Por unos datos y una información transparentes – El Comercio, Ecuador

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

La pandemia que impacta con fuerza a la provincia del Guayas merece una acción cívica, médica y logística de dimensión nacional.

Para afrontar la cruda realidad, que golpea nuestra salud, la vida de muchas personas y la economía, no hay nada mejor que hablar con datos.

El Presidente pidió transparencia. Por supuesto, la población tiene derecho a la verdad para tomar conciencia. Los funcionarios deben entregar cifras nítidas, evitar contradicciones y superar inconsistencias. Las acciones para lograrlo están en el terreno de los gobernantes.

El Ministro de Salud afrontó una realidad: hay un subregistro por el limitado número de pruebas realizadas. Una de las fórmulas destacadas de los pocos países que tienen cifras bajas de contagiados y fallecidos es el número de pruebas eficaces.

Corea del Sur, Japón, Singapur; de modo ejemplar, Taiwán, y algunos de los países nórdicos, destacan.

Jorge Wated, al frente de la Fuerza de Tarea en Guayas, fue duro. Entre 2 500 y 3 500 personas podrían morir en los próximos meses.

El toque de queda es indispensable y por esa misma razón es que el pedido, mil veces repetido, de quedarse en casa no es ningún juego.
María Paula Romo en entrevista con la televisión lo dijo. Esto puede tardar muchos meses para mejorar.

Por eso se entiende la extensión anunciada ayer. Confinamiento en casa hasta abril, espectáculos públicos aplazados al menos hasta después de mayo. Clases suspendidas. Un sacrificio enorme pero urgente.

El Gobierno debe trabajar en varios frentes y en el menor tiempo posible. Una coordinación eficaz y sólida con los Gobiernos Autónomos Descentralizados. La multiplicación de mensajes confunde.

Por prioridad sanitaria y por la salud mental de las familias de quienes han caído, hay que levantar los cuerpos. Hay que multiplicar esfuerzos y hacer entierros con dignidad.

Si hacen falta féretros hay que llevarlos desde varias provincias a donde se necesitan. La gente dolida merece más acción y menos palabras. Y, desde luego, solidaridad.

El Comercio

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