Bolsonaro califica de «héroe» a policía sospechoso del asesinato de Marielle Franco

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Bolsonaro pidió condecorar en 2005 a sospechoso de muerte de Marielle Franco

Adriano Magalhães da Nóbrega, presunto jefe de la milicia «Oficina del Crimen» y abatido por la policía el domingo pasado, recibió la máxima condecoración del estado de Río hace 15 años por iniciativa del exdiputado y actual senador Flavio Bolsonaro, hijo del mandatario ultraderechista.

«Yo pedí a mi hijo condecorar [a Nóbrega], para que no haya dudas. Él era un héroe, yo lo ordené, pueden poner eso sobre mí», aclaró Bolsonaro en una conferencia de prensa en Río de Janeiro, según citas del portal de noticias G1.

Tras permanecer más de un año como fugitivo, Nóbrega murió a manos de la policía en el estado de Bahía (nordeste) tras intercambiar disparos con uniformados durante su captura, según la versión policial.

Flavio Bolsonaro, que en 2005 era concejal de Río, otorgó la medalla de Tiradentes a Magalhães da Nóbrega, excapitán del batallón de élite de la policía militar de Río (Bope), pese a que estaba en prisión desde 2004, acusado de asesinar a un cuidador de autos que había denunciado a las milicias.

Bolsonaro, que en aquella época era diputado, justificó este sábado que Nóbrega era un «héroe de la Policía Militar» y que en 2005 no tenía ninguna sentencia en firme. «Como cualquier policía militar en operaciones mata a delincuentes, mata a narcotraficantes».

«Las personas cambian para bien o para mal», expresó el mandatario, quien como diputado ya defendió a Nóbrega.

En marzo de 2018, Marielle Franco, que era concejal de la ciudad de Río, fue asesinada cuando su automóvil fue acribillado a balazos en el centro de la ciudad. Tenía 39 años.

Lesbiana, nacida en una favela, militante del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), Franco denunciaba las atrocidades de las milicias paramilitares que propagaban el terror en distritos de Rio.

La policía detuvo a dos sospechosos del crimen, ambos expolicías militares: Ronnie Lessa, de 48 años, presunto francotirador, y Elcio de Queiroz, de 46 años, acusado de haber conducido el vehículo que persiguió al de Franco.

Los investigadores aún no han identificado a quienes encargaron el asesinato, pero la principal sospecha apunta a la «Oficina del Crimen» (Escritorio do crime), una poderosa milicia paramilitar presuntamente liderada por Adriano Magalhães da Nobrega.

Según el diario Estado de S. Paulo, Magalhães habría comunicado a sus abogados su temor de ser asesinado para «hacer desaparecer pruebas».

El miércoles pasado, la justicia brasileña bloqueó la cremación del cuerpo del presunto jefe parapolicial «en caso de que se requieran nuevas diligencias» para establecer las circunstancias de su muerte.

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Bolsonaro diz que Adriano Nóbrega, miliciano suspeito no caso Marielle, era herói da PM do Rio

O presidente disse que, em 2005, o policial militar Adriano Nóbrega, era um herói da Polícia Militar do Rio de Janeiro (PMRJ) pelas suas ações no combate ao crime

Bolsonaro destacou também não ter ligações com a milícia do Rio. “Não conheço a milícia do Rio de Janeiro, não existe nenhuma ligação minha com a milícia do Rio de Janeiro. Zero.»

O presidente da República, Jair Bolsonaro, após participar nesse sábado (15) da inauguração da alça de ligação da Ponte Rio-Niterói à Linha Vermelha, na cidade do Rio de Janeiro, falou com a imprensa sobre Adriano Nóbrega.

O presidente disse que, em 2005, o policial militar Adriano Nóbrega, era um herói da Polícia Militar do Rio de Janeiro (PMRJ) pelas suas ações no combate ao crime. “Sem querer defendê-lo, desconheço a vida pregressa dele. Naquele ano [2005], ele era herói da Polícia Militar”. Bolsonaro destacou também não ter ligações com a milícia do Rio. “Não conheço a milícia do Rio de Janeiro, não existe nenhuma ligação minha com a milícia do Rio de Janeiro. Zero.”

O ex-capitão do Batalhão de Operações Policiais Especiais (Bope) da PMRJ foi morto no dia 9, no município de Esplanada, na Bahia. Nóbrega era investigado por diversos crimes, e procurado pela Polícia Civil do Rio de Janeiro. Ele era também acusado de envolvimento nas mortes da vereadora Marielle Franco e do seu motorista Anderson Franco.

Ao lado do pai, o senador Flávio Bolsonaro, sem partido, explicou a homenagem que fez a Nóbrega, em 2005. “Eu, como deputado estadual, homenageei centenas e centenas de policiais militares que venciam a morte todos os dias, que sobreviviam à troca de tiros contra traficantes e vou continuar defendendo”, disse. “Não adianta querer vincular à milícia, porque não tem nada com milícia. Condecorei Adriano há mais de 15 anos”, completou.
Cerimônia religiosa

Após a inauguração da alça rodoviária, o presidente participou da celebração religiosa de homenagem aos 40 Anos da Igreja Internacional da Graça de Deus, na Praia de Botafogo, na zona sul da cidade.

Ao chegar ao palco, o presidente foi aplaudido e disse: “O Brasil é laico, mas o presidente é cristão. O Brasil está mudando”, ressaltou, “porque tem governo que respeita a família, deve lealdade a seu povo e acredita em Deus”.

Ao final, Bolsonaro agradeceu os votos e disse que o apoio dos evangélicos o ajudou a “vencer os obstáculos”. O presidente deixou o local do evento por volta das 17h.

JCOnline


El policía que se llevó a la tumba los secretos de Río

En 2005, la cárcel para policías militares de Río de Janeiro acogió la entrega de la mayor condecoración del Estado, pero el galardonado no era un guardián sino un reo. Un agente acusado de asesinato recibió la medalla a propuesta de un diputado carioca veinteañero, Flavio Bolsonaro. Su padre, Jair Bolsonaro, un irrelevante diputado que se convertiría en presidente de Brasil, asistió entonces al juicio del preso condecorado e incluso le dedicó un discurso ante el pleno de la Cámara de Diputados. Lo consideraba un valiente injustamente perseguido tras matar durante una redada a «un elemento que, pese a estar implicado en el tráfico de drogas, fue considerado por la prensa como un simple aparcacoches».

Adriano Magalhães da Nóbrega fue un policía excepcional y luego un delincuente excepcional. Instructor del cuerpo que protagonizó la película Tropa de élite, se convirtió en criminal hace años, tras salir de prisión en 2006. En 2018 fue interrogado por el asesinato de la concejala Marielle Franco y el domingo pasado murió abatido en una operación policial. Tenía 43 años.

La sospecha de queima de arquivo fue inmediata. Así se llama en el portugués de Brasil a la eliminación de pruebas o testigos. Considerado valiente y violento por sus pares, el capitán Adriano encarnaba las cloacas de Río. Una tupida maraña de relaciones turbias entre la policía, el crimen organizado y la política tras la fachada de playas espectaculares, carnaval y caipirinha.

El capitán Adriano era uno de los hombres más buscados de Brasil. Aunque se topó con la ley varias veces, al morir estaba limpio, al menos en los registros oficiales. Sus antecedentes penales se evaporaron porque fue condenado por asesinar al guardacoches, pero luego fue absuelto. Tampoco fue procesado en el caso Marielle (por el que está encarcelado otro antiguo policía militar). Y aunque era sospechoso de varios asesinatos más, el contacto que tenía con el ahora senador Flavio Bolsonaro era indirecto pero reciente: hasta 2018, el hijo del presidente brasileño empleó en su gabinete a la madre y la exesposa de este policía expulsado del cuerpo en 2014.

Tras la muerte de Adriano, Flavio Bolsonaro solo rompió su silencio para denunciar en Twitter que iban a incinerar el cadáver del expolicía. Un juez evitó la cremación.

El capitán Adriano llevaba menos de un día escondido en la casa donde fue abatido por antiguos compañeros. Su abogado dice que estaba nervioso, que temía que lo asesinaran. No se sabe si alguien le avisó de que iban tras él. Lo que sí está confirmado es que la casa aislada que utilizó como último escondite pertenece a un concejal del partido con el que el jefe del clan Bolsonaro ganó las presidenciales.

Hacía años que aquel policía callado, de 1,77 de altura, musculoso, que sabía montar un AK47 sin mirar las instrucciones, trabajaba para el crimen. «Lo reclutaron en los años 2000. Y pasó a ser jefe de seguridad de los bicheros (organizadores de rifas ilegales) de la familia García», explica en un café Chico Otavio, el periodista que, junto con una compañera, fue el primero en escribir sobre Adriano. «Ascendió rápido porque era violento y no tenía miedo», añade. La Fiscalía de Río lo acusó hace un año de comandar una banda de asesinos llamada Escritorio del Crimen y de liderar una milicia que cada vez dominan más territorio -y electores- en la ciudad.

El reportero de Globo explica que los negocios más lucrativos del capitán Adriano en los últimos tiempos eran los préstamos y la construcción ilegal en Piedras Negras, una barriada construida para alojar a las niñeras, jardineros o conductores de los vecinos ricos de las urbanizaciones de la zona de Barra de Tijuca, donde Bolsonaro tienen la casa familiar. El desplome de un edificio construido ilegalmente en Piedras Negras mató a 24 personas el año pasado.

La muerte de Franco tuvo una enorme repercusión que puso el foco en los criminales que antes fueron policías. Los interrogatorios agitaron un avispero. De ahí nació la operación de la Fiscalía bautizada como Los Intocables, que encarceló a una docena de ellos, aunque la pieza más valiosa, Adriano, logró huir.

Todavía no se conoce el informe sobre la muerte del capitán Adriano. Pero fotos publicadas por la revista Veja apuntan a que recibió al menos un tiro a quemarropa. Lo que sabía sobre las cloacas de una de las ciudades más bellas del mundo se lo llevó a la tumba.

Por: Naiara Galarraga

La Nación


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