Gira europea: Alberto Fernández busca el apoyo de Merkel para renegociar con el FMI

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Alberto Fernández se juega a conseguir el apoyo de Merkel para que el FMI acepte renegociar

Por Gabriel Sued

La habitación 523, en el quinto piso del Hotel Regent de esta ciudad, se transformó ayer en una sala de situación en la que Alberto Fernández y sus colaboradores pulieron los detalles del encuentro que el Presidente tendrá hoy con la canciller alemana, Angela Merkel, la figura política con más poder de Europa.

Provisto de carpetas con informes elaborados por la Cancillería, Fernández delineó la estrategia para una cita que podría resultar decisiva para la misión que motivó su gira europea: conseguir el apoyo de las potencias de este continente para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) acepte renegociar la deuda externa de la Argentina, de acuerdo con el programa propuesto por la Casa Rosada.

La batalla se libra en varios frentes a la vez. En la sala de la suite que el Presidente comparte con la primera dama, Fabiola Yáñez, con vista a la cúpula imponente de la Catedral francesa, Fernández se mantuvo en contacto telefónico con Axel Kicillof. Cuando, esta noche, empiece el encuentro con Merkel, programado para las 20 (las 16 de la Argentina), ya habrá vencido el plazo final que estableció el gobernador de la provincia de Buenos Aires para la postergación de los pagos del BP21, un compromiso que pone a la provincia al borde del default.

Para dar solidez al pedido de ayuda y al mensaje de disciplina fiscal que llevará a su encuentro con Merkel, el Presidente estará acompañado por el ministro de Economía, Martín Guzmán. El funcionario llega hoy por la tarde a esta ciudad y mañana viajará a Roma para verse, pasado mañana, con la directora ejecutiva del FMI, la búlgara Kristalina Georgieva, en un seminario organizado por el Vaticano. Antes de la cita con Merkel, se reunirá con Wolfgang Schmidt, secretario de Finanzas.

En una suerte de avanzada, el canciller Felipe Solá visitará hoy al mediodía al ministro de Economía y Comercio Exterior, Peter Altmaier. La agenda del Presidente incluye también encuentros con ejecutivos de las principales empresas alemanas. A partir de las 10.30 recibirá en un salón del hotel a representantes de Allianz, Wintershall, Bayer, Basf, Sap, Merck, Siemens y Mercedes-Benz. Cerca del mediodía, visitará una planta de Volkswagen.

Aunque parte de la atención estará en la provincia de Buenos Aires, en la delegación intentan mostrar calma. «Kicillof no va a hacer nada que no haya hablado con Alberto», sostuvo ayer, contundente, un integrante de la comitiva. En plena negociación, el Presidente evita mostrar las cartas. Un default afectaría de manera negativa la reestructuración de la Nación, reconocen, pero un salvataje también complicaría los planes, contraponen.

Argumentan que, por «efecto demostración», eso obligaría a auxiliar al resto de las provincias, atacando vencimiento por vencimiento, sin alcanzar la tan ansiada «sustentabilidad» de la deuda.

El resultado de la apuesta de Kicillof marcará el ánimo de los integrantes de la comitiva, todavía más que la lluvia y el frío que ayer les impidieron visitar la Puerta de Brandeburgo, a unos 500 metros del hotel 5 estrellas donde se alojan, costeado por el gobierno alemán.

La cita con Merkel es especial porque Alemania es el país europeo con más peso en el FMI. Le sigue de cerca Francia, adonde Fernández llegará pasado mañana para un encuentro con el presidente Emmanuel Macron.

Junto con los otros dos países que incluye la gira (Italia y España), suman un poder de voto de alrededor del 15 por ciento en el organismo, donde la palabra final la tiene Estados Unidos. «Los países de la Unión Europea fueron los que pusieron más reparos al préstamo que el FMI le dio a Macri. Nosotros venimos a decirles que tenían razón», ensayan argumentos en la delegación argentina.

En los encuentros con Merkel y los empresarios, Fernández podría tener que hacer frente a cuestiones espinosas, como las restricciones que impiden el giro de utilidades al exterior de las empresas radicadas en la Argentina y el reclamo de tenedores alemanes de bonos argentinos. El Presidente insistirá en que para normalizar la situación necesita tiempo para reactivar la economía. Su libreto incluye una defensa de la disciplina fiscal y una promesa de «ir ordenando de a poco» la cuestión tarifaria y el envío de remesas a las casas matrices.

El acuerdo entre la UE y el Mercosur también podría marcar un contrapunto. Mientras la Casa Rosada prefiere ir despacio, Alemania es uno de sus principales promotores. No es para menos: la balanza comercial entre los dos países muestra un rojo para la Argentina de US$1300 millones.

La agenda local e internacional

A las 6.30 (Berlín). La jornada oficial de Alberto Fernández comienza con una reunión con empresarios en su hotel de Berlín.
A las 7.30 (Berlín). El Presidente recibe a ejecutivos de la empresa Siemens.
A las 8.30 (Berlín). Está previsto que el mandatario visite la planta Volkswagen.
A las 10.30 (Berlín). El canciller Felipe Solá se reunirá con el ministro de Economía de Alemania, Peter Altmaier.
A las 13 (Argentina). Vence la prórroga que Axel Kicillof les dio a los bonistas para que acepten la propuesta de postergar el pago del vencimiento de capital.
A las 14.30 (Berlín). El ministro de Economía, Martín Guzmán, se reunirá con las autoridades del Ministerio de Finanzas alemán.
A las 15 (Argentina). Vence el plazo dispuesto por el Gobierno para canjear el bono AF20, por $105.000 millones.
A las 16 (Berlín). El presidente Alberto Fernández mantendrá, junto a la comitiva que lo acompaña, un encuentro bilateral con la canciller Angela Merkel y sus colaboradores.

La Nación


La gira presidencial pone el foco en la deuda y evita el acuerdo Mercosur-Unión Europea

La diplomacia argentina logró construir una agenda de tres reuniones bilaterales al hilo que tendrán lugar está semana: Alemania, España y Francia. Pero el lado B de la gira de Alberto Fernández incluye un segundo y complicado tópico: qué va a pasar con el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, firmado por el tándem Jair Bolsonaro- Mauricio Macri.

Antes de partir para Europa, el presidente Fernández y el canciller Felipe Solá accedieron al informe del ministerio de Producción que conduce Matías Kulfas en el que se analizan las consecuencias de una eventual implementación y las críticas de empresarios industriales de pymes. El trabajo también será enviado a los legisladores nacionales, ya que ese tratado -del cual nunca hubo una comunicación oficial, apenas un entrecortado audio de WhatsApp del excanciller Jorge Faurie- debe ser aprobado por los parlamentos de todos los países firmantes.

La posición de las principales autoridades en esa materia en la Argentina es crítica ante el acuerdo. El presidente Fernández, el ministro Kulfas y la secretaria de Comercio, Paula Español, se pronunciaron en contra. Durante la campaña Alberto Fernández había dicho: «Lo que parece un acuerdo condena a la Argentina a un proceso de desindustrialización muy grande. Y lo que necesitamos es levantar las persianas de la industria». Ya como presidente, durante la presentación del Plan Automotriz 2030 argumentó que puede avalar el acuerdo «en la medida en que no afecte a la industria del país». En tanto, para Kulfas, Argentina «se apuró al firmar ese acuerdo» que fue una » muy mala negociación». En cuanto a Paula Español, su posición crítica quedó plasmada en el durísimo documento de Observatorio de Empleo, Producción y Comercio Exterior (ODEP), que advirtió que se podrían poner en riesgo 186 mil puestos de trabajo en el sector industrial.

La dificultad para dar marcha atrás con esta negociación la impuso Bolsonaro al amenazar en reiteradas ocasiones con romper el Mercosur si Argentina se bajaba del TLC con Europa. Es una prioridad de este gobierno que eso no suceda. De hecho, el designado embajador en Brasilia, Daniel Scioli, mantendrá este martes una reunión con Pablo Skaf, presidente de la poderosa cámara de industriales de San Pablo.

En ese contexto, el complejo proceso de separación del Reino Unido de la Unión Europea, que inició el Brexit, es una buena oportunidad para lograr el primer objetivo táctico del gobierno en medio de este brete: ganar tiempo. Los europeos estarán entretenidos en volver a rearmar el entramado comercial con un nuevo y poderoso socio extra comunitario.

Por lo pronto, la agenda de reuniones bilaterales con la Canciller alemana Angela Merkel, el lunes; el jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, el martes; y el presidnete de Francia, Emmanuel Macron, el miércoles; que se producirá tras los encuentros ya realizados con el papa Francisco y el presidente italiano, Sergio Mattarella, y el primer ministro del mismo país, Giuseppe Conte; mostrará la misma metodología que la reunión con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu: comunicación oficial conjunta.

Luego del encuentro con Merkel, Fernández visitará una automotriz alemana. En España, la reunión se coronará con una conferencia de prensa en el Palacio de la Moncloa. En tanto, la visita francesa estará enmarcada en un «almuerzo de trabajo» en el Palacio del Elíseo, brindado por el presidente Macron. Por la tarde, Fernández brindará una conferencia con estudiantes del Instituto de Estudios Políticos de París, Sciences Po.

El objetivo principal de las tres bilaterales es sumar el apoyo de estos países en la negociación con el FMI, en especial de Alemania y Francia, para renegociar los términos de la deuda soberana con los acreedores privados y el organismo.

Desde Europa, Fernández mantiene un seguimiento sobre la negociación que está desarrollando su ministro de Economía Martín Guzmán con los bonistas, la renegociación de la deuda provincial bonaerense que encara Axel Kicillof y la suerte ya sellada del proyecto de » sostenibilidad de la deuda», que este miércoles será sancionado sin problema en el Senado, ya que cuenta con el acuerdo entre el oficialismo y la oposición. «

Alberto Fernández se reunión con la FAO

El presidente Alberto Fernández se reunió este sábado 1 de febrero con Qu Dongyu, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y acordaron trabajar en conjunto para desarrollar acciones concretas para combatir el hambre y la inseguridad alimentaria en el país.

«En la Argentina tenemos un problema alimentario, de hambre y de seguridad y calidad alimentaria, en lo que la FAO tiene mucho para darnos en experiencia, en colaboración, y es lo que venimos a buscar», explicó el mandatario.

En el encuentro, el presidente reiteró que desarrollará «una lucha frontal contra la pobreza, que es la causa central del hambre» en la Argentina.

«La reunión fue muy fructífera. Ambos tenemos la decisión de ponernos a resolver problemas. La FAO es experta en materia de agricultura y nos van a ayudar en aplicar tecnología para los pequeños productores agropecuarios, me interesa mucho esa idea», concluyó el jefe de Estado.

Tiempo Argentina

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