El FMI inició su visita al país en medio de masivas marchas de rechazo

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El kirchnerismo y la izquierda marcharon en repudio a la visita del FMI

Con ollas populares en el Obelisco y una marcha hasta las oficinas porteñas del Fondo Monetario Internacional (FMI), la izquierda y el kirchnerismo realizaron dos protestas en repudio a la llegada al país de una delegación del organismo multilateral de crédito, en vísperas de una nueva negociación sobre los vencimientos de la deuda. La Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) se movilizó para «acompañar» la posición del Gobierno.

El Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y el Frente Darío Santillán son parte de las once organizaciones sociales y políticas que se concentraron en el Obelisco, en el cruce de las avenidas 9 de Julio y Corrientes, para rechazar la llegada de una nueva misión del FMI.

Al mediodía los manifestantes emprendieron su marcha hacia las oficinas porteñas del FMI, ubicadas en Paraguay y 9 de Julio. Las organizaciones de izquierda realizaron ollas populares bajo la consigna, «Fuera el FMI, la deuda es con el pueblo!» y remarcaron que su reclamo pasa por la «suspensión del pago» de las obligaciones que Argentina tiene con el FMI y la puesta en marcha de una investigación sobre los fondos que reclaman los acreedores.

Foto: Noticias Argentinas
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«Las riquezas que producimos se tienen que destinar a políticas públicas para favorecer el acceso a la tierra y la vivienda de las familias más pobres, mejorar las condiciones de habitabilidad en nuestros barrios y para que no haya ninguna piba ni pibe que pase hambre», postularon entre muchos otros reclamos.

Mientras que el ministro de Economía, Martín Guzmán, exponía ante los diputados sobre los términos de una nueva negociación de plazos con el FMI, agrupaciones sociales y politicas se concentraron frente al Congreso Nacional. La movilización inició a las 17 y partió desde el centro porteño hacia el Congreso.

La Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) se movilizó para «acompañar» la posición del gobierno en cuanto a que «el pago de la deuda es insostenible». La concentración de la UTEP se realizó a las 16 en la intersección de las avenidas Independencia y 9 de Julio, y luego comenzaron a marchar al Obelisco. Junto a la UTEP se movilizaron también la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), ATE, CTA Autónoma, Barrios de Pie, la CCC y el Frente Darío Santillán, entre otras organizaciones.

Foto: Noticias Argentinas
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Por su parte, el Frente de Izquierda y los Trabajadores (PTS, PO y MST) también se concentró en 9 de Julio y Avenida de Mayo, bajo la consigna «Llega la misión del FMI-Malvenidos» y en rechazo al «pacto Gobierno-oposición».

Como parte de una jornada nacional, las movilizaciones en rechazo a la presencia de la delegación del FMI en la Argentina se replicaron en distintos puntos del interior del país, como fue el caso de las ciudades de Córdoba y de Mar del Plata.

Ámbito


El FMI inició la visita técnica para avanzar en el diseño de un nuevo programa

La extraña coincidencia quiso que el mismo día que llegaba la misión técnica del Fondo Monetario Internacional ( FMI) al país, luego de más de seis meses, el ministro de Economía, Martín Guzmán, hiciera su primera presentación ante el Congreso y detallara algunos lineamientos de lo que sería su programa económico. De la exposición se pudieron inferir una similitud y una contradicción que tendrá el equipo económico con los representantes del Fondo. Se aplicarán grandes quitas en la reestructuración de la deuda privada, como generalmente pide el FMI, pero no se llegará de forma rápida al equilibrio fiscal, una condición que está en el ADN del organismo.

La comitiva del Fondo, encabezada por Julie Kozak, directora adjunta del Departamento para el Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, jefe de la misión del FMI para la Argentina, se quedará una semana en el país, luego de extender el viaje, que iba a ser originalmente de dos días. Durante la estadía, el equipo se reunirá con funcionarios del Ministerio de Economía, el Banco Central y otras instituciones económicas gubernamentales, según señalaron fuentes del Fondo.

Ayer comenzaron sus reuniones en el Palacio de Hacienda, donde planean estar la mayor parte del tiempo. Se juntaron con Guzmán y con el secretario de Hacienda, Raúl Rigo. El objetivo es avanzar en el diseño de un nuevo programa, luego de que el anterior quedara trunco tras la crisis financiera desatada nuevamente luego de las PASO. En ese mes fue la última visita del equipo técnico del organismo, entonces encabezado por el italiano Roberto Cardarelli.

«La misión también será una oportunidad para aprender más sobre la estrategia de las autoridades para abordar la situación de la deuda de la Argentina», dijeron en el FMI. Recién al finalizar la visita se espera que el staff emita un comunicado sobre los resultados de la misión.

Pocos días después, Guzmán se reunirá con la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, en el marco de las reuniones del G-20 en Arabia Saudita. Allí viajarán también el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y el embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Argüello.

Si bien todavía no hay información oficial sobre la negociación de la deuda, Guzmán dejó saber ayer en el Congreso que se aplicarán grandes quitas de capital. Lo hizo al decir que «es necesario que haya una reestructuración de la deuda profunda» y que «habrá frustración por parte de los bonistas».

Históricamente el FMI fue partidario de aplicar quitas en las reestructuraciones de deuda, una forma de asegurarse que el organismo cobrará por el préstamo desembolsado, aunque lo haga postergando los plazos.

Donde no se esperan coincidencias es en el sendero fiscal. Según adelantó el ministro, su escenario «factible» y «realista» es llegar al equilibrio primario recién en 2023, cuando en el programa anterior se esperaba lograr superávit este año.

Guzmán le dio la bienvenida a la comitiva del FMI con un discurso duro en la Cámara de Diputados. Dijo que el Fondo hizo el préstamo más grande de su historia, pero que no se utilizó «para aumentar la capacidad productiva del país», y lo hizo «responsable de la crisis de deuda y económica que la Argentina está viviendo».

Agregó luego que, si bien «todavía hay un trayecto largo por recorrer», el cambio de conducción en el Fondo, «en un contexto donde la situación estaba ‘bien caliente’, fue refrescante», en referencia al reemplazo de Christine Lagarde por Georgieva y al anuncio de que David Lipton, subdirector gerente, dejará su cargo a fin de mes.

Guzmán, que ya se reunió con Georgieva en dos oportunidades -en Nueva York, antes de asumir como ministro, y en Roma, hace una semana-, dijo que «se viene trabajando de forma constructiva» con el FMI y que hay «un creciente entendimiento mutuo», ya que en cada reunión «se hacen progresos».

«En el programa del anterior gobierno, se cumplió con todo lo que había que hacer, que era austeridad fiscal y contracción monetaria en un contexto de recesión, bajo la idea de que eso iba a generar una restauración sobre la confianza y el mundo iba a volver a creer en la Argentina y le iba a prestar de nuevo a tasas bajas, que no lo eran. Pasó lo contrario, se socavó la confianza, aumentaron las dudas. Porque vieron que cada vez que el FMI estuvo en la Argentina, se profundizaron los problemas», comentó el ministro.

La Nación


Guzmán: «No vamos a permitir que los fondos extranjeros nos marquen la política económica»

La exposición del ministro de Economía, Martín Guzmán, en la Cámara de Diputados abundó en las consideraciones que tanto el propio funcionario como el presidente Alberto Fernández han manifestado desde antes del 10 de diciembre. Se podría decir que esas posiciones forman parte de los «lineamientos del análisis de sostenibilidad de la deuda pública de la Argentina», que era lo que el Palacio de Hacienda había prometido cuando dio a conocer su cronograma de acción para febrero y marzo. Pero no emitió una palabra sobre la manera puntual como el gobierno espera negociar con los acreedores privados y con el FMI.

Con todo, la exposición de Guzmán no saldó el principal problema que enfrenta la Argentina en relación a su deuda: si los bonistas rechazan la propuesta concreta de canje de deuda, ¿se irá al default? El antecedente de lo sucedido con el bono AF20, reperfilado hasta septiembre, es un alerta porque la postergación equivale a un cambio unilateral de las condiciones contractuales.

El ministro Guzmán hizo gala de un acto de presencia, advirtió que el gobierno no va «a permitir que fondos de inversión extranjeros marquen la pauta de la política macroeconómica» y remarcó que, en el proceso de renegociación de la deuda externa, «la sociedad argentina está primero».

Conviene recordar que declaraciones de este tenor fueron ya emitidas por Guzmán en anteriores oportunidades, sin mostrar éxito en su cometido, concretamente lograr que los bonistas, inversores y especuladores se avinieran a canjear sus tenencias del bono AF20. Algo similar sucedió con la propuesta del gobierno de la provincia de Buenos Aires de postergar el pago del primer vencimiento de capital del bono BP21, pasándolo de enero a mayo.

«Los detalles sobre la negociación no se adelantan para proteger a la sociedad argentina, y porque estamos en una negociación justamente», dijo Guzmán. La Ley de Sostenibilidad de la deuda pública le da al gobierno carta blanca para hacer y deshacer las propuestas a los acreedores a partir de la cesión de poderes desde el Congreso.

El ministro expuso durante una hora ante representantes de la CGT, empresarios, miembros de la Iglesia y funcionarios nacionales, provinciales y hasta intendentes. La variedad del público que lo escuchaba –además de los diputados- habla del nivel de consenso que pretende alcanzar el gobierno en relación a este tema.

El ministro habló en el marco de una sesión especial, ante un recinto casi a pleno -se registraron unas treinta ausencias- y en la que la mayoría de los bloques opositores tuvieron la posibilidad de formularle preguntas, más allá de las que le habían adelantado por escrito. El ministro se comprometió a contestarlas por la misma vía.

La sesión especial transcurrió mientras afuera del Congreso se desarrolló una masiva movilización cuya consigna principal fue «Fuerza Alberto, la deuda es con el pueblo» y que buscó respaldar al gobierno en esta pulseada con los acreedores. Casi a la misma hora, otra masiva movilización se dirigió a Plaza de Mayo aunque con duras críticas al gobierno.

Asimismo, Guzmán llegó al Congreso tras un breve encuentro formal con los enviados del Fondo Monetario que arribaron este mismo miércoles a la Argentina para auditar las cuentas públicas. El FMI quiere conocer cuál es el plan del gobierno para solucionar el problema de la deuda y cuál es su plan económico.

En el cierre de su ponencia, el ministro dijo: «Es hora de dar vuelta la página y decirle nunca más a los ciclos de endeudamiento. Hay que acabar con esto para vivir en una Argentina tranquila y con oportunidades», aseveró y remarcó: «Nunca más a los ciclos de sobreendeudamiento. Nunca más a ciclos que destruyen oportunidades».

Frases

«En los últimos 2 años, 465 mil argentinos entraron en situación de indigencia, y la pobreza aumentó del 28,6% al 35,4%».

«El país tiene una carga de deuda insostenible. Esto es la consecuencia de un esquema económico que estuvo muy lejos de ser exitoso, el colapso de ese esquema».

«Argentina accede al mercado de crédito internacional en 2016 y se vende esta idea de la lluvia de inversiones y la realidad está a la vista: nada de esto ocurrió. Vino deuda pero nunca llegó la inversión productiva».

«El horizonte que buscamos es consistencia macro económica, dinamismo, crecimiento e inclusión social».

«Es condición necesaria para romper una dinámica de recesión que se profundiza, sacarse de encima esa carga de deuda que no se puede pagar».

«El préstamo más grande de la historia del FMI se utilizó para pagar deuda y para financiar la salida de capitales».

«El FMI también es responsable de la crisis que la Argentina tiene».

«No se cumplieron los objetivos del programa con el FMI: no ayudó a estabilizar. Pero sí se cumplieron las premisas. El gobierno anterior hizo todo lo que pedía el Fondo».

«Está claro con estos números que es necesaria una reestructuración de la deuda. Va a haber frustración de los bonistas».

Tiempo Argentino

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