Lacalle Pou es el nuevo presidente de Uruguay
Luis Lacalle Pou asume como presidente de la República
Con 26 años Luis Lacalle Pou asumió una banca de diputado por Canelones y desde entonces forjó un liderazgo en el departamento que luego extendió a todo el país.
Metódico y los pasos planificados con años de antelación, creó un movimiento propio dentro del Partido Nacional que lo llevó a la Cámara de Senadores y de ahí a soñar con su candidatura a la Presidencia de la República.
Ganó la interna blanca en el 2014 y ese fue su primer intento de alcanzar la el máximo cargo al que puede aspirar un político en Uruguay.
Perdió ese año con Tabaré Vázquez, y tras acusar el golpe rearmó sus filas, se apoyó en los consejos de su esposa Lorena Ponce de León y a poco de recibir el sacudón de las urnas volvió al ruedo con la cabeza puesta en las elecciones de 2019 y los pies a lo largo y ancho del país.
Durante los último cinco años imaginó y trabajó por una coalición de los partidos opositores al Frente Amplio.
Forjó una buena relación con sus “rivales” de la oposición y planificó mes a mes sus pasos hacia ese objetivo.
Volvió a ganar la interna del Partido Nacional y tras las elecciones de octubre de 2019 concretó lo que llamó una “coalición multicolor”, liderada por su partido en alianza electoral y política con los partidos Colorado, Cabildo Abierto, Independiente y De la Gente.
Había concretado el segundo paso para llegar al gobierno, y la segunda vuelta de noviembre le dio la razón.
Tras 20 años en el Parlamento y dos intentos, Luis Lacalle Pou (bis nieto de Luis Alberto de Herrera e hijo del ex presidente Luis Alberto Lacalle Herrera) asume la Presidencia de la República por el período 2020-2025.
Con 46 años (nació el 11 de agosto de 1973) es uno de los presidentes más jóvenes de la historia del Uruguay.
El nuevo gabinete
El nuevo presidente Luis Lacalle Pou optó por tener un gabinete ministerial en el que combina dos perfiles bien definidos en los que predominan lo técnico y lo político.
Habrá siete políticos y seis técnicos que estarán al frente de una cartera a partir de este lunes, que es cuando están previstos los actos de asunción de ministros y subsecretarios de Estado.
En la distribución por lemas, siete de los trece ministerios correspondieron al Partido Nacional (PN), tres al Partido Colorado (PC), dos a Cabildo Abierto (CA) y uno al Partido Independiente (PI). El Partido de la Gente (PG) no quiso ocupar la titularidad de alguna secretaría de Estado pero sí estará en segundo o en tercer puesto de una.
Hay escasez de mujeres en los ministerios. De los trece que existen, en once los titulares serán hombres. Las dos próximas ministras serán Azucena Arbeleche, que conducirá la economía del país, e Irene Moreira que estará al frente de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente. Ana Ribeiro será viceministra de Educación y Cultura y Carolina Ache Batlle acompañará a Ernesto Talvi en Cancillería.
En los demás ministerios sólo hay nombres de hombres. En el Ministerio del Interior estarán Jorge Larrañaga y Guillermo Maciel; en Desarrollo Social Pablo Bartol y Armando Castaingdebat; en Turismo el colorado Germán Cardoso y Remo Monzeglio; en Ganadería Carlos María Uriarte e Ignacio Buffa; en Trabajo, Pablo Mieres y Mario Arizti; en Transporte Luis Alberto Heber y Juan José Olaizola; en Salud Daniel Salinas y José Luis Satdjian; en Defensa estará al frente Javier García y el cabildante Rivera Elgue; en Industria Omar Paganini y Walter Verri.
En la Secretaría y en la Prosecretaría de Presidencia estarán Álvaro Delgado y Rodrigo Ferrés, respectivamente. En cuanto a los perfiles políticos y técnicos que habrá en el futuro Consejos de Ministros se debe a una estrategia del propio presidente electo. Arbeleche, Bartol, Da Silveira y Paganini son los técnicos del PN. En cuanto al PC y a CA sólo hay uno: Uriarte y Salinas, respectivamente.
Los políticos del Partido Nacional que serán titulares de una cartera son Larrañaga, García y Heber. En el PC son Talvi y Cardoso. En CA y en el PI son Moreira y Mieres, respectivamente. Los ministerios que serán totalmente técnicos son el de Ganadería, que tendrá como ministro a Uriarte, referente en agro de Talvi durante la campaña electoral, y como subsecretario a Buffa, asesor en la misma materia pero de Lacalle Pou. En Economía pasa lo mismo con Arbeleche como futura ministra y Alejandro Irastorza como vice.
Las secretarías de Estado que serán sumamente políticas son las de Transporte y Obras Públicas con Heber a la cabeza y Olaizola secundándolo; Vivienda con Moreira como titular y Hackenbruch como vice. Defensa también lo es con García como ministro y Elgue como subsecretario.
«Un gobierno de acción»
A mediados del año pasado, y tras varios días de negociación política con los partidos integrantes de la coalición, Luis Lacalle Pou presentó a su gabinete ministerial. Reunidos en el hotel Dazzler, el presidente electo declaró: «Vamos a participar de un gobierno de acción. El diálogo es siempre necesario, pero llega un momento en que los uruguayos requieren de acción de sus gobernantes», agregó, al anunciar que al otro día comenzaría formalmente la transición con el gobierno saliente.
Un emocionado Vázquez se despidió de su pueblo
Miles de personas se congregaron en el barrio natal del presidente Tabaré Vázquez, a pocos metros de la escuela Yugoslavia, con el club Arbolito, que supo fundar, a sus espaldas y en la inmediaciones del Progreso de sus amores: noche de emociones en el oeste montevideano.
Pocas veces, o ninguna, se recordará una conjunción tan grande entre un gobernante y su pueblo. La plaza Lafone desbordó de hombres, mujeres y niños, para homenajear a uno de los más grandes presidentes de nuestra historia.
La murga «Título viejo» puso música, humor, crítica y fervor y fue precedida por «La Consecuente», murga barrial que desde su nombre, marcó esa conjunción, tan parecida a un abrazo colectivo, que se vivió en la instancia. Tan abigarrada fue la multitud que los elencos carnavaleros tuvieron que estacionar lejos del escenario, para dirigirse entre abrazos y saludos al lugar dónde Tabaré haría su último acto público, rodeado de toda su familia.
Lo precedieron en el uso de la palabra el vicepresidente Rodolfo Nin, quién visiblemente emocionado, agradeció a Vázquez la confianza que había depositado en su persona, no sólo al darle su apoyo en el ejercicio de la vicepresidencia, sino al haberlo designado para que representara a Uruguay en el ámbito internacional como canciller, en momentos particularmente difíciles. Luego, llegó el momento en que habló Tabaré, pronunciando un discurso distinto, lleno de emotividad, carente de cálculo político y de consideraciones menores. Tal vez el mejor discurso que le hubiéramos escuchado a un estadista en un lapso de treinta años.