Juanita Villamil, activista estudiantil colombiana: “Exigimos al Estado que nos respete y no nos siga matando”

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Entrevista a Juanita Villamil, activista estudiantil colombiana

Por Carla Perelló, de la redacción de NODAL

El martes 21 de enero en las calles colombianas resonaron otra vez cacerolas. El Comité Nacional del Paro hizo la convocatoria a dos meses del paro nacional que volcó a miles en cada rincón del país. Las reivindicacionesque son levantadas por movimientos sociales, sindicales y políticos está contenida en una sola consigna: contra el #PaquetazoDeDuque, que incluye las reformas laborales y de pensiones, los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional y hasta la puesta en marcha e implementación de los acuerdos de paz, entre otros puntos. Por la vida, repiten una y otra vez, en el país donde desde el 1 de enero el asesinato de líderes y lideresas se ha convertido en algo cotidiano. En este camino, el movimiento estudiantil se ha posicionado como un actor clave. En entrevista con NODAL, Juanita Villamil, integrante de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios y de la Red Universitaria Distrital de Derechos Humanos, cuenta las principales demandas y cómo se preparan para este año.

El movimiento estudiantil es uno de los que está al frente de las movilizaciones contra el gobierno del presidente, Iván Duque, ¿cuáles son sus principales demandas? 

El movimiento estudiantil apoya las demandas que se hacen a nivel nacional y de otros sectores sociales. Las exigencias giran en torno a las políticas y reformas que ha querido implementar el gobierno nacional: la reforma tributaria, que lamentablemente fue aprobada en diciembre en medio del paro nacional; la reforma laboral y pensional, entendemos que como estudiantes esto nos afecta directamente. Hay algunas propuestas que sugieren pagarle 75 por ciento del salario mínimo a estudiantes que se acaban de graduar, por ejemplo. En general este tema nos afecta puesto que nosotros apenas salgamos de la universidad vamos a entrar a ser trabajadores y trabajadoras. Con los nuevos modelos de pensión muchos no vamos a llegar a tener una y siquiera vamos a acercarnos. En segundo lugar, la implementación de los acuerdos de paz y, en general, de todos los acuerdos firmados con el gobierno nacional incluyendo el que se firmó en 2018 después de 65 días de paro nacional estudiantil por más presupuesto para las universidades y aun así no se ha cumplido. La exigencia también es para empezar diálogos con el ELN, puesto que se entiende que la paz es una de las principales banderas y uno de los principales motivos que tenemos. Entablar diálogos con esta guerrilla es importante. Así como lo son los diálogos de paz con las FARC, que tampoco se han cumplido. Adicionalmente exigimos eliminar o plantear una política distinta de seguridad. La que tiene el gobierno ahorita es una política que comienza con el conflicto armado, está ideada para el conflicto interno, se basa en el enemigo interno y eso ha resultado en “falsos positivos” (N de R: denominación popular para señalar el involucramiento de miembros del Ejército de Colombia en el asesinato de civiles no beligerantes, o ejecuciones extrajudiciales, haciéndolos pasar como bajas en combate) que ha vuelto a resonar, luego de que saliera una directiva del Ejército nacional que plantea una suerte de bonificaciones tras llegar a ciertos resultados. De esto ya se tiene un precedente. A raíz de eso el Ejército comienza a matar personas inocentes para hacerlas pasar por guerrilleros y así mostrar resultado de lo que le piden sus comandantes o, en general, el presidente o el gobierno nacional. Además, esta política de seguridad deja abandonados a los líderes y lideresas sociales. En este año han asesinado a más de 18 personas a nivel nacional y esto es bastante grave porque no se deben sólo repudiar estos asesinatos, sino que también se debe tener en cuenta que esto se hace con ayuda y con complicidad del Ejército y la Policía nacional, por acción u omisión. Por acción, porque se ha visto y hace poco salió un escándalo del Ejército nacional donde había estado «chuzando», es decir, interfiriendo celulares, correos electrónicos de magistrados, de defensores de derechos humanos, de periodistas, políticos, y de un montón de personas. A partir de esa información comienzan a instalarse los posibles falsos positivos o falsos positivos judiciales, que es cuando a las personas las encarcelan y les montan todo un proceso y toda una historia para hacerlas pasar por guerrilleros y, así, también mostrar resultados. Dentro de la exigencia por el desmonte de esta política de seguridad, también se plantea el desmonte del Esmad (Escuadrón Móvil Antidisturbios). Este cuerpo nos ha costado más de treinta vidas desde su creación hace 22 años. Y hace poco nos costó la vida de Dilan Cruz (N de R: el pasado 23 de noviembre en medio de una de las protestas el Esmad disparó una bomba lacrimógena por la espalda y le pegó en la cabeza). Es grave porque la forma en la que estas personas son enseñadas y las armas que utilizan se ha probado que son altamente letales. Nos ha costado vidas, nos ha costado que varios estudiantes hayan perdido sus ojos y que varias personas hayan sufrido afectaciones graves. Por esta razón, dentro de las exigencias que se tienen a nivel nacional, el desmonte del Esmad está enmarcado en el desmonte de la política de seguridad nacional.

En un encuentro de representantes de países realizado esta semana en Colombia se determinó que el ELN “perpetra actos terroristas” y que por lo tanto representa “una amenaza a la estabilidad de la región”, ¿qué lectura hacen sobre este tema y cómo los afecta? ¿Qué importancia tienen los acuerdos de paz para las y los estudiantes y cuáles son las expectativas al respecto?

La bandera de la paz es algo bastante importante para el movimiento estudiantil puesto que también las personas estudiantes y sobre todo universitarias hemos vivido y hemos sido bastante atravesadas por el conflicto. Quizá en Bogotá se invisibilizamás, pero en otras regiones como el Cauca, el Valle, el Chocó, el Atlántico o en la Guajira nos vemos aún más atravesadas por estas dinámicas, especialmente por las de paramilitarismo. Los grupos paramilitares están pendientes de lo que pasa en el movimiento estudiantil. Son los principales perpetuadores de amenazas y posibles atentados contra los estudiantes. Sin embargo, no todas las personas tenemos una postura unificada respecto al ELN. Lo que consideramos en general es que se deberían mantener los diálogos con la guerrilla puesto que el no hacerlo perpetúa esta guerra que hemos llevado durante mucho tiempo. Y, si bien se generó un proceso de paz con las FARC, hay muchos grupos armados que siguen vigentes y activos. Ahora, como varios políticos consideran al ELN una amenaza y están intentando ligarlo con lo que pasa en Venezuela, entonces, cabe preguntarnos: ¿si es una amenaza para la estabilidad de la región porqué no dialogamos para ver qué salidas podemos darle a ese conflicto? Matándonos entre nosotras no vamos a lograr nada. Entonces, creemos en la salida dialogada del conflicto armado y también entendemos que esto nos afecta no sólo como estudiantes;somos personas, ciudadanas, trabajadoras, somos cuidadoras y somos muchas otras cosas más allá de estudiantes y este conflicto también nos atraviesa y creemos firmemente en la importancia de los diálogos de paz y de la salida negociada del conflicto armado.

¿De qué manera se articulan con otros sectores y cuáles son las perspectivas del movimientopara este año? 

Actualmente nos encontramos en unas dinámicas algo distintas y nuevas para el grueso del estudiantado. El paro nacional, que incluye distintos sectores, nos ha llevado a trasladarnos a otros lados, a los barrios, a otros lugares de influencia para articularnos y ejercer las labores políticas y de protesta. Hay varias formas de articulación. En el Comité Nacional de Paro tenemos una pequeña representación, que no es muy grande;y la mayor forma de articulación es en las asambleas barriales. Entonces, las localidades están realizando distintas asambleas y se han generado como comités de comunicación y de derechos humanos, entre otros, por cada una de ellas. Con otros sectores nos hemos articulado especialmente en estas asambleas, en las juntas de acción comunal y en otras formas que normalmente se utilizan en los sectores de los barrios. Como decía, los estudiantes también somos personas, ciudadanas, por eso es importante salirnos de esa burbuja como en este caso.

En cuanto a las perspectivas, nosotras sí creemos que se deben seguir apoyando las movilizaciones y las reivindicaciones que se tienen. En lo inmediato variasuniversidades, no todas porque hay muchas que se han mantenido en el paro, han decidido retomar las clases para finalizar el semestre. Esto no es una forma de quitar apoyo al paro, sino que se debe al desfinanciamiento de las universidades públicas. El hecho de alargar más el paro significa que no tengamos recursos para continuar el siguiente semestre las actividades académicas, así que por una razón meramente presupuestal no podemos ni siquiera protestar. Pero seguimos firmes manteniendo el paro nacional, fortaleciendo las formas de articulación conlos barrios, las formas de movilización, donde muchas veces las personas están invisibilizadas. Hacíamuchotiempo que no se veía que salieran señoras en pijama a cacerolear, niños o señores. Estamos muy en las miras de continuar esta articulación, con este trabajo popular para seguir construyendo políticamente y seguir exigiendo al Estado que nos respete, que nos deje protestar en paz, que nos escuche y no nos siga matando.


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