El FMI sentencia una profundización de la crisis social y financiera – Por María Luisa Ramos Urzagaste

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Por María Luisa Ramos Urzagaste *

El Fondo Monetario Internacional publicó su veredicto: el crecimiento en América Latina y el Caribe se ha desacelerado, por tanto ve imperioso realizar reformas estructurales para promover una mayor apertura del comercio y la inversión, estimular la competitividad y abordar las regulaciones demasiado estrictas en el mercado laboral.

Dicho de otra forma, esto implicará afectar los derechos laborales, en una región donde la informalidad en el trabajo es un factor dominante; incrementar la recaudación de impuestos; más privatizaciones; reducir los aranceles, poniendo en mayor riesgo la incipientes industrias y manufacturas nacionales.

Pero el panorama es más lóbrego aun cuando el FMI advierte que «se proyecta que la actividad económica en China y Estados Unidos se desacelere en el futuro» y sumó a esto que «las tensiones comerciales y tecnológicas globales podrían llevar a una desaceleración más rápida a corto plazo. Estas tendencias impactarán a otros países, incluyendo América Latina».

Según sus previsiones, el mayor impacto lo sufrirán los países más expuestos a China o Estados Unidos a través del comercio, los precios de las materias primas y los flujos financieros.

Una caída temporal del 1% en el crecimiento de China reduciría el crecimiento de Chile y Perú—los dos países más expuestos a China—en 0,2–0,3%. Un shock similar en Estados Unidos disminuiría el crecimiento de Costa Rica y México en 0,5%.

«Estos efectos serían mucho mayores si las desaceleraciones en China y EEUU llevan a un endurecimiento de las condiciones financieras en las economías de mercados emergentes, incluyendo América Latina», sentenció el Fondo.

Estos pronósticos no son nada alentadores para nuestra región. Más aún cuando la medicina para enfrentar esos males se generan en esa institución conocida por sus fracasos en los países y capas más necesitadas.

Las movilizaciones y descontento que vive nuestra región desde el sur hasta el norte, todas tienen que ver con las políticas que promueven actualmente las grandes instituciones internacionales financieras, encargadas de preservar el modelo actual de producción capitalista neoliberal.

América Latina y el Caribe, entre la espada y la pared

El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, por ejemplo, involucró al FMI en la grave crisis económica que enfrenta ese país sudamericano. En el caso de Ecuador, el FMI aprobó un paquete de medidas económicas que debían ser aplicadas por el Gobierno de Lenín Moreno, incluyendo la eliminación del subsidio a los combustibles, pero las protestas le hicieron retroceder.

 Brasil por su parte está en compás de espera, luego que el presidente brasileño Jair Bolsonaro entregase al Congreso Nacional un paquete de propuestas en materia económica y estructural de Brasil. Se espera que el próximo año no sea sencillo, pues se teme la explosión social ante esas posibles medidas de ajuste.

En el caso de Paraguay, el panorama no es nada alentador. El país que creció al 4,5% anual en promedio de 2004 a 2017, ahora está en problemas serios, pues ha sido profundamente afectado por sequías e inundaciones. La producción hidroeléctrica fue mermada por los bajos niveles de agua.

Las exportaciones sufrieron como consecuencia de la debilidad económica de Argentina y Brasil, así como de la aguda depreciación del peso. Todos estos choques se extendieron al resto de la economía. Como resultado de esto, según el FMI, espera que el crecimiento de 2019 esté en torno a cero.

Ante tal situación y a pedido del Gobierno, el FMI está ayudando al Gobierno a analizar el problema y desarrollar una estrategia. Pero ya el ente financiero ha adelantado algo de sus recetas, indicando que hay que reducir algunos gastos.

A Perú, el FMI le recomienda que para reavivar el crecimiento en un entorno de creciente incertidumbre, se necesita un conjunto de políticas de amplio espectro que profundicen la resiliencia de Perú ante los shocks y le recomienda hacer reformas estructurales.

Por su parte, el Banco Mundial indica que Nicaragua mantuvo un buen ritmo de crecimiento de 4,6% y 4,7% en 2016 y 2017, respectivamente. Pero, debido a los disturbios sociales y políticos que el país ha experimentado desde abril de 2018, la economía se contrajo un 3,8% en 2018 y según los pronósticos de esta institución, Nicaragua cerrará con una caída del crecimiento a -5,0%.

El FMI, ante dicha situación, dijo que para «abordar los desafíos fiscales de mediano plazo y llevar adelante reformas estructurales —que son inevitables para salvaguardar la sostenibilidad fiscal— requiere obtener un amplio apoyo público».

La directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, dijo sobre Ecuador que «la reforma fiscal presentada recientemente a la Asamblea Nacional ayudará a fortalecer las finanzas del Gobierno y hará que el sistema tributario sea más simple y más favorable al crecimiento».

La crisis económica se está agravando, por eso no se prevén días serenos en el país andino. La gente está en compás de espera, pues aún se ciernen posibles paquetazos económicos y es de temer que se repitan los luctuosos acontecimientos del mes de octubre pasado.

En noviembre de 2019, la Junta Ejecutiva del FMI aprobó un acuerdo para México por un monto de 61.000 millones de dólares. Pero como nada es gratis en este mundo, los directores de dicha organización aconsejan a México aumentar los impuestos subnacionales, entre otras medidas.

El FMI ha subrayado, asimismo, la necesidad de que Pemex avance en la venta de activos no básicos y proporcione planes creíbles para reducir los costos operativos para fortalecer su rentabilidad.

Los burócratas alistan medidas

Punta Cana, que es una de las más bellas playas del Caribe, sirvió para inspirar el pasado noviembre a los gobernadores de bancos centrales, ministros de finanzas y superintendentes de bancos de Centroamérica, Panamá y de la República Dominicana (CAPDR) y funcionarios del FMI.

Los burócratas se reunieron para considerar las perspectivas económicas de la región y dialogar sobre medidas de política necesarias para abordar los problemas estructurales principales que enfrenta la región.

Los participantes coincidieron en que «los principales riesgos externos a las perspectivas de CAPDR son un endurecimiento de las condiciones financieras globales y una mayor escalada en las tensiones comerciales mundiales. Además, dado que la región está altamente integrada con EEUU, CAPDR sigue siendo vulnerable a los acontecimientos económicos y políticos de los Estados Unidos».

Interesante notar el vocabulario utilizado, manipulador, por cierto, como el hecho de calificarse como «altamente integrados a los EEUU», cuando en realidad se trata de ser una región con una alta dependencia de EEUU.

En cuanto a Haití, el FMI encomendó que para lograr la estabilidad macroeconómica se le otorgaría un préstamo, pero recomendó medidas para «el control de gastos». Esos encargos no auguran buenos días para la sufrida Haití.

El FMI empobrece

Las políticas de esta avejentada institución han sido severamente cuestionadas durante décadas por ser causantes de mayor pobreza porque empeora la distribución del ingreso al afectar las políticas sociales que cualquier Estado está en el deber de promover.

Las preocupaciones se refieren a que los préstamos que otorga, están atados a medidas conocidas como «ajuste estructural», que incluyen lo que ellos denominan «austeridad».

Cuando el FMI sugiere evitar el gasto excesivo, en realidad se refiere a que los gobiernos deben reducir el gasto social, que puede implicar gastos en salud o educación. Otra área conexa a estas medidas es la eliminación de controles de precios y subsidios estatales; la privatización o desinversión de empresas estatales.

Este ente financiero defiende de manea acérrima los derechos de los inversionistas extranjeros, en detrimento de la iniciativa privada nacional. Esto implica el imponer medidas tales como el eximirles de reinvertir en el país y de transferir tecnología y conocimiento.

Las recetas del FMI como parte la institucionalidad del llamado Consenso de Washington ya fueron probadas en Latinoamérica desde hace muchos años y no contribuyeron a la prosperidad de la región porque provocan la desindustrialización, el endeudamiento, empobrecimiento y rezago.

No obstante, parece que poco hemos aprendido de la historia. Pues hoy día está obsoleta institución continúa implementando sus recetas que son aplicadas por gobiernos serviles y burócratas dóciles.

En tanto exista el FMI como instrumento clave para sostener el actual modelo económico y que responde a los intereses de los EEUU y de las corporaciones transnacionales, ocurrirá que, aunque cambiemos cada año los gobiernos, el problema del empobrecimiento y la desigualdad continuará creciendo.

Mientras tanto, en los pequeños Estados insulares del Caribe que albergan una población de 43 millones, incluidos 12 millones de niños y adolescentes, están ahora entre los más vulnerables del mundo al ser expulsados de sus hogares por la sequía, las tormentas y las inundaciones, eventos que están aumentando en intensidad y frecuencia debido al cambio climático y al calentamiento del planeta.

* Boliviana, ex embajadora de Bolivia en Rusia y España y ex Vicecanciller del gobierno del presidente Evo Morales.

ALAI


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