respuestas colectivas y solidarias.