Coronavirus: a pesar del aislamiento, la UNQ dice presente

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“La UNQ le está poniendo el cuerpo a la pandemia. Tras ver que teníamos las capacidades para ayudar, decidimos dar una mano sin dudarlo. No nos preocupamos en ningún momento por enfermarnos, preferimos contribuir a la sociedad. Creímos que debíamos ser solidarios, es muy movilizante todo lo que pasa”, expresa con emoción Alejandra Zinni, directora del Departamento de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). Desde que comenzó la pandemia la institución puso en marcha un paquete de medidas para combatirla. En ese afán, la semana pasada el equipo que coordina Zinni inició con los primeros diagnósticos. En esta oportunidad, describe el modus operandi desde que reciben las muestras hasta que suben el resultado a un sistema nacional de información unificada; al tiempo que reflexiona sobre el rol de la universidad pública en un contexto de crisis como el actual.

-Esta semana la UNQ comenzó a recibir muestras de Covid-19. A más de un mes del inicio del aislamiento preventivo obligatorio, ¿cuál es el balance?

-El 20 de marzo decidimos comenzar a armar el laboratorio y de allí toda la logística para chequear qué recursos teníamos. Como advertimos que contábamos con el equipamiento para procesar muestras, así como las capacidades humanas y técnicas, pusimos manos a la obra. Realizamos una capacitación en el Instituto Malbrán y otra para aprender a subir los resultados de las muestras al SISA (Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino). Luego certificamos, por un lado, el instrumental abocado a la detección de coronavirus; y, por otro, la cabina de seguridad biológica que se encuentra en óptimas condiciones para operar. Hace unos días recibimos 1500 kits junto a otros insumos y los probamos para corroborar que todo anduviera bien.

-¿Y la indumentaria de protección personal?

-Eso también fue enviado por el Ministerio de Salud, aunque vale destacar que muchos elementos fueron donados. Por ejemplo, las máscaras fueron realizadas con impresoras 3D por miembros de la carrera de Ingeniería en Automatización y Control Industrial; una empresa textil nos acercó barbijos y camisolines, y otra los mamelucos tyvek.

-Con los equipos certificados, las capacitaciones, los insumos de protección personal y los kits solo restaba que llegasen las muestras…

-Previamente, el Boletín Oficial del gobierno bonaerense determinó que la UNQ podía funcionar como un centro de recepción de muestras. A partir de ese momento pasamos a tener nuestro laboratorio operativo y, mediante esta habilitación, comenzamos a recibirlas. Esta semana llegaron en triple empaque, sin riesgo para el que las trajo ni tampoco para nosotros que las recibimos y el entorno cercano en el que nos desplazamos.

-¿De dónde provienen esas muestras? ¿De cualquier centro de salud de Buenos Aires?

-La provincia está dividida en regiones sanitarias y nosotros pertenecemos a la 6ta, que abarca una gran extensión del territorio bonaerense. Con las autoridades correspondientes coordinamos toda la logística para saber de qué instituciones específicas nos llegarían las muestras, en qué forma, cuándo y cómo. Por el momento, la UNQ trabaja con centros de salud que pertenecen al distrito de Quilmes. Las recibimos entre las 9 y las 16 horas, de lunes a viernes y con guardias los sábados. Hacer el corte de recepción en este horario nos da tiempo para organizarnos de una mejor manera. De este modo, si una muestra llega a última hora nos quedamos hasta las 19 y la dejamos acondicionada para determinar su resultado al otro día.

-¿Cuántas calculan que están en condiciones de procesar a diario?

-En principio, nos propusimos procesar unas 40 muestras. Esa cantidad puede modificarse dependiendo de la demanda, seremos súper flexibles. Esta semana recibimos 10 porque solo nos envió un centro de salud, pero de aquí en más la coordinación logística con la región sanitaria estará más aceitada y, de seguro, nos llegarán más. Hay que recordar que nosotros tenemos un equipo “suplente”.

-¿Cómo un equipo suplente?

-Hay otro grupo de investigadores e investigadoras de la UNQ, que está igual de capacitado que nosotros para relevarnos por si algo ocurriese en el procesamiento de muestras. Contemplamos esa situación para que nunca dejemos de cumplir funciones más allá de la coyuntura. Para ser sincera, es más fácil que nos infectemos yendo al cajero a buscar dinero o al supermercado a comprar productos esenciales, que en el laboratorio.

-¡Cuánta organización y planificación! Se nota que son un equipo científico…

-Si hay algo que destacar del Covid-19 es que colocó a los especialistas de todas las disciplinas a pensar muchísimo más rápido. Nuestras investigaciones se desarrollan en otros tiempos, estamos acostumbrados a procesos de largo aliento. La situación nos empujó a una dinámica diferente que es protagonizada, asimismo, por compañeros de mantenimiento y limpieza que vienen a trabajar y le están poniendo el cuerpo igual que nosotros. Incluso, algunos miembros de la Licenciatura en Enfermería se acercaron a la Universidad a vacunarnos para la gripe. Eso también representa un acto inconmensurable, verdaderamente nos emociona.

-Toda la comunidad universitaria orienta sus esfuerzos hacia el mismo objetivo.

-La UNQ le está poniendo el cuerpo a la pandemia. Tras ver que teníamos las capacidades para ayudar, decidimos dar una mano sin dudarlo. No nos preocupamos en ningún momento por enfermarnos, preferimos contribuir a la sociedad. Creímos que debíamos ser solidarios, es muy movilizante todo lo que pasa. Cuando nuestros conocimientos fueron requeridos los pusimos al servicio de la comunidad; de hecho, para eso nos formamos en la universidad pública. Ponemos el cuerpo, la cabeza, el tiempo y el espacio. La cantidad de llamados que recibimos de nuestros colegas que ofrecen su ayuda es muy significativa. La pandemia nos tiene que dejar algo.

Fuente-Universidad Nacional de Quilmes


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