Los compromisos aprobados en la XIV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe

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Países de América Latina y el Caribe aprobaron el Compromiso de Santiago que busca acelerar esfuerzos para cumplir la agenda regional de género

Los países de la región reunidos en la XIV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe en Chile aprobaron hoy el Compromiso de Santiago que establece “tomar todas las medidas necesarias para acelerar la efectiva implementación de la Plataforma de Acción de Beijing y de la Agenda Regional de Género, fortaleciendo la institucionalidad y la arquitectura de género a través de la jerarquización de los mecanismos para el adelanto de las mujeres y de la transversalización de la perspectiva de género en los diferentes niveles del Estado”.Esto se logrará, dice el acuerdo, “incrementando, de acuerdo con las realidades, capacidades y legislaciones nacionales, la asignación de recursos financieros, técnicos y humanos, la presupuestación con perspectiva de género, y el seguimiento y la rendición de cuentas, con miras a reforzar la aplicación de políticas de igualdad en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.Entre los 48 puntos del Compromiso de Santiago se destacan acuerdos para erradicar la violencia de género, otorgar acceso universal a servicios de salud integrales, incluidos los servicios de salud sexual y reproductiva, fomentar la participación laboral de las mujeres en áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, implementar políticas y programas que contribuyan a un envejecimiento saludable y activo, que incluyan la perspectiva de género, reducir la brecha salarial y aumentar la representación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones a fin de alcanzar la democracia paritaria, entre otros.Los países también se comprometieron a “implementar políticas contracíclicas sensibles a las desigualdades de género para mitigar los efectos de crisis y recesiones económicas en la vida de las mujeres, y promover marcos normativos y políticas que dinamicen la economía en sectores clave, incluido el de la economía del cuidado”, así como a “integrar la perspectiva de género en las políticas nacionales de adaptación al cambio climático y mitigación de sus efectos, reconociendo sus impactos diferenciados en las mujeres, las adolescentes y las niñas”.“Hoy la realidad que vive nuestra región nos interpela y nos convoca a avanzar con paso mucho más firme hacia el fin de las desigualdades, porque tenemos muy claro lo que queremos: Queremos igualdad, que no se haga nada sobre nosotras, sin nosotras. Queremos un mundo sin feminicidio, sin violencia, con igualdad en materia de salarios, en materia económica”, dijo Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en la sesión de clausura. “Llegó la hora de cambiar el esquema de género en nuestros países y terminar con el patriarcado como modelo de sociedad. Llegó la hora de abrir el camino a la paridad en todas sus formas y escenarios”, subrayó la máxima representante de la CEPAL.Durante su intervención, Isabel Plá, Ministra de la Mujer y la Equidad de Género de Chile, señaló que “hemos logrado un importante avance con el Compromiso de Santiago, el cual representa un gran paso en la agenda regional de género con acuerdos que esperamos impulsen cambios para las mujeres de América Latina y el Caribe, ya que sin cerrar las brechas sociales, económicas y políticas que aun afectan a las mujeres, no cruzaremos la puerta del desarrollo sostenible”. Plá asumió la Presidencia de la Mesa Directiva de la Conferencia hasta la realización de la próxima edición en Argentina en 2022, según el acuerdo de los países.María-Noel Vaeza, Directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, destacó que “en estos tres días hemos atestiguado cómo en América Latina y el Caribe se han dado importantes avances hacia la igualdad de género. Aun así, queda mucho por hacer. Las mujeres no podemos esperar más. El Compromiso de Santiago, resultado de esta Conferencia, debe ser la hoja de ruta que le permita a la región reconocer y saldar la deuda que los países contrajeron en Beijing hace 25 años con las mujeres y las niñas, para avanzar de manera conjunta en la consolidación de la Agenda de Género”.Al encuentro, organizado por la CEPAL con apoyo de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), asistieron representantes de 33 Estados Miembros y 6 miembros asociados de la CEPAL, 365 organizaciones de la sociedad civil, 14 agencias, fondos y programas del sistema de las Naciones Unidas y 11 organizaciones intergubernamentales. Se destacó la participación de los Vicepresidentes de Colombia, Costa Rica y El Salvador, además de una veintena de ministras de la Mujer y altas autoridades de los mecanismos para el adelanto de las mujeres de la región.La Mesa Directiva de la Conferencia Regional quedó compuesta por Chile en la Presidencia y por Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Granada, Haití, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Vicente y las Granadinas, Suriname y Uruguay, en las Vicepresidencias.Cepal


Alicia Bárcena: «América Latina necesita más mujeres para crecer económicamente»

El estancamiento económico que sufre Latinoamérica y su repercusión en el gasto social de los países pone en peligro los avances que ha hecho la región en materia de igualdad de género, alertó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

«La región está creciendo menos, a la vez que se incrementan las desigualdades y la pobreza aumenta. Todo esto plantea una situación compleja en lo que respecta al gasto social y, sobre todo, a las políticas que repercuten en la vida de las mujeres», dijo la secretaria ejecutiva del organismo de la ONU, Alicia Bárcena.

La región latinoamericana creció solo un 0,1 % el año pasado, lastrada principalmente por la situación de sus tres grandes economías: México, Brasil y Argentina. Las proyecciones de crecimiento para este año, si bien mejoran con respecto a las cifras de 2019, no son muy prometedoras.

La Cepal estima que el crecimiento en Latinoamérica podría llegar hasta el 1,3 %, lo que situaría al período 2014-2020 como el de menor crecimiento para la región en las últimas siete décadas. «Casi todos los países están bajo tremendos ajustes fiscales y recortes muy importantes en sus presupuestos», aseguró Bárcena durante la presentación del informe ‘La autonomía de las mujeres en escenarios económicos cambiantes’, en la XIV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.

Para la secretaria general, la región ha hecho «importantes avances» en los últimos años, pero no los suficientes: «Los motores y niveles de crecimiento en la región no han sido suficientes para crear las condiciones favorables para lograr mayor autonomía económica de las mujeres y superar las brechas de género en el mercado laboral», agregó.

Mujeres

La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe  de las Naciones Unidas, Alicia Bárcena (d), y la ministra de la Mujer y la Equidad de Género de Chile, Isabel Plá (i)

Foto: Efe

ALTA DEPENDENCIA ECONÓMICA DE LA MUJER

El número de mujeres sin ingresos propios se redujo del 41 % en 2002 al 27,5% en 2018, sin embargo, este último porcentaje sigue siendo superior al de los hombres en la misma situación (13,1%) e implica que cerca de un tercio de las mujeres de la región depende totalmente de otros para su subsistencia, según el documento.

A esto se suma el hecho de que las mujeres están sobrerrepresentadas en la población en situación de pobreza y que el promedio regional del índice de feminidad de los hogares en situación de pobreza subió de 105 mujeres por cada 100 hombres en 2002 a 113 mujeres por cada 100 hombres en 2018.

Las mujeres, por el contrario, están subrepresentadas en los campos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, lo que limita sus posibilidades de una mejor inserción económica y un menor acceso al crédito.

El informe indica que el monto total de crédito vigente de las mujeres equivale a un 57 % del monto de los hombres en el caso de Chile, a un 67 % en el caso de Costa Rica y a un 59 % en el caso de Guatemala. «Aquellos países con menores niveles de pobreza tienen mayores índices de feminización de la pobreza, como Chile, Uruguay, Costa Rica o Panamá. No basta con bajar la pobreza si no lo hacemos con un enfoque de género», indicó Bárcena, quien urgió además a acelerar la implementación de políticas públicas que reconozcan el trabajo doméstico y de cuidado no remunerados y que promuevan la corresponsabilidad.

Según el informe, las mujeres de la región dedican diariamente el triple del tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados. «Debe analizarse la interacción entre las políticas macroeconómicas, productivas, de innovación, climáticas y de empleo con las políticas de cuidados, de educación, de migración, de salud y de erradicación de la violencia contra las mujeres, y avanzar para superar estos desafíos de forma conjunta», concluyó la secretaria.

Por su parte, la secretaria general Iberoamericana (Segib), Rebeca Grynspan, aseguró que “todos los estudios dicen que si hubiera condiciones iguales en salarios y en participación de la población económica activa, los países tendrían hasta un 14 % más de producto interior bruto (PIB) de lo que tienen ahora” que apenas creció un 0,1 % en 2019.

Para 18 millones de mujeres en América Latina su trabajo asalariado es el doméstico y no tienen iguales condiciones al resto de profesiones ni protección de la ley

Incorporar a las mujeres, única solución

Para la exvicepresidenta de Costa Rica, “no hay ninguna otra intervención (para solucionar el nulo crecimiento) que dé tanta rentabilidad como incorporar a las mujeres mucho más al mercado laboral”.

Según un estudio presentado esta semana por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el número de mujeres sin ingresos propios se redujo hasta el 27,5% en 2018, lo que implica que cerca de un tercio de las mujeres de la región depende totalmente de otros para su subsistencia.

Grynspan alertó además de que la situación económica de la región puede traducirse en “menores oportunidades de empleos y salarios”, especialmente para las mujeres, “que tienden a sufrir mucho más por ello al estar en sectores muy vulnerables o de baja productividad”.

Retraer los servicios sociales, recarga para las mujeres

“Además, si se retraen los servicios sociales, eso es una recarga sobre las mujeres“, agregó Grynspan, que viajó a Santiago de Chile para participar en la XIV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.

La Cepal estima que el crecimiento en Latinoamérica podría llegar hasta el 1,3 %, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó este miércoles su previsión hasta el 0,9 %, lo que situaría al período 2014-2020 como el de menor crecimiento para la región en las últimas siete décadas.

Para estimular el empoderamiento femenino, la exvicepresidenta costarricense pidió a algunos países de la región derogar leyes “de tutelaje” que prohíben a las mujeres ejercer ciertos empleos por cuestiones de seguridad o suscribir el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que protege los derechos de las trabajadoras domésticas.

“Para 18 millones de mujeres en América Latina su trabajo asalariado es el trabajo doméstico y no tienen igualadas sus condiciones laborales al resto de profesiones y no tienen protección de la ley”, apuntó Grynspan, que recordó que casi un 26 % de las trabajadores domésticas viven en hogares en situación de pobreza.

El Tiempo


 

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