Perú | Arlette Contreras, congresista electa: “Una de las prioridades del país es la lucha contra toda forma de violencia hacia las mujeres”

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Entrevista a Arlette Contreras, congresista electa de Perú

Por Carla Perelló, de la redacción de NODAL

En 2015 un video viral hizo reconocido el rostro de Arlette Contreras en todo Perú. Fue justo en el momento en el que una marea verde violeta comenzaba a teñir el continente y un grito se hizo escuchar, también en su país: #NiUnaMenos #VivasYLibresNosQueremos. En las imágenes Arlette aparece arrastrada de los pelos por su entonces novio Adriano Pozo, que la golpeó, amenazó de muerte e intentó violarla. Por su historia, se reivindica sobreviviente de violencia machista y alienta a otras a seguir adelante. “Hay que animar a más mujeres a involucrarse en política”, dice cuando aclara que prefiere resaltar esa condición antes que la de congresista electa. En entrevista con NODAL, además, analiza la conformación del Congreso y plantea los desafíos hacia adelante.

Arlette Contreras, activista feminista integrante de Ni Una Menos Perú, asumirá su banca por el Frente Amplio una vez que finalice el proceso de formación del nuevo Parlamento, en julio. El presidente Martín Vizcarra cerró el Congreso y llamó a las elecciones parlamentarias extraordinarias -realizadas el 26 de enero pasado- para hacerle frente a más de un año de crisis político institucional debido a fuertes casos de corrupción. La crisis se desató con más fuerza luego de la renuncia del exmandatario Pedro Pablo Kuzcynski (PPK) acusado de formar parte del “Lava Jato”, la trama de corrupción que ata funcionarios y empresarios en gran parte de Suramérica.

En estas elecciones extraordinarias han habido varias sorpresas, con la salida del Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), partido al que pertenecía el expresidente Alan García, y el ingreso como segunda fuerza del evangelista Frente Popular Agrícola del Perú (Frepap) ¿Cuál es su lectura sobre estos resultados?

La población demandó el cierre de un Congreso deslegitimado y sancionó con el voto a muchos políticos tradicionales que perdieron la capacidad de darle valor a la voluntad y soberanía popular. Esta sanción política generó, a la vez, oportunidad para que nuevas organizaciones políticas (con nuevos rostros políticos) emergieran al escenario actual. Son nueve partidos políticos los que lograron pasar la valla electoral, conformando un Congreso muy fragmentado que requiere de mucho consenso para llevar a cabo las reformas políticas y electorales pendientes, así como para desarrollar las agendas propias de cada agrupación política.

El Frepap no es un partido nuevo, pero nunca tuvo tanto protagonismo político como en las elecciones actuales. El trabajo de bases, la organización, la campaña de propuestas y de contacto directo con la ciudadanía —sobre todo con los sectores más alejados— y el hartazgo de la ciudadanía por los partidos tradicionales los puso en la arena política y sorprendió a muchos, pero a mí no, porque casualmente coincidía en ellos en las calles haciendo campaña, mientras partidos y políticos tradicionales desfilaban con entrevistas en los medios de comunicación de alcance nacional.

¿Cuáles son los desafíos para la izquierda y para los feminismos de aquí en adelante?

Los grandes desafíos vienen en la capacidad de consenso que puedan generar las distintas fuerzas políticas. Teniendo un escenario como este, considero que las posiciones sobre determinados temas como la inmunidad parlamentaria, la prohibición del financiamiento privado a los partidos políticos, la lucha contra la corrupción, entre otros, ganará un espacio importante de diálogo y consenso, pero hay temas como la reforma total o parcial de la Constitución que han marcado posiciones políticas muy distantes.

Sin duda, una de las prioridades del país es la lucha contra toda forma de violencia hacia las mujeres, y el feminismo ha jugado un rol importante para resaltar esta problemática. De hecho, mi objetivo principal y por el que me encuentro participando en política es porque pretendo seguir impulsando la lucha en contra de la violencia hacia las mujeres desde diversos espacios. En este escenario, yo propongo una Agenda Mujer la cual no es incompatible con las posiciones políticas de derecha o de izquierda, puesto que mis propuestas y la lucha es universal, por lo que me siento esperanzada y aguardo con convicción el respaldo de todas las tiendas políticas para sacarlas adelante.

Por otra parte, me preocupa que este Congreso tenga menor representación femenina que la anterior, solo representamos el 25% mientras los hombres representan el 75% en el Parlamento. Es importante trabajar en el fortalecimiento de la participación política de las mujeres, pero además es importante también que la ciudadanía aplique paridad y alternancia teniendo en consideración que las mujeres somos más del 50% de la población peruana. Considero que un mayor número de mujeres en posiciones de decisiones políticas contribuiría a priorizar y atender los principales problemas por los que atravesamos. Eso nos facilitaría, además, el involucrarnos directamente en los asuntos públicos del país. En esa medida, la Agenda Mujer incluye también propuestas como la paridad y alternancia en gobiernos regionales y municipales, la prohibición de la violencia y acoso político contra las mujeres, la prohibición de la apología a la violencia, entre otros.

¿Qué expectativas tiene respecto de las reformas políticas y judiciales y qué cuestiones le parece que no deberían faltar en materia de derechos para las mujeres y colectivas LGBTI+?

La reforma política incluye cuestiones como la inmunidad parlamentaria. Algunos partidos proponen eliminarla por completo, mientras otros consideran que debe ser modificada y reducida a espacios que tengan que ver únicamente a la función parlamentaria.

Otra de las reformas pendientes importantes está en el campo de la lucha contra la corrupción. Se ha planteado que ninguna persona con sentencia condenatoria en primera instancia por cualquier delito doloso pueda postular a cargos públicos, así evitamos en el futuro el mal uso de la inmunidad parlamentaria, por ejemplo, o que muchas personas postulen al Congreso buscando impunidad.

Respecto a la promoción de los derechos de las mujeres, como dije anteriormente, apuesto por una Agenda Mujer. Aun siendo la única parlamentaria virtualmente electa que lleva una propuesta en su integridad para luchar en contra de la violencia hacia las mujeres, espero tener el respaldo de las demás bancadas para sacarlas adelante.

Cuando se lucha contra la violencia hacia las mujeres, debemos centrarnos en solucionar el problema real que no diferencia las afiliaciones políticas o condiciones económicas, sociales o culturales, es simplemente violencia y debe tratársela como tal. Por ello, la Agenda Mujer propone, entre otros, la aplicación de la cadena perpetua para feminicidas, la aplicación de los procesos inmediatos en casos de violencia flagrante, la creación de un subregistro de Reparaciones por violencia de género o la prohibición de la violencia institucional para evitar la revictimización de las mujeres y sancionar a malos oradores de ‘justicia’.

Finalmente, sobre las propuestas de la comunidad LGTBI, y, en mi condición de defensora de los derechos humanos, apoyaré la promoción de los derechos y libertades fundamentales de las personas, y, sobre todo, cuando se trate de reivindicaciones.


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