Gabriel Villalba, analista político: «Ha primado el alineamiento de Áñez con EEUU a la salud de los bolivianos”
Entrevista a Gabriel Villalba Pérez, analista político boliviano
Por Luca Guillén, de la redacción de NODAL
El 10 de noviembre de 2019, un golpe de Estado terminó con la presidencia de Evo Morales, quien tras 14 años de gobierno, tenía 10 puntos de ventaja sobre Carlos Mesa en las elecciones del 14 de octubre. La sublevación de policías y militares, y el posterior ascenso de Jeanine Áñez como presidenta de facto marcaron la vuelta de la derecha al poder. El próximo 3 de mayo deberían realizarse nuevas elecciones presidenciales. Sin embargo, a raíz del coronavirus, se postergó la votación hasta nueva fecha. Para saber qué está pasando en la Bolivia en cuarentena NODAL conversó con el abogado, periodista y analista geopolítico Gabriel Villalba Pérez, quien cuenta que “existe un repudio generalizado de la población a los policías y militares».
¿Cómo se está desarrollando la cuarentena establecida por la presidenta de facto Jeanine Áñez?
La cuarentena establecida por Jeanine Áñez no ha tomado en cuenta la realidad social boliviana. Obviamente que las recomendaciones de la OMS son a nivel global y adoptadas por todos los países del mundo afectados en esta pandemia. Pero se tienen que tomar medidas complementarias acordes a la realidad de cada país. En Bolivia el gobierno de facto no ha tomado en cuenta el comercio informal y la alta cantidad de personas que viven al día. En el sector sanitario, de lo único que se ha encargado es de menospreciar todo el trabajo en el sector realizado por el gobierno de Evo Morales. El gobierno de Áñez debería haber aceptado la ayuda internacional de Cuba, de Rusia y China. No lo ha hecho únicamente por discrepancias de orden ideológico. Ha primado más el orden político y su alineamiento con los Estados Unidos que la salud de los bolivianos. Se han tomado medidas improvisadas, por ejemplo se ha dicho que no se cuenta con centros de salud. Cuando el año pasado, el 17 de junio, Evo Morales promulgó un proyecto de ley en el que se establecía la construcción de 67 hospitales. Los principales sectores que se han opuesto a esta ley han sido el actual ministro de salud del gobierno de facto, Aníbal Cruz, y su principal asesor, el presidente del colegio de médicos Luis Larrea. Dos personajes que han demostrado que primaban sus intereses políticos. No querían en absoluto un mejoramiento del sistema de salud. Sus recompensas políticas han sido estos cargos.
¿Qué rol cumplen las Fuerzas Armadas en la cuarentena siendo las mismas un actor fundamental en el golpe de Estado del 10 de noviembre?
-No todas las Fuerzas Armadas están movilizadas en cuarentena. Dentro del ejército y dentro de la policía, existen estratificaciones. La tropa está movilizada. Los estamentos bajos de la cadena. Los generales y coroneles no se están movilizando para nada. Eso también demuestra el sentido de clase. También hay que pensar en la connotación que tiene mandar a los policías y militares a los lugares en donde han realizado masacres, como por ejemplo Senkata en El Alto. O Como Sacaba. Hubiera sido más conveniente que envíen brigadas médicas a estos lugares para que ayuden a la gente a hacer entender, educar y sociabilizar sobre el riesgo del Covid-19. Obviamente las reacciones de las personas fueron negativas, se lanzaron contra los policías y militares, los repudiaron. Los hicieron escapar de sus territorios. Es parte también de la forma ilógica con la que se maneja el gobierno de facto. Impone el terrorismo de Estado, se han acostumbrado a eso, a imponerse por la fuerza y a gobernar vía decretos supremos, como en las peores dictaduras en Bolivia.
¿Cómo se evalúa el accionar de policías y militares?
Existe un repudio generalizado de la población a los policías y militares. Las Fuerzas Armadas y la policía han cometido abusos, acciones que van en contra de las libertades individuales, y en contra de los derechos humanos fundamentales. Hasta el mediodía se pueden realizar compras en los mercados. Pero quienes van a trabajar son detenidos de la forma más brutal posible. Se los encarcela de forma deplorable. En las cárceles de Bolivia se está pateando gente, golpeándolos y violando los derechos humanos. Hay multas que giran entre los 500 y los 1000 bolivianos por incumplir la cuarentena pero nada de eso sucede, sino que los arrestan por 8 horas y además los golpean. Mellan su dignidad humana. Esto hay que resaltarlo y denunciarlo a nivel internacional porque así se maneja este gobierno de facto, imponiendo el terrorismo de Estado.
¿Qué análisis haces de la gestión del gobierno de facto de Jeanine Áñez?
La estrategia es claramente neoliberal. Debilitan todo lo que el gobierno progresista ha fortalecido para posteriormente privatizarlo. Siempre se ha manejado así y la población se ha comenzado a dar cuenta de ello. Tanto criticaban la corrupción y, en menos de seis meses, han realizado actos grandes sospechados de corrupción . En Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, en Entel que es la empresa de comunicaciones y en la empresa nacional de Hidrocarburos. Al igual que la empresa estatal por cable Mi Teleférico que era emblema mundial de Bolivia. También manifestaron que el satélite Tupac Katari no sirve para nada.. Es propio de gente que durante 14 años han sido oposición y al momento de entrar al gobierno no tienen ni la capacidad ni los recursos ni el intelecto para la gestión gubernamental. Muy similar a lo que ha sucedido en Argentina con el macrismo echándole la culpa al anterior gobierno. Acá cometieron peores actos y debilitando las empresas estratégicas nacional. Con una pésima administración de los sistemas de salud y educación. La gestión que está teniendo el gobierno de facto con esta crisis, le está cobrando una factura. Su incapacidad está siendo develada y sectores sociales de todo tipo están comenzando a cuestionar la deficiente labor en salubridad que realiza. En determinado momento este panorama era propicio para Jeanine Áñez pero ahora le está cobrando una factura política. Está perdiendo el poco capital político que le queda.
¿Qué rol vienen cumpliendo sus aliados el expresidente Carlos Mesa y Fernando Camacho el propulsor del golpe desde el oriente boliviano?
Hay un bloque conservador occidental encabezado por Carlos Mesa con muy poca relevancia. Y está la disputa política en el oriente del país, entre Jeanine Áñez y Fernando Camacho. Que viene a ser la disputa entre dos logias en realidad, entre Los Caballeros del Oriente y la logia Toborochi de Santa Cruz específicamente. Si entendemos que el MAS está con una reingeniería desde lo orgánico en su interna, el bloque neoconservador está perdido ya que no ha podido encontrar un liderazgo más allá de Áñez. Carlos Mesa está totalmente apartado de las decisiones gubernamentales, fiel a su reducto occidental de clase media-alta que también se había desencantado con las acciones que él realizaba. Por otra parte la facción de Luis Camacho, basta con ver su twitter para ver la podredumbre política a la que ha llegado.. Además de haberse revelado la traición que le realizó a su propio compañero de fórmula (Marco Antonio Pumari) cuando lo grabó pactando las aduanas de Potosí. Ya no tiene la más mínima credibilidad. También confesó que su padre, un gran empresario cruceño, había comprado a oficiales del ejército y de la policía para realizar el golpe de Estado en Bolivia. Creo que el bloque opositor está en una crisis de la cual no está pudiendo salir. Y la administración del Estado les está jugando en contra.
Las elecciones programadas para el 3 de mayo se postergaron por la cuarentena y no tienen fecha. ¿Cómo se vivía el clima electoral antes de la cuarentena y cómo se lo vive hoy?
Las últimas tres encuestas, antes de la cuarentena, determinaban que el Movimiento al Socialismo se acercaba a un 40% de preferencia electoral de intención de voto. Esto determinaba la victoria en primera vuelta si se realizaban las elecciones previstas para el 3 de mayo. Porque en Bolivia se requiere del 40% más un voto y una diferencia de al menos 10 puntos porcentuales con respecto al segundo para no acudir a una segunda vuelta. Ante ese panorama Áñez se encontraba contra las cuerdas en términos políticos. Y aprovechó para depurar el padrón electoral, privándoles del derecho al sufragio a, casualmente, militantes del MAS. Con el apoyo de Salvador Romero, presidente del Tribunal Supremo Electoral puesto a dedo por la propia Áñez. Para que estas personas depuradas del padrón electoral no puedan regularizar, inmediatamente convocan a Estado de emergencia. Al igual que se subrogó el monopolio de la campaña electoral. Ya que pidió a todas las fuerzas políticas que por el coronavirus no debían hacerse campañas políticas. Los partidos acataron pero ella repartió barbijos con el logo de su partido político. Entregó alcohol en gel con su símbolo partidario.
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