México: Desigualdad económica fuera de control – Por Eduardo Ibarra Aguirre
Por Eduardo Ibarra Aguirre *
Los seis mayores multimillonarios mexicanos, asegura el más reciente reporte de Oxfam México, pero sin citarlos por su nombre como es habitual en casi todos los informes públicos, reúnen hoy una fortuna de 108 mil 100 millones de dólares. Y la brecha de la desigualdad en México –la relación entre multimillonarios y personas en pobreza– es 38 veces más alta que la del promedio para el mundo.
Si nos atenemos a la clasificación de 2019 de la revista Forbes, esos lugares fueron ocupados, en orden decreciente de acumulación de riqueza, por Carlos Slim Helú (América Móvil), Germán Larrea Mota Velasco (Grupo México), Ricardo Salinas Pliego (Grupo Azteca), Alberto Bailleres (Grupo Bal), Eva Gonda (Femsa) y María Asunción Arumburuzabala (Tresalia Capital).
Con aquella monstruosa cifra que no es privativa de México, sino la tendencia dominante en el capitalismo salvaje, la organización no gubernamental de carácter internacional concluye que “La histórica desigualdad no cede en México”. Seis de las personas más acaudaladas concentran mayor riqueza que la mitad de la población, 62.5 millones que viven en la pobreza moderada y extrema. Esta brecha gira en torno a un sistema económico injusto y patriarcal, que recarga el trabajo no remunerado en las mujeres.
El organismo que se autodefine como parte de un movimiento global que trabaja en 94 países “para poner fin a la injusticia de la pobreza y acabar con la desigualdad”, entra a renglón seguido al debate mexicano sellado por la disputa política influenciada fuertemente por grupos de la sociedad civil que promueven y financian algunos del medio centenar de los dueños de México.
Postula Oxfam que en México, el trabajo no remunerado –del que las mujeres realizan cuatro horas más que los hombres– equivale a 1.7 billones de pesos, con lo que “Estamos (sic) ahorrando al Estado millones de pesos que tendría que destinar a gasto social para crear mejores sistemas de seguridad”. Y de una buena vez sentencia que las políticas impulsadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador “no resuelven los problemas”. ¡Ah! ¿Y cuáles sí?
Según los informantes “eliminar guarderías”, duplicar las transferencias a personas con discapacidad y promover un sistema universal de salud con el Instituto de Salud para el Bienestar no ven (sic) el problema central: ingreso y gasto del gobierno insuficiente. Son descalificaciones carentes de argumentos más allá de la sentencia efectista y sin presentar propuestas alternativas, salvo la de realizar “una reforma fiscal” que contemple gravar con 0.5% los bienes de 1% de la población con más ingresos, para recaudar 92 mil millones.
En el plano global, el reporte Tiempo para el cuidado destaca: La desigualdad económica está fuera de control. El año pasado, 2 mil 153 millonarios en el mundo poseían más riqueza que 4 mil 600 millones de personas. Y evidencia que mientras más de la mitad de la población vive con menos de 5.50 dólares al día –102.67 pesos–, los 22 hombres más ricos del mundo poseen mayor riqueza que todas las mujeres de África. Estas cifras se enfrentan con el estimado de que sólo 4% de la recaudación fiscal procede de los impuestos a la riqueza y los grandes capitales evaden hasta 30% de sus obligaciones.
Por este desastroso panorama que sólo ideólogos y publicistas del duopolio de la televisión no registran, los dueños de la aldea analizan en Davos, Suiza, Un nuevo capitalismo de las partes interesadas (Stakeholders) para un mundo coherente y sostenible. También por ello el 56% de los 34 mil encuestados en 28 países concluyeron que el capitalismo “en su forma actual hace más daño que bien” (Barómetro de Confianza Edelman). Y en una docena de países, incluidos Chile, Colombia y Francia, multitudes ocupan las calles y exigen cambios de rumbo.
* Periodista y escritor mexicano, fue integrante del Comité Central del Partido Comunista y editorialista de La Jornada y El Economista, y editor de Forum.
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