Bolivia: Evo Morales asegura que quiere ser legislador para blindarse de las «amenazas de EEUU»

Fuente: LA NACION - Crédito: Fernando Massobrio
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Evo Morales: «Quiero ser legislador para blindarme ante las amenazas de EE.UU.»

Evo Morales llegó a la entrevista con varios recortes periodísticos bajo el brazo. Todos se referían a las advertencias norteamericanas a países y gobiernos que colaboren con el expresidente que en 2008 expulsó de Bolivia al embajador norteamericano. » Estados Unidos me tiene en la mira, y yo me acuerdo perfectamente de lo que pasó en Libia y en Irak. Esa es una de las razones por las que pensé en ser candidato a legislador [en las elecciones del 3 de mayo] para blindarme frente a esas amenazas», dijo a LA NACION, en Buenos Aires.

A un mes y medio de su llegada a Buenos Aires, Evo ya convirtió la sede sindical de los docentes del barrio de San Telmo en su despacho porteño. Allí llega en las primeras horas de la mañana y se va a la noche. Se lo ve mucho más relajado y sonriente que en los 13 años que tuvo un liderazgo absoluto que le permitió torcer el rumbo de uno de los países más pobres de la región para convertirlo en una economía en constante crecimiento y reducir a la mitad los niveles de pobreza.

Evo ya hace planes sobre cómo va a ser su futuro político durante un eventual gobierno de Luis Arce, su exministro de Economía, que encabezará la fórmula del Movimiento al Socialismo (MAS) junto al excanciller David Choquehuanca, y por ahora lideran las encuestas preelectorales del próximo 3 de mayo con algo más del 25% de las preferencias. «Quiero colaborar con mi experiencia de cinco años como diputado para mantener unida a la bancada del MAS», dijo.

-En 2014 usted decía que soñaba con poder retirarse de la vida política y abrir un restaurante en su región del Chapare. Pero, en cambio, decidió volver a presentarse el año pasado como candidato presidencial, pese a que hubo un referéndum en contra… y todo terminó mal. ¿Por qué es tan difícil dejar el poder?

-Yo no acepté la cuarta elección porque quise. Mi proyecto era terminar mi mandato este 22 de enero y volverme al Chapare. Entonces, después de que ganó el no en el referéndum de 2016, pese a que fue un triunfo basado en mentiras, me dije: ‘Si el pueblo no me quiere, me vuelvo al Chapare’. Pero luego surgió un pedido de las bases, los movimientos sociales y los asambleístas, y exploramos la vía legal para la reelección. De todas maneras, reconozco que fue un error. Debería haber rechazado ese reclamo.

-¿Y cómo ve ahora la marcha de este proceso electoral para las elecciones de mayo?

-El gran temor que tenemos es que haya fraude, o incluso un nuevo golpe. Después de tanta inversión y tantos muertos, no creo que la derecha haya arriesgado tanto para quedarse solo ocho meses en la presidencia. Yo siempre digo que el neoliberalismo puede volver por traición, por división o por ambición. Y es mi obligación hacer reflexionar a todos para que de ninguna manera vuelva el neoliberalismo. Por eso tenemos que garantizar la transparencia de todo el proceso electoral y estamos trabajando con la comunidad internacional para que haya veedores. Además, en el frente interno estamos evaluando en el MAS cómo fiscalizar mejor todo el proceso electoral. No necesitamos ayuda, pero tampoco que nos quiten votos. Queremos que digan la verdad. Es una lucha de clases.

-Usted acaba de firmar un poder para que gestionen su inscripción como candidato a diputado o senador por Cochabamba [ver aparte]. ¿Cómo surgió la idea de ser legislador?

-Cuando, en noviembre, viajé a México como refugiado, comencé a pensar en la posibilidad de presentarme como diputado para blindarme frente a estas amenazas [exhibe los recortes periodísticos que hablan de las advertencias norteamericanas]. Estados Unidos me tiene en la mira desde hace rato. La semana pasada tuve una extensa reunión en Buenos Aires con mis abogados, entre ellos el juez español Baltasar Garzón, que me dijo: ‘Evo, los gringos no quieren verte ni pintado’. Por eso se consolidó la posibilidad de esta candidatura a diputado o senador.

-En los días previos al lanzamiento de la fórmula del MAS, Luis Arce-David Choquehuanca, hubo voces encontradas muy fuertes entre las organizaciones sociales y legisladores que integran su movimiento. ¿Qué va a suceder puertas adentro de su partido?

-Mi idea es mantener unida a la bancada del MAS. Varios líderes me comentaron que en las ciudades, a diferencia de las zonas rurales, creció el «evismo» pero no el «masismo». Entonces me dijeron que para que el partido no pierda el voto de los «evistas» yo tenía que ser candidato y ocupar un cargo. De hecho, legalmente también podría haber sido candidato a presidente, pero lo rechacé porque lo consideré una provocación.

¿Y aceptaría volver a ser presidente en algunos años?

-Por ahora pienso en retornar a Bolivia, no a la presidencia.

-¿Va a regresar a su país para hacer campaña antes del 3 de mayo?

-Depende de cómo evolucione mi situación legal. Hasta que el Congreso no aceptaba mi renuncia, algo que sucedió recién el 21 de enero, no podían hacerme un juicio ordinario, sino de responsabilidades en el ejercicio del cargo. De hecho me enteré de que la derecha está protestando porque en este momento no hay ningún tipo de notificación a Interpol, ningún tipo de alerta. Así que en este momento podría volver. El 9 de febrero vamos a hacer un acto de lanzamiento de mi postulación en Cochabamba, pero yo no voy a estar.

-¿Qué piensa de la candidatura de la presidenta Jeanine Áñez?

-Ella dijo que no iba a postularse, pero los políticos estamos acostumbrados a decir que no vamos a ser candidatos y luego cambiamos de opinión. Lo digo en forma autocrítica [risas]. Pero otra cosa es haber sido presidenta luego de un golpe. Ella se autonombra. No cumplió con los procedimientos de la Asamblea. Además, su mandato se acabó este 22 de enero y forzaron la norma para extender el período. De todas maneras, aunque sea un gobierno de facto, tiene que garantizar elecciones que sean libres y transparentes. Y hasta ahora no se ve eso. ¿Cómo puede haber elecciones con perseguidos políticos, con compañeros que no pueden conseguir salvoconductos para salir del país? ¿Cómo van a ser elecciones democráticas en un país donde quien levanta la voz contra el gobierno de facto es considerado un terrorista? Por eso va a ser muy importante el acompañamiento que haga la comunidad internacional para garantizar el proceso.

-El gobierno ya advirtió que no habrá elecciones en la región del Chapare [actualmente bajo control militar tras la expulsión de las fuerzas policiales por parte de dirigentes cocaleros] si no se permite el regreso de la policía. ¿Qué piensan hacer?

-En realidad, amenazaron con que no van a poder votar los residentes en el exterior ni tampoco en el Chapare si no entra la policía. Y precisamente en la Argentina el MAS se impuso por más del 80% y en el Chapare, con el 95%. En cuanto al Chapare, es responsabilidad del gobierno que la policía tenga presencia en todo el territorio nacional. Nosotros no vamos a llevar la policía de la manito. Pero ellos saben que la policía hizo mucho daño y que no es aceptada por la población, no solo en el Chapare. ¡Vea lo antidemocráticos que son! Que toda una región no vote, y precisamente donde el MAS gana por el 95%.

-¿Qué piensa del presidente Alberto Fernández?

-Todo mi respeto y admiración. En noviembre, cuando salí de La Paz y estaba selva adentro, me llamó muchas veces para protegerme. Yo no quería renunciar, quería ser presidente selva adentro. Pero si hacía eso, Estados Unidos me perseguía, y chau.

-¿Y con Cristina Fernández?

-Me encontré con ella el primer domingo luego de mi llegada a Buenos Aires. Tengo un gran recuerdo de cuando ella era presidenta. En los primeros años de mi gobierno tuvimos un problema de producción y faltaba harina de trigo. Históricamente, siempre hubo donaciones de Estados Unidos y Canadá. Pero cuando llegué a la presidencia se acabaron las donaciones. Muchos decían: «¡Miren! ¡Por culpa del indio no hay pan!». Entonces me comuniqué con Cristina y le dije: «Hermana, tienes que ayudarme». Y solidariamente colaboró con nosotros. Así se trabaja juntos. Por eso, yo estoy muy agradecido a la Argentina y me preocuparon las amenazas de Estados Unidos de bloquear inversiones por mi presencia en el país. Entonces me dije: «No puedo perjudicar a la Argentina. Aunque me detengan tengo que volver a Bolivia».

-¿Y no le parece que perjudican al gobierno argentino sus declaraciones políticas desde Buenos Aires?

-Lo que a mí me dijeron es que como refugiado yo no puedo hacer comentarios políticos sobre la situación de la Argentina. Pero yo hablo de mi país, no de la Argentina. Por eso todas mis actividades y declaraciones son acordes con mi estatus de refugiado.
Una eventual candidatura que corre peligro

Desde su asilo en la Argentina, Evo Morales se alista para lanzarse como candidato por el Movimiento al Socialismo (MAS) a la Asamblea Legislativa en las elecciones del 3 de mayo. Evo entregó un poder a su abogado, Wilfredo Chávez, para que lo registre en el Tribunal Superior Electoral (TSE). «Si pisa territorio boliviano, se procederá a su detención», aseguró el viceministro del Interior, Daniel Humérez, desde Bolivia, donde el gobierno de la presidenta interina, Jeanine Áñez, tiene abiertas contra Morales varias causas legales. Sin embargo, el exvocal del TSE Gonzalo Lema dijo que no hay impedimento legal para la candidatura: «no tiene impedimento», ya que «no tiene sentencia» ejecutada. La exmagistrada del TSE Silvia Salame señaló que el escaño no le daría inmunidad ante la Justicia.

Luis Arce, candidato por el MAS, encabeza el último sondeo con el 26% de la intención de voto. Lo siguen Fernando Camacho y Carlos Mesa, ambos con el 17%, y Áñez, con el 12%.

Por: Rubén Guillemí y Dolores Caviglia

La Nación


Triunfo del MAS en Bolivia es seguro pero difícil sin Evo,dice Linera

El destacado intelectual boliviano dictó una conferencia sobre la actualidad de su país en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde fue presentado por su directora, Angélica Cuéllar, con la moderación de John Ackerman, director del Programa Universitario de Estudios sobre Democracia.

García Linera reiteró que la ausencia del líder andino plantea una dura campaña del MAS en las elecciones del 3 de mayo y aunque el triunfo es seguro no deja de ser complicado, dijo ante un público que colmó el Auditorio Jorge Carpizo de la Coordinación de Humanidades de la UNAM.

Para el intelectual, político y militante de izquierda, Morales Ayma ‘es un articulador’ y tiene la fuerza de enlazar el campo con la ciudad, un sector social con otro.

Son diversos los frentes que se han inscrito a las elecciones convocadas tras el golpe de Estado contra el presidente derrocado Morales Ayma, que se resumen en una derecha conservadora, racista ‘fascistoide y religiosista’; un sector de centro que representa Carlos Mesa, y el MAS.

Advirtió una campaña electoral muy desigual en la que la opinión pública está muy alineada, sin embargo, el MAS es una única fuerza de izquierda y la fragmentación de las derechas ayuda.

Su objetivo es obtener 40 por ciento de los votos y ganar en primera vuelta, porque la segunda será más complicada. ‘Vamos a ganar, lo que no sé es con cuánto. No va a estar fácil. Soy honesto, no sé si vamos a pasar el 40 por ciento en primera vuelta. Estamos haciendo todo el esfuerzo’, dijo.

García Linera estuvo acompañado por el exministro de Minería de Bolivia César Navarro y exviceministro de Desarrollo Rural y Tierras Pedro Damián Dorado, quienes llegaron hace una semana a México en calidad de asilados luego de haber sido detenidos durante algunas horas en Bolivia a pesar de contar con salvoconductos.

Álvaro García Linera, nacido en Cochabamba, Bolivia, 19 de octubre de 1962, actualmente se encuentra exiliado en Argentina por causa del golpe de Estado de noviembre pasado contra el gobierno de Evo Morales.

Prensa Latina


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